Recientemente, citamos datos propios de consultora Delfos que muestran en la provincia de Córdoba (pesa 8,7% en el electorado nacional) a CFK con 28% de intención de voto, contra 25% del presidente Mauricio Macri y 11% de Sergio Massa. Esto implica un empate técnico (la diferencia de 3 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa) en un distrito que en los comicios de 2015 y 2017 fue muy favorable a Cambiemos. Conocida ayer la decisión de no desdoblar los comicios en provincia de Buenos Aires (PBA, que pesa 37% de los electores), se impone un repaso de las tendencias en ese distrito. La consultora Circuitos realizó una encuesta sobre una muestra de 1.158 casos, relevados entre el 9 y el 14 de enero, con un margen de error de +/- 3,5%. La muestra abarca Primera y la Tercera sección electoral de PBA y del interior, contemplando los tres cordones del Gran Buenos Aires y partidos del interior. En la intención de voto a presidente, Cristina Fernández alcanza 33,2% y Macri 30,2%, de lo que resulta una diferencia de 2,9 pp, casi idéntica a los 3 pp que vimos en Córdoba (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar).
Es decir, en los dos distritos más gravitantes en el total nacional, hoy la elección está en empate técnico, lo cual no es un dato menor, dado que en la primera vuelta de 2015 en Córdoba Macri le sacó 34 pp de diferencia al candidato del FPV, Daniel Scioli (53,24% a 19,21%), mientras que hoy se ubica 3 pp detrás de CFK. En Buenos Aires, en tanto, en la primera vuelta Scioli le sacó a Macri 4,21 pp de ventaja (37,13% a 32,92%), mientras que hoy está casi 3 pp detrás. Así, más allá de que en ambos casos la diferencia actual a favor de la ex presidenta no es estadísticamente significativa, la tendencia muestra el desgaste del oficialismo, que hoy no tiene en Córdoba el bastión con que supo contar. A su turno, Sergio Massa alcanza 9,8% de intención de voto, una performance magra considerando que en la primera vuelta de 2015 llegó a 22,40% en PBA. Que el tigrense esté hoy casi 13 pp por debajo del registro que alcanzó hace casi 4 años en el distrito más gravitante explica gran parte de las dificultades de Alternativa Federal para consolidarse y evitar la polarización; si bien no hay cifras de cuánto mide Lavagna en PBA, se puede estimar que la performance de Urtubey es menor a la de Massa, ya que no cuenta con implantación territorial en esa provincia.
En segundo término, que se haya decidido mantener la elección de gobernador en PBA junto con la presidencial resulta relevante en términos de los potenciales arrastres por tramo de boleta. Al consultar la representatividad de los espacios, Circuitos hace una pregunta que junta a Macri con Vidal (como si fueran juntos en la boleta) y luego a Cristina Fernández con un referente K alternativo (Agustín Rossi). Así, el binomio de Unidad Ciudadana queda arriba del de Cambiemos: 32,4% a 30,7%, una diferencia de 1,7 pp que confirma el escenario de empate técnico (ver datos arriba; click para agrandar). Sin embargo, cuando se definió la elección de gobernador de PBA en 2015, María Eugenia Vidal venció a Aníbal Fernández por 39,49% a 35,18%, una diferencia de 4,31 pp que hoy en el sondeo de Circuitos se invierte en casi 2 pp a favor de Unidad Ciudadana. Como la hipótesis del vidalismo es que Macri podría arrastrar negativamente la fórmula a la gobernación, apareció el debate por el desdoblamiento, que quedó zanjado por la negativa ayer.
Así, Cambiemos no está haciendo en Córdoba una elección comparable a la que preanunció la victoria en ballotage que le permitió a Macri alcanzar la diferencia necesaria para convertirse en presidente en la segunda vuelta, ni tampoco la está haciendo en PBA, al menos por ahora. También resulta sintomático que la intención de voto de Macri (30,1%) esté alineada con su imagen positiva (31,1%; ver datos arriba, click para agrandar). En el caso de CFK, su intención de voto (33,2%) está un poco por debajo de su imagen positiva (38,1%; ver datos abajo, click para agrandar), pero en el mismo orden de magnitud, dado que la diferencia entre ambas variables no es estadísticamente significativa: 4,9 pp. Es decir, en estos indicadores clave, Córdoba y PBA están presentando tendencias muy similares: empate técnico en la intención de voto de Macri y CFK e intenciones de votos alineadas a la imagen positiva de ambas figuras.
Comparativamente, la imagen de la gobernadora Vidal está más cerca de la de CFK que de la del presidente, con lo cual hay un mayor desacople entre la representación provincial por espacios y la evaluación de la figura de la gobernadora. Precisamente en esta brecha radicaba el quid del potencial desdoblamiento: al definirse por la negativa, habrá que ver si Macri arrastra hacia abajo a Vidal o, en cambio, si la gobernadora arrastra hacia arriba al presidente, y al mismo tiempo ver el arrastre entre Cristina Fernández y el candidato a gobernador que define Unidad Ciudadana, y sumarle a todo este mix el potencial arrastre del tramo de intendentes. En cuanto al potencial corte de boletas, el antecedente de 2015 marca que en el tramo presidencial Cambiemos sacó casi 33%, contra casi 40% a gobernador, es decir que hubo un corte de boleta que benefició a Vidal, dado que gran parte de esa diferencia provino de votos del Frente Renovador (Massa), que hoy mide mucho menos (lo que podría hacer descender el corte). Al mismo tiempo, el kirchnerismo sacó 37,13% en el tramo presidencial y 35,18% en el de gobernador, un corte de 1,95 pp. Finalmente, cabe destacar que si bien en el estudio de Circuitos la ventaja de CFK sobre Macri es de 3,1 pp, en otras mediciones, como es el caso del último estudio de Giacobbe y asociados, la brecha se estira hasta 5 pp.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
miércoles, 30 de enero de 2019
martes, 29 de enero de 2019
De planes A a planes B: los matices en las mediciones (2)
Los matices distintivos de la encuesta de Poliarquía (medir más de un dirigente por espacio) hacen que uno como analista se pregunte, razonablemente, si debe incluir este estudio dentro de la serie con la que construimos el promedio de mediciones, tomando como datos las sumas de cada espacio, o bien tratarla por separado. Si decidiéramos sumarla a los 6 estudios anteriores, el promedio daría 30,8% para Unidad Ciudadana y 30,1% para Cambiemos, un nuevo empate técnico que confirma la tendencia general de polarización simétrica que venimos señalando desde hace tiempo.
Esa misma polarización simétrica, con Cambiemos y Unidad Ciudadana entrando al ballotage, surge de la encuesta más reciente de la consultora Opinaia. Se trata de un relevamiento nacional sobre una muestra de 2.925 casos realizado entre el 11 y el 23 de enero, con un margen de error de +/- 1,8%. Se destaca de otros estudios por incluir varios escenarios. En el escenario 0, denominado "todos contra todos", CFK y Mauricio Macri empatan en 28% de intención de voto, mientras que Roberto Lavagna alcanza 16%, con lo cual queda lejos de la disputa por la primera minoría electoral y el pase a ballotage, dado que la diferencia de 12 puntos porcentuales respecto a Cristina y el presidente es estadísticamente significativa. 1) Sin embargo, Lavagna tiene a su favor que se insinúa como más competitivo que Sergio Massa: cuando este compite, alcanza 11%, contra 30% de la ex presidenta y el actual presidente; así, el tigrense queda a 19 pp de la punta, con menos chances aun de arrimarse a la disputa por la primera minoría electoral 2) luego, aparece un segundo escenario con Lavagna, donde no se advierten diferencias en el listado de precandidatos medidos en el "todos contra todos", aunque en este caso Lavagna repite el 11% de Massa y lo mismo sucede con CFK y Macri 3) finalmente, el gobernador salteño Juan Urtubey se insinúa como el menos competitivo del peronismo no K: con 8%, queda a 22 pp de Macri y a 23 pp de CFK, que en este escenario alcanza 31% de intención de voto (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). Es decir, dentro de ese espacio Lavagna sería el plan A, y Massa estaría disputando el B con Urtubey. En cuanto a "outsiders", Alfredo Olmedo ronda entre el 4% y 5% de intención de voto, y José Espert entre el 2% y el 3%, guarismos que podrían interpretarse como potenciales fugas de voto "por derecha" para Cambiemos, lo que a su vez acota el espacio para un "Bolsonaro" criollo.
En cualquier caso, el panorama general no cambia: sólo Macri y CFK tienen chances de pasar al ballotage hoy, mientras que Alternativa Federal no logra romper una polarización simétrica en la cual oficialismo y principal fuerza opositora suman alrededor del 60% de intención de voto. Aunque varios escenarios devienen abstractos por esta consideración, Opinaia incluye varias simulaciones de ballotage: mano a mano, Macri alcanza 43% contra 40% de Cristina Fernández, un nuevo empate técnico dado que la brecha de 3 pp no es estadísticamente significativa; 17% permanecen indecisos. Recordemos que la literatura comparada de segundas vueltas en Latinoamérica enseña que cuando la diferencia entre los candidatos que pasan a segunda vuelta es menor a los 5 pp, el resultado es reversible y las chances se reparten de manera muy simétrica para ambos, que fue ni más ni menos lo que vimos en 2015 (3 pp de diferencia entre Daniel Scioli y Macri en la primera vuelta, y 2,7 pp de diferencia a favor de Macri en el ballotage). Al ser CFK la candidata opositora más competitiva, cuando ella sale de competencia, suben los indecisos, que en el caso de una compulsa entre Macri (36%) y Massa (35%) trepan al 29% (ver datos arriba; click para agrandar).
