sábado, 30 de octubre de 2021

Norman Berra, analista de opinión pública, repasa las encuestas nacionales y en distritos clave (entrevista radial en Córdoba Primero)

 


Qué dicen las últimas encuestas en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (nota publicada en CBA24N)

Según una encuesta de consultora Opinaia respecto a los motivos del voto en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), en las motivaciones del sufragio por los dos principales precandidatos de Juntos por el Cambio (JXC), María E. Vidal y Ricardo López Murphy, pesaron básicamente las propuestas e ideas de los candidatos junto a sus características personales, mientras que en el voto a Leandro Santoro traccionó fundamentalmente el apoyo al gobierno de Alberto Fernández. En el caso de Milei, quien cierra el podio de las tres fuerzas más votadas, pesaron fundamentalmente sus propuestas e ideas, mientras que en Bregman se destaca la respuesta “por descarte” (gráfico arriba). Si proyectamos el resultado de las PASO sobre votos positivos (como se hará para asignar las bancas), JXC rozaría el 50,5% vs casi 26% del FDT, lo que arroja una brecha de 24,6 puntos porcentuales (pp), La Libertad Avanza (LLA) 14,36%, el Frente de Izquierda 6,5% (FIT) y Autodeterminación y Libertad (AyL) 2,8%.  

Aun con esa victoria, el resultado no sería del todo exitoso para JXC, dado que en las elecciones de 2019 alcanzó el 53% y en las legislativas de medio término de 2017 Cambiemos alcanzó 51%. Asimismo, cedería 3 bancas de diputados nacionales, dos a manos de los libertarios y 1 en favor del FIT, mientras que el FDT conservaría las 3 bancas que pone en juego (gráfico arriba). Antes de las PASO, Opinai estimaba que Vidal podía retener un 81% de los votos de las listas de los perdedores en las primarias (Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein), mientras que 14% podrían quitarle brillo a una victoria de Vidal, complicando sus chances de cruzar el umbral del 50%. 

Un repaso de las primeras encuestas pos PASO tiende a confirmar esa dificultad, aunque también muestra que no hay demasiadas variaciones respecto a septiembre. Según CB Consultora, con proyección de indecisos y votos en blanco JXC roza el 49%, el FDT alcanza el 22%, LLA 21,3%, el FIT 4,5% y AyL 3,1% (gráfico abajo). 

En este caso, se registra un empate técnico entre Santoro y Milei, dado que la brecha de 0,7 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa. El mismo escenario de empate técnico entre ambos aparece en el último estudio del consultor Federico González: con indecisos proyectados, la brecha entre Santoro (23,6%) y Milei (20,4%) es de 3,2 pp, mientras que Vidal alcanza 45,1%, el FIT 6,5% y AyL 4,4% (gráfico abajo). 

En cambio, la última medición de consultora Proyección + Equis reporta 43,6% para JXC vs 23,2% para el FDT, una brecha de 20,4 pp. Los libertario rozan el 17% y la izquierda el 6%, mientras que AyL no llega al 2% (gráfico abajo). En este caso, la brecha entre Santoro y Milei se estira a 6,5 pp, sin proyectar indecisos y con votos negativos incluidos.

Por su parte,  la última medición de Aresco proyecta sobre votos positivos 47% para JXC vs casi 26% para el FDT, una brecha de 21,1 pp. Los libertarios alcanzan 17,3%, la izquierda 7% y Zamora roza el 3% (gráfico abajo). 

De acuerdo con Aresco, Vidal y Santoro tienen niveles similares de retención de su voto en las PASO (en torno al 91%), pero la ex gobernadora bonaerense retiene cerca del 79% de López Murphy, 15% del cual se fuga a Milei. Por contrapartida, Milei retiene 81% de su voto en las PASO y cede 14,1% a Vidal (gráfico abajo). 

Esto sugiere que hay un escenario relativo de “suma cero” entre JXC y LLA; lo que no gane, es a costa del otro, riesgo que Santoro no corre según la mayoría de las estimaciones, que descartan el escenario de paridad entre el candidato del FDT y el libertario. Para más datos, según una encuesta realizada por el consultor Raúl Aragón luego del debate, para 34,4% de la audiencia de ese evento el candidato del FDT ganó el debate, mientras que por otro lado se registra un empate técnico entre quienes percibieron como ganadores a Miriam Bregman (FIT), Javier Milei (LLA) y Vidal (JXC; gráfico abajo).


En tanto, sin proyectar indecisos e incluyendo votos nulos y blancos, Rouvier reporta que JXC alcanza 47,1% vs casi 23% del FDT y casi 15% de Milei; Bregman llega a 6,5% y Zamora a 2,4% (gráfico abajo). 

