lunes, 27 de junio de 2022

Cómo siguen las internas según las últimas encuestas (nota publicada en CBA24N)

Aunque 2022 es un año no electoral (para las primarias y las elecciones generales de 2023 falta más de un año), la agitación interna en las dos principales coaliciones políticas no cesa. En este marco, las últimas encuestas permiten analizar la correlación de fuerzas en el Frente de Todos (FDT) y Juntos por el Cambio (JXC). Según el más reciente estudio de Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP), entre los votantes del oficialismo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner mantiene su liderazgo, con casi 57% de intención de voto; la escoltan Axel Kicillof, con 16,38% (aunque el gobernador de provincia de Buenos Aires buscaría ser reelecto en ese distrito) y el presidente Alberto Fernández cierra el podio, con 10,34%. Completan el top 5 Eduardo “Wado” de Pedro y Sergio Massa, en empate técnico (la diferencia entre 6,03% y 4,31% no resulta estadísticamente significativa); otros e indecisos apenas acumulan 6,04% (gráfico arriba).  

Con matices en las cifras, la última encuesta de Circuitos en provincia de Buenos Aires (PBA) coincide en ubicar al frente a CFK en la percepción de mejor cabeza de fórmula presidencial, con casi 44%; la sigue el presidente, que en ese distrito roza el 18%, mientras que Massa, Kicillof y De Pedro no llegan individualmente al 10% (gráfico arriba). Sintetizando ambas tendencias, la primacía de CFK en el oficialismo se mantiene respecto al análisis que hemos realizado en notas anteriores; al mismo tiempo, la ventaja que ella saca a otros actores de la coalición, como Alberto Fernández y Sergio Massa, probablemente opere como antídoto contra operaciones o intentos de ruptura, aunque no permita descartar totalmente esa hipótesis. 

El mismo estudio de CIGP arroja un panorama muy diferente dentro de JXC. En primer término, hay un triple empate técnico entre Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, dado que las diferencias que se sacan no son estadísticamente significativas. Un segundo nivel de lectura permite apreciar que dos potenciales precandidatos presidenciales del radicalismo arrancan la carrera muy detrás y en clara desventaja respecto a las figuras del PRO: pese a su relativa buena elección en la interna de JXC en PBA el año pasado (que de todos modos perdió contra el candidato “amarillo”, Diego Santilli), Facundo Manes apenas alcanza 3,43% de intención de voto, mientras que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se ubica en la mitad de ese caudal (1,71%); gráfico arriba). En otro orden, más de la mitad de los potenciales votantes de Juntos cree que Javier Milei no debería estar dentro de la coalición, pero casi un tercio cree que sí y casi 10% no se define al respecto. Para más datos, la última encuesta de Rouvier sondeó la cercanía política percibida entre Milei y los partidos que integran la alianza: 47,5% de los electores a nivel general lo ve próximo al PRO, apenas 14,6% a la UCR y un escaso 1,6% a la Coalición Cívica de Elisa Carrió (gráfico abajo). 

Con algún matiz, la última encuesta de Circuitos en PBA coincide en las tendencias generales de la interna: Macri figura en empate técnico con Bullrich (28,6% vs 26,2%, respectivamente), el jefe de gobierno de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) está un poco por atrás (21,4%) y Manes en 10,3%; Morales no aparece en esa medición (gráfico abajo).  