Cuando se mide a Lavagna, el economista obtiene 37% contra 34% de Macri, un nuevo empate técnico; los indecisos vuelven a trepar al 29% por la ausencia de CFK. En tanto, compitiendo con Axel Kicillof Macri llega al 41%, contra 34% del ex ministro y 25% de indecisos (ver datos arriba; click para agrandar). La diferencia de 7 pp es estadísticamente significativa y sugiere que hoy Kicillof es un candidato menos competitivo que CFK dentro del abanico de Unidad Ciudadana. De todos modos, como planteamos, en rigor el único escenario factible hoy siempre que la ex presidenta juegue es el de un ballotage entre ella y Macri, dado que la literatura regional de ballotages enseña que cada contrincante va a segunda vuelta manteniendo, de mínima, el caudal que obtuvo en primera, y ninguno de los candidatos alternativos a CFK se acerca hoy al umbral del 30% necesario para disputar la primera minoría electoral y el pase a ballotage.
lunes, 28 de enero de 2019
De planes A a planes B: los matices en las mediciones (1)
Dedicamos la serie anterior de posteos a analizar los matices que aparecen según las mediciones incluyan o no figuras como las de Alfredo Olmedo y José Espert (cisnes "grises" que implicarían una potencial "fuga por derecha" de votos a Cambiemos) y otros precandidatos como Roberto Lavagna, Martín Lousteau y Ricardo Alfonsín, que disputan el voto más de "centro" o moderado. La última medición de Poliarquía, en cambio, da oportunidad de retomar otro eje de análisis: el de los planes "A" o "B". Según la encuesta realizada este mes de enero, en materia de preferencia electoral el presidente Mauricio Macri cedió 7 puntos porcentuales respecto a diciembre pasado, con lo cual se ubicó en 15%, en empate técnico con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal (16%). En momentos en que se discute un eventual desdoblamiento de las elecciones en ese distrito clave, este dato reactualiza la pregunta sobre si la gobernadora de PBA puede volver a ser considerada como plan B del oficialismo en caso de que Macri no se recupere. En diciembre pasado, Macri aventajaba a Vidal por 7 pp, mientras que en octubre pasado, siempre según Poliarquía, llegó a estar 5 pp por debajo de ella (ver datos al lado; click para agrandar).
El desempeño de Macri es fluctuante: con pico de 22% en diciembre pasado y piso de 13% en octubre, su rango es de 9 pp y su promedio de 16%.
En cambio, el de Vidal es mucho más estable, siempre entre 15% y 18%, con lo cual su rango es de apenas 3 pp y su promedio de 16,8%. Elisa Carrió queda muy atrás, con 4%. La medición no incluyó figuras del espacio Cambiemos con perfil crítico que sí vimos en anteriores mediciones, como Ricardo Alfonsín y Martín Lousteau, lo que reduce el abanico a dos figuras PRO-puras como el presidente y la gobernadora de PBA, dado que el desempeño de Carrió es muy inferior y amesetado; aun considerando su valor pico de junio pasado (7%) no aparece como una figura lo suficientemente competitiva.
A su turno, la ex presidenta Cristina Fernández alcanza 22%, con lo que supera a ambas figuras de Cambiemos, si bien por una diferencia no categórica (entre 6 pp y 7 pp). Su desempeño también es más estable, siempre entre un piso de 18% y un pico de 24% (rango de 6 pp) y un promedio de 21,5%. En la principal fuerza de oposición no hay lugar para las dudas, de acuerdo a Poliarquía: Axel Kicillof tiene 6% y Agustín Rossi 1%, con lo cual ninguno de ellos adquiere suficiente volumen para ser considerado un plan "B" a CFK, al menos según esta consultora.
En el caso del peronismo no K, tal como marcan la mayoría de las mediciones, Sergio Massa (12%) aventaja a Juan Urtubey (6%) y Miguel Pichetto (1%); la encuesta no incluyó a Roberto Lavagna, así que hasta nueva orden no sabremos cuál es su performance en la preferencia electoral que mide Poliarquía. El promedio de Massa es de 12,8% y su rango de 3 pp (piso de 12% y pico de 15%). El promedio de Urtubey es de 5% y su rango de 4 pp (piso de 3% y pico de 7%). La diferencia de 6 pp entre Massa y Urtubey no es estadísticamente significativa a nivel de la muestra general, pero se insinúa categórica al nivel de análisis de esta tercera fuerza, dado que el tigrense se mantiene a lo largo de toda la serie evolutiva por arriba del gobernador salteño, con lo cual, en ausencia de Lavagna, el plan "A" de Alternativa Federal sería Massa y el "B" Urtubey.
Considerando las sumatorias por espacio, Cambiemos alcanza 35% y el Kirchnerismo 29%; la diferencia de 6 pp no es estadísticamente significativa y mantiene el escenario de empate técnico en la disputa por la primera minoría electoral que venimos viendo en la mayoría de las mediciones. En la misma línea, el peronismo no K sigue tercero y lejos de la disputa por la primera minoría electoral, ubicándose 11 pp por debajo de la principal fuerza opositora y por lo tanto fuera de las chances de pasar al ballotage (ver datos arriba; click para agrandar). Es decir, el escenario recrea la polarización Cambiemos-Kirchnerismo, obturando las posibilidades para una tercera vía.
El desempeño de Macri es fluctuante: con pico de 22% en diciembre pasado y piso de 13% en octubre, su rango es de 9 pp y su promedio de 16%.
En cambio, el de Vidal es mucho más estable, siempre entre 15% y 18%, con lo cual su rango es de apenas 3 pp y su promedio de 16,8%. Elisa Carrió queda muy atrás, con 4%. La medición no incluyó figuras del espacio Cambiemos con perfil crítico que sí vimos en anteriores mediciones, como Ricardo Alfonsín y Martín Lousteau, lo que reduce el abanico a dos figuras PRO-puras como el presidente y la gobernadora de PBA, dado que el desempeño de Carrió es muy inferior y amesetado; aun considerando su valor pico de junio pasado (7%) no aparece como una figura lo suficientemente competitiva.
A su turno, la ex presidenta Cristina Fernández alcanza 22%, con lo que supera a ambas figuras de Cambiemos, si bien por una diferencia no categórica (entre 6 pp y 7 pp). Su desempeño también es más estable, siempre entre un piso de 18% y un pico de 24% (rango de 6 pp) y un promedio de 21,5%. En la principal fuerza de oposición no hay lugar para las dudas, de acuerdo a Poliarquía: Axel Kicillof tiene 6% y Agustín Rossi 1%, con lo cual ninguno de ellos adquiere suficiente volumen para ser considerado un plan "B" a CFK, al menos según esta consultora.
En el caso del peronismo no K, tal como marcan la mayoría de las mediciones, Sergio Massa (12%) aventaja a Juan Urtubey (6%) y Miguel Pichetto (1%); la encuesta no incluyó a Roberto Lavagna, así que hasta nueva orden no sabremos cuál es su performance en la preferencia electoral que mide Poliarquía. El promedio de Massa es de 12,8% y su rango de 3 pp (piso de 12% y pico de 15%). El promedio de Urtubey es de 5% y su rango de 4 pp (piso de 3% y pico de 7%). La diferencia de 6 pp entre Massa y Urtubey no es estadísticamente significativa a nivel de la muestra general, pero se insinúa categórica al nivel de análisis de esta tercera fuerza, dado que el tigrense se mantiene a lo largo de toda la serie evolutiva por arriba del gobernador salteño, con lo cual, en ausencia de Lavagna, el plan "A" de Alternativa Federal sería Massa y el "B" Urtubey.
Considerando las sumatorias por espacio, Cambiemos alcanza 35% y el Kirchnerismo 29%; la diferencia de 6 pp no es estadísticamente significativa y mantiene el escenario de empate técnico en la disputa por la primera minoría electoral que venimos viendo en la mayoría de las mediciones. En la misma línea, el peronismo no K sigue tercero y lejos de la disputa por la primera minoría electoral, ubicándose 11 pp por debajo de la principal fuerza opositora y por lo tanto fuera de las chances de pasar al ballotage (ver datos arriba; click para agrandar). Es decir, el escenario recrea la polarización Cambiemos-Kirchnerismo, obturando las posibilidades para una tercera vía.
viernes, 25 de enero de 2019
De cisnes negros a cisnes grises: los outsiders en las mediciones (2)
Las encuestas que incluyen "outsiders" entre las opciones de precandidatos presidenciales procuran convertir a los "cisnes negros" en "grises", es decir, limitar la posibilidad de sorpresas por la vía de anticipar, de manera aproximada, cuánto medirían si las elecciones fueran hoy. Comparando los escenarios en los que se incluye a Alfredo Olmedo y José Luis Espert con aquellos en los que ellos no participan, se advierte que los primeros perjudican a Mauricio Macri de cara a la primera vuelta, dado que Olmedo y Espert implican "fugas de votos por derecha". Cambiemos podría tolerar esa merma considerando que esos electores volverían a votar a Macri vs CFK en segunda vuelta o, para evitar que la ex presidenta le saque al presidente una ventaja visible en la primera ronda, el oficialismo podría optar por "bolsonarizar" su campaña (hacerla más dura en temas sociales y económicos) para drenar los votos de Olmedo y Espert ya en la instancia de PASO o en la general de octubre.
Sin embargo, con la intención de voto de Martín Lousteau es otro cantar, dado que ese perfil de electores es permeable a un precandidato más moderado y centrista, no compatible con una línea dura. Así, el oficialismo debería ir por ellos recién en segunda ronda y resignarse a cederlos en la PASO o en primera vuelta (del mismo modo que no puede llevar como vice a Patricia Bullrich si lleva a Carolina Stanley, y viceversa; una es una vice para los "bolsonaristas", la otra una vice para los del "ala social"). Cuando se incorpora en los escenarios otro candidato de "centro-moderado" como Roberto Lavagna ese impacto se amplifica: el ex ministro no sólo logra sacarle una ventaja de 7,3 puntos porcentuales a Lousteau sino que reconfigura el mapa de posicionamiento de Alternativa Federal, desplazando con 13,1% a Sergio Massa (6,7%) y Juan Urtubey (2,8%), según la última encuesta de Synopsis (ver datos al inicio del post; click para agrandar).
Sin embargo, la irrupción de Lavagna no llega a romper la polarización, dado que se mantiene el empate técnico entre Macri (29,1% de intención de voto) y CFK (27,6%, la brecha de 1,5 pp no es estadísticamente significativa). En el mejor de los casos, la sumatoria lineal de Lavagna, Massa y Urtubey llega al 22,5% y queda a 5,1 pp de CFK, pero si no hay un candidato de unidad de Alternativa Federal en primera vuelta que encolumne todo ese caudal detrás suyo y crezca lo suficiente para arrimarse a los 30 puntos (umbral para aspirar a entrar en ballotage), la segunda ronda del 24 de noviembre volvería a ser un mano a mano entre Cambiemos y Unidad Ciudadana/kirchnerismo. Al no arrimarse al piso aproximado de 30% necesario para pasar a disputar el ballotage, el 33,4% de preferencia electoral por una alternativa distinta a Cambiemos y el kirchnerismo (ver datos arriba; click para agrandar) queda en un potencial sin concretarse.
