martes, 29 de noviembre de 2011

El protagonismo de los jóvenes


Además de la cuestión de genéro, otra marca distintiva de la época es el protagonismo asignado a la juventud, explícito en el kirchnerismo pero visible también en otras fuerzas políticas distanciadas del oficialismo, como el PRO liderado por Mauricio Macri, el FAP de Hermes Binner y (si bien en declive) Proyecto Sur de "Pino" Solanas. En el discurso en el que Cristina Fernández de Kirchner anunció su deseo de competir por la reelección (que finalmente consiguió con más del 54% de los votos hace poco más de un mes) la presidenta reafirmó su "compromiso irrenunciable e irrevocable, no solamente por su memoria -en referencia a Néstor Kirchner-, por su legado, sino, fundamentalmente, por los jóvenes que tanto esperan de este nuevo país y en el que espero ser un puente entre las nuevas y las viejas generaciones" , con un fraseo que recuerda al eslogan de la reelección de Bill Clinton en 1998, "Construyendo un puente hacia el siglo 21".


En ese entonces, agregó Cristina "creo que ese debe ser mi rol: un puente entre las nuevas generaciones y las anteriores y como yo, que tomamos la posta de otros y seguimos adelante para construir esta Argentina que estamos viviendo entre todos". El compromiso presidencial con ese trasvasamiento generacional (para usar una terminología cara al justicialismo), lejos de ser retórico, quedó claramente plasmado en la conformación de las listas de diputados nacionales, lo que en su momento fue leído por muchos analistas (y periodistas) como una apuesta muy riesgosa por parte de Cristina, ya que haber desplazado a jerarcas tradicionales del PJ (y del sindicalismo) podría hacer que los mismos facturaran ese hecho en las urnas.

Es obvio decir que dicho castigo no se produjo ni en las primarias ni en octubre, con lo cual la apuesta de Cristina de apoyarse en quienes consideraba más leales (y no repetir la dependencia del PJ que tan caro le salió en la votación por las retenciones móviles durante el año 2008) fue claramente ganadora y traza a futuro un eje, donde la presidenta confía en que la supervivencia del proyecto kirchnerista pase más por el voto y la militancia "fresca" que por los tradicionales punteros del PJ, una herramienta política que históricamente ha mostrado un envidiable olfato para cambiar de bando en cuanto el termómetro del poder marca oscilaciones sensibles.

Los analistas han destacado, entre las principales razones que explican el (relativo, por supuesto) éxito del kirchnerismo entre la juventud a la revalorización de la política como ordenador social (a diferencia de lo que sucedió durante la década del ´90) y a la defensa de los derechos humanos, que progresivamente fue decantando en una construcción política cuya mayor visibilidad la logró La Cámpora logrando incluso colocar importantes referentes dentro del equipo de gobierno, como Andrés Larroque, Juan Abal Medina y Eduardo De Pedro, entre otros (con Máximo Kirchner como referente natural de ese espacio; Mariano Recalde, en el ojo de la tormenta en estas semanas, pese a su juventud reconoce una filiación sindical, dado que es hijo de Héctor, un alto referente de la CGT).

Esta inserción ha sido aprovechada por los críticos del kirchnerismo para calificar a estos jóvenes como "militantes rentados", lo cual es antojadizo, porque los mismos han militado en las sucesivas escaramuzas del kirchnerismo (conflicto por la resolución 125 de retenciones, ley de matrimonio igualitario, ley de medios), lo cual revela de mínima un compromiso ideológico con el proyecto, algo incompatible con la idea mercenaria que campea en la citada (des) calificación.

