Uno de los debates centrales de los últimos meses es si la oferta política se puede reconfigurar hacia un escenario diferente al de la polarización que arrojó el turno electoral 2019, cuando las dos coaliciones principales, el Frente de Todos (FDT) y Juntos por el Cambio (JXC) coparon en conjunto 88,5% del total de los votos. ¿Existe una demanda de renovación que abra espacio para un escenario no polarizado? Depende de a qué nivel se la mida en las encuestas: según un estudio reciente de consultora Taquión, casi 67% de los electores considera fundamental una renovación de la dirigencia política, mientras que 23,6% opina que es necesaria pero no fundamental; apenas 6,5% no la ve como necesaria ni como fundamental (gráfico arriba). A priori, eso insinuaría una fuerte demanda de cambio en la oferta política.
Sin embargo, cuando se indaga la preferencia electoral de cara al turno electoral 2023, el deseo de que gobierne un partido político o un frente nuevo se ubica en 34,3%; un guarismo importante, pero más de 30 puntos porcentuales por debajo del casi 67% que veíamos antes. En situación de empate técnico aparece la inclinación por que vuelva a gobernar JXC (31,2%) y la de que siga en el poder el peronismo (30,6%; gráfico arriba). Cuando se pasa a medir intención de voto, la posibilidad de renovación queda aún más acotada, ya que tanto JXC como el FDT insinúan una recuperación de su caudal respecto a las caídas que habían mostrado en abril pasado, mientras que los libertarios aparecen estables en torno al 20% y una cuarta alternativa despolarizadora (que combina el voto a otra fuerza con el “no votaría”) se mantiene por debajo del 5% y con tendencia descendente, lo mismo que la izquierda (gráfico abajo).
Es cierto que hay encuestas recientes, como la de consultora Opina, que ubican a los libertarios más competitivos, en empate técnico con el FDT (gráfico abajo).
Pero el promedio de las encuestas nacionales más recientes muestra un panorama diferente: tanto el FDT como JXC rondan el 33%, mientras que libertarios se ubican en 17,5%, la izquierda en 3% y otras fuerzas en 3,5%. Eso perfila un panorama polarizado, lo que ubica a la última encuesta de Management & Fit como la más representativa de la serie en cuanto al caudal potencial de las dos fuerzas principales que disputan la condición de primera minoría electoral (gráfico abajo).
Eso no implica que el mapa político-electoral no presente novedades. De hecho, cuando se compara el promedio actual con el resultado de noviembre de 2021, se advierte que el oficialismo conserva su caudal (considerando el error muestral, la merma de 35% a 33% no resulta estadísticamente significativa). En cambio, JXC sí acusa un desgaste, pues cede 9 puntos porcentuales respecto al 42% que obtuvo hace pocos meses. La última encuesta del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Universidad de Buenos Aires (OPSA-UBA) brinda una clave de esa merma, que se explica por una fuga muy definida y alta hacia el espacio de los libertarios (17%) y respuestas de incertidumbre (14%; gráfico abajo).
A su turno, el último informe de consultora Opinaia brinda algunos datos adicionales para profundizar el análisis: aunque presenta una situación más competitiva que el promedio (con tres fuerzas principales por debajo del 30% de caudal, no traducible a una pelea de “tres tercios”), confirma que el 1-2 tiende a jugarse entre JXC y el FDT. En segundo término, también muestra que hoy no existe espacio para una alternativa “despolarizadora” a manos de una “tercera vía” de peronismo no K, que apenas alcanza 4% y está en empate técnico con la izquierda (3%; gráfico abajo). Cuando además de poner en consideración los sellos políticos se ponen en danza los nombres, tanto en JXC como en el FDT se imponen las figuras más conocidas (Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, por un lado, y Cristina Kirchner y Alberto Fernández, por otro), mientras que la novedad aparece acotada a Javier Milei, que con 21% acapara casi todo el caudal libertario.
Finalmente, cuando se pasa a un terreno más asociado al “realismo político”, el 1-2 se invierte: más allá de las preferencias, 30% cree que el próximo presidente será del FDT, mientras que JXC alcanza 24% y libertarios 22%; el peronismo no K apenas llega a 2% y la izquierda a 1% (gráfico abajo).
En síntesis, del repaso de las últimas encuestas nacionales se concluye que respecto al turno electoral 2021 el oficialismo sostiene su caudal, mientras que JXC cede electores en favor del emergente libertario. Sin embargo, el promedio no perfila un escenario de tres tercios, sino que confirma a las dos coaliciones principales disputándose la primera minoría, en tanto que el sello liberal se ubica en una franja que va del 15% al 23%, con un promedio de 17,5%, lo que podría ponerlo como árbitro de un potencial ballotage. Lo que sí, hoy Milei está capitalizando la demanda de renovación de la oferta política, lo que no deja espacio para una “tercera vía” de peronismo no K ni para un fortalecimiento de la izquierda.
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