En ese marco, las posibilidades de Alternativa Federal de entrar al ballotage sólo son palpables en el escenario sin CFK, dado que Lavagna llega entonces a 15,6%, supera por 5,7 pp al mejor K alternativo a Cristina (Agustín Rossi, casi 10%) y la sumatoria de AF trepa al 26,6%, aventajando así por casi 8 pp del kirchnerismo y aliados (ver datos arriba; click para agrandar). Es decir, sin la ex presidenta se dispersa el caudal electoral de la principal fuerza opositora, lo que por ahora es lo único que parece darle chances al peronismo no K de sumarse a la pelea definitiva en segunda vuelta.
jueves, 24 de enero de 2019
De cisnes negros a cisnes grises: los oustsiders en las mediciones (1)
En diversas entradas del 2018 nos referimos a El Cisne Negro, la obra en la que Nassim Taleb analizó el impacto de lo altamente improbable. La imagen del cisne ilustra un suceso que se caracteriza por los siguientes atributos: 1) es una rareza, porque está fuera de las expectativas normales; 2) produce un impacto tremendo; 3) pese a su condición de rareza, la naturaleza humana hace que inventemos explicaciones de su existencia después del hecho, con lo que, erróneamente, se nos hace explicable y predecible. La pregunta que diversos analistas se vienen haciendo de cara a las elecciones presidenciales de este año es si existen condiciones que funcionen como un caldo de cultivo para la aparición de un cisne negro, es decir, un “outsider” capaz de transformarse en un candidato competitivo de cara al 2019; es decir, alguien por fuera de las figuras que vienen protagonizando los escenarios electorales que se miden en las distintas encuestas. Durante buena parte del 2018, un "candidato" a cisne negro fue Marcelo Tinelli, sobre la hipótesis de una figura "centrista" que pudiera eludir la polarización entre la ex presidenta Cristina Fernández y el actual presidente Mauricio Macri. Una de las mediciones que indagó entre aquellos electores dispuestos a votar "outsiders", M&R/Query, ubicó al conductor televisivo en una posición aventajada respecto a otras figuras, como muestra el gráfico inferior.
Luego de la irrupción de Jair Bolsonaro en Brasil y el avance de distintas expresiones de la derecha en otros países, el interés se desplazó hacia la posibilidad de que surgiera una figura con ese perfil. En ese marco, comenzaron a aparecer mediciones que incluían precandidatos potenciales con algunos atributos similares a los de Bolsonaro: el diputado cambiemita Alfredo Olmedo, que corre "por derecha" a Macri en materia de temas de agenda social y el economista José Espert, que corre "por derecha" al gobierno en la agenda económica. En ese marco, sobre el cierre de 2018 ya contábamos con varias encuestas nacionales que nos permitían tener una idea aproximada de cuánto miden esas figuras ante la clásica pregunta "¿A quién votaría como presidente si las elecciones fueran hoy?". Veamos: según M&/Query, Olmedo alcanzaba un 3,6%, muy lejos de los precandidatos de punta, aunque en empate técnico con el ex candidato presidencial de la izquierda Nicolás del Caño (ver datos abajo; click para agrandar).
En la encuesta del consultor Federico González, Olmedo alcanzaba un 5,2%, más que en la anterior, si bien se trata de variaciones estadísticamente no significativas considerado el error muestral general (1,6 pp), aunque ciertamente para un precandidato que está lejos de la punta rondar un 5% resulta mejor que ubicarse en torno al 3%, sobre todo en un escenario con tantas figuras compitiendo (ver datos abajo; click para agrandar). De todos modos, insuficiente para acercarse a la disputa por el podio.
En la encuesta de Gustavo Córdoba y Asociados de diciembre pasado, Olmedo volvía a aparecer en torno al 3%, mientras que Espert alcanzaba un 5%, lo que elevaba las "fugas por derecha" de Cambiemos al 8%. Claramente el más perjudicado en ese escenario era Macri, ya que con 30,9% quedaba 7,7 pp por detrás de CFK de cara a la primera vuelta. Como novedad, también competía, con un perfil más centrista, Ricardo Alfonsín, con 3,9% de intención de voto (ver datos abajo; click para agrandar).
La encuesta más reciente de Gustavo Córdoba y Asociados, realizada durante este mes, muestra una profundización de ese riesgo para Cambiemos: Olmedo alcanza 5% y Espert 4,4%, lo que eleva las "fugas por derecha" de Cambiemos al 9,6% y deja a 8,3 pp por detrás de CFK de cara a la primera vuelta. Para peor, también compite por el voto más centrista ya no Ricardo Alfonsín (que llegaba al 3,9% de intención de voto en la medición anterior) sino uno más prometedor 9,1%, empatado con el gobernador Juan Urtubey (ver datos abajo; click para agrandar). En conjunto, Macri queda en el piso de la serie evolutiva desde septiembre pasado, si bien CFK también merma su registro respecto al de fines de 2018. Así, las mediciones más recientes no se acotan a figuras que podrían capitalizar una "bolsonarización" de la política (Olmedo y Espert, con sus matices) sino también a candidatos "moderados/centristas" en busca de eludir la "grieta" o polarización entre Macri y CFK, como el economista Lousteau, ex ministro de CFK, devenido en cambiemita crítico y reivindicado como propio por el ala del radicalismo más descontenta dentro del frente Cambiemos.
Sin embargo, a las mediciones les faltaba una vuelta de tuerca que incluyera a una figura recurrentemente mencionada desde hace meses dentro de ese perfil de precandidatos "moderados/centristas": Roberto Lavagna. Pues bien, de acuerdo a la encuesta más reciente de Synopsis, el también ex ministro de un gobierno kirchnerista alcanza 13,1% de intención de voto, lo que lo transforma a priori en el más competitivo de los "outsiders", ya que logra alcanzar los dos dígitos y supera a Lousteau por 7,3 pp (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). Podríamos decir que en la disputa del voto "moderado", salió Tinelli y entraron dos economistas. Sin embargo, como esta medición no incluye a Espert ni Olmedo, no podemos apreciar qué ventaja podrían sacarle Lavagna y Lousteau a ellos. Seguiremos analizando las implicancias de este escenario en la próxima entrada.
Luego de la irrupción de Jair Bolsonaro en Brasil y el avance de distintas expresiones de la derecha en otros países, el interés se desplazó hacia la posibilidad de que surgiera una figura con ese perfil. En ese marco, comenzaron a aparecer mediciones que incluían precandidatos potenciales con algunos atributos similares a los de Bolsonaro: el diputado cambiemita Alfredo Olmedo, que corre "por derecha" a Macri en materia de temas de agenda social y el economista José Espert, que corre "por derecha" al gobierno en la agenda económica. En ese marco, sobre el cierre de 2018 ya contábamos con varias encuestas nacionales que nos permitían tener una idea aproximada de cuánto miden esas figuras ante la clásica pregunta "¿A quién votaría como presidente si las elecciones fueran hoy?". Veamos: según M&/Query, Olmedo alcanzaba un 3,6%, muy lejos de los precandidatos de punta, aunque en empate técnico con el ex candidato presidencial de la izquierda Nicolás del Caño (ver datos abajo; click para agrandar).
En la encuesta de Gustavo Córdoba y Asociados de diciembre pasado, Olmedo volvía a aparecer en torno al 3%, mientras que Espert alcanzaba un 5%, lo que elevaba las "fugas por derecha" de Cambiemos al 8%. Claramente el más perjudicado en ese escenario era Macri, ya que con 30,9% quedaba 7,7 pp por detrás de CFK de cara a la primera vuelta. Como novedad, también competía, con un perfil más centrista, Ricardo Alfonsín, con 3,9% de intención de voto (ver datos abajo; click para agrandar).
La encuesta más reciente de Gustavo Córdoba y Asociados, realizada durante este mes, muestra una profundización de ese riesgo para Cambiemos: Olmedo alcanza 5% y Espert 4,4%, lo que eleva las "fugas por derecha" de Cambiemos al 9,6% y deja a 8,3 pp por detrás de CFK de cara a la primera vuelta. Para peor, también compite por el voto más centrista ya no Ricardo Alfonsín (que llegaba al 3,9% de intención de voto en la medición anterior) sino uno más prometedor 9,1%, empatado con el gobernador Juan Urtubey (ver datos abajo; click para agrandar). En conjunto, Macri queda en el piso de la serie evolutiva desde septiembre pasado, si bien CFK también merma su registro respecto al de fines de 2018. Así, las mediciones más recientes no se acotan a figuras que podrían capitalizar una "bolsonarización" de la política (Olmedo y Espert, con sus matices) sino también a candidatos "moderados/centristas" en busca de eludir la "grieta" o polarización entre Macri y CFK, como el economista Lousteau, ex ministro de CFK, devenido en cambiemita crítico y reivindicado como propio por el ala del radicalismo más descontenta dentro del frente Cambiemos.
Sin embargo, a las mediciones les faltaba una vuelta de tuerca que incluyera a una figura recurrentemente mencionada desde hace meses dentro de ese perfil de precandidatos "moderados/centristas": Roberto Lavagna. Pues bien, de acuerdo a la encuesta más reciente de Synopsis, el también ex ministro de un gobierno kirchnerista alcanza 13,1% de intención de voto, lo que lo transforma a priori en el más competitivo de los "outsiders", ya que logra alcanzar los dos dígitos y supera a Lousteau por 7,3 pp (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). Podríamos decir que en la disputa del voto "moderado", salió Tinelli y entraron dos economistas. Sin embargo, como esta medición no incluye a Espert ni Olmedo, no podemos apreciar qué ventaja podrían sacarle Lavagna y Lousteau a ellos. Seguiremos analizando las implicancias de este escenario en la próxima entrada.
martes, 22 de enero de 2019
Consenso y disenso en las mediciones (2)
En el posteo anterior veíamos dos mediciones, la de OhPanel y la de Córdoba & Asociados, que presentaban tendencias bien contrapuestas y por fuera del consenso, pero en sentido contrario: la primera le daba a Cambiemos una ventaja de 8 puntos porcentuales sobre Unidad Ciudadana (30% a 22%), la segunda 8,3 pp a CFK sobre Macri (31,1% a 22,8%). De estar en lo cierto la primera medición, Cambiemos estaría repitiendo el resultado de la PASO del 2015 (30,12%), mientras que UC estaría en el orden de magnitud del resultado obtenido en octubre de 2017 (23,5%). En cambio, si fuera la segunda medición la más precisa, CFK habría avanzado 7,6 pp respecto a la elección de medio término, mientras que Macri estaría en el orden de magnitud de lo que obtuvo en la PASO del 2015 (24,50%). Así, se le estarían fugando los votos obtenidos en ese entonces por Ernesto Sanz (3,34%) y Elisa Carrió (2,28%) por tener que enfrentar la competencia de 3 precandidatos como Martín Lousteau, Alfredo Olmedo y José Espert.
