La última encuesta realizada por la consultora Delfos a fines de septiembre en la provincia de Córdoba ubica a la percepción de gravedad de la situación del Covid-19 en el pico de la serie: 70%, muy similar al registrado al inicio de la pandemia en abril pasado. En el otro extremo, la percepción de baja gravedad cae al piso del 27%, también en el mismo orden de magnitud que el 27% de abril pasado (gráfico arriba). Como plantéabamos en un posteo reciente, la actual percepción subjetiva se corresponde con una situación objetiva de pico de contagios, mientras que en abril pasado se trataba de una preocupación subjetiva que objetivamente se contrastaba con el éxito de la cuarentena temprana estricta implementada desde fines de marzo y durante todo el mes de abril a nivel país. Entre esas dos situaciones transita lo que hemos dado en llamar "conciencia de pandemia".
Entre mayo y junio, con la progresiva flexibilización de las restricciones, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) comenzó a "contagiar" al resto del país y hoy, en el caso de Córdoba, con entre 90% y 95% de las actividades habilitadas, el virus circula comunitariamente en la misma intensidad y lo mismo sucede en varias provincias que hasta hace dos meses tenían la situación muy controlada. En ese marco, ya en julio pasado la mayor parte del territorio estaba en "verde" en términos de oferta, según la consultora pxq (gráfico arriba). Sin embargo, como la demanda económica no reacciona con la misma velocidad, eso fue haciendo recrudecer la "puja distributiva" entre las demandas: la misma encuesta de Delfos ubica al coronavirus con 29% de las menciones como principal problema del país, seguido de cerca por la corrupción (27%) y la baja en la actividad económica (23%; gráfico abajo).Sin embargo, claramente la disputa principal se da entre los "issues" económicos y la posibilidad de colapso sanitario y de contagio de Covid-19: según la última encuesta nacional de Clivajes, casi 24,4% dice que su principal preocupación es el colapso del sistema de salud y 9,64% contagiarse de coronavirus, lo cual suma 34,01%. En el otro fiel de la balanza, casi 22,5% menciona a la inflación, casi 15,3% el desempleo y 7,25% la pobreza, lo que acumula 45,05% de menciones (gráfico abajo).
En ese marco, las preocupaciones socioeconómicas en conjunto superan a las sanitarias por unos 11 puntos porcentuales. Esto, como venimos planteando, limita sensiblemente la posibilidad de definir una vuelta atrás de fase generalizada. Así, el panorama deriva en una segmentación territorial de las medidas preventivas y sanitarias, con la necesidad de que las autoridades locales y provinciales las apliquen procurando evitar el colapso de sus respectivos sistemas.
Esa segmentación se corresponde también con una situación en la cual apenas 23,2% de los adultos siente "mucho temor" respecto al Covid-19, similar proporción a quienes no sienten "nada de temor"; por otro lado, 54,1% expresa "algo de temor", según la encuesta más reciente de Giaccobe & Asociados (gráfica abajo). En conjunto, los datos indican un claro relajamiento de la disciplina social indispensable para medidas más estrictas: sin acompañamiento, no se puede asegurar cumplimiento, dado que requeriría un uso muy intenso de fuerza coercitiva.
Finalmente, como vimos en posteos recientes, la politización del tema Covid-19 también desalentó el acompañamiento social, dado que el acatamiento a las medidas comenzó a sufrir un sesgo en función del voto en 2019: mientras los electores del Frente de Todos mostraron creencias, actitudes y comportamientos más respetuosos de la cuarentena, los votantes de Junto por el Cambio se plegaron de manera creciente a la prédica anticuarentena. Gran parte de esa divisoria de aguas también se articula con el énfasis en la salud o en la economía: mientras los primeros ponderan más alto la salud y consumen medios más cercanos al actual gobierno nacional, los segundos privilegian más la economía y consumen medios cuyo tratamiento editorial replica y repica en torno a ese eje (gráfico abajo), de la mano con una agenda claramente anti-gobierno que dejó muy atrás el slogan inicial: así, del concepto "al virus lo frenamos entre todos", hemos pasado hace tiempo a uno tácito, que sería algo así como "al virus sólo lo frenan los del Frente de Todos".
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