De acuerdo al último informe de consultora CIGP, Vidal alcanza 46,4% vs casi 26% de Santoro, mientras que Milei ronda el 19%, Bregman 6,1% y Zamora 2,5%, con proyección de indecisos y sobre votos válidos (gráfico abajo).  


En síntesis, si hacemos un promedio entre el resultado de las PASO y todas las encuestas realizadas a posteriori, tenemos 46,6% para JXC vs 24% para el FDT, 18% para libertarios y 6% para la izquierda, con +/-3% de error de muestreo promedio. Esto confirmaría el escenario de victoria algo deslucida para el oficialismo distrital, mientras que el FDT mejoraría el resultado de Unidad Ciudadana en 2017 y cumpliría el objetivo de renovar las 3 bancas que pone en juego el 14 de noviembre.


viernes, 22 de octubre de 2021

Qué dicen las últimas encuestas en provincia de Buenos Aires (nota publicada en CBA24N)

Si proyectamos el resultado de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre en provincia de Buenos Aires (PBA) sobre votos positivos (como se hará para asignar las bancas), Juntos por el Cambio (JXC) rozó el 40% vs 35,4% del Frente de Todos (FDT), lo que arroja una brecha de 4,6 puntos porcentuales (pp). En las legislativas de medio término de 2017, Cambiemos alcanzó 42,1% vs 36,3% de Unidad Ciudadana (brecha de 5,8 pp), pero ese año el massismo obtuvo 11,3% y desde 2019 se integró al actual oficialismo, lo cual grafica la magra cosecha del FDT en el distrito decisivo (rozó el 52%) para la victoria en la presidencial de ese año. El escrutinio definitivo arrojó un panorama en el que las dos principales fuerzas superaron el 75% de los votos (menor polarización que en 2019, cuando sumaron 89,3% en el tramo presidencial). El FIT y los libertarios disputaron la condición de tercera fuerza en torno al 5% y el randazzismo rozó el 4% (necesitaría alrededor de 65 mil votos más para lograr una banca), mientras que Valores apenas pasó apenas el filtro del 1,5%. 

Por otro lado, a nivel país hubo 53 listas que no llegaron al mínimo legalmente establecido para participar en noviembre: eso equivale a 1.039.124 votos “disponibles” el próximo 14 de noviembre. De ese caudal, 800.000 pertenecen a 16 partidos ubicados en PBA. Eso implica que hay casi un 9% de votos a fuerzas vacantes de representación para noviembre, por lo cual podrían sumarse a algunas de las que competirán, votar en blanco o abstenerse. Esto perfila una disputa aún abierta para definir el ganador en PBA, que por pesar 37% del padrón total es el distrito más gravitante para la lectura de tendencias nacionales. Las encuestas más recientes allí muestran matices: según CB Consultora, JXC roza el 36% y el FDT el 31%; la brecha es de 5,2 pp. Avanza Libertad y el Frente de Izquierda (FIT) rondan el 5% y el randazzismo se mantiene en torno al 4%, sin proyectar indecisos (gráfico arriba). Por otro lado, sin proyectar indecisos, consultora Tendencias reporta 37% para JXC y 32,2% para el FDT (brecha de 4,4 pp). El FIT roza el 6% y saca una leve ventaja de 1,4 pp (estadísticamente no significativa) sobre José Espert, mientras que Randazzo insinúa una baja y la lista de Valores aparece estable (gráfico abajo). Ambas encuestadoras tuvieron buenas aproximaciones al resultado de las PASO.  

En tanto, la última medición de consultora Opinaia proyecta sobre votos positivos 40% para JXC vs 35% para el FDT, una brecha de 5 pp; libertarios e izquierda empatan en 8%, Vamos con Vos alcanza 6% y Valores 2% (gráfico abajo).  

Por su parte, con proyección de indecisos el consultor Federico González (FG) reporta 44,5% para JXC vs 37,4% para el FDT (brecha de 7,1 pp), un resultado que se ubica en el mismo orden de magnitud del 2017 para las dos principales fuerzas de entonces (42,1% vs 36,3%, respectivamente). En este caso, avanzan Espert y Randazzo a costa del FIT, mientras que la lista de Valores aparece estable (gráfico abajo). 

El estudio más reciente de la serie pos PASO lo realizó Raúl Aragón: reporta 39,4% para JXC vs 37,1% para el FDT, lo que recorta la brecha a 2,3 pp y pone la elección en empate técnico. Avanza Libertad ronda el 7%, el FIT 5,5% y Vamos de Randazzo 4,3%, en tanto que Valores roza el 2%, con 5,1% de ns/nc (gráfico abajo). Si hacemos un promedio entre el dato duro del resultado lineal de las PASO y el dato blando de estas encuestas, JXC alcanza 39% vs 34,3% del FDT, lo que arroja una ventaja de 4,7 pp prácticamente idéntica a la de las primarias. Lo que en una elección sería una ventaja nítida, como tendencia hacia noviembre no resulta suficientemente amplia como para dar por cerrado el resultado, dado que el error promedio de las encuestas ronda el +/-3%; en términos estadísticos, considerando la covarianza, la competencia hoy estaría en empate técnico.