Dado que ellos individualmente no llegan al 10% de intención de voto, Cambiemos podría pensar que el caudal que suman (18,7%) podría volver a Macri en la instancia decisiva del ballotage en una alta proporción, para alcanzar 41,5% y acercarlo al resultado electoral del 2017 (42%). Claro que, para imponerse en la segunda vuelta, la coalición ganadora mínima es del 50,1%, con lo cual necesitaría capturar al menos 8,6 pp adicionales (que, en rigor, no son electores, dado que el total de votantes puede variar entre las PASO, la primera y la segunda vuelta). La otra alternativa sería ir por esos electores ya en las primarias abiertas, para impedir que CFK le sacara una ventaja en torno a los 8 pp en la PASO: eso llevaría a Cambiemos a radicalizar su discurso en materia económica para limar las chances de Espert y a endurecer su línea en materia de seguridad para drenar votos a Olmedo (de la mano, por ejemplo, de una candidatura a vicepresidente de la ministra Patricia Bullrich). En cambio, si quisiera captar los votos más "centristas" que presumiblemente captura Lousteau, sería mejor candidata a vice sería la ministra del área social, Carolina Stanley. En cuanto a Alternativa Federal, Córdoba y Asociados ya había ubicado a Juan Urtubey por encima de Sergio Massa en diciembre pasado, y ahora vuelve a ratificar ese orden, aunque la diferencia entre ambos no es estadísticamente significativa (1,6 pp). En cualquier caso, la suma lineal de ambas figuras (16,4%) sigue por debajo de lo que mide Macri, si bien en este caso la brecha se estrecha a apenas 6,4 pp.
En cualquier caso, de los revisión de ambos estudios podemos evaluar que hay mayor consistencia relativa en la medición de Córdoba y Asociados, dado que el piso de intención de voto de Macri puede explicarse por la competencia de Lousteau, Olmedo y Espert. Asimismo, el 22,8% está en el orden de magnitud del resultado que alcanza la respuesta a favor de la continuidad del gobierno: 21,4%, 8,6 pp menos que en diciembre pasado (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). En cambio, es más difícil explicar por qué en la encuesta de OhPanel Unidad Ciudadana está 8 pp por debajo que en el promedio de las mediciones, salvo que postuláramos como hipótesis ad hoc que el sello UC es más débil que la "marca" CFK. El 30% de Cambiemos no requiere de explicación, dado que coincide con el promedio de encuestas; adicionalmente, está en el orden de magnitud de las expectativas "optimistas" de acá a un año en materia de situación general del país (31%) y economía nacional (30%), en el orden de magnitud de las expectativas favorables en empleo (25%), si bien por arriba de las relativas a situación económica doméstica (23%) y del empleo en el hogar (20%; ver datos arriba; click para agrandar). Ese 30% coincide con el núcleo duro de Cambiemos, dentro del cual podríamos postular un 25% de antikirchneristas duros o antiperonistas duros que se solapan también con "believers" o esperanzados en Macri/Cambiemos, eventualmente.
Finalmente, si sumamos estas dos mediciones a la serie, ambas se neutralizan entre sí y el promedio resultante de 6 encuestas (CIGP, Dicen, QPA, Rouvier y Asociados, Córdoba y Asociados y OhPanel) arroja 31,1% para CFK, 29,3% para Macri y 8,5% para Massa. Esto confirma el escenario de polarización simétrica, con leve ventaja de 1,8 pp para la ex presidenta que es estadísticamente no significativa, por lo que no rompe el empate técnico en la disputa por la primera minoría electoral. Al igual que antes, por ahora la figura que más mide de Alternativa Federal en el consenso de las encuestas revisadas (Sergio Massa) se queda fuera del ballotage.
Dado que ellos individualmente no llegan al 10% de intención de voto, Cambiemos podría pensar que el caudal que suman (18,7%) podría volver a Macri en la instancia decisiva del ballotage en una alta proporción, para alcanzar 41,5% y acercarlo al resultado electoral del 2017 (42%). Claro que, para imponerse en la segunda vuelta, la coalición ganadora mínima es del 50,1%, con lo cual necesitaría capturar al menos 8,6 pp adicionales (que, en rigor, no son electores, dado que el total de votantes puede variar entre las PASO, la primera y la segunda vuelta). La otra alternativa sería ir por esos electores ya en las primarias abiertas, para impedir que CFK le sacara una ventaja en torno a los 8 pp en la PASO: eso llevaría a Cambiemos a radicalizar su discurso en materia económica para limar las chances de Espert y a endurecer su línea en materia de seguridad para drenar votos a Olmedo (de la mano, por ejemplo, de una candidatura a vicepresidente de la ministra Patricia Bullrich). En cambio, si quisiera captar los votos más "centristas" que presumiblemente captura Lousteau, sería mejor candidata a vice sería la ministra del área social, Carolina Stanley. En cuanto a Alternativa Federal, Córdoba y Asociados ya había ubicado a Juan Urtubey por encima de Sergio Massa en diciembre pasado, y ahora vuelve a ratificar ese orden, aunque la diferencia entre ambos no es estadísticamente significativa (1,6 pp). En cualquier caso, la suma lineal de ambas figuras (16,4%) sigue por debajo de lo que mide Macri, si bien en este caso la brecha se estrecha a apenas 6,4 pp.
En cualquier caso, de los revisión de ambos estudios podemos evaluar que hay mayor consistencia relativa en la medición de Córdoba y Asociados, dado que el piso de intención de voto de Macri puede explicarse por la competencia de Lousteau, Olmedo y Espert. Asimismo, el 22,8% está en el orden de magnitud del resultado que alcanza la respuesta a favor de la continuidad del gobierno: 21,4%, 8,6 pp menos que en diciembre pasado (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). En cambio, es más difícil explicar por qué en la encuesta de OhPanel Unidad Ciudadana está 8 pp por debajo que en el promedio de las mediciones, salvo que postuláramos como hipótesis ad hoc que el sello UC es más débil que la "marca" CFK. El 30% de Cambiemos no requiere de explicación, dado que coincide con el promedio de encuestas; adicionalmente, está en el orden de magnitud de las expectativas "optimistas" de acá a un año en materia de situación general del país (31%) y economía nacional (30%), en el orden de magnitud de las expectativas favorables en empleo (25%), si bien por arriba de las relativas a situación económica doméstica (23%) y del empleo en el hogar (20%; ver datos arriba; click para agrandar). Ese 30% coincide con el núcleo duro de Cambiemos, dentro del cual podríamos postular un 25% de antikirchneristas duros o antiperonistas duros que se solapan también con "believers" o esperanzados en Macri/Cambiemos, eventualmente.
Finalmente, si sumamos estas dos mediciones a la serie, ambas se neutralizan entre sí y el promedio resultante de 6 encuestas (CIGP, Dicen, QPA, Rouvier y Asociados, Córdoba y Asociados y OhPanel) arroja 31,1% para CFK, 29,3% para Macri y 8,5% para Massa. Esto confirma el escenario de polarización simétrica, con leve ventaja de 1,8 pp para la ex presidenta que es estadísticamente no significativa, por lo que no rompe el empate técnico en la disputa por la primera minoría electoral. Al igual que antes, por ahora la figura que más mide de Alternativa Federal en el consenso de las encuestas revisadas (Sergio Massa) se queda fuera del ballotage.
lunes, 21 de enero de 2019
Consenso y disenso en las mediciones (1)
Oportunamente, extrajimos de nuestra lectura de La señal y el ruido de Nate Silver esta clave metodológica: los beneficios de sumar diferentes predicciones están probados empíricamente y teóricamente. “En un amplio abanico de disciplinas, desde las predicciones macroeconómicas hasta las encuestas políticas, el simple hecho de realizar una media de todas las predicciones existentes en lugar de fiarlo todo a una sola puede reducir el error entre un 15 y un 20 por ciento de media (…) Reducir el error un 15 o un 20 por ciento gracias a la combinación de predicciones puede no parecer gran cosa, pero es un resultado muy difícil de mejorar en un mercado competitivo”. Por ello, en este blog y en nuestro trabajo cotidiano tenemos el hábito de construir promedios de las mediciones que revisamos, a efecto de prevenir eventuales sesgos. De ahí que insistimos en marcar una convergencia en las últimas mediciones nacionales: polarización simétrica, con Cambiemos y Unidad Ciudadana (Mauricio Macri y Cristina Fernández, respectivamente) disputando la primera minoría electoral en torno al 30% de intención de voto, con diferencias entre ambos que son estadísticamente no significativas en aquellos casos en los que se observa una brecha, y con Alternativa Federal (con Sergio Massa como el precandidato mejor ubicado en la mayoría de los estudios) por debajo del 20% y sin chances de entrar en ballotage.
Así, Nate Silver destaca que un buen tip es atender al consenso y de prevenir el exceso de autoconfianza. “El consenso no es nunca un argumento absoluto, pero cuanto más me alejo de dicha posición, más convincentes tienen que ser las evidencias que barajo para decidir que yo estoy en lo cierto y los demás se equivocan”. En ese marco, ¿qué hacer cuando aparecen mediciones que se alejan del consenso? Cuando se tratan de estudios ajenos y no propios, lo primero a revisar es si se trata de mediciones comparables con las anteriores que venimos revisando, o no. Vamos a tomar como ejemplo una encuesta de OhPanel realizada sobre una muestra de 1.000 casos en enero de 2019. Según ese estudio, Cambiemos alcanza 30% de intención de voto a presidente, lo cual coincide con el promedio de encuestas para esa fuerza. Sin embargo, Unidad Ciudadana llega al 22%, con lo cual queda 8 puntos porcentuales detrás del oficialismo y en la misma proporción por debajo del promedio de encuestas. Es decir, esta medición arroja a favor de Cambiemos una ventaja muy superior a los otros estudios que venimos revisando y estadísticamente significativa (mayor al error muestral). Por otro lado, el peronismo no K alcanza 5%, la derecha 7% y la izquierda 3% (ver datos arriba; click para agrandar).
Aunque no es un dato necesariamente vinculante, OhPanel ubica a Mauricio Macri con un 33% de imagen positiva, lo que está en el orden de magnitud del voto a Cambiemos (30%), mientras que en el caso de CFK se observa un 28% de imagen positiva, algo por encima (6 pp) del 22% de voto asignado a UC (ver datos arriba; click para agrandar). Por otro lado, OhPanel detecta un 33% de indecisos, por encima de otras mediciones, aunque por debajo de las anteriores de la misma consultora en la serie evolutiva (que tuvo un pico de 43% en septiembre pasado). El análisis de esos indecisos revela algunos sesgos muy notables: muchas más mujeres que varones (43% a 27%) y mayor proporción de niveles socioeconómicos bajos D1 y D2 (ver datos abajo; click para agrandar). No obstante, esto no nos da una pista acerca de los desvíos de esta medición respecto a las anteriores.
