viernes, 28 de agosto de 2020

La imagen del oficialismo a fines de agosto: encuestas vs microclimas (columna publicada en CBA24N)


Desde hace semanas, la continuidad de las marchas opositoras instala el debate respecto a la imagen del oficialismo. Como sucede a menudo en materia de comunicación, aquello que tiene eco mediático tiende a ser sobreestimado respecto a su fuerza relativa en la opinión pública, lo que impone repasar las mediciones de las consultoras especializadas. 
El mejor método para monitorear la opinión pública es trabajar con un promedio de las últimas encuestas y tratar de corregir el sesgo asociado a la brecha digital y a la cobertura del servicio telefónico (ya que la pandemia impide hacer encuestas presenciales). Con ese método, nuestro promedio ponderado de las últimas 10 mediciones arroja una imagen positiva presidencial del 62,3% vs una negativa de 39,6%. Eso ubica a la encuesta de Rouvier & Asociados como la más representativa de la serie, con 62,6% de evaluación positiva y 36,1% de negativa (gráfica arriba). Así, el promedio arroja un saldo favorable de 22,7 puntos porcentuales para el presidente Alberto Fernández y un excedente de imagen positiva de 14,06 puntos porcentuales respecto al resultado electoral del 27-O-2019: 48,24%. La encuesta de Rouvier es, de las 10 más recientes, la que menos se aleja del promedio: apenas + 0,3 puntos porcentuales en la positiva y -3,5 pp en la negativa (desviaciones estadísticamente no significativas). 

Sin embargo, existe una encuesta más reciente que la de Rouvier, realizada por CB Consultora, que vale la pena citar por dos razones: 1) se realizó del 16 al 21 de agosto, así que proporciona datos frescos y capta los sucesos políticos más resonantes -cierre del acuerdo con los bonistas por el canje de la deuda, presentación de la reforma judicial, marcha del 17-A, entre ellos- 2) como la mayoría de las mediciones actuales, se basa en plataformas digitales (sistema CAWI) pero, a diferencia de otras, cuenta con una robusta base casuística: 18.256 casos (promedio entre 500 y 1.350 por distrito) y un error muestral medio de +/-3,5%. Según ese estudio, en 18 de 24 distritos la imagen positiva del presidente insinuó mejoras en agosto respecto a julio pasado: entre esos 18 están la provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, esto es, los 4 electoralmente más gravitantes del país. Sólo insinúa bajas en 6 distritos menores, en cinco de los cuales su calificación positiva ronda el 60% o supera el 70% (básicamente, sigue muy alto); en apenas uno de esos 6, Mendoza, la opinión positiva del presidente es menor al 50%.  De esa manera, la encuesta ubica al presidente con una evaluación favorable que oscila entre el 50% (Santa Fe) y un pico de casi el 80% (La Pampa) en 21 distritos sobre 24, mientras que lo posiciona con una calificación positiva entre el 41% y el 45% en apenas 3: Mendoza, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Córdoba (gráfico abajo).


Esta muestra nacional permite calcular la imagen positiva presidencial en todo el país: tomando el dato por cada distrito y ponderando por el peso de cada uno en la elección presidencial de octubre 2019, obtenemos una calificación favorable de 58,9%, apenas 3,4 pp menos que nuestro promedio ponderado (desvío equivalente al error muestral reportado por CB Consultora) y 10,6 pp por encima del caudal del Frente de Todos en octubre pasado. 
Podemos además comparar la imagen presidencial con la de los gobernadores: en 17 de 24 distritos Fernández tiene más opinión positiva que el mandatario provincial, en 3 está en empate técnico con él y sólo en 3 tiene menos calificación favorable que el respectivo gobernador (gráficos arriba y abajo).



Así, las marchas opositoras no expresan una crisis en la imagen oficialista sino una catarsis del núcleo duro de Juntos por el Cambio representado por Mauricio Macri y Patricia Bullrich, dirigentes que hoy no comparten responsabilidades de gestión con el gobierno nacional y recurren a la apelación emocional para galvanizar a sus electores a efectos de mantener su predicamento dentro de la oposición.


En gran medida esas movidas expresan la interna por dirimir el liderazgo opositor, como lo puso de manifiesto la frase de Bullrich respecto a que "la gente va a dejar en el camino a los tibios", en referencia al jefe de gobierno de CABA, quien desde abril viene tomando ventaja en esa disputa: según la última encuesta nacional de Management & Fit, Horacio Rodríguez Larreta supera en percepción como referente de la oposición (26,4%) a Macri (10,3%), a Bullrich (8,9% y a Pichetto (3,7%), y también aventaja María E. Vidal (13,1%), hoy ubicada dentro del ala "dialoguista" de Juntos por el Cambio (gráfico arriba).  