Así, dentro de JXC se mantiene el predominio del PRO sobre la UCR. Para mejorar su competitividad, el radicalismo no sólo debería confirmar vocación de poder, sino fundamentalmente consolidar un programa alternativo al de la oferta amarilla; si su motivación para permanecer dentro de Juntos sigue siendo sólo desbancar al oficialismo, difícilmente pueda superar la condición de “vagón de cola” al que quedó confinada desde la convención de Gualeguaychú en 2015. Por otro lado, en el PRO se fortalece la línea dura por sobre la más moderada que pretende encarnar Larreta, dado que Macri y Bullrich suman más del 50% en una potencial interna, duplicando al jefe de gobierno de CABA, según CIGP y Circuitos. Esto sugiere que si alguno de los dos primeros decidiera no competir, el caudal liberado terminaría por zanjar la disputa interna. Sin embargo, otra posibilidad es que el corrimiento a la derecha de JXC y/o un ingreso problemático de Milei a la coalición precipitaran una ruptura entre el ala dura del PRO vs el ala moderada, o bien generaran una salida del radicalismo del frente hacia una propuesta propia o más de centro. 

Finalmente, en este proceso, como hemos apuntado en notas previas, hay un claro conflicto de intereses: por un lado, Macri y Bullrich apuestan a un JXC más corrido hacia la derecha, pues plantean implementar en 2023 un programa más duro y menos gradualista; de ahí también sus coqueteos con Milei. Del otro lado, Rodríguez Larreta en el PRO y Morales en la UCR, con responsabilidades de gestión y buena imagen en los distritos que gobiernan (67,5% y 71,6%, respectivamente, según el último estudio interprovincial de CB Consultora; gráficos arriba y abajo) resisten ese corrimiento a la derecha para mantener su competitividad en una potencial interna de Juntos. 


lunes, 20 de junio de 2022

¿Se corrió a la derecha la agenda ideológica, según las últimas encuestas? (nota publicada en CBA24N)

Un lugar común del debate político-electoral actual pasa por plantear que la agenda ideológica argentina se habría corrido hacia la derecha. Como veremos en un análisis de encuestas nacionales, depende a qué nivel se lo mida: dada la volatilidad de la opinión pública respecto a distintos “issues” o tópicos de la agenda, la lectura no es tan lineal. Veamos: según un estudio reciente de D´Alessio IROL/Berensztein, 32% de los electores argentinos prefiere un candidato a presidente orientado políticamente hacia la derecha, 28% al centro y 22% a la izquierda (gráfico arriba). Aquí, hay una ventaja de 11 puntos porcentuales estadísticamente significativa de la derecha sobre la izquierda, pero también coexisten un 28% de votantes centristas y un 18% que no sabe, con lo cual se insinúa una primera minoría volcada a la derecha, pero no una hegemonía ideológica.  

Dado ese mosaico, cuando se pasa a medir temas concretos de la agenda las posiciones ideológicas muestran matices. Por caso, la última encuesta de Analogías indagó las creencias respecto a una potencial privatización de YPF: una primera minoría de 46,4% se opuso, contra un 34,4% que se pronunció en sentido afirmativo y 19,2% no sabe (gráfico arriba). En este caso, la postura ideológica que se podría asociar a la derecha se confirma en torno a un tercio del espectro, pero pierde contra la posición favorable a la estatización por una diferencia estadísticamente significativa de 12 puntos porcentuales. Salvo entre mayores de 60 años (el electorado más afín a Juntos por el Cambio), la preferencia por la propiedad estatal se impone en los demás segmentos etarios y en la apertura por variables género y nivel educativo. 


A su turno, Zuban Córdoba & Asociados midió las actitudes respecto a una eventual privatización de Aerolíneas Argentinas: en este caso, 50% se pronunció a favor contra 44,1% que prefiere que se mantenga en la órbita estatal; la ventaja a favor de la posición más vinculada a la agenda de derecha es de 5,9 puntos porcentuales, con 5,8% de no sabe (gráfico arriba), lo que perfila una brecha escasa como para terminar de zanjar la cuestión. 

Analogías también midió creencias respecto a una eventual reforma laboral, donde detectó un panorama mucho más fragmentado: 1 de cada 4 electores plantea una reforma con más derechos para los trabajadores (es decir, en sentido contrario a lo que plantea la agenda de derecha), 18,4% no ve necesaria una reforma, casi 16% plantea una reforma pero con los mismos derechos vigentes y apenas 15,5% apoya una reforma con menos derechos para el trabajador; 25,4% no sabe (gráfico arriba). En ese caso, la posición más identificada con la derecha es claramente minoritaria. 