Como vimos en nuestra nota anterior a nivel nacional, en PBA el oficialismo también se aferra a la hipótesis de que JXC está cerca de su techo mientras que el FDT está cerca del piso y tiene más para crecer, por lo que podría descontar la ventaja (de mínima) y tendría ciertas chances de revertir el resultado (de máxima). 

Esa hipótesis se basa en datos duros, algunos de los cuales también repasamos hace una semana: al analizar los resultados de las PASO, los 15 circuitos electorales de más baja participación en las primarias fueron del tercer cordón del Gran Buenos Aires (GBA), donde en 2019 el FDT le sacó a JXC una ventaja promedio de 55 pp, mientras que en 2021 la brecha se redujo a 25 pp. No es un dato menor, puesto que desde la elección de medio término del 2005 el desempeño del espacio pan justicialista siempre fue mejor en el GBA que en el interior de PBA (gráfico arriba). 

En PBA el FDT perdió casi 2 millones de votos respecto a 2019 y 1,6 millones respecto a 2017; los municipios donde más cedió respecto a 2019 fueron La Matanza (198.960), Merlo (90.878), Quilmes (87.695) y Moreno (81.709), cuatro bastiones peronistas. Dada la baja concurrencia en las primarias (68,3% contra 77,6% en las primarias del 2017), existe un potencial incremento de participación de 9,3 puntos porcentuales. En un análisis fino, comparando el resultado de las PASO con elecciones anteriores (gráfico arriba), el FDT se ubicó esta vez 477.394 votos debajo de Unidad Ciudadana en octubre de 2017; si recupera ese caudal pasaría al frente, pues la diferencia entre la sumatoria de las dos listas de JXC respecto a la de Tolosa Paz fue de unos 360.000 votos. Si además recobra al menos la mitad de los votos “massistas” de ese turno electoral sumaría más de 510.000 sufragios, totalizando un millón extra respecto a septiembre. 

El siguiente nivel de análisis pasa por la retención vs la transferencia de votos. Un informe de la consultora Inteligencia Analítica radarizó los datos electorales de 2019 y 2021 y determinó, por "inferencia ecológica", que casi 1 de cada 4 votantes del FDT en 2019 no fue a votar en las PASO y que un 10% "migró" a Juntos (gráfico arriba). 


La hipótesis de ambos lados de la grieta es que hoy Santilli fideliza un 80% del caudal de Manes, estimación similar a la de Opinaia, que cifró la retención en 79% (gráfico arriba). Eso implica que Santilli podría resignar poco más de 250.000 votos. Antes de las PASO, se estimaba que 5% de ellos podría ir a Randazzo; sin embargo, luego del magro resultado de la lista randazzista, varios referentes de esa boleta se bajaron y anunciaron pases al FDT, lo que podría generar una transferencia de votos en el GBA (entre otras plazas, La Matanza, Lomas de Zamora, San Vicente y Moreno). 

Ante ese riesgo, para mejorar la fidelización la campaña de JXC apunta a la “unidad con diferencias”: mostrar a Manes con matices respecto a Santilli, apostando a no ceder votantes que califican mejor al primero: según FG, el candidato ambos tienen similar imagen positiva, pero Manes cuenta con menos negativa: casi 15% contra 21,2%, respectivamente (gráfico arriba).   

jueves, 14 de octubre de 2021

Qué dicen las encuestas nacionales a un mes de la elección (columna publicada en CBA24N)


Contando aliados de ambos lados de “la grieta”, en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre pasado el Frente de Todos (FDT) rozó el 32% de los votos vs 40% de Juntos por el Cambio (JXC). Las primeras encuestas posteriores a las PASO no muestran diferencias estadísticamente significativas: el FDT oscila entre 31% y casi 30% según el último estudio nacional de Zuban Córdoba (gráficos arriba y abajo), mientras que JXC ronda el 41% (gráfico abajo).  

En la misma línea, según la encuesta más reciente de Synopsis el FDT ronda el 29% (gráfico abajo). La principal diferencia entre ambos estudios reside en que según Zuban Córdoba el voto castigo al oficialismo ronda el 47%, mientras que para Synopsis oscila alrededor del 66%.  

Tampoco se advierten matices sustantivos respecto a la retención del caudal obtenido en las PASO: el 87,2% de quienes votaron al FDT dice que mantendrá su voto en las generales de noviembre, mientras que casi 94% de quienes se inclinaron por alguna de las fuerzas opositoras dice lo mismo (gráfico abajo). La brecha de 6,5 puntos porcentuales no resulta estadísticamente significativa a este nivel, como tampoco lo es la brecha de 3,1 puntos porcentuales entre quienes votaron a la oposición y ahora se inclinarían por el FDT y quienes actuarían en sentido inverso. 