https://www.cba24n.com.ar/opinion/la-imagen-del-oficialismo-a-fines-de-agosto--encuestas-vs-microclimas_a5f48cd804820286d85b65056


lunes, 24 de agosto de 2020

Conciencia de pandemia, comunidad del cuidado y gestión del Covid-19


Los conceptos de comunidad del cuidado y conciencia de pandemia que presentamos oportunamente en este blog implican una reconfiguración en la manera de ponderar la gestión del Covid-19, habida cuenta de que la continuidad del coronavirus requiere una articulación entre las medidas sanitarias dispuestas por las autoridades y el acompañamiento de la sociedad. El ordenamiento del proceso en fases con objetivos epidemiológicos, flexibilizaciones y vueltas atrás en caso de rebrotes segmenta las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) y las combina con las medidas de distanciamiento tanto en el tiempo como en el espacio (geográficamente). Eso genera una situación bien diferente a la cuarentena estricta e indiferenciada que rigió desde el 20 de marzo hasta fines de a abril. A partir de mayo, el proceso combina "la danza y el martillo", metáfora a la que apelaron los especialistas para describir el flujo y reflujo de medidas de flexibilización de acuerdo a la situación sanitaria y epidemiológica por distrito. Como era de esperar, la circulación comunitaria del virus se aceleró en la medida en que la movilidad creció muy por encima del ASPO estricto que rigió entre marzo y abril. En ese marco, la abierta campaña anticuarentena de la oposición no hace más que plasmar la línea dura elegida desde el principio por el ex presidente Mauricio Macri, que se puede simplificar en la frase "que se mueran los que tengan que morirse", inscripta en la ya desde hace tiempo perimida teoría de la "inmunidad de rebaño". Ubicada a 180 grados de distancia de la estrategia elegida por el gobierno de Alberto Fernández, en su momento esa línea fue adoptada en América por gobiernos como Chile, EEUU, Brasil y Ecuador, entre otros; más allá de sus matices, todos esos países exhiben hoy peores números que la Argentina en el indicador fallecimientos por millón de habitantes (gráfico arriba, click para agrandar), lo que muestra el acierto relativo del oficialismo argentino. Para más datos, la variación de la actividad económica entre febrero y junio (desestacionalizada) muestra en Chile una caída del 15%, en EE.UU. de 5,8%, en Brasil de 9,6% y en Ecuador de 16,3%, contra un descenso de 12,5% en Argentina, evidenciado así que el dilema "salud vs economía" es falaz. 


En este proceso, la oposición anticuarentena combina esa postura inicial con contorsiones discursivas que procuran transferir el costo político de la pandemia al oficialismo, algo que no se verifica en los datos. La encuesta nacional más reciente realizada por la consultora Trespuntozero muestra que en el ultimo mes la imagen del gobierno nacional insinúa dos subas: una coincide con la flexibilización de la cuarentena (+4,8 puntos porcentuales de positiva) y la otra con el acuerdo de la deuda con bonistas privados (+ 2,3 pp; gráfico arriba, click para agrandar). Es cierto que también aparecen encuestas que insinúan una baja en la imagen general del oficialismo (profusamente replicadas por el sistema de medios opositores), pero si en lugar de quedarnos con mediciones aisladas trabajamos con el promedio de las últimas 10 mediciones (método que permite corregir sesgos individuales) el promedio de imagen positiva presidencial es de 62,3% vs una negativa de 39,6%, lo que arroja un saldo favorable de 22,7 puntos porcentuales para el presidente Alberto Fernández. La gestión del Covid-19 muestra un resultado aún mejor en las últimas 10 encuestas: 65,9% de positiva vs 29,5% de negativa, un saldo favorable de 36,4 puntos porcentuales. 


En términos simples, esto significa que la gestión sanitaria del Covid-19 no está generando costos políticos al gobierno nacional; en cambio, sí los generó a la imagen de Macri, dada su temprana postura anticuarentena. Esto tiene que ver con el acierto inicial del oficialismo al establecer una cuarentena temprana, tal como recomiendan los especialistas, más allá del desgaste en el tiempo que eso supone en el estado anímico de la sociedad y los costos socioeconómicos, que tienden a incrementarse con el correr de los meses. En ese marco, se entiende que la suba de casos de Covid-19 en el último mes no impacte fuertemente en la imagen del oficialismo: la serie evolutiva de encuestas realizadas en la provincia de Córdoba por la consultora Delfos arroja que desde junio pasado (cuando las flexibilizaciones ya eran un hecho) más del 50% de los electores cordobeses cree que la responsabilidad por los rebrotes es de la gente (56% en la medición de agosto), un 28% lo atribuye a la propia dinámica de la pandemia y apenas 11% desplaza la responsabilidad de las autoridades en todos sus niveles (gráfico arriba, click para agrandar). A esto se refiere la conciencia de pandemia y la comunidad del cuidado: ya no son los gobiernos los únicos responsables de sostener el esfuerzo del combate a la pandemia, y las encuestas lo ponen en evidencia incluso en un distrito francamente adverso al oficialismo, como es Córdoba.


¿Existe alguna excepción a esta matriz? En parte, sí: la encuesta realizada por CB Consultora desde el 6 al 21 de agosto de 2020 insinúa que el punto de quiebre se da cuando el sistema de salud de una provincia está cerca del colapso. Es el caso de Jujuy, que muestra una caída de la imagen del gobernador Gerardo Morales de 11,6 puntos porcentuales respecto a la anterior medición, que lo ubica hoy como el más desfavorecido de los mandatarios a nivel país. En cambio, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof se sostienen, pese a que la situación de la pandemia en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es seria (gráfica arriba, click para agrandar). 

viernes, 21 de agosto de 2020

El impacto del acuerdo por la deuda en las encuestas de expectativas e imagen (columna publicada en CBA24N)

 

El gobierno nacional cerró con éxito el canje con los acreedores privados, hecho que amerita un repaso de datos de opinión pública. En marzo pasado, la consultora Analogías detectó que un 49,2% de los argentinos creía que el gobierno tendría éxito en la renegociación vs 24,2% que era pesimista (gráfico abajo). El optimismo estaba en el mismo orden de magnitud del voto obtenido por el Frente de Todos el 24-O-2019 (48,24%%) y el pesimismo se correspondía con el núcleo duro de Juntos por el Cambio. Analogías también se anticipó al cierre del canje en su encuesta de julio, cuando detectó que 77,3% de los argentinos creían que el acuerdo con los acreedores era mucho o bastante importante para la economía argentina, vs casi 12% que lo consideraba poco o nada importante (gráfico arriba). 