Finalmente, si a la agenda de la derecha se la personaliza con algunas de las propuestas de Javier Milei, precandidato presidencial de La Libertad Avanza, como ensayó la última encuesta de Ricardo Rouvier & Asociados, el acuerdo con ellas también es minoritario: dejando afuera la legalización del aborto (puesto que la interrupción voluntaria del embarazo ya fue sancionada por el gobierno del Frente de Todos en 2020), la libre portación de armas roza el 39%, pero pierde contra la posición contraria por 10 puntos porcentuales; la legalización del consumo de drogas alcanza 17,5% contra una oposición de 68,2%, privatizar la educación pública apenas roza el 9% contra un desacuerdo de casi 73%, legalizar la venta de órganos alcanza 7,5% contra un desacuerdo 10 veces mayor, no asistir al necesitado apenas suma 5,5% contra casi 79% de desacuerdo, y disolver el BCRA roza el 5% contra un desacuerdo de casi 49%, si bien en este caso hay un 46,4% de ns/nc. En síntesis, el análisis de diversas encuestas permite concluir que las posiciones afines a la derecha no configuran un bloque mayoritario ni estadísticamente homogéneo: sólo en algunos temas puntuales perfilan una mayoría (caso privatización de AA), mientras que respecto a la privatización de YPF retroceden hasta un tercio del electorado y son aún más minoritarias en tópicos como reforma laboral. En cuanto a la agenda libertaria, sus propuestas más emblemáticas están en abrumadora desventaja respecto a las posiciones contrarias.  

lunes, 13 de junio de 2022

La imagen de los principales dirigentes políticos según las últimas encuestas nacionales (nota publicada en CBA24N)

 

En la nota de la semana anterior veíamos que el espacio para una renovación de la oferta política de cara al 2023 era acotado, puesto que según las últimas encuestas nacionales el Frente de Todos (FDT) sostiene el caudal obtenido en el turno electoral 2021 y se ubica en empate técnico con Juntos por el Cambio (JXC), que cede electores en favor del emergente libertario. Ese sello capitaliza hoy la demanda de una alternativa política de la mano de Javier Milei, lo que deja poco espacio al peronismo no K y la izquierda. Al mismo tiempo, en las dos coaliciones principales las figuras con mayor intención de voto siguen siendo todas caras conocidas, lo que termina por delimitar la intención de cambio. ¿Qué sucede si sumamos al análisis la variable imagen? Aquí, el panorama muestra matices. En la última encuesta de Opinaia, Milei aún aparece con un diferencial positivo de 10 puntos porcentuales, que surgen de 50% de positiva vs 40% de negativa; Larreta apenas alcanza un diferencial positivo de 2 puntos porcentuales, mientras que las demás figuras del PRO (María Eugenia Vidal, Patricia Bullrich y Mauricio Macri) aparecen con saldo negativo; lo mismo le sucede a Martín Lousteau, Gerardo Morales y Alfredo Cornejo, aunque en estos casos su nivel de conocimiento aún muestra un potencial de mejoría (gráfico arriba). 

Los dirigentes del FDT también muestran saldos negativos, sin diferencias estadísticamente significativas entre Alberto Fernández y Cristina Fernández. El descrédito también alcanza a figuras por fuera de “la grieta”, como Juan Schiaretti y Nicolás del Caño, ambos con diferencial desfavorable, si bien con la ventaja relativa de un nivel de conocimiento que podría subir. Sin embargo, otros estudios recientes muestran tendencias diferentes. De acuerdo a D´Alessio-Irol/Berensztein, el libertario tiene un balance de imagen negativo de 11 puntos porcentuales, que surge de 39% de positiva vs 50% de negativa (gráfico arriba). Un panorama similar arroja la última medición de Zuban Córdoba & Asociados, con 41,2% de positiva vs 51,4% de negativa (gráfico abajo), de lo que resulta un saldo desfavorable de 10,2 puntos porcentuales. 

