jueves, 17 de abril de 2014

Imágenes e intención de voto (2)

Cuando los sondeos mostraban una ventaja inicial de Massa, el sciolismo se apresuró a divulgar que la consultora Aresco (del sociólogo Julio Aurelio) proyectaba una victoria del FPV en 2015 y se entusiasmaban con que el gobernador bonaerense llegara a ser el mejor posicionado dentro del espacio oficialista (hipótesis de la “herencia”). Por otro lado, los estrategas de Scioli ya venían apostando a que un PJ relativamente “blindado” frenaría los movimientos de cooptación de Massa y podría llevarlo a declinar la candidatura presidencial para aspirar a un objetivo ambicioso pero más módico: la gobernación de la provincia de Buenos Aires, despejando así la carrera presidencial para Scioli (aquí entra a tallar otra hipótesis, la de un “acuerdo” Scioli-Massa).

A contrapelo de esas proyecciones, un estudio de Raúl Aragón & Asociados difundido con posterioridad a las encuestas citadas en el post anterior mostraba un leve ascenso en la intención de voto de Sergio Massa, que ganaba casi dos puntos porcentuales respecto a la medición anterior de febrero, para ubicarse en 30,6%. Ese crecimiento se veía además favorecido por una caída del gobernador Daniel Scioli: de acuerdo con esa encuesta (sobre 1.200 casos en el área metropolitana entre el 19 y el 25 de marzo) Scioli se ubicada segundo, con 13,4% (una caída de más de 6 puntos entre mediciones), a la vez que el ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo aparecía en el pelotón de “presidenciables” con 6,2%).  Así, Scioli estaba en situación de empate técnico con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que alcanzaba un 13,2% (0,6 más que en febrero). Más relegado aparecía el socialista Hermes Binner, referente del FAP, con 7,4% (una suba de 1,5% entre mediciones). Dentro del espacio panradical-socialista, figuraba en último lugar el radical Julio Cobos, con 2,5%. Por otra parte, el 9,7% respondía no inclinarse por ningún precandidato, mientras que el 15,9% no contestó o dijo no saber. En términos de imagen positiva, los más favorecidos eran Massa (50,4%), Scioli (38,8%) y Macri ( 36,5%).

En su momento, Aragón interpretó la espiral descendente de Scioli y la ascendente de Randazzo como una migración de apoyo del gobernador al ministro en el núcleo duro del oficialismo (alineado con lo que en el post anterior asociamos al kirchnerismo puro): "es un voto kirchnerista de paladar negro, que ve en Randazzo la garantía de la continuidad del modelo y elige a Scioli como mal menor", evaluaba Aragón. En esa línea interpretativa, Randazzo captaba, según este sondeo, el perfil de votante que quiere capitalizar el gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, cuando en su discurso se presenta como la “continuidad explícita” del modelo. Tiempo después, una encuesta para Perfil de la consultora González/Valladares y la firma MGMR arrojaba resultados curiosos, sensiblemente desalineados de los demás sondeos que venimos revisando: según ese estudio, Massa estaba arriba en todos los escenarios con un porcentaje que oscilaba entre el 29 y el 31%, en tanto que Scioli y Randazzo rondaban en 21,3%, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich obtenía 19,3% y Urribarri 17,3%. Ninguna otra encuesta muestra cifras parecidas, lo que despierta un sano escepticismo acerca de este estudio.

Otro estudio, en este caso de posicionamiento e imagen de dirigentes (realizado por la consultora Polldata sobre 450 vecinos de la Capital y el Gran Buenos Aires) indagaba cuál tenía el mejor desempeño dentro de la oposición, más allá de que le simpatizara o no; la respuesta ganadora fue “Ninguno/ns-nc”, con 35,6%; en segundo término, primero dentro de las respuestas positivas, se ubicó Massa (34,4%). El segundo término lo ocupó el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri (16,9%), en tanto que el tercer lugar fue para Elisa Carrió (7,9%), que, a diferencia de Scioli y Massa, no mostraba buena performance en las encuestas de cara a las elecciones presidenciables (lo que no es paradójico, dado que desde hace tiempo su perfil es el de una opositora neta, sin atributos ligados a la gobernabilidad y el desempeño en cargos ejecutivos). Luego, aparecían otros tres dirigentes del mismo espacio progresista que la líder de UNEN: Julio Cobos (2,5%), Hermes Binner (1,8%) y Ernesto Sanz (0,9%). En el caso de los dos primeros, si bien figuran rezagados en los diversos sondeos conocidos, al menos miden mejor que Carrió como “presidenciables”.  