La consultora Trespuntozero realizó la primera medición inmediata posterior al acuerdo, que arrojó una leve suba (estadísticamente no significativa) en la evaluación de gestión del gobierno nacional: la imagen positiva pasó de 51,2% a 53,5% (+ 2,3 puntos porcentuales), mientras que la negativa insinuó una baja de 43,6% a 42,7% (-0,9 pp; gráfico abajo, click para agrandar).


En la misma línea, la encuesta más reciente de Rouvier & Asociados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) detectó una leve tendencia ascendente luego de confirmarse el acuerdo, que llevó la calificación positiva de Alberto Fernández a casi 67% en el AMBA y anotó una suba de casi 3 puntos porcentuales, mientras que la negativa cedió 2,5 pp (gráfico abajo).


No obstante, es probable que la correa de transmisión del impacto del acuerdo en la imagen del oficialismo tenga un recorrido más largo, con paso intermedio por las expectativas: según Analogías, desde junio pasado el pesimismo a futuro superaba al optimismo (gráfico abajo). 

El canje de deuda podría mejorar las perspectivas económicas que venían alicaídas con la pandemia. La encuesta de Trespuntozero ya muestra datos en esa línea: mientras que en marzo el optimismo sobre un acuerdo futuro alcanzaba básicamente al electorado del Frente de Todos, ahora la valoración positiva del arreglo trasciende la grieta: 61,4% lo evalúa como muy bueno o bueno y apenas 18,5% de manera negativa; 20,1% ns/nc. Entre los electores de Alberto Fernández casi 81% lo pondera positivamente y entre los de Macri una mayoría de 51% lo califica de manera favorable. Asimismo, la medición más reciente de Circuitos realizada en el AMBA arroja que 43,5% de los electores de ese conglomerado percibe positivamente los términos del acuerdo, duplicando a la opinión negativa (20,1%); un 36,4% ns/nc (gráfico abajo). De manera similar, el estudio realizado por el Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano en Ciudad de Buenos Aires muestra que el 54% de los electores de ese distrito está al tanto de la negociación de la deuda; dentro de ese grupo, el 40% tiene una opinión muy buena o buena, 27% la ve regular y apenas 16% la califica como mala o muy mala.

A nivel nacional, los datos de Trespuntozero arrojan un primer saldo positivo módico en materia de expectativas: para el 36,2% el acuerdo mejorará la situación de la economía argentina, lo que casi duplica a los pesimistas (19,4%). Entre quienes dicen conocer el acuerdo, casi 40% se muestra optimista, duplicando a los pesimistas (gráfico abajo).


En la misma línea, la medición de Rouvier & Asociados en el AMBA arroja una mejora de la expectativa económica del 52,5% de los electores de ese conglomerado luego del arreglo con los bonistas, vs apenas 13,2% de pesimismo; 28,3% no espera cambios (gráfico abajo). 


De manera consistente con esa tendencia, Rouvier & Asociados detectó que el 75,2% cree que el acuerdo será positivo para el país, vs un pesimismo acotado a sólo 11,6% (gráfico abajo).


En este marco, es plausible que el acuerdo impacte positivamente en las próximas encuestas nacionales que releven la imagen presidencial. Esa hipótesis se refuerza según los datos de Trespuntozero, que muestran que el oficialismo gana en la comparación con el gobierno anterior respecto a la resolución de la deuda: 41,5% considera que el Frente de Todos es el espacio político más capacitado para eso, duplicando a quienes se inclinan por Juntos por el Cambio (gráfico abajo). La respuesta a favor del oficialismo alcanza al 86% del caudal que obtuvo en la elección presidencial de octubre pasado, mientras que la inclinación por el espacio opositor apenas cubre al 48% de su voto. 


En cambio, el gobierno de Mauricio Macri sale perjudicado como el que más endeudó al país, con 41,5% de las respuestas (gráfico abajo). Esta percepción de la opinión pública coincide con la mirada técnica volcada en un paper de esta semana, en el cual economistas del FMI atribuyen la crisis de deuda externa a las malas decisiones económicas del gobierno de Cambiemos tomadas a partir de una sobreestimación del humor de los inversores internacionales. En síntesis, el conjunto de las encuestas perfila que este "issue" se consolida como un activo favorable al actual gobierno nacional.



lunes, 17 de agosto de 2020

La comunidad del cuidado vs la comunidad del carancheo


Este lunes 17 de agosto se conmemora el paso de la inmortalidad del general José de San Martín. Según una encuesta reciente de la consultora RTD, el Libertador es la figura histórica más admirada por los argentinos, con 27% de las respuestas; en segundo lugar, hay un empate entre Manuel Belgrano y Eva Perón, con 15%, mientras que el tercero está disputado en situación de empate técnico entre Raúl Alfonsín (12%) y Juan Perón (9%; la diferencia de tres puntos porcentuales entre ambos no es estadísticamente significativa). En cuarto término aparece Arturo Frondizi (4%), mientras que el Che Guevara, René Favaloro y Arturo Illia alcanzan o superan el umbral del 1% pero se ubican por debajo del error muestral, con guarismos entre 2% y 1%. Finalmente, varias figuras no llegan al 1% de las menciones y un 7% ns/nc (gráfico arriba; click para agrandar). 

