"El contexto de volatilidad cambiaría, tasas altas, más inflación y riesgo país en alza, produce efectos concretos en el humor social. El ajuste realizado hasta el momento en gastos fijos parece insuficiente y genera un alto nivel de incertidumbre que repercute en el consumo masivo. En esta última ola crece la preocupación por la economía, la inflación y el dólar, y su consecuente efecto sobre el salario real. Crece también la preocupación por la salud, como posible efecto de la incertidumbre económica. No sólo el consumidor no logró descomprimir en las olas anteriores sino que necesita profundizar sus estrategias de ajuste. El ajuste en el consumo se extiende a mayor cantidad de categorías”, explicó oportunamente Mariela Mociulsky, directora de Trendsity al caracterizar el impacto del ajuste en la clase media y otros niveles socieconómicos. Las categorías más perjudicadas son las vinculadas al placer o indulgencia (turismo – vacaciones 65%, salidas y entretenimiento 75% , indumentaria y calzado 60%, y peluquería con 39%). A su turno, los bienes durables y reparaciones también sufren el ajuste. Entre las categorías de consumo masivo los alimentos y bebidas serán “víctimas” para el 40% de los argentinos mientras perfumería e higiene personal para el 24% según las declaraciones de los encuestados. Según Mociulsky, la salud y la educación siempre han sido del grupo de gastos que se tiende a resguardar ("intocables”), pero comienzan incipientemente a rankear dentro del listado de ajustes al bolsillo por su alta incidencia dentro del gasto familiar. En definitiva, nos encontramos con un consumidor que ajusta sobre el ajuste: “las expectativas de mejora cedieron ante una realidad preocupante y tenemos un consumidor exigido, que debe redoblar los múltiples esfuerzos en defenderse de la inflación. Comienza a evidenciarse una proyección de ajuste sobre categorías como salud y educación evaluando alternativas que no impliquen una pérdida en términos de calidad. Se extreman medidas de control sobre el gasto. Se trata de un consumidor adaptado aunque angustiado, alejado del placer y el impulso”, evaluó.
Profundizando en el tema vacaciones, las empresas de investigación Kantar Millward Brown y Kantar TNS encararon el estudio "Turismo en tiempo de crisis". Según el reporte, el 93% de los argentinos adultos declara haber reducido o dejado alguna categoría de consumo/gasto ante la situación económica y la fuerte suba del dólar. “Los viajes al exterior son uno de los hábitos que sufre, en mayor medida, una disminución de las compras afectadas por la devaluación”, señaló Agustina Servente, directora de Innovación de Kantar TNS y Kantar Millward Brown. El 80% aseguró haber hecho ajustes para hacer más eficiente el gasto, de manera de no dejar de viajar, adoptando medidas como: viajar menos que lo previsto (37%), elegir un destino más barato (25%), contratar opciones de vuelos/hospedajes más económicos (21%) u optar por métodos de pago más flexibles (12%). En ese marco, las aerolíneas low cost ganaron terreno como opción: un 10% de los argentinos ya realizó un viaje utilizando esta opción en el país, de acuerdo al informe. “Los que más probaron esta nueva forma de viajar son los segmentos ABC1 y D1”, resaltó Rodrigo Sarti, Business Developer de Kantar TNS y Kantar Millward Brown. Con todo, aún son minoritarias: ante la elección de un medio de transporte para un posible próximo viaje interno, un 29% de los argentinos continúa eligiendo las aerolíneas tradicionales, en tanto un 16% estaría dispuesto a optar por una low cost.
En pleno diciembre, la encuesta de Reyes Filadoro también había detectado el "enfriamento" en la intención de tomarse vacaciones: 72% decía que no lo haría, contra 17% que sí, y entre ellos la mitad pensaba tomarse apenas una semana o menos (ver datos arriba; click para agrandar). En este marco, la suba del dólar y los cambios en la financiación de las tarjetas y bancos hicieron que los argentinos favorecen la tendencia de que los argentinos se vuelquen al turismo nacional. Ya en septiembre pasado la venta de pasajes al exterior habían caído 35% y para el mismo mes la cantidad de argentinos que salieron del país bajó 10,8%. Esa tendencia se confirmó en los eventos de descuentos especiales para compras electrónicas Cyberweek y CyberMonday, donde los vuelos nacionales tuvieron más ventas en cantidad de unidades que los internacionales. Oportunamente, el coordinador de Turismo de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (Cace), Martín Romano apuntó que “el turismo nacional tuvo más preponderancia, pero de todos modos se nota una caída en general de ventas de pasajes”. Por su parte, según ZonaProp, “la caída de internacional fue tan brusca que el crecimiento del turismo nacional no llega a compensarlo". Entre los que ahora optaron por hacer turismo nacional, el 58,91% mencionó que vacacionó en el exterior los últimos cinco años. Para el 40,25% de los encuestados, la decisión de quedarse en Argentina en verano responde a una cuestión económica, el 33,96% pondera la cercanía y el 25,79% dijo que prefiere recorrer el país.
La consultora Query en conjunto con MyR Asociados también realizó un sondeo de opinión pública acerca de las vacaciones, sobre una muestra de 1.224 argentinos contactados telefónicamente entre el 28 de noviembre y el 2 de diciembre mayores de 18 años. Mientras que en la temporada anterior se tomó vacaciones el 43%, para este año lo hará el 29%, una caída de 14 puntos porcentuales (ver datos arriba; click para agrandar). El ajuste se nota menos en la variable cantidad de tiempo de vacaciones: un 42% dice que el año anterior se tomó una semana, contra 46% que señaló que sus vacaciones tendrán esa misma duración; una tendencia similar se observa entre quienes se toman entre 1 o 2 semanas (antes, un 39%, ahora un 38%), y quienes se toman más de una semana (antes 19%, ahora 16%; ver datos abajo, click para agrandar).
Donde se pone más en evidencia el ajuste es en los destinos turísticos elegidos por los argentinos: casi el 75% afirmó que recorrerá el país, contra 69% el año pasado ( + 6 pp); la salida al exterior cayó del 25% al 13% (- 12 pp), mientras quienes se quedan en casa crecieron del 6% al 13% (+7 pp). En síntesis, todos los datos repasados confirman que el ajuste alcanza tanto a rubros más básicos de la canasta doméstica como a los vinculados al ocio y entretenimiento, confirmando el deterioro socioeconómico que se registró durante 2018.
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