En el caso del PJ no K, el 5% de intención de voto está dentro del orden de magnitud del promedio que tenemos construido con estudios anteriores (en torno al 8%); lo mismo puede decirse de la izquierda, mientras que la derecha también se ubica dentro del mismo orden de magnitud. Por lo tanto, la ventaja de Cambiemos de 8 pp sobre Unidad Ciudadana es tanto más llamativa en la medida en que coexiste con una fórmula que le compite "por derecha", lo que en mediciones anteriores ocasionaba justo lo contrario que vemos en la encuesta de OhPanel: una merma de la intención de voto a Cambiemos y una ventaja de Unidad Ciudadana. Esto confirma el desvío o "disenso" que esta medición representa respecto a los estudios anteriores, lo cual obligaría a buscar evidencias más convincentes para considerar si es posible que 1) esta medición estuviera registrando las tendencias mejor que las previas 2) detectando antes los movimientos o 3) en sentido contrario, si deberíamos tomarla con pinzas y quedarnos con el promedio anterior.
Sin embargo, existe una cuarta posibilidad: buscar una medición similar realizada aproximadamente en el mismo período de tiempo, a ver si coincide o no con la de OhPanel. La encuesta más reciente de Gustavo Córdoba & Asociados ubica a CFK con 31,1% de intención de voto y a Macri con 22,8%. Como vemos, la tendencia se invierte: acá tenemos 8,3 pp de ventaja a favor de la ex presidenta, mientras que en OhPanel teníamos 8 pp a favor de Macri. ¿Son mediciones comparables? Bastante, ya que aquí también tenemos figuras que le compiten por derecha (Alfredo Olmedo, con 5,2%, y José Espert, con 4,4%). Sin embargo, que Macri mida 22,8% quizá también puede tener que ver con que le compite por "el centro" un dirigente que hoy está en Cambiemos, si bien en una posición relativamente excéntrica: Martín Lousteau, que alcanza un significativo 9,1% (ver datos al inicio del posteo: click para agrandar). En ese marco, Macri alcanza el piso en la serie evolutiva de esa consultora (ver datos abajo; click para agrandar). Como dato llamativo, en el estudio de Córdoba & Asociados está demasiada baja la izquierda (apenas roza el 1%). Vale decir que, más allá de los matices, estas dos mediciones relativamente comparables entre sí presentan tendencias bien contrapuestas y por fuera del consenso, pero en sentido contrario.
jueves, 17 de enero de 2019
Una polarización simétrica que obtura la posibilidad de una tercera vía (2)
La encuesta nacional de Rouvier y Asociados más reciente se suma a la serie de mediciones que convergen en dos datos clave: 1) polarización simétrica entre Unidad Ciudadana y Cambiemos, con empate técnico 2) una leve ventaja a favor de CFK, que de todos modos resulta estadísticamente no significativa. Realizada sobre una muestra de 1.200 casos relevada de manera telefónica entre el 3 y el 11 de enero de 2019, con un error muestral de +- 2,8%, ubica a la ex presidenta Cristina Fernández con una intención de voto de 32,4% vs 29,2% de Mauricio Macri (una brecha de 3,2 puntos porcentuales, un guarismo en el mismo orden de magnitud del error muestral),. Sergio Massa alcanza 9,5%, Juan Urtubey 5,7% y Nicolás del Caño 4,5%. Casi un 5% votaría en blanco o impugnaría el voto, un 4,3% no concurriría a votar y un 9,5% se muestra indeciso (ver datos al lado; click para agrandar). Al igual que la diferencia entre CFK y Macri, la brecha entre Massa y Urtubey (3,8 pp) no es estadísticamente significativa, con lo cual hoy no podría definirse con precisión quién es el mejor candidato de ese frente sobre la base de estos guarismos, si bien el consenso de la mayoría de las mediciones favorece al tigrense que es quien ocupa con mayor frecuencia la condición de tercero en el orden de respuestas (lo mismo sugiere su implantación territorial en el distrito más gravitante, provincia de Buenos Aires).
Si se observa la serie evolutiva se advierte que, siempre dentro de variaciones estadísticamente no significativas (menores al error muestral), la intención de voto de los precandidatos que ocupan el podio arroja que mientras CFK y Macri insinúan tendencias ascendentes (llegan al pico de la serie desde septiembre pasado), con Massa sucede lo contrario (llega al pico de la misma serie). Es otro síntoma de que la tercera vía tiene dificultades para ganar un volumen de competitividad que la acerque al menos a un segundo lugar que pudiera habilitar el pase al ballotage (ver datos arriba; click para agrandar). Aun una sumatoria lineal de la intención de voto de Massa y Urtubey (que habría que ver si se verifica en la práctica, luego de una instancia de PASO en la que quedara claro el escenario de polarización) se ubica bien lejos del segundo: 15,2% vs 29,2% (14 pp de brecha).
Tal como lo predice la teoría empíricamente fundamentada, la paridad en primera vuelta desemboca en un nuevo empate técnico en instancia de ballotage: CFK 38,9% vs Macri 37,9%, con 4,5% de indecisos y 19,1% de ninguno. Cuando se profundiza en el perfil de estos electores, se advierte que casi 4 de cada 10 son ex votantes de Macri y casi 3 son ex votantes de Massa, en tanto que casi 1 de cada 10 son ex electores del FPV en 2015 (ver datos abajo; click para agrandar). Si el voto en 2019 repitiera el patrón de la elección anterior, la tendencia podría destrabar el ballotage a favor del actual presidente; pero, si hoy estuvieran enojados o decepcionados con la gestión de Cambiemos, la reacción podría ser la contraria, resultando en un voto castigo que favoreciera a la candidata opositora.
Finalmente, el análisis por segmentos etarios arroja una marcada paridad por grupo, dado que la sumatoria del target que va de los 16 a los 40 años (segmentos más permeables a CFK) da 49,6%, vs 50,4% de la sumatoria del target que va de los 41 años a los mayores de 55 años (más permeables a Macri). Así, el conjunto de los datos recrea una simetría de chances que acerca la disputa en el ballotage a una paridad fifty-fifty entre Cambiemos y la principal fuerza opositora, que conserva el carácter de tal con el que se constituyó ya en las elecciones legislativas de 2017, sin chances por ahora para una tercera vía.
Si se observa la serie evolutiva se advierte que, siempre dentro de variaciones estadísticamente no significativas (menores al error muestral), la intención de voto de los precandidatos que ocupan el podio arroja que mientras CFK y Macri insinúan tendencias ascendentes (llegan al pico de la serie desde septiembre pasado), con Massa sucede lo contrario (llega al pico de la misma serie). Es otro síntoma de que la tercera vía tiene dificultades para ganar un volumen de competitividad que la acerque al menos a un segundo lugar que pudiera habilitar el pase al ballotage (ver datos arriba; click para agrandar). Aun una sumatoria lineal de la intención de voto de Massa y Urtubey (que habría que ver si se verifica en la práctica, luego de una instancia de PASO en la que quedara claro el escenario de polarización) se ubica bien lejos del segundo: 15,2% vs 29,2% (14 pp de brecha).
Tal como lo predice la teoría empíricamente fundamentada, la paridad en primera vuelta desemboca en un nuevo empate técnico en instancia de ballotage: CFK 38,9% vs Macri 37,9%, con 4,5% de indecisos y 19,1% de ninguno. Cuando se profundiza en el perfil de estos electores, se advierte que casi 4 de cada 10 son ex votantes de Macri y casi 3 son ex votantes de Massa, en tanto que casi 1 de cada 10 son ex electores del FPV en 2015 (ver datos abajo; click para agrandar). Si el voto en 2019 repitiera el patrón de la elección anterior, la tendencia podría destrabar el ballotage a favor del actual presidente; pero, si hoy estuvieran enojados o decepcionados con la gestión de Cambiemos, la reacción podría ser la contraria, resultando en un voto castigo que favoreciera a la candidata opositora.
Finalmente, el análisis por segmentos etarios arroja una marcada paridad por grupo, dado que la sumatoria del target que va de los 16 a los 40 años (segmentos más permeables a CFK) da 49,6%, vs 50,4% de la sumatoria del target que va de los 41 años a los mayores de 55 años (más permeables a Macri). Así, el conjunto de los datos recrea una simetría de chances que acerca la disputa en el ballotage a una paridad fifty-fifty entre Cambiemos y la principal fuerza opositora, que conserva el carácter de tal con el que se constituyó ya en las elecciones legislativas de 2017, sin chances por ahora para una tercera vía.
miércoles, 16 de enero de 2019
Una polarización simétrica que obtura la posibilidad de una tercera vía (1)
Todos los estudios que venimos revisando hasta ahora muestran que de cara a la elección presidencial de este año se recrea una polarización simétrica entre Cambiemos y el kirchnerismo (renombrado como Unidad Ciudadana) similar a la de 2015, con matices. Pese a la derrota en provincia de Buenos Aires en 2017, CFK mejora en las encuestas el resultado de esa elección: del casi 24% obtenido por entonces a nivel nacional con su fuerza y aliados, trepa a un promedio en torno al 30%. El gobierno, por su parte, acusa el desgaste y se desploma del 42% logrado en esa elección a un promedio del 30% también, manteniéndose competitivo y con pase a ballotage, pese al evidente malestar socioeconómico generado como efecto de gestión a lo largo de todo el año 2018.
La solidez del núcleo duro de Cambiemos ha dado pie a diversos análisis, como el del sociólogo Ignacio Ramírez, quien apunta: "el PRO proponía un vínculo entre Gobierno y sociedad más transaccional. Hoy. solo el 13% declara que su calidad de vida mejoró desde que gobierna Macri pero Cambiemos sostiene un respaldo electoral muy superior. El voto más ideológico de todos es, sin dudas, el de Cambiemos (...) el apoyo a Cambiemos es profundamente ideológico e identitario, Cambiemos adoptó a los huérfanos de la política de partidos que el 2001 había dejado a la intemperie de la representación política. Una segunda tesis: pese al discurso gerencial (gestión vs ideología) que articula públicamente, Cambiemos tiene plena consciencia respecto al material con que está hecho su competitividad electoral; pareciera trabajar con una hipótesis más sociológica que económica: la recesión no disuelve el antiperonismo/antikirchnerismo (...) Cambiemos aspira a una reelección que no estará edificada sobre éxitos económicos ni credenciales de gestión. Bajo las condiciones en las que se desarrolla la política argentina (condiciones sobre las que el Gobierno trabaja de manera eficiente), la economía incide pero de ninguna manera determina los desenlaces electorales. En este sentido, la oposición deberá dejar de lado la racionalidad económica y asumir que no ganará las elecciones haciendo un inventario. El fracaso económico del Gobierno –percibido transversalmente por todos los segmentos de la opinión pública– sólo será el motor de un mayoritario voto castigo en la medida en que la oposición consiga que tal fracaso económico sea metabolizado socialmente como un fracaso de la constelación discursiva e ideológica que legitima la actuación política de Cambiemos. Esa pelea aún está abierta y se libra con todas las armas de la comunicación, nunca con un Excel".