Hoy, los grupos anticuarentena convocan a una marcha de protesta apelando a la figura de San Martín; parte de la movida está fogoneada por el ala dura del gobierno anterior, que siendo gestión sacó al Libertador de los billetes y se ufanó de reemplazarlo a él y a otros referentes por fauna, con el tortuoso "argumento" de reemplazar muertos por vivos. Ahora, desde la oposición, en el peor momento de la pandemia a nivel país, esos sectores agitan el parche bastardeando una figura como la del Libertador y poniendo en peligro la salud colectiva. Hay que decir, sin embargo, que gran parte de los referentes del gobierno anterior vienen de una tradición política de carancheo: la llegada de Mauricio Macri al poder en la ciudad de Buenos Aires tiene como antecedente la tragedia de Cromañón y su llegada a la presidencia también se basó fuertemente en el uso político de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Al mismo tiempo, existe en esa fuerza una relación oscura con la muerte, que permite entender por qué ex funcionarios del anterior gobierno como el secretario de Cultura (sic) Pablo Avelluto se permitían celebrar a la asonada fusiladora del ´55 llamándola "Revolución Libertadora". Esa fue la etiqueta que quisieron imponer los promotores de ese golpe de Estado que abrió una época aciaga para el país y que culminó en la dictadura a la que llamaron "Proceso de Reorganización Nacional", tratando de emular a la época histórica predemocrática que añoran y que, como se aprecia en la encuesta de RTD, no puede anotar en la memoria colectiva de las mayorías a ningún referente lo suficientemente sustantivo o representativo. 


A esa "comunidad del carancheo" se contrapone el concepto de la comunidad del cuidado a la que apela el gobierno nacional y que muestra a los sectores anticuarentena a contramano de las mayorías. De acuerdo a la última encuesta de Udesa, esos grupos están entre los peor posicionados en la opinión pública (gráfico arriba, click para agrandar). Así, pese a su visibilidad mediática, su imagen está por el piso, con lo cual su representatividad social es francamente minoritaria respecto a las mayorías que sostienen, con esfuerzo y gran desgaste socieconómico, la comunidad del cuidado, acompañando con sus conductas las representaciones sociales que comparten y a las que adhieren. Contra lo que se pretende agitar, no hay aquí estrictamente una grieta política: la conciencia de pandemia es fuerte incluso en Córdoba, un distrito que en las elecciones nacionales viene acompañando con su voto a Cambiemos/Macri desde la primera vuelta presidencial de 2015. Según la encuesta más reciente de la consultora Delfos en la provincia, el 66% de los cordobeses adultos, esto es, 2 de cada 3, consideran grave la situación del coronavirus en nuestro país, vs apenas 28% que lo considera poco grave; 6% ns/nc (gráfico arriba, click para agrandar). El mismo estudio muestra, contra las fantasías negadoras de los grupos anticuarentena, que el Covid-19 sigue al tope de la percepción de los problemas para los cordobeses, con 26% de las respuestas, si bien la baja en la actividad económica y la corrupción también pesan fuerte en el podio de la coyuntura (gráfico abajo, click para agrandar). 


En este contexto, el ala anticuarentena del gobierno anterior (Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Fernando Iglesias, con la incorporación más reciente a esas filas de Miguel Pichetto), además de bastardear la figura de San Martín desvirtúan el derecho de protesta, un recurso legítimo y caro a la historia democrática del país pero que pierde razonabilidad en tiempos de pandemia, por el riesgo epidemiológico que conlleva. El hecho de que el Código Penal prevea la posibilidad de prisión de 6 meses a dos años al que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia (Art. 205 del Código Penal) generó que en las últimas horas uno de los agitadores de estas marchas, el actor Luis Brandoni, tratara de relativizar su rol como convocante, mientras que el ala institucional de Juntos por el Cambio, el gobernador de Jujuy Gerardo Morales y el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, se despegaron de la movida, lo cual es razonable: los distritos que ellos gobiernan están entre los más complicados por el Covid-19. Así, mientras la prensa antigobierno semana a semana se esmera en tratar de instalar grietas adentro del oficialismo (en rigor, una coalición electoral que está efectuando el tránsito hacia coalición de gobierno), sí tienen frente a sus narices una grieta política evidente en la coalición opositora: aquella que se evidencia entre quienes tienen responsabilidad de gobierno y quienes no. Al mismo tiempo, con los matices del desgaste anímico y del impacto socioeconómico de la pandemia, la gestión presidencial del tema coronavirus sigue teniendo acompañamiento mayoritario: según Poliarquía, en la primera semana de agosto alcanzó 60% de aprobación, un guarismo similar al que arroja la última medición de Aresco: 60,8%. 



