sábado, 5 de junio de 2010

Los límites de la política 2.0


Es un lugar común decir que las redes sociales ocupan hoy un gran protagonismo en la
opinión pública. Las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos contribuyeron a instalar cómo un uso exitoso de las mismas permite cimentar una campaña victoriosa (la de Barack Obama).

El gran potencial político o de campaña de las redes sociales está, creo, en dos usos: en primer término, el contagio, la "viralidad", que le puede permitir a un candidato darse a conocer en las redes sin necesidad de invertir cuantiosos recursos en los canales de difusión tradicionales (medios audiovisuales y gráficos). En segundo lugar, la posibilidad de sinergia o "feedback" entre el candidato y los electores: aquí el desafío es mayor, porque el político tiene que estar dispuesto a "escuchar" lo que se dice (aunque sean críticas o cuestionamientos) y a mantener cierta interactividad.

Sin embargo, las redes sociales también plantean límites: del mismo modo que sucede en el caso de una empresa o una marca, un mensaje de campaña que sea demasiado explícito en su tono de "venta" (propaganda de un candidato) corre el riesgo de ver menguada su credibilidad. Por otro lado, el uso de estas herramientas claramente tiene un sesgo, apunta a un segmento determinado: los usuarios que mantienen una relación con las tecnologías 2.0, que están asociadas a variables como el nivel socioeconómico y la distribución territorial. Y esto seguirá siendo así mientras la penetración de internet y de los accesos de banda ancha sea desigual a lo largo y a lo ancho de un país. Un candidato, una propuesta, también necesitan llegar a sectores que no son alcanzables vía internet y redes sociales, y respecto de los cuales tiene que tener una estrategia de contacto, ya sea vía medios masivos (TV, radios, diarios, etc.) o incluso "mano a mano" con movilizaciones y mitines.

Durante estos días se discutió extensamente qué pudo haber pasado con las encuestas en Colombia, que anunciaban un empate técnico entre el candidato oficialista Santos y el candidato "viral" opositor Mockus, cuando las urnas arrojaron que el primero duplicó en votos al segundo. Una primera línea de explicación que se deslizó fue que las encuestas no tomaron en cuenta el voto rural -en cualquier país, los sondeos se realizan en ciudades, y rara vez en el "interior profundo"- que favoreció ampliamente al candidato oficialista. Es evidente que, en general, el votante rural no es "alcanzable" a través de las herramientas de la web 2.0. Sin embargo, el comportamiento del electorado en las zonas urbanas también fue favorable a Santos, a pesar de que se consideraban plazas fuertes de Mockus. Con todo, si se tiene en cuenta que el partido de Mockus apenas figuraba en las encuestas 3 meses atrás, y hoy es la segunda fuerza política del país, el resultado es más que positivo, aunque no alcance para disputar exitosamente la segunda vuelta.

En nuestro país, de forma creciente vemos a los políticos argentinos utilizar -junto con su equipo de asesores-las herramientas de la política 2.0, colgando discursos en You Tube, dando a conocer posturas en su muro de Facebook y contando qué están pensando o haciendo en Twitter. En esta tendencia, se intuye una primera apuesta: incursionar en estas tecnologías permitiría llegar a segmentos del electorado fuertemente conectados con las mismas, especialmente nuevos electores y votantes jóvenes que concurren a las urnas por segunda o tercera vez a lo sumo. Pretensión legítima, por supuesto, e incluso podemos decir, condición necesaria de la política en la era de la Web 2.0. Pero condición necesaria no es condición suficiente.

4 comentarios:

  1. Coincido con la afirmación condición necesaria pero no suficeietne el usod ste medio interectivo es visitadopor un segmento de la poe redes socialespara campañlas a marcas de productos. Creo que internet y todas sus aplicaciones es un nuevo medio de comunicacion y debe ser utilizado para comunicar, publicitar, vender,etc; sin olvidarse que el segmento al que se dirige o los usuarios de internet son una porción d ela poblacion y no la totalidad de la misma. Pienso que debe ser usado como un meido más, con otras aplicaciones pero no debemos olvidarnos d elso medios masivos tradicionles como TV, radio, graficos,etc.
    Cada medio tiene impacto diferente hay que saber en cada caso cual es más conveniente a usar para un campaña, lanzamiento o accion que se quiera ejecutar.