La solidez de los pisos de Cambiemos y de UC deja a Alternativa Federal por debajo del umbral del 20% y por lo tanto fuera del pase a segunda vuelta, al menos hasta nueva orden. De ahí que la pelea por el premio mayor, la presidencia, aparezca acotada a oficialismo y oposición nítida, sin chances para las posiciones "opo-oficialistas" que no definen con claridad si su antagonista es Macri o Cristina. La centralidad de CFK relega a las demás figuras opositoras, que sólo cobran volumen relativamente competitivo cuando se plantea específicamente la hipótesis de que ella salga del escenario, como relevó recientemente la consultora CEOP (ver datos arriba; click para agrandar). En otras mediciones, la incorporación del ex ministro Roberto Lavagna logra mover el tablero y desplazar a Sergio Massa, como se observa en la encuesta de CIGP de noviembre pasado (ver datos abajo; click para agrandar).
Al igual que los estudios de CIGP y Dicen, la última encuesta realizada por QPA en diciembre de 2018 de cara a las presidenciales muestra un escenario de polarización simétrica: Cristina Fernández de Kirchner alcanza 30,7% de intención de voto, seguida por Macri con 29,3% y con Sergio Massa en el habitual tercer lugar, con 10,8%. Como matiz distintivo, esta medición pone a competir a Daniel Scioli con CFK: en esa condición ocupa el cuarto lugar, con 6,3%o, en empate técnico con el gobernador salteño Juan Urtubey (5,7%). Felipe Solá llega a 3,4%, Nicolás del Caño al 2,8% y Agustín Rossi (otro referente de Unidad Ciudadana) al 2,5%, mientras que otras candidaturas acumulan 1,8% y los indecisos 6,7% (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). La diferencia entre la ex presidenta y el actual presidente, 1,4 puntos porcentuales, no es estadísticamente significativa, con lo que volvemos a ver un empate técnico entre ambos.
En instancia de ballotage, la diferencia a favor de CFK apenas crece de 1,4 pp a 1,9 pp, lo que no define el resultado de manera categórica. En el análisis por segmentos etarios, se confirma lo que viene siendo una constante: en el mano a a mano, CFK gana entre los electores de hasta 40 años, mientras que Macri se impone entre los de más de 50 años (ver datos abajo; click para agrandar). La misma encuestadora realizó un análisis comparativo de las simulaciones a segunda vuelta con diversas candidaturas enfrentando a Macri si se diera el caso que CFK no asumiera la candidatura del kirchnerismo, bien sea por la ofensiva judicial en su contra o porque no se postule finalmente. Los mejores resultados en estas proyecciones son los de Felipe Solá (que logra una brecha de 2,7 pp) y Agustìn Rossi (de 2 pp), pero en ningún caso la ventaja supera al error muestral, con lo cual en términos estadísticos esas figuras alternativas no aparecen como más competitivas que la ex presidenta. Cuando se mide a Kicillof, la ventaja pasa a Macri por una diferencia estadísticamente no significativa (2,3 pp). En cambio, cuando los contrincantes son figuras opo-oficialistas como Massa y Urtubey, Macri estira su ventaja hacia la zona de significatividad estadística (9,2 pp y 7,8 pp, respectivamente), de lo que se puede inferir que, contra el discurso que tanto Massa como Urtubey pregonan, ambos son menos competitivos que Cristina Fernández tanto en primera vuelta como en segunda (ver datos arriba; click para agrandar).
La solidez del núcleo duro de Cambiemos ha dado pie a diversos análisis, como el del sociólogo Ignacio Ramírez, quien apunta: "el PRO proponía un vínculo entre Gobierno y sociedad más transaccional. Hoy. solo el 13% declara que su calidad de vida mejoró desde que gobierna Macri pero Cambiemos sostiene un respaldo electoral muy superior. El voto más ideológico de todos es, sin dudas, el de Cambiemos (...) el apoyo a Cambiemos es profundamente ideológico e identitario, Cambiemos adoptó a los huérfanos de la política de partidos que el 2001 había dejado a la intemperie de la representación política. Una segunda tesis: pese al discurso gerencial (gestión vs ideología) que articula públicamente, Cambiemos tiene plena consciencia respecto al material con que está hecho su competitividad electoral; pareciera trabajar con una hipótesis más sociológica que económica: la recesión no disuelve el antiperonismo/antikirchnerismo (...) Cambiemos aspira a una reelección que no estará edificada sobre éxitos económicos ni credenciales de gestión. Bajo las condiciones en las que se desarrolla la política argentina (condiciones sobre las que el Gobierno trabaja de manera eficiente), la economía incide pero de ninguna manera determina los desenlaces electorales. En este sentido, la oposición deberá dejar de lado la racionalidad económica y asumir que no ganará las elecciones haciendo un inventario. El fracaso económico del Gobierno –percibido transversalmente por todos los segmentos de la opinión pública– sólo será el motor de un mayoritario voto castigo en la medida en que la oposición consiga que tal fracaso económico sea metabolizado socialmente como un fracaso de la constelación discursiva e ideológica que legitima la actuación política de Cambiemos. Esa pelea aún está abierta y se libra con todas las armas de la comunicación, nunca con un Excel".
La solidez de los pisos de Cambiemos y de UC deja a Alternativa Federal por debajo del umbral del 20% y por lo tanto fuera del pase a segunda vuelta, al menos hasta nueva orden. De ahí que la pelea por el premio mayor, la presidencia, aparezca acotada a oficialismo y oposición nítida, sin chances para las posiciones "opo-oficialistas" que no definen con claridad si su antagonista es Macri o Cristina. La centralidad de CFK relega a las demás figuras opositoras, que sólo cobran volumen relativamente competitivo cuando se plantea específicamente la hipótesis de que ella salga del escenario, como relevó recientemente la consultora CEOP (ver datos arriba; click para agrandar). En otras mediciones, la incorporación del ex ministro Roberto Lavagna logra mover el tablero y desplazar a Sergio Massa, como se observa en la encuesta de CIGP de noviembre pasado (ver datos abajo; click para agrandar).
Al igual que los estudios de CIGP y Dicen, la última encuesta realizada por QPA en diciembre de 2018 de cara a las presidenciales muestra un escenario de polarización simétrica: Cristina Fernández de Kirchner alcanza 30,7% de intención de voto, seguida por Macri con 29,3% y con Sergio Massa en el habitual tercer lugar, con 10,8%. Como matiz distintivo, esta medición pone a competir a Daniel Scioli con CFK: en esa condición ocupa el cuarto lugar, con 6,3%o, en empate técnico con el gobernador salteño Juan Urtubey (5,7%). Felipe Solá llega a 3,4%, Nicolás del Caño al 2,8% y Agustín Rossi (otro referente de Unidad Ciudadana) al 2,5%, mientras que otras candidaturas acumulan 1,8% y los indecisos 6,7% (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). La diferencia entre la ex presidenta y el actual presidente, 1,4 puntos porcentuales, no es estadísticamente significativa, con lo que volvemos a ver un empate técnico entre ambos.
En instancia de ballotage, la diferencia a favor de CFK apenas crece de 1,4 pp a 1,9 pp, lo que no define el resultado de manera categórica. En el análisis por segmentos etarios, se confirma lo que viene siendo una constante: en el mano a a mano, CFK gana entre los electores de hasta 40 años, mientras que Macri se impone entre los de más de 50 años (ver datos abajo; click para agrandar). La misma encuestadora realizó un análisis comparativo de las simulaciones a segunda vuelta con diversas candidaturas enfrentando a Macri si se diera el caso que CFK no asumiera la candidatura del kirchnerismo, bien sea por la ofensiva judicial en su contra o porque no se postule finalmente. Los mejores resultados en estas proyecciones son los de Felipe Solá (que logra una brecha de 2,7 pp) y Agustìn Rossi (de 2 pp), pero en ningún caso la ventaja supera al error muestral, con lo cual en términos estadísticos esas figuras alternativas no aparecen como más competitivas que la ex presidenta. Cuando se mide a Kicillof, la ventaja pasa a Macri por una diferencia estadísticamente no significativa (2,3 pp). En cambio, cuando los contrincantes son figuras opo-oficialistas como Massa y Urtubey, Macri estira su ventaja hacia la zona de significatividad estadística (9,2 pp y 7,8 pp, respectivamente), de lo que se puede inferir que, contra el discurso que tanto Massa como Urtubey pregonan, ambos son menos competitivos que Cristina Fernández tanto en primera vuelta como en segunda (ver datos arriba; click para agrandar).
martes, 15 de enero de 2019
Tendencias nacionales en el arranque del 2019 (2)
Destacábamos de la encuesta de CIGP que citábamos en el posteo anterior que CFK (36,73%) y Macri (34,49%) se ubican en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Daniel Scioli (37,08%) y Mauricio Macri (34,15%) en la primera vuelta del 2015, lo que sugiere que el oficialismo y la principal fuerza opositora cuentan con núcleos duros y pisos bien consolidados. Otro dato clave surge al mirar la serie evolutiva: en abril de 2018, Cambiemos alcanzaba 34,53% de intención de voto, esto es, 7,47 puntos porcentuales por debajo del resultado obtenido en las legislativas de medio término de octubre de 2017 a nivel país (42%), mientras que el kirchnerismo alcanzaba 24,32%, es decir un registro en el mismo orden de magnitud del resultado obtenido en esas elecciones (23,5%; la brecha de 0,82 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa). Vale decir que el oficialismo ya acusaba el desgaste posterior a la reforma de la movilidad previsional de diciembre de 2017 y el de la primera corrida cambiaria, mientras que la principal fuerza opositora partía del piso logrado en la legislativa inmediata anterior.
Una segunda encuesta dada a conocer ya con el año 2019 corriendo coincide con el escenario de polarización que vimos en el estudio de CIGP, con apenas matices en los guarismos. La consultora Dicen realizó un estudio sobre una muestra de 1.898 casos entre el 21 y el 24 de diciembre de 2018, relevando de manera telefónica. En la medición por signo político, el frente Cambiemos lidera con un 31% de intención de voto, seguido de cerca por el Frente para la Victoria/Unidad Ciudadana, con 27%. La diferencia de 4 puntos porcentuales entre el oficialismo y la principal fuerza opositora no es estadísticamente significativa, lo que confirma la situación de empate técnico que arroja la mayoría de las mediciones que venimos analizando. Los indecisos, a su turno, alcanzan 24% (ver datos arriba; click para agrandar).