En este contexto, no sorprende que en el Área Metropolitana, que hoy es el principal foco del Covid a nivel país, según la medición más reciente de la consultora Circuitos la imagen positiva de referentes como Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof supere el 50% y ronde picos del 60%, mientras que la de positiva de Macri no llegue al 20% y su negativa supere el 60% (gráfico arriba, click para agrandar). Así, como en su momento destacó la politóloga María Esperanza Casullo, dentro de la oposición hay dos bloques bien diferenciados entre aquellos que tienen responsabilidades con alguna "constituency" concreta (con la jurisdicción a la que representan por voto popular) y aquellos que no: aun con matices no menores, hoy todos los que cumplen funciones de gobierno están en una posición de articulación con el Ejecutivo nacional, mientras que los que no la tienen agitan en redes sociales y trasladan la disputa por el liderazgo opositor a las calles en el momento de mayor riesgo. 

viernes, 14 de agosto de 2020

A un año de las PASO: oficialismo y oposición en las encuestas nacionales (columna publicada en CBA24N)


Un año atrás, el Frente de Todos se imponía sobre Juntos por el Cambio por 15,57 puntos porcentuales de diferencia según el escrutinio provisorio de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 11 de agosto (gráfico arriba). El escrutinio definitivo elevó los respectivos caudales a 49,49% vs 32,94%, es decir 16,55 puntos de diferencia sobre votos positivos que anticiparon la victoria de Alberto Fernández en la general de octubre por 48,24% a 40,28%. Pese a esa remontada de Mauricio Macri, la tendencia perfilada en las PASO se mantuvo como irreversible a lo largo de todo el proceso electoral. Un año después, el promedio de las últimas 10 encuestas nacionales posiciona al presidente Alberto Fernández con una imagen positiva del 62,4% vs una negativa del 34,2%, lo que ubica a la última encuesta de Rouvier & Asociados como la más representativa de la serie (gráfico abajo).


En cambio, la imagen de Mauricio Macri es como un espejo invertido respecto a la de Fernández: 36,4% de positiva vs 62,8% de negativa en el promedio de las encuestas nacionales más recientes. Según la última medición de la consultora Opinaia, mientras Fernández y Rodríguez Larreta lideran la medición de imagen a nivel nacional el ex presidente se ubica muy lejos, con 60% de negativa, por debajo no sólo del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sino también de María Eugenia Vidal, lo que abre la disputa por el liderazgo dentro de Juntos por el Cambio (gráfico abajo).


Este plexo de tendencias resulta pertinente para ver de dónde viene la opinión pública, como está y hacia dónde va, ya que venimos de una elección y vamos hacia otra: en agosto de 2021 se celebrarían las elecciones PASO de medio término (si la pandemia lo permite). El análisis comparado de las elecciones de medio término desde el regreso a la democracia muestra que esos comicios presentan resultados diferentes a los presidenciales y que el oficialismo de turno tiende a ganar con contundencia la primera elección de medio término posterior a la presidencial, pero con guarismos por debajo de la mayoría técnica del 50+1: en 1985, el gobierno de Raúl Alfonsín alcanzó 43,6%, en 1993 Carlos Menem llegó a 42,5%, en 2005 Néstor Kirchner obtuvo 39% y en 2017 Macri alcanzó 41,7% (gráfico abajo).


Vale decir que la mejor elección de medio término para cada signo político desde 1983 siempre fue la primera, con una regularidad estadística que ubica su caudal en torno al 40%. En cambio, la segunda o la tercera elección de cada signo político deriva en victorias pírricas o derrotas: le pasó a Alfonsín en 1987 (perdió frente a la Renovación peronista), a Menem en 1997 (perdió frente a la Alianza UCR-Frepaso) y a Cristina Fernández en 2009 y 2013 (en ambos casos, el FPV fue primera minoría nacional pero perdió en la provincia de Buenos Aires). Hoy, el promedio de las cinco encuestas más recientes arroja para el oficialismo una actitud electoral de 38,1% de cara al 2021. Con proyección de indecisos, la consultora Synopsis estima que el Frente de Todos podría alcanzar el 40%, es decir, un resultado similar al obtenido por Néstor Kirchner en 2005 (gráfico arriba).


La encuesta que más caudal le da al oficialismo es la realizada por Zuban Córdoba en julio, donde el Frente de Todos ronda el 42% (gráfico arriba), lo que implicaría una elección de medio término casi igual a la de Cambiemos en 2017 y similar a la estimación de Synopsis del 40% (la diferencia entre ambos guarismos no es estadísticamente significativa). Sin embargo, en todas estas encuestas el voto opositor está acumulado sin distinguir por sello político, lo cual no permite proyectar cuánto podría sacarle de ventaja el oficialismo a la segunda fuerza, un dato político que resulta clave a los fines de cualquier análisis. Una aproximación a esa disputa la brinda la encuesta nacional más reciente de Dalla Torre Consultores, que es la que menor actitud electoral presenta para el oficialismo pero al mismo tiempo lo ubica con una ventaja de 14,3 puntos porcentuales respecto a Juntos por el Cambio: 32,6% a 18,3%, respectivamente (gráfico abajo).


Si comparamos ese escenario con la definición de identidades políticas realizada por la consultora Synopsis en diciembre pasado (gráfico abajo), surge una clave interesante: el casi 33% del Frente de Todos en la encuesta de RDT está en el mismo orden de magnitud de la suma de los sellos que componen esa coalición electoral, a saber: kirchnerista 15,7% + peronista 18,9% + massista 0,3%= 34,9% (la diferencia entre ambos guarismos no es estadísticamente significativa).