En cuanto a la imagen de los dirigentes del FDT en ese informe, la vicepresidenta aventaja a las demás figuras oficialistas, incluido el presidente (gráfico abajo): tiene mayor imagen positiva (casi 35%) y menos negativa. 


Pasando a JXC, Zuban Córdoba muestra a Bullrich, Rodríguez Larreta y Facundo Manes con diferencial de imagen positivo (10,4 pp, 1,9 pp y 2,6 pp, respectivamente), mientras que Macri y Vidal tienen saldos negativos de 18,4 pp y 17,7 pp, respectivamente (gráfico abajo). 

Las demás figuras de JXC también muestran diferencial negativo, y lo mismo sucede con Schiaretti (gráfico abajo). 

En síntesis, si nuestro repaso de la semana pasada mostraba un panorama acotado para la renovación de la oferta política en términos de intención de voto de cara al 2023, este análisis delimita el espacio potencial para la irrupción de figuras novedosas a una serie de condiciones: 1) si las próximas encuestas siguen mostrando a Milei con un diferencial de imagen negativo (lo que coincide con su estancamiento en intención de voto), el escenario podría abrirse para figuras alternativas 2) si las próximas encuestas comienzan a mostrar que el pelotón de dirigentes que aún pueden crecer en términos de conocimiento logran traducir su mayor registro en imagen positiva: ahí aparecen Schiaretti en el peronismo no K, y en JXC Manes, Cornejo y Morales, si bien con algunos matices. 

En cambio, si la condición principal no se cumple, el espacio para el surgimiento de figuras novedosas seguirá acotado por la performance de Milei, cuya incorporación o no a JXC continuará tensionando de manera asimétrica el escenario preelectoral hacia 2023. ¿Por qué? Porque su mayor impacto se da en primer lugar entre electores cambiemitas (casi 6 de cada 10 de ellos se sienten identificado en gran medida o en alguna medida con el fenómeno libertario) y en segundo término entre los votantes de otras fuerzas, donde casi 4 de cada 10 se identifican en gran medida o en alguna medida con él, según D´Alessio-Irol (gráfico arriba). En la medida en que su impacto es bajo o nulo entre los votantes del FDT y la izquierda, una “tercera vía” anti grieta hoy sólo puede prosperar a condición de que Milei se debilite, o bien de que una incorporación suya a JXC genere la ruptura de un tablero que aún se muestra polarizado.    

lunes, 6 de junio de 2022

¿Hay una demanda de renovación de la oferta política, según las encuestas? (nota publicada en CBA24N)

Uno de los debates centrales de los últimos meses es si la oferta política se puede reconfigurar hacia un escenario diferente al de la polarización que arrojó el turno electoral 2019, cuando las dos coaliciones principales, el Frente de Todos (FDT) y Juntos por el Cambio (JXC) coparon en conjunto 88,5% del total de los votos. ¿Existe una demanda de renovación que abra espacio para un escenario no polarizado? Depende de a qué nivel se la mida en las encuestas: según un estudio reciente de consultora Taquión, casi 67% de los electores considera fundamental una renovación de la dirigencia política, mientras que 23,6% opina que es necesaria pero no fundamental; apenas 6,5% no la ve como necesaria ni como fundamental (gráfico arriba). A priori, eso insinuaría una fuerte demanda de cambio en la oferta política. 