El panorama cambia sutilmente cuando se miden figuras. Dicen planteó dos escenarios, uno con la presencia de la ex presidenta y otro sin CFK y con el ex candidato presidencial Daniel Scioli como principal figura de la oposición. En el primer caso, con la actual senadora nacional como candidata a presidenta, Unidad Ciudadana alcanza 34% de intención de voto contra 30% de Cambiemos, encabezado por Macri, con Sergio Massa en 10% y 14% de indecisos (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). Si bien la diferencia de 4 puntos porcentuales entre ambos no es estadísticamente significativa y no rompe el empate técnico, en este caso la brecha a favor de CFK es mayor que la que veíamos en el estudio de CIGP (2,24 puntos porcentuales). En cambio, si la lista opositora es encabezada por Scioli la ventaja pasa a Macri, quien se impone por 28% a 23% (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). En ambos casos, una lista progresista oscila entre 3 y 4 puntos, mientras que la izquierda muestra guarismos similares.
Cuando la ex presidenta no juega, Massa insinúa una leve mejora de 2 pp que no alcanza para mejorar su situación competitiva, dado que la ausencia de Cristina refuerza principalmente a los segmentos de indecisos (pasan de 14% a 18%) y otros candidatos (13%). El escenario de ballotage también aparece favorable a CFK, por 43% a 37%, con 20% de indecisos; la brecha de 6 pp no es estadísticamente significativa, pero sí más amplia que los 4 pp de la primera ronda electoral, lo que sugiere una inercia a favor de CFK en la instancia decisiva (ver datos arriba; click para agrandar). En la proyección, se acorta a 3 pp (44% a 41%). En caso de que fuera Scioli el rival de Macri, la brecha se acorta: 40% a 38%, y 43% a 41% con proyección (ver datos abajo; click para agrandar). Las tendencias confirman así la centralidad de CFK y su vigencia como la opositora más competitiva de cara a la elección presidencial, marcando incluso que, a diferencia de lo que se veía hace algunos meses, también en ballotage comienza a tener chances de imponerse a Macri. Que los niveles de rechazo de Cristina Fernández y de Macri sean similares sugiere que el techo del actual presidente se fue corriendo hacia abajo.
Una segunda encuesta dada a conocer ya con el año 2019 corriendo coincide con el escenario de polarización que vimos en el estudio de CIGP, con apenas matices en los guarismos. La consultora Dicen realizó un estudio sobre una muestra de 1.898 casos entre el 21 y el 24 de diciembre de 2018, relevando de manera telefónica. En la medición por signo político, el frente Cambiemos lidera con un 31% de intención de voto, seguido de cerca por el Frente para la Victoria/Unidad Ciudadana, con 27%. La diferencia de 4 puntos porcentuales entre el oficialismo y la principal fuerza opositora no es estadísticamente significativa, lo que confirma la situación de empate técnico que arroja la mayoría de las mediciones que venimos analizando. Los indecisos, a su turno, alcanzan 24% (ver datos arriba; click para agrandar).
El panorama cambia sutilmente cuando se miden figuras. Dicen planteó dos escenarios, uno con la presencia de la ex presidenta y otro sin CFK y con el ex candidato presidencial Daniel Scioli como principal figura de la oposición. En el primer caso, con la actual senadora nacional como candidata a presidenta, Unidad Ciudadana alcanza 34% de intención de voto contra 30% de Cambiemos, encabezado por Macri, con Sergio Massa en 10% y 14% de indecisos (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). Si bien la diferencia de 4 puntos porcentuales entre ambos no es estadísticamente significativa y no rompe el empate técnico, en este caso la brecha a favor de CFK es mayor que la que veíamos en el estudio de CIGP (2,24 puntos porcentuales). En cambio, si la lista opositora es encabezada por Scioli la ventaja pasa a Macri, quien se impone por 28% a 23% (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). En ambos casos, una lista progresista oscila entre 3 y 4 puntos, mientras que la izquierda muestra guarismos similares.
Cuando la ex presidenta no juega, Massa insinúa una leve mejora de 2 pp que no alcanza para mejorar su situación competitiva, dado que la ausencia de Cristina refuerza principalmente a los segmentos de indecisos (pasan de 14% a 18%) y otros candidatos (13%). El escenario de ballotage también aparece favorable a CFK, por 43% a 37%, con 20% de indecisos; la brecha de 6 pp no es estadísticamente significativa, pero sí más amplia que los 4 pp de la primera ronda electoral, lo que sugiere una inercia a favor de CFK en la instancia decisiva (ver datos arriba; click para agrandar). En la proyección, se acorta a 3 pp (44% a 41%). En caso de que fuera Scioli el rival de Macri, la brecha se acorta: 40% a 38%, y 43% a 41% con proyección (ver datos abajo; click para agrandar). Las tendencias confirman así la centralidad de CFK y su vigencia como la opositora más competitiva de cara a la elección presidencial, marcando incluso que, a diferencia de lo que se veía hace algunos meses, también en ballotage comienza a tener chances de imponerse a Macri. Que los niveles de rechazo de Cristina Fernández y de Macri sean similares sugiere que el techo del actual presidente se fue corriendo hacia abajo.
domingo, 13 de enero de 2019
Tendencias nacionales en el arranque del 2019 (1)
En nuestro posteo anterior citábamos datos de la la última encuesta realizada por la consultora Delfos en diciembre pasado en toda la provincia, que mostraba a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner con 28% de intención de voto, contra 25% de Mauricio Macri. Se trata de un registro clave en un distrito que en 2015 fue ampliamente favorable a Cambiemos (con alrededor del 50% de los votos en primera vuelta y del 70% en el ballotage). Por contrapartida, el candidato del FPV, Daniel Scioli, apenas alcanzó en las primarias de ese año (PASO) el 14,65% sobre votos positivos, el 19,21% en primera vuelta y el 28,49% en el ballotage: eso implica que en Córdoba, con un 28% de intención de voto actual, CFK ya está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por el kirchnerismo en la segunda vuelta de 2015, a 7 meses de las PASO de este año (ver datos abajo; click para agrandar).
En cambio, con 25% de intención de voto (ver datos abajo; click para agrandar), Macri se ubica 10 puntos porcentuales por debajo del resultado que logró en provincia de Córdoba en las PASO del 2015: 35,4%. La leve ventaja de CFK en este distrito netamente antiK hasta la elección de medio término del 2017 se articula con nuevas encuestas nacionales que la muestran ubicada algo por encima del presidente Mauricio Macri de cara a la elección presidencial de este año, si bien por una ventaja estadísticamente no significativa que no rompe el escenario de empate técnico. La Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP) hizo un relevamiento online entre el 18 y 21 de diciembre pasados, sobre una muestra de 1.209 electores mayores de 16 años residentes de Capital Federal, Conurbano y las principales ciudades de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán y Salta, con un error muestral de +-3%. Entre los primeros datos, uno retoma un eje que tomamos en recientes posteos y que pone de manifiesto el malestar socioeconómico: el 62,28% asegura haber modificado "para peor" su plan de vacaciones veraniegas por la situación económica. Eso impacta en la imagen de Mauricio Macri y de su gestión: el 56,01% dice que es "mala", contra un 13,75% que la califica de “buena”. Así, su imagen siguiò cayendo en diciembre, aunque eso no se traduce en su intención de voto, que pasó de 32,08% a 34,49% de un mes a otro (+ 2,41 puntos porcentuales). Otro tanto sucede con Cristina Kirchner: su imagen negativa pasó de 45,92% a 52,58% (+ 6,36 pp) y al mismo tiempo su intención de voto también creció de 34,58% a 36,73% (+ 2,15 pp; ver datos al inicio del posteo, click para agrandar).
Si bien se trata en ambos casos de variaciones estadísticamente no significativas, la medición confirma algo que venimos señalando desde hace meses: se recrea una nueva polarización, dado que las dos fuerzas que disputan la primera minoría electoral suman más del 70% de los votos, mientras que el peronismo no kirchnerista sigue ubicándose tercero, pero en descenso: en esta medición apenas supera el 8%. La diferencia que separa a CFK de Macri (2,24 pp) no es estadísticamente significativa y pone a ambos candidatos en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Scioli y Macri en la primera vuelta presidencial del 2015: 37,08% y 34,15%, respectivamente, lo que sugiere que la medición es representativa de las tendencias y que oficialismo y principal oposición cuentan con núcleos duros y pisos bien consolidados.
En cambio, la brecha que separa al peronismo no K de las dos primeras fuerzas supera los 25 pp, lo que hoy deja a ese frente aún no constituido fuera del ballotage. De ahí que las simulaciones de ballotage que miden a Macri vs precandidatos no K carezcan de sentido: mientras un precandidato de Alternativa Federal no se acerque a la franja que va del 20% al 30% de intención de voto, ese espacio no tiene chances de entrar en la segunda vuelta, que por otro parte hoy parece inevitable. Para eludirlo, una de las dos fuerzas (Cambiemos o Unidad Ciudadana) debería llegar al 45% de los votos, o bien alcanzar el 40%+1 y que la fuerza rival no llegue al 30%, dos condiciones que hoy no se están dando. En caso del ballotage, la encuesta de CIGP muestra un empate técnico entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner. El presidente alcanzaría 42,93% y la expresidenta llegaría al 42,19%, una brecha de 0,74 pp que, obviamente, resulta estadísticamente no significativa (ver datos arriba; click para agrandar). Por otro lado, aparecen los indecisos (4,71 %) y los votos nulos (3,72 %) y en blanco (6,45 %). Así, la proyección de cara a la segunda vuelta confirma lo que la teoría fundada empíricamente dice acerca de los ballotages en la región: cuando la diferencia entre los dos candidatos más votados es menor al 5% (2,24 pp en este caso, llegan a la segunda vuelta con paridad de chances de imponerse.
En cambio, con 25% de intención de voto (ver datos abajo; click para agrandar), Macri se ubica 10 puntos porcentuales por debajo del resultado que logró en provincia de Córdoba en las PASO del 2015: 35,4%. La leve ventaja de CFK en este distrito netamente antiK hasta la elección de medio término del 2017 se articula con nuevas encuestas nacionales que la muestran ubicada algo por encima del presidente Mauricio Macri de cara a la elección presidencial de este año, si bien por una ventaja estadísticamente no significativa que no rompe el escenario de empate técnico. La Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP) hizo un relevamiento online entre el 18 y 21 de diciembre pasados, sobre una muestra de 1.209 electores mayores de 16 años residentes de Capital Federal, Conurbano y las principales ciudades de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán y Salta, con un error muestral de +-3%. Entre los primeros datos, uno retoma un eje que tomamos en recientes posteos y que pone de manifiesto el malestar socioeconómico: el 62,28% asegura haber modificado "para peor" su plan de vacaciones veraniegas por la situación económica. Eso impacta en la imagen de Mauricio Macri y de su gestión: el 56,01% dice que es "mala", contra un 13,75% que la califica de “buena”. Así, su imagen siguiò cayendo en diciembre, aunque eso no se traduce en su intención de voto, que pasó de 32,08% a 34,49% de un mes a otro (+ 2,41 puntos porcentuales). Otro tanto sucede con Cristina Kirchner: su imagen negativa pasó de 45,92% a 52,58% (+ 6,36 pp) y al mismo tiempo su intención de voto también creció de 34,58% a 36,73% (+ 2,15 pp; ver datos al inicio del posteo, click para agrandar).
