Una mirada al plexo político preexistente para evaluar la nueva gestión debe ser complementada con una mirada al plexo socioeconómico que coexiste con aquél. Esta premisa tiene la siguiente fundamentación: a mediano o a largo plazo, el desempeño de los gobiernos es evaluado tanto desde una matriz político-electoral como en función del impacto que las sucesivas administraciones tienen en el tejido socioeconómico nacional, al que (a falta de indicadores oficiales fiables) podemos medir a través del nivel socioeconómico (NSE) homologado por la Asociación Argentina de Marketing (AAM) y que utilizan la mayoría de las consultoras de nuestro país.
En este marco, la gestión kirchnerista de 12 años de gobierno deja un panorama en el que la clase media (C3) se consolidó y sumó casi 5 puntos entre 2004 y 2015 (desde el 25,3% relevado por la AAM en 2004 y el 30% relevado por la consultora Delfos a cierre del año pasado) y los segmentos bajo y marginal (D2 y E) cayeron del 21% al 19%, sobre los mismos datos y parámetros de medición citados. Al mismo tiempo, se puede afirmar que la clase alta apenas se modificó: 5,6% de ABC1 en 2004 y mismo porcentaje según la AAM en 2014, contra 5% relevado por Delfos en 2015. La clase media alta (C2), al igual que la media típica, también osciló entre la consolidación y el crecimiento: 14,7% en 2004 y 17,7% según la AAM, contra 15% relevado por Delfos en 2015. En resumen, más clase media y media alta, menos baja y marginal. Nuevamente, ante la falta de indicadores oficiales fiables, estas mediciones privadas permiten aseverar, sobre la base de una robusta casuística, que la pobreza estructural cayó en los últimos 12 años.
Del mismo modo que esos datos confirman un proceso de movilidad ascendente, también ponen en evidencia el amesetamiento de la clase media en los últimos años. Según la AAM, el C3 llegó al 31% en 2011, en tanto que se ubicó en 30,8% en 2012, 30,6% en 2013 y 30,8% en 2014. Aunque las variaciones son estadísticamente no significativas, el amesetamiento es nítido. Resulta más visible si en lugar de los datos de la AAM tomamos el relevamiento de Delfos: 30% para el C3 en 2013, 32% en 2014 y 30% en 2015. En tren de hipótesis, se puede conjeturar que este amesetamiento explica parte de las tensiones que el gobierno de Cristina Fernández experimentó con los segmentos medios en los últimos años de su gestión.
Junto con la anterior constatación, se impone también una mirada histórica todavía más amplia: antes de la medición de la AAM de 2004, los indicadores de esa misma entidad a nivel nacional mostraban con toda crudeza las señales de la crisis vivida por el país desde la recesión que arrancó en 1998 hasta el estallido de la convertibilidad en 2001-2002. Es de rigor señalar que el empalme no es lineal, dado que la metodología fue ajustando los parámetros de medición, pero aun considerando matices el panorama que mostraba la Asociación en 2002 para el total país arrojaba un 10% de ABC1, 10% de C2, 10% de C3, 30% de D1 y 40% de D2 + marginal. Contra esos guarismos, los 12 años de gestión K dejan menos ricos-ABC1 (5% según la medición de Delfos en 2015), más clase media alta-C2 (15%), el triple de clase media –C3 (30%) casi la misma clase media baja o baja superior –D1 (31%) y menos clase baja y marginal –D2 (19%). En síntesis, una comparación que confirma la movilidad social ascendente y el descenso de la pobreza medida a través de parámetros estructurales.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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Estaría bueno si incluyen los gráficos de años anteriores ? Antes de la recesión del 98 o incluso anteriores.
ResponderEliminarGracias x la lectura y el comentario, Anónimo! Lo anoto para una próxima entrada, saludos!
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