Lo mismo sucede con Juntos por el Cambio, pues el 18,3% que arroja la encuesta de RDT es similar a la suma de los sellos que componen esa alianza opositora: 5,4% radical + 0,4% Coalición Cívica + 9,6% PRO= 15,4% (la diferencia entre ambos guarismos no es estadísticamente significativa). En síntesis, podríamos concluir que las tendencias hoy auguran una ventaja para el oficialismo de cara a la elección de segundo término del 2021, con una actitud electoral que ronda entre el 33% y el 40%, aproximadamente.

https://www.cba24n.com.ar/opinion/a-un-ano-de-las-paso--oficialismo-y-oposicion-en-las-encuestas-nacionales-_a5f3691814820286d85b4770f

lunes, 10 de agosto de 2020

La renegociación de la deuda externa en las encuestas


En mayo pasado dedicamos una entrada a la mirada interna de la opinión pública respecto a la deuda externa. La semana pasada, el gobierno nacional cerró exitosamente el canje con los acreedores privados; aunque resta renegociar con el FMI, el cierre de ese tramo del proceso fue el tema de la semana, lo cual amerita un repaso de datos y de repercusiones. Vale destacar que una de las primeras mediciones al respecto fue la realizada en su momento por la consultora Analogías, que en marzo pasado indagó qué proporción de la sociedad creía que el gobierno tendría éxito en la renegociación. En ese momento, el 49,2% respondió con optimismo, vs 24,2% que fue pesimista y 26,6% de ns/nc (gráfico abajo, click para agrandar). Vale decir que el optimismo estaba en el mismo orden de magnitud del voto obtenido por el Frente de Todos el 24-O-2019 (48,24%%), mientras que el pesimismo se correspondía con el núcleo duro del voto de Cambiemos/Juntos por el Cambio. Analogías también se anticipó al cierre del canje en su medición más reciente de julio, cuando detectó que 77,3% de los argentinos creían que el acuerdo con los acreedores era mucho o bastante importante para la economía argentina, vs casi 12% que lo consideraba poco o nada importante; casi 11% dijo no saber (gráfico arriba, click para agrandar). 


La primera medición posterior a la noticia la realizó Trespuntozero. A diferencia de lo que veíamos en marzo, donde el optimismo alcanzaba básicamente al electorado del Frente de Todos, ahora la valoración positiva trasciende la grieta: 61,4% evalúa el acuerdo como muy bueno o bueno y apenas 18,5% opina de manera negativa; 20,1% ns/nc. Entre los electores de Alberto Fernández casi 81% lo pondera positivamente, e incluso entre los votantes de Macri hay una mayoría de 51% que lo califica de manera favorable. El relevamiento se realizó sobre una muestra de 1.000 casos contactados vía online, en distintos puntos del país, entre el 4 y el 6 de agosto, con un margen de error de +/- 3,1%. El resultado es más módico en materia de expectativas: para una primera minoría del 36,2% el acuerdo va a mejorar la situación de la economía argentina, casi duplicando a los pesimistas que creen que la va a empeorar (19,4%). Una proporción similar a los optimistas (35,5%) cree que la situación económica va a seguir igual y casi 9% ns/nc. Entre los que dicen conocer el acuerdo, casi 40% se muestra optimista y casi 25% pesimista (gráfico abajo, click para agrandar). 


El oficialismo también se beneficia en la comparación con el gobierno anterior respecto a la resolución de la crisis de la deuda externa: 41,5% considera que el Frente de Todos de Alberto y Cristina Fernández es el espacio político más capacitado para eso, duplicando a quienes se inclinan por Juntos por el Cambio como espacio que aglutina a Macri, Vidal y Rodríguez Larreta. Casi 7% responde a favor del frente Despertar y 4,2% se inclina por Consenso Federal, 15,2% responde ninguno y casi 12% no sabe (gráfico abajo, click para agrandar). Vale decir que la respuesta a favor del Frente de Todos alcanza al 85% del caudal que obtuvo en la elección presidencial de octubre pasado, mientras que la respuesta a favor de Juntos por el Cambio apenas alcanza al 48% de aquel caudal, lo que confirma que este "issue" se consolida como un activo perceptivo a favor del gobierno de Alberto Fernández. 


En la misma línea, el gobierno de Mauricio Macri sale perceptivamente perjudicado como el que más endeudó al país, con 41,5% de las respuestas; casi 29% lo asocia el endeudamiento al gobierno de CFK y 10,3% al de Carlos Menem, que cierra el top 3. La gestión de De la Rúa alcanza 4,1% de las respuestas en esta materia, mientras que las gestiones de Néstor Kirchner, Alberto Fernández y Raúl Alfonsín tienen respuestas por debajo del error muestral; 6,4% dijo no saber (gráfico abajo, click para agrandar). 



Finalmente, en la mirada histórica más amplia el gobierno que lidera la percepción en cuanto al manejo del problema de la deuda es el de Néstor Kirchner (2003-2007), con casi 27% de las respuestas; luego, hay un empate técnico entre las menciones asociadas al gobierno de Macri (2015-2019), con 21,4%, y el de Alberto Fernández en curso, con 17,5%. El de CFK alcanza casi 9%, mientras que los de Carlos Menem y Raúl Alfonsín alcanzan respuestas similares al error muestral; 4,5% respondieron por otras gestiones y 14% no sabe (gráfico abajo, click para agrandar). En síntesis, casi 53% de las respuestas se asocian al espacio panjusticialista que conforma el Frente de Todos como alianza electoral y actual coalición de gobierno, confirmando así que este "issue" deuda se consolida como una ventaja perceptiva para el actual oficialismo. 


viernes, 7 de agosto de 2020

Reforma judicial: una aproximación a través del repaso de encuestas (columna publicada en CBA24N)

El gobierno nacional anunció la semana pasada el envío al Congreso de un proyecto de reforma judicial que apunta a reestructurar el fuero federal. Según el reciente estudio nacional realizado en julio por la consultora Analogías, el 77% cree que es muy o bastante necesaria una reforma de ese poder para mejorar el servicio de justicia, mientras que apenas 16% la ve como poco o nada necesaria (gráfico arriba)El acompañamiento es transversal por género, edad, nivel educativo y área de residencia. Ese mismo mes, Udesa detectó que los jueces están entre los sectores peor posicionados para la opinión pública, junto con el FMI y los grupos anticuarentena (gráfico abajo)

Un estudio anterior de la consultora Taquion marca que el 82,6% cree que los jueces y el sistema judicial no son justos ni imparten justicia para todos los ciudadanos por igual, vs apenas 6% que cree que sí (gráfico abajo). En sólo un trimestre, la tendencia desfavorable creció fuerte.