Si bien se trata en ambos casos de variaciones estadísticamente no significativas, la medición confirma algo que venimos señalando desde hace meses: se recrea una nueva polarización, dado que las dos fuerzas que disputan la primera minoría electoral suman más del 70% de los votos, mientras que el peronismo no kirchnerista sigue ubicándose tercero, pero en descenso: en esta medición apenas supera el 8%. La diferencia que separa a CFK de Macri (2,24 pp) no es estadísticamente significativa y pone a ambos candidatos en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Scioli y Macri en la primera vuelta presidencial del 2015: 37,08% y 34,15%, respectivamente, lo que sugiere que la medición es representativa de las tendencias y que oficialismo y principal oposición cuentan con núcleos duros y pisos bien consolidados.
En cambio, la brecha que separa al peronismo no K de las dos primeras fuerzas supera los 25 pp, lo que hoy deja a ese frente aún no constituido fuera del ballotage. De ahí que las simulaciones de ballotage que miden a Macri vs precandidatos no K carezcan de sentido: mientras un precandidato de Alternativa Federal no se acerque a la franja que va del 20% al 30% de intención de voto, ese espacio no tiene chances de entrar en la segunda vuelta, que por otro parte hoy parece inevitable. Para eludirlo, una de las dos fuerzas (Cambiemos o Unidad Ciudadana) debería llegar al 45% de los votos, o bien alcanzar el 40%+1 y que la fuerza rival no llegue al 30%, dos condiciones que hoy no se están dando. En caso del ballotage, la encuesta de CIGP muestra un empate técnico entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner. El presidente alcanzaría 42,93% y la expresidenta llegaría al 42,19%, una brecha de 0,74 pp que, obviamente, resulta estadísticamente no significativa (ver datos arriba; click para agrandar). Por otro lado, aparecen los indecisos (4,71 %) y los votos nulos (3,72 %) y en blanco (6,45 %). Así, la proyección de cara a la segunda vuelta confirma lo que la teoría fundada empíricamente dice acerca de los ballotages en la región: cuando la diferencia entre los dos candidatos más votados es menor al 5% (2,24 pp en este caso, llegan a la segunda vuelta con paridad de chances de imponerse.
jueves, 10 de enero de 2019
Tendencias prelectorales nacionales en Córdoba, distrito clave
Con casi 10% del total de electores nacionales (el segundo distrito más gravitante después de provincia de Buenos Aires, PBA, con 37%), la provincia de Córdoba jugó un papel clave en la elección presidencial de 2015. En la PASO contó con el recientemente fallecido ex gobernador José Manuel de la Sota como precandidato, que ganó la provincia pero quedó lejos de su contendiente Sergio Massa en el total país (6,24% vs 14,32%, respectivamente). La salida de De la Sota de la competencia le permitió a Mauricio Macri (Cambiemos) alcanzar alrededor del 50% de los votos cordobeses en la primera vuelta y alrededor del 70% en ballotage, dado que Sergio Massa no logró capturar los votos de su ex aliado cordobés en UNA y finalmente quedó fuera de la segunda vuelta. De esa manera, Macri logró en Córdoba la diferencia que le permitió triunfar sobre Daniel Scioli, del FPV, por una magra ventaja en el total país: 51,34% sobre 48,66%. Sin Córdoba, el presidente electo hubiera sido Scioli.
La fuerza del antikirchnerismo en Córdoba resultó clave en 2015, por lo cual las tendencias preelectorales de la provincia son seguidas con atención en todo el país. Según la última encuesta realizada por la consultora Delfos en diciembre pasado, hoy el panorama es de gran paridad en términos de intención de voto y, con matices, en imagen: la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner alcanza 28% de intención de voto, contra 25% de Mauricio Macri (ver datos al inicio del posteo y arriba; click para agrandar). Esa brecha de 3 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa y hoy pone la elección en situación de empate técnico, pero implica un giro respecto a las tendencias habituales que siempre mostraron a Cambiemos arriba, en tanto que canalizador del antikirchnerismo. Sin duda, esto pone en evidencia el desgaste del oficialismo. En términos de imagen, CFK también logra mayor imagen positiva (29%) que Macri (20%), tiene similar imagen negativa (52% vs 54%) y menor regular (19% vs 26%). Vale decir que el balance de imagen de la ex presidenta es mejor que el del actual presidente, aunque ambos quedan con saldo negativo (-42% vs -60%, respectivamente).
Al igual que en 2015, Sergio Massa no se ubica en situación competitiva. Su intención de voto apenas supera el 10%. Su imagen positiva (16%) es más baja que la de CFK y Macri; aunque tiene menor negativa que ambos (37%), tiene un registro de no opiniones mucho mayor (18% entre no opina y no conoce), lo que resulta en un balance de imagen negativo de -42%. Vale decir, su condición de "opo-oficialista" le resta más que sumarle. Así, con matices, Córdoba confirma las tendencias nacionales: una elección polarizada entre CFK y Macri. Incluso, puede advertirse que la imagen positiva de la ex presidenta en la provincia está en el mismo orden de magnitud que su intención de voto: 29% y 28%. Algo similar se ve en Macri (20% y 25%) y Massa (16% y 11%). Otro dato clave: si construimos un promedio con las últimas 5 encuestas nacionales, el de CFK da 30,5%, el de Macri 29,6% y el de Massa 11,8%. En síntesis, al menos hoy, Córdoba provincia representa de manera muy aproximada las tendencias actuales del total país.
Al igual que en las tendencias nacionales, el gobernador salteño Juan Urtubey aparece relegado en el posicionamiento: casi 6 de cada 10 electores cordobeses no opinan sobre él o no lo conocen, 1 de cada 10 tiene opinión positiva y el doble lo califica de manera negativa, de lo que resulta un balance de imagen negativo (-80%; ver datos arriba, click para agrandar). Sin inserción en Córdoba y sin articulación ni inserción territorial en PBA, difícilmente pueda superar a Massa si se enfrentan en las primarias del 11 de agosto. De la Sota no pudo hacerlo, y era fuerte en Córdoba, no en la menos gravitante Salta. Finalmente, la gobernadora de PBA, María Eugenia Vidal, tiene mejor imagen positiva que Macri (30%), menor negativa (32%) y menor regular (16%), pero mayor nivel de no opinión y desconocimiento (22%), de lo que resulta un balance negativo del 40% que no permite considerarla como un plan B suficientemente sólido respecto a Macri, al menos por ahora (ver datos abajo; click para agrandar). La encuesta fue realizada por la Consultora Delfos entre el 19 y el 27 de diciembre pasados, sobre una muestra de 1.800 casos en toda la provincia de Córdoba con recolección de datos directa, individual y domiciliario. La confiabilidad es del 95% y el cálculo arroja un error de muestreo de +/- 2,3%.
La fuerza del antikirchnerismo en Córdoba resultó clave en 2015, por lo cual las tendencias preelectorales de la provincia son seguidas con atención en todo el país. Según la última encuesta realizada por la consultora Delfos en diciembre pasado, hoy el panorama es de gran paridad en términos de intención de voto y, con matices, en imagen: la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner alcanza 28% de intención de voto, contra 25% de Mauricio Macri (ver datos al inicio del posteo y arriba; click para agrandar). Esa brecha de 3 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa y hoy pone la elección en situación de empate técnico, pero implica un giro respecto a las tendencias habituales que siempre mostraron a Cambiemos arriba, en tanto que canalizador del antikirchnerismo. Sin duda, esto pone en evidencia el desgaste del oficialismo. En términos de imagen, CFK también logra mayor imagen positiva (29%) que Macri (20%), tiene similar imagen negativa (52% vs 54%) y menor regular (19% vs 26%). Vale decir que el balance de imagen de la ex presidenta es mejor que el del actual presidente, aunque ambos quedan con saldo negativo (-42% vs -60%, respectivamente).
Al igual que en 2015, Sergio Massa no se ubica en situación competitiva. Su intención de voto apenas supera el 10%. Su imagen positiva (16%) es más baja que la de CFK y Macri; aunque tiene menor negativa que ambos (37%), tiene un registro de no opiniones mucho mayor (18% entre no opina y no conoce), lo que resulta en un balance de imagen negativo de -42%. Vale decir, su condición de "opo-oficialista" le resta más que sumarle. Así, con matices, Córdoba confirma las tendencias nacionales: una elección polarizada entre CFK y Macri. Incluso, puede advertirse que la imagen positiva de la ex presidenta en la provincia está en el mismo orden de magnitud que su intención de voto: 29% y 28%. Algo similar se ve en Macri (20% y 25%) y Massa (16% y 11%). Otro dato clave: si construimos un promedio con las últimas 5 encuestas nacionales, el de CFK da 30,5%, el de Macri 29,6% y el de Massa 11,8%. En síntesis, al menos hoy, Córdoba provincia representa de manera muy aproximada las tendencias actuales del total país.
Al igual que en las tendencias nacionales, el gobernador salteño Juan Urtubey aparece relegado en el posicionamiento: casi 6 de cada 10 electores cordobeses no opinan sobre él o no lo conocen, 1 de cada 10 tiene opinión positiva y el doble lo califica de manera negativa, de lo que resulta un balance de imagen negativo (-80%; ver datos arriba, click para agrandar). Sin inserción en Córdoba y sin articulación ni inserción territorial en PBA, difícilmente pueda superar a Massa si se enfrentan en las primarias del 11 de agosto. De la Sota no pudo hacerlo, y era fuerte en Córdoba, no en la menos gravitante Salta. Finalmente, la gobernadora de PBA, María Eugenia Vidal, tiene mejor imagen positiva que Macri (30%), menor negativa (32%) y menor regular (16%), pero mayor nivel de no opinión y desconocimiento (22%), de lo que resulta un balance negativo del 40% que no permite considerarla como un plan B suficientemente sólido respecto a Macri, al menos por ahora (ver datos abajo; click para agrandar). La encuesta fue realizada por la Consultora Delfos entre el 19 y el 27 de diciembre pasados, sobre una muestra de 1.800 casos en toda la provincia de Córdoba con recolección de datos directa, individual y domiciliario. La confiabilidad es del 95% y el cálculo arroja un error de muestreo de +/- 2,3%.
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