3 comentarios:

  1. Arzani Nicolás - Parte 1

    Comenzando con un análisis en la metodología de las encuestas mencionadas podemos decir que se tratan de investigaciones no experimentales, como todas las encuestas de opinión pública, ya que no se manipulan variables sino que se observan fenómenos tal como se dan en situación real. El análisis es transversal descriptivo, se miden las variables (intención de voto, imagen positiva y desempeño como opositor) en un momento determinado y se describe su estado y los valores en que se manifiestan. El método utilizado es cuantitativo, ya que se abocan a la medición de datos provenientes de la superficie del comportamiento político electoral. Se trata de encuestas por muestreo (técnica de investigación que permite medir respuestas y hacer cuantificables las cuestiones relevantes) de un universo infinito (ya que supera las 100000 unidades). El universo electoral está compuesto por todos los mayores de 18 años. En estos casos estimo que se tratan de muestras probabilísticas, que son más precisas y permiten calcular el error muestras (si bien aquí no se menciona), cuyo muestreo probablemente ha sido aleatorio simple, es decir, las muestras se toman al azar. Claramente los fines de estas encuestas son electorales, ya que dan un pronóstico, proyección o estimación del voto electoral. En este caso no se cuenta con información acerca de cómo ha sido la recolección de los datos, el medio utilizado para llegar al encuestado ni las preguntas, pero es posible estimar que al tratarse de imagen positiva e intención de voto se hayan realizado preguntas cerradas (con opciones) en algunos casos dicotómicas (dos opciones excluyentes), multi-respuesta (más de una respuesta) o abanico (respuestas cualitativas: muy buena, buena, regular). Son encuestas de opinión ya que se dan en el periodo preelectoral.
    Ya realizando un análisis más profundo de los resultados podemos decir que los nombres que aparecen en las encuestas ya se encuentran en campaña, pero cada una de ellas con particularidades distintas. Algunos, como Macri y Scioli, desde su posición de ejecutivo están aprovechando los recursos de gobierno para promocionarse y esto no es de ahora sino desde que empezaron su mandato, esto en opinión pública se llama “campaña permanente”, se utiliza toda la gestión ya que se considera a la campaña un proceso y no un momento anterior a las elecciones. Otros, desde otros cargos de gobierno tratan de aportar para obtener minutos de prensa y así no perderse en la red política pasiva, algunos con más éxito que otros; por ejemplo, Massa logra una mayor optimización de sus participaciones que Carrió, que si bien participa mucho, su actividad es tomada como mera opositora pero no futura oficialista, como lo menciona el informe. El hecho de tener un cargo, mas los ejecutivos, conforman en estos casos un arma de doble filo, como pueden aprovecharse los recursos para promocionar los buenos actos, están más expuestos a equivocarse y quedar en evidencia, a diferencia de aquellos que tienen más poder de crítica que responsabilidades de gobierno.

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  2. Nicolás Arzani - Parte 2

    Por otro lado, las elecciones de los últimos años han mostrado la importancia de la comunicación en las campañas. Con la nueva ley electoral, los programas que hablan de política, un periodismo más militante y la siempre existente famosocracia, los minutos televisivos y radiales tienen cada vez más peso en las urnas. Por lo que es imposible suponer candidatos sin equipos de prensa que los guie en los pasos previos a las elecciones. Quienes más están aprovechando hasta el momento este recurso son Macri, que tiene pauta en los principales programas televisivos y radiales, en diarios, carteleras callejeras y hasta “Casa de la Ciudad de todos los argentinos” en distintos puntos del país; y Scioli que ha comenzado a mostrar sus obras en spots televisivos.
    Lo más claro en este proceso preelectoral ha sido la regla de marketing llamada “propuesta única de venta” que se basa en buscar el factor diferenciador y la simplificación. Massa como “el rebelde” que apoya una parte pero disiente en otra, Macri con su “propuesta diferente” al “proyecto NacandPop”, Scioli “la continuidad” de dicho proyecto y Carrio “la denunciante anónima”; son claros ejemplos de la búsqueda de ese factor o bandera que los diferencie del resto para acaparar votantes que se identifiquen con la causa. Este factor se convierte en la promesa de campaña y sirve como base de la segmentación electoral. El principal problema en la actualidad está en identificar cuál es el candidato ideal: la continuidad, el cambio o la continuidad con cambio; para así transformar estos candidatos reales en “El candidato esperado”, lo que la gente espera del próximo presidente.
    Por último, se observa un gran peso del voto por “perspectiva de voto racional” y de “modelo de clima de opinión”. Estos dos tipos de voto se ven influenciados por los medios, la campaña política y los factores de corto plazo. Esto se ve reflejado en las constantes variaciones que muestran las encuestas y en cómo el abanico de candidatos se ha centrado en los tres con más chances, desplazándose gran parte del electorado de los otros candidatos a estos, principalmente por el miedo al aislamiento y la presión del entorno, o bien por el hecho de no “desperdiciar un voto” y favorecer a un candidato o desfavorecer a otro. Es un claro ejemplo de la “Espiral del silencio”.

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  3. Gracias por tu aporte, Nicolás, saludos!

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