Ese dato es transversal a la grieta: el 80,1% de quienes votaron por Alberto Fernández y el 94% de quienes eligieron a Mauricio Macri coinciden en esas críticas al sistema judicial (gráfico abajo). 

En la misma línea, otro estudio reciente de la Fundación Uade y consultora Voices a propósito de la pandemia arrojó que el 75% cree que el accionar de los jueces ha sido malo durante la actual coyuntura, lo que coincide con un estudio del CELAG que ubica a los jueces con 75,3% de imagen negativa durante la crisis sanitaria planteada por el Covid-19 (gráfico abajo).

Así, el análisis de las encuestas recientes arroja claramente un plexo de creencias favorable a la necesidad de una reforma en la justicia. ¿Significa eso un aval lineal de la opinión pública al proyecto que presente el Ejecutivo oportunamente en el Congreso? La respuesta es no: dependerá del contenido concreto de la propuesta y del marco contextual en el que se presente. Si la reforma cae en “la grieta” oficialismo vs oposición las tendencias son cruzadas, lo cual no permite proyectar si el apoyo será mayoritario. Por ejemplo, un estudio previo de Analogías muestra que casi un 52% confía poco o nada en que la justicia investigue a fondo las denuncias de espionaje que afectan a Mauricio Macri y a otros ex funcionarios de la gestión anterior, vs 35,3% que confía mucho o bastante (gráfico abajo).

Por otro lado, según RDT Consultores, el 47,2% cree que la reforma judicial podría servirle a Cristina Fernández para salvarse de sus causas de corrupción, vs 35,5% que cree que la reforma mejoraría la calidad de la justicia. Vale decir: si la discusión pública de la reforma judicial queda planteada como una disputa entre bandos, es probable que el debate termine empantanado. En cambio, si el contenido y el marco del proyecto están orientados y se comunican haciendo hincapié en el beneficio general que puede aportar, crecen las chances de lograr un apoyo mayoritario. Es lo que sucedió con una de las primeras iniciativas que presentó el actual gobierno luego de asumir, la modificación del régimen previsional para los jueces: esa iniciativa logró oportunamente 71,5% de acuerdo vs 20,4% de desacuerdo (gráfico abajo).

Como se advierte, esa distribución es muy similar a las proporciones que reporta Analogías en relación a una reforma judicial: 77% a favor vs 16% en contra (las diferencias no son estadísticamente significativas). Para más datos, el apoyo a esa modificación fue transversal por género, edad y nivel educativo, confirmando que logró diluir la “grieta” entre oficialismo y oposición.

Para prosperar, la reforma judicial debería recorrer el mismo camino virtuoso en el debate público. Por lo pronto, la primera encuesta realizada en la provincia de Córdoba por la consultora Delfos arroja que más de la mitad de los cordobeses no está enterado del proyecto de reforma, mientras que en los demás existe una leve ventaja a favor de la necesidad de la reforma: 24% vs 19% que no la ve necesaria (gráfico abajo) y 6% que no tiene opinión formada. Esto confirma la necesidad de una mayor divulgación de la propuesta. 


https://www.cba24n.com.ar/opinion/reforma-judicial--una-aproximacion-a-traves-del-repaso-de-encuestas_a5f2d5882213b99238e20dffb


lunes, 3 de agosto de 2020

Comunidad del cuidado y conciencia de pandemia (2): tendencias nacionales y en distritos clave


Desde esta semana, el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) que venía segmentándose geográficamente desde mayo, se endurece parcialmente a nivel país, a tono con los rebrotes y el aumento de casos registrado tanto en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como en el interior. En una entrada reciente, veíamos cómo en Córdoba el apoyo para restringir las reuniones familiares a los días domingo y a 
las multas para incumplimientos (en casos de ocultamiento de información o síntomas del Covid-19 y realización de actividades deportivas no autorizadas, o sin cumplir protocolos) era mayoritario, con guarismos que oscilaban entre el 61% y el 85%. En la misma línea, la medición provincial de la consultora Delfos detectó que el 63% apoya las multas para quienes excedan el máximo de 10 personas en reuniones familiares (gráfico abajo, click para agrandar), dado que esos incumplimientos explican gran parte de los contagios de las últimas semanas. Ahora, el gobierno nacional decidió una medida aún más fuerte en esa materia, al disponer que por 15 días no puedan realizarse esas reuniones. 