    ResponderEliminar
  2. Hola Mariana, gracias por tu participación. Efectivamente, creo que la emergencia de las redes sociales en la política y las campañas plantea la necesidad de una nueva vuelta de tuerca a la segmentación y el targeting electorales. Hay diversos autores que trabajan este tema, pero más allá de los matices el concepto central es que, partiendo de la segmentación establecida oportunamente (agrupar conjuntos de votantes bajo características similares y distintivas), el targeting dirige el mensaje hacia determinados segmentos seleccionados, buscando lograr un cierto impacto (reforzar, convencer, activar, según el caso). Me parece que el público "usuarios de redes sociales" vendrìa a constituir un nuevo segmento de interés a considerar.

    ResponderEliminar
  3. Patricia del pino16 de junio de 2010, 8:58

    Comparto una nota de Rosendo Fraga sobre el tema.
    Elecciones en Colombia: Twitter vs. celular
    Jun-04-10 - por Rosendo Fraga

    La elección presidencial colombiana mostró un rotundo fracaso de los sondeos en cuanto a pronosticar el resultado, ya que se anticipaba un empate y el candidato oficialista (Santos) se terminó imponiendo por 25 puntos sobre el principal de la oposición (Mockus).
    Este candidato, un intelectual y ecologista que fue alcalde de Bogotá, surgió en pocos meses como un posible ganador, a partir de su gran éxito en las llamadas redes sociales, de las cuales el facebook primero, y el twitter después, han sido sus manifestaciones más relevantes.
    Si en Colombia hubieran votado sólo los usuarios de estas redes, seguramente hubiera ganado Mockus, quien además tuvo como plataforma política el gobierno de la capital, que como sucede América Latina, tiene un nivel socio-económico y cultural más alto que en el resto del país.
    Es que las redes sociales, cuyo uso fue tan importante para el triunfo de Obama en los EEUU, no tienen el mismo alcance efecto en los países de América Latina, en los cuales la amplitud social de estos sistemas o fenómenos es mucho más limitada.
    En Colombia como en Argentina, está incorporada a este tipo de redes sociales, solo uno cada cuatro habitantes. Pero en el caso de Twitter, no llega a ser uno de cada veinte todavía.
    Es así como el gran fenómeno que representaba Mockus en dicha red y que tanta repercusión periodística tuvo, tenía efectos muy limitados.
    El acceso a las redes sociales, crece a medida que se eleva el nivel socio-económico y educativo,- entre los cuales hay fuerte relación,- y de acuerdo a la disminución de la edad. Jóvenes con ingresos medios y altos, es el segmento de mayor participación en las redes sociales.
    Un público determinado, puede votar en forma totalmente diferenciada del promedio. Tomando el caso de los votantes colombianos en la Argentina -fueron aproximadamente solamente 1500- resulta que mientras en Colombia Santos tuvo más de dos votos cada uno de Mockus, en la Argentina éste tuvo tres votos por cada uno del candidato oficialista. Mockus, a su vez, tuvo nueve votos por cada uno del candidato de la izquierda (Pedro), quien en la Argentina obtuvo cerca de la mitad de los obtenidos por Santos.
    Seguramente, el acceso de los colombianos que votaron en la Argentina a las redes sociales, es mucho más alto que la registrada en el promedio del país.
    Pero mientras estos fenómenos tienen todavía en América Latina una participación minoritaria, esta sucediendo lo contrario con el celular.
    En mayo, la Argentina ha llegado a los 54 millones de celulares para una población de aproximadamente 40.
    Se trata de la tecnología mas igualitaria que se ha generado en las ultimas décadas, dado que a diferencia del dinero, con el cual la el más rico puede multiplicar por miles de veces su ingreso respecto al más pobre, difícilmente alguien muy rico use mas de dos o tres celulares, mientras que los más pobres ya están teniendo uno.
    Es por eso que las redes sociales en su acceso muestran una fuerte desigualdad y con el celular sucede lo contrario, ya que la reduce fuertemente.
    Políticamente, la cuestión es que mientras los políticos latinoamericanos, siguiendo el éxito de Obama se concentran en el uso de las redes sociales, sin asumir que la mayoría de los votantes no acceden a ellos, el celular ofrece amplias posibilidades de llegada y comunicación con los estratos con menos ingresos de la sociedad.
    Es que un analfabeto ya puede tener y utilizar celular, al mismo tiempo que le resulta imposible no solo acceder a una red social, sino poder navegar en Internet. Cabe señalar que en países como Colombia y Argentina, todavía el uso de la computadora no es un fenómeno mayoritario en los sectores más populares.
    Es por eso quien advierta que en América Latina puede ser más importante saber usar el celular que las redes sociales para ganar una elección, puede tener una ventaja importante.

    ResponderEliminar