Sin embargo, cuando se indaga la preferencia electoral de cara al turno electoral 2023, el deseo de que gobierne un partido político o un frente nuevo se ubica en 34,3%; un guarismo importante, pero más de 30 puntos porcentuales por debajo del casi 67% que veíamos antes. En situación de empate técnico aparece la inclinación por que vuelva a gobernar JXC (31,2%) y la de que siga en el poder el peronismo (30,6%; gráfico arriba). Cuando se pasa a medir intención de voto, la posibilidad de renovación queda aún más acotada, ya que tanto JXC como el FDT insinúan una recuperación de su caudal respecto a las caídas que habían mostrado en abril pasado, mientras que los libertarios aparecen estables en torno al 20% y una cuarta alternativa despolarizadora (que combina el voto a otra fuerza con el “no votaría”) se mantiene por debajo del 5% y con tendencia descendente, lo mismo que la izquierda (gráfico abajo). 

Es cierto que hay encuestas recientes, como la de consultora Opina, que ubican a los libertarios más competitivos, en empate técnico con el FDT (gráfico abajo). 

Pero el promedio de las encuestas nacionales más recientes muestra un panorama diferente: tanto el FDT como JXC rondan el 33%, mientras que libertarios se ubican en 17,5%, la izquierda en 3% y otras fuerzas en 3,5%. Eso perfila un panorama polarizado, lo que ubica a la última encuesta de Management & Fit como la más representativa de la serie en cuanto al caudal potencial de las dos fuerzas principales que disputan la condición de primera minoría electoral (gráfico abajo).  

Eso no implica que el mapa político-electoral no presente novedades. De hecho, cuando se compara el promedio actual con el resultado de noviembre de 2021, se advierte que el oficialismo conserva su caudal (considerando el error muestral, la merma de 35% a 33% no resulta estadísticamente significativa). En cambio, JXC sí acusa un desgaste, pues cede 9 puntos porcentuales respecto al 42% que obtuvo hace pocos meses. La última encuesta del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Universidad de Buenos Aires (OPSA-UBA) brinda una clave de esa merma, que se explica por una fuga muy definida y alta hacia el espacio de los libertarios (17%) y respuestas de incertidumbre (14%; gráfico abajo).  



A su turno, el último informe de consultora Opinaia brinda algunos datos adicionales para profundizar el análisis: aunque presenta una situación más competitiva que el promedio (con tres fuerzas principales por debajo del 30% de caudal, no traducible a una pelea de “tres tercios”), confirma que el 1-2 tiende a jugarse entre JXC y el FDT. En segundo término, también muestra que hoy no existe espacio para una alternativa “despolarizadora” a manos de una “tercera vía” de peronismo no K, que apenas alcanza 4% y está en empate técnico con la izquierda (3%; gráfico abajo). Cuando además de poner en consideración los sellos políticos se ponen en danza los nombres, tanto en JXC como en el FDT se imponen las figuras más conocidas (Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, por un lado, y Cristina Kirchner y Alberto Fernández, por otro), mientras que la novedad aparece acotada a Javier Milei, que con 21% acapara casi todo el caudal libertario.


Finalmente, cuando se pasa a un terreno más asociado al “realismo político”, el 1-2 se invierte: más allá de las preferencias, 30% cree que el próximo presidente será del FDT, mientras que JXC alcanza 24% y libertarios 22%; el peronismo no K apenas llega a 2% y la izquierda a 1% (gráfico abajo). 


En síntesis, del repaso de las últimas encuestas nacionales se concluye que respecto al turno electoral 2021 el oficialismo sostiene su caudal, mientras que JXC cede electores en favor del emergente libertario. Sin embargo, el promedio no perfila un escenario de tres tercios, sino que confirma a las dos coaliciones principales disputándose la primera minoría, en tanto que el sello liberal se ubica en una franja que va del 15% al 23%, con un promedio de 17,5%, lo que podría ponerlo como árbitro de un potencial ballotage. Lo que sí, hoy Milei está capitalizando la demanda de renovación de la oferta política, lo que no deja espacio para una “tercera vía” de peronismo no K ni para un fortalecimiento de la izquierda.