Si bien no hay mediciones de esa disposición en particular, la encuesta más reciente sobre el tema coronavirus realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) arroja que casi el 70% de los electores argentinos evalúa de manera positiva el desempeño del presidente Alberto Fernández en relación con la pandemia, mientras que casi 27% lo califica de manera negativa (gráfico al inicio del posteo, click para agrandar). El núcleo de mayor intensidad positiva, que lo califica muy bien, es la primera minoría, con 36,2% de las opiniones, superando por sí solo a la calificación negativa acumulada (mal+muy mal). Según la encuesta más reciente de Management & Fit, la aprobación de la gestión del Covid-19 por parte del gobierno nacional alcanza 61,4%, vs 33,9% de desaprobación: si bien el saldo a favor en este caso es menor que en el estudio del CEOP (27,5 pp vs 43,3 pp, respectivamente), de todos modos el acompañamiento es nítido, muy superior a la mayoría estadística mínima del 50+1. Nuevamente, el núcleo de mayor intensidad positiva (aprueba mucho) supera a la desaprobación acumulada. El más reciente estudio de la consultora CEIS, por su parte, arroja que 60,4% aprueba las medidas de aislamiento vs 36,1% que las desaprueba, lo que resulta en un saldo a favor de 24,3 pp. 


La encuesta de la consultora que dirige Roberto Bacman se realizó sobre una muestra de 1.646 casos de todo el país representativa en sus proporciones por edad, sexo, lugar de residencia y nivel socioeconómico; los contactos fueron relevados por teléfono. Si la sumamos al promedio de las 7 mediciones más recientes sobre el tema coronavirus, surge que la gestión del Covid-19 por parte del gobierno nacional tiene una calificación positiva de 66,1%, con pico de casi el 80% y piso del 53%, por lo cual la encuesta del CEOP resulta muy representativa de la serie. Otro estudio reciente, en este caso de alcance regional y realizado por la consultora Opinaia, ubicó a la gestión del Covid-19 por parte del oficialismo más cerca del pico: 77% de calificación positiva vs 20% de negativa, sólo por debajo del 88% positivo registrado en Uruguay y aventajando a los demás países incluidos en la muestra. Según el mismo estudio, el 76% acuerda con la cuarentena (ver gráfico abajo, click para agrandar). La recolección de datos se realizó en la región durante el mes de junio vía panel online y en el caso argentino la muestra fue de 1.800 casos. 


Profundizando en los datos de CEOP, casi el 81% de los argentinos cree que la cuarentena cumplió diversos objetivos (ver gráfico abajo, click para agrandar): casi el 29% cree que evitó un mayor número de muertes, casi el 27% piensa que permitió mejorar la infraestructura de salud y evitar el colapso del sistema y casi 26% dice que permitió evitar un aumento descontrolado de contagios. Apenas 17% cree que no cumplió ninguno de los objetivos, es decir, 10 puntos porcentuales por debajo de quienes califican como negativa la gestión de la pandemia por parte del presidente. Vale decir que la posición anticuarentena sigue siendo la de una minoría mediáticamente sobrerrepresentada, y que la misma distorsión se observa en las mediciones realizadas en redes sociales, afectadas por diversos sesgos (entre ellos, la brecha digital) que las alejan de una encuesta por muestreo representativa de la población general. 
Asimismo, casi 71% está de acuerdo con la flexibilización progresiva de la cuarentena, vs 28% que está en desacuerdo. Al igual que vimos en la calificación de la gestión de la pandemia, el núcleo de mayor intensidad de acompañamiento (total acuerdo) es la primera minoría, con casi 37% de las opiniones, superando por sí mismo al desacuerdo acumulado (total desacuerdo+algo en desacuerdo; gráfico abajo, click para agrandar). 


En tanto, M&F reporta que el acuerdo con la reapertura gradual es de 60,5% vs un desacuerdo del 33,1%; 6,4% ns/nc (gráfico abajo, click para agrandar). Así, el saldo favorable oscila entre 42,8 pp según CEOP y 27,4 pp según Management & Fit; en cualquier caso, el apoyo es nítido y muy por encima del umbral del 50+1.


Los datos del CEOP también indican que en la sociedad creció el temor al contagio: en los últimos dos meses subió del 46% al 62% la proporción de quienes tienen mucho o bastante temor. El guarismo de preocupación está en el mismo orden de magnitud del 65% detectado en el último estudio realizado por Udesa al respecto; esa medición también reportó una suba, en este caso de 5 puntos porcentuales, comparada con su medición previa de abril (gráfico abajo, click para agrandar).  


Finalmente, el AMBA también muestra un fuerte acompañamiento a la gestión de la pandemia por parte del gobierno nacional: casi 69% la califica como excelente o muy buena, lo que coincide con el 69,9% de calificación positiva que vimos a nivel nacional según el CEOP. Entre los electores de Alberto Fernández la mitad califica su desempeño de excelente, mientras que entre los de Mauricio Macri la calificación positiva roza el 45%, con una primera minoría de 35,5% que lo evalúa como bueno; vale decir, pese al tiempo transcurrido el efecto "grieta" aún sigue relativamente diluido respecto al manejo del Covid-19 (gráfico abajo, click para agrandar). 


Respecto a la percepción de la cuarentena, el 74% de los electores del área metropolitana cree que fue una medida necesaria; apenas 17,5% la ve innecesaria pero de alguna utilidad, y casi 7% la califica como innecesaria e inútil. El 86,3% de los electores del Frente de Todos la ve necesaria y opinan lo mismo casi el 57% de los electores de Juntos por el Cambio (gráfico abajo, click para agrandar), confirmando nuevamente que "la grieta" se diluye en este tema. En síntesis, la gestión del Covid-19 por parte del gobierno nacional sigue contando con un fuerte acompañamiento de la opinión pública.