A los "jóvenes K" les quedan, claro, no sólo pruebas de fuego de su capacidad en el ejercicio de los distintas funciones sino, en breve, una muestra del espacio que pueden disputar cuando se repartan los cargos en la nueva composición del Congreso que surgirá a partir de diciembre, en un contexto donde el protagonismo de la juventud es un signo de los tiempos incluso más allá de las fronteras argentinas: basta apenas con mirar detrás de los Andes a los jóvenes chilenos marchar en reclamo de reformas en el sistema educativo de ese país, en el que tanto las universidades privadas como las públicas son pagas con una lógica de mercado que se ha relevado insostenible y que la legisladora y pedagoga argentina Adriana Puiggrós ha calificado como el estallido de la burbuja educativa: "el modelo educativo de Chile ha estallado en mil pedazos, lo cual es un síntoma fuerte del agotamiento del neoliberalismo como forma de la economía, la política y la cultura. No se trata de cualquier experiencia educativa, sino de la que fue alabada, mimada y mostrada como ejemplo hasta hace escasos días por los sectores políticos que abjuran del viejo liberalismo estatista, por los mercaderes de la educación que se han multiplicado como una plaga". Dicho protagonismo también es visible en los estudiantes europeos que resisten los recortes educativos dispuestos por el premier conservador británico David Cameron y por su homólogo (ya renunciado) Silvio Berlusconi en Italia, en los indignados de España (país en el que la desocupación afecta prácticamente a la mitad de los jóvenes en edad económicamente activa) y Wall Street. Muchos jóvenes han fogoneado también las rebeliones de la "primavera árabe".

Sin embargo, nuestro país también tiene materias pendientes con la juventud argentina: según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) basado en datos oficiales relevados en 31 centros urbanos, existen unos 325 mil jóvenes en edad económicamente activa afectados por falta de empleo (además de unas 727 mil personas de entre 15 y 24 años de edad que no sólo no trabajan sino que tampoco estudian, para los que se ha acuñado el término "ni-ni"). Más allá de los progresos logrados desde el 2003 en materia de empleo, está claro que un desafío pendiente sigue siendo lograr una inserción en el mundo laboral de estos segmentos, respuesta que requiere la concurrencia de políticas económicas, sociales, educativas y laborales.

4 comentarios:

  1. Sin duda este es un tema muy apasionante, al menos para mí; comparto que hay muchos elementos que explican la síntonia de este gobierno con los jóvenes, quisiera aportar algo más al respecto.
    Asistimos a una época donde las formas de socialización se transforman debido al impacto de las nuevas formas y canales de comunicación (fue también tema de este blog antes), a este fenómeno los jóvenes son altamente sensibles. Los agentes de socialización, y en particular los de socialización política no están ajenos a esta transformación y muestran una formidable habilidad para usarla favorablemente como vehículo para alcanzar la médula axiológica de los ciudadanos en proceso de integración social y política; esto lo hacen usando como disparador diferentes recursos que pueden simplificarse en dos: los estilos discursivos (lo que incluye al semblante del líder) y el uso de las imágenes (fotos, diseños, etc.)...
    Pienso en la presidenta diciéndole a su vice "concheto" no para agredir sino para romper el hielo y lavar prejuicios sobre la figura que la acompaña, pienso en la foto de Boudou en calzoncillos zapando al lado de A. Calamaro (la cual fue publicada bajo su voluntad)... y lo veo, entre otras cosas, como esto: como parte de un proceso de socialización política dirigido, principalmente, a los jóvenes. Como mensajes valorativos de tipo "guiños" que apuntan a superar ciertas barreras de convenciones porque se "sabe" que del otro lado estan ellos, los jóvenes de hoy y adultos de mañana, adhiriendo, sumándose a este nuevo lenguaje por la vía de la apropiación valorativa, tomando este camino que trazan las novedosas formas de socialización política...

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  2. Hola Marina! Excelente aporte el tuyo, como siempre, muchísimas gracias, prestigiás el blog con tus comentarios...

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  3. Lo de los jóvenes fue una estrategia para ganar votos y le dio muy buen resultado....

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  4. Gracias por tu aporte, Gerardo! Sin duda, el gobierno delineó una estrategia comunicacional para ese segmento.

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