lunes, 2 de octubre de 2017

Pos- PASO, hacia el 22-O y de cara al 2019: “la heladera” vs “el televisor”

Para usar una metáfora cara a la estrategia de CFK, la ex presidenta apuesta a que en algún momento la “heladera” (esto es, el estado del consumo) gravitará más que la “televisión” (esto es, la agenda mediática). Al respecto, en materia de consumo, las ventas minoristas retrocedieron 0,1% en el mes de septiembre en la medición a precios constantes. Así, acumularon en los primeros nueve meses del año una baja anual de 2,3%, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). 

El sondeo de la entidad arrojó que en la comparación con agosto, el descenso fue de 1,9%, respecto a lo cual aclaró que, "generalmente, septiembre siempre está algo por debajo, ya que tiene un día menos". En tanto, si miramos las cifras oficiales hasta julio (última actualización), se detecta que las ventas en supermercados y shoppings cayeron 2,1% en ese mes, según el Indec, tomando la medición a precios constantes y sin factores estacionales. En la misma línea, y a pesar de que los números macro de la economía local están mostrando un rebote respecto al bajón del 2016, “el 61% de los argentinos ve peor la situación económica del país en comparación al año pasado”, según el estudio regional Consumer Watch de Kantar Worldpanel.  En ese marco, Federico Filipponi, director comercial de Kantar Worldpanel Argentina, planteó: “Este año predomina un escenario de pesimismo o de ajuste de cinturones para la mayoría de los hogares. Para hacer rendir su dinero el comprador se ha vuelto un consumidor malabarista”. Asimismo, ese trabajo arroja que en la Argentina, además de la inflación (que ocupa el segundo lugar entre los problemas que se perciben), subió un ítem que no tenía tanta importancia desde hace cinco años. “Creció la opción de una crisis económica y aparece en el top cinco de preocupaciones la opción: disturbios políticos/sociales, que además gana relevancia en comparación al 2012”, apunta el paper. Respecto a si la crisis económica afecta directamente a su hogar, el 58% respondió de forma afirmativa. 

En este marco, es clave establecer con claridad los parámetros de referencia que se toman para cualquier análisis contextual de la coyuntura: por ejemplo, el oficialismo celebra que los salarios subieron más que la inflación en 2017, ya que según el Indec, en los primeros siete meses del año (de acuerdo al Índice General de Salarios) los ingresos aumentaron un 17,8%, mientras que la inflación a julio pasado era del 13,8%. Esto significa que al mes de julio pasado los salarios registraron una suba del 4%, lo que implica el registro más alto del año; uno de los motivos de esta mejoría es que comenzaron a regir en ese mes los más importantes acuerdos de paritarias de la actividad privada. En contrapartida, según el IET (Instituto Estadístico de los Trabajadores), en agosto del 2017 el salario real formal era 4,8% inferior al de noviembre de 2015, últimos días de la gestión de Cristina Fernández (ver gráfico arriba; click para agrandar). De ese modo, mientras el primer dato sirve a la estrategia oficial, el segundo permite alimentar la hipótesis contraria (“saudade” de CFK). 

Esa merma relativa medida por el IET permite entender por qué el consumo sigue sin repuntar de manera significativa. En agosto, pleno mes electoral, la venta en las grandes cadenas y en los autoservicios cayó en promedio 2,8%, según datos de la consultora Skanntech. Si bien agosto y julio (-2,5%) fueron los meses de menor caída en el año, había expectativas de números mejores. Los indicadores del canal minorista (almacenes y supermercados de barrio y chinos) señalan que la caída del volumen fue del 5,3%, frente a una suba de precios promedio del 22,3% y una merma del 5,5% en cantidad de tickets. Según la consultora, en lo que va del 2017, en los negocios de cercanía los alimentos cayeron 5,5%, las bebidas 2,9%, los productos de cuidado personal 3,1% y los de limpieza 2,8%. De acuerdo al informe de Skanntech, los datos se dan en un "contexto de indicadores macro positivos, como los de la industria automotriz y la construcción", pero "también frente a una mayor presión en el bolsillo de los consumidores por gastos que superan a la inflación, como las tarifas de los servicios, turismo de compras, medicamentos, prepagas y alquileres, entre otros".

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