Profundizando en el análisis, Management & Fit reporta que el 75% de los electores (esto es, 3 de cada 4) no está dispuesto a cambiar su voto e indaga en la posibilidad de cambio de voto al interior de cada sello. En este caso, JXC saca una ventaja de 11,2 puntos porcentuales de retención respecto al FDT (85,3% vs 74,1%, respectivamente). Sin embargo, el oficialismo podría descontar parte de esa brecha si capta parte del voto a la izquierda, ya que casi 49% de esos electores dicen que están dispuestos a cambiar su voto en noviembre (gráfico abajo). 


En este marco, las posibilidades de cambios más sensibles en las tendencias hacia noviembre pasan por la variable participación electoral. Según M&F, en las generales de noviembre votaría un 77,2% (gráfico abajo). Esto implica unos 11 puntos porcentuales por encima de los que efectivamente participaron de las PASO (alrededor del 66%) y una masa potencial superior a los 3 millones de nuevos electores.   

El oficialismo se aferra a una hipótesis: mientras que JXC obtuvo en las PASO un resultado similar a sus techos del 2017 y 2019 (en torno al 40%, entre 8 y 9 millones de votos), el FDT estaría más cerca del piso, por lo cual tendría más terreno para crecer. Alimentan esa hipótesis algunos datos duros del 12 de septiembre: los 15 circuitos electorales de más baja participación en las primarias son del tercer cordón del Gran Buenos Aires (GBA), donde en 2019 el FDT le sacó a JXC una ventaja promedio de 55 puntos porcentuales, mientras que en 2021 la brecha se redujo a 25 puntos. En la misma línea, un análisis de 100 mesas electorales de colegios radicados en zonas muy pobres del país permite detectar que el FDT cedió votos respecto a 2019 y también contra 2017 (sumando el caudal de Unidad Ciudadana, massismo y PJ aliado). En 2019 ganó en el 86% de esas mesas seleccionadas, mientras que en las PASO 2021 ganó en el 51%. Es cierto que en los turnos electorales de 2015 y 2019 sucedió lo contrario: entre las primarias y las generales creció más el voto antiperonista y antikirchnerista, pero en esas dos ocasiones el espacio pan justicialista había obtenido la primera minoría, mientras que ahora sucedió lo contrario. Si efectivamente late en el electorado argentino una polarización que tiende a evitar la hegemonía y ahora podría buscar un contrapeso al mapa de predominio amarillo de la PASO 2021 como en 2019 buscó balancear el mapa teñido de azul de las PASO 2019, entonces la hipótesis de remontada oficialista no sería descabellada. ¿Cuál sería el techo hasta el que podría trepar el FDT capitalizando una reacción “anti-Cambiemos” de ese tipo? Una pista la brinda Zuban Córdoba, que cifra en casi 44% el “anti macrismo” a nivel país (gráfico abajo). Si el FDT logra una recuperación de esa magnitud, el resultado de noviembre quedaría en zona de empate técnico.  


Fuera de esa aspiración de máxima, el oficialismo tiene un objetivo módico: reducir la brecha de 8 puntos porcentuales que obtuvo JXC, recuperando una buena parte de los casi 4,3 millones de sufragios perdidos respecto de los comicios de 2019 en el tramo de diputados nacionales. ¿Cuánto es lo razonablemente recuperable, dados los antecedentes electorales?: unos 2,5 millones de votos, que es lo que el FDT resignó el 12 de septiembre respecto a los que sumó en las PASO 2017 Unidad Ciudadana + el massismo + el PJ aliado. En la misma línea, apostaría a dar vuelta la derrota de las primarias en algunas provincias (entre ellas, La Pampa) y recortar la brecha en otras (Chubut) con el fin de mantener la actual mayoría propia en el Senado de la Nación. ¿Qué sucedería, en cambio, si el turno definitivo de noviembre arroja un resultado similar al de las PASO? 


En ese caso, el FDT podría conservar la primera minoría en la Cámara de Diputados por una diferencia mínima respecto a JXC (que mantendría su bancada, dado que pone en juego más escaños que el oficialismo), pero quedaría más lejos de formar quórum, con la complicación adicional de que la bancada de las fuerzas distritales se debilitaría en favor de un avance de la derecha (Avanza Libertad) y el Frente de Izquierda, que son a priori dos fuerzas menos proclives a la negociación parlamentaria (gráfico arriba). En el Senado, el cambio sería más sensible, dado que la merma en el FDT se traduciría en un avance simétrico de JXC que dejaría a la fuerza opositora a sólo un escaño del oficialismo en la Cámara Alta.


viernes, 8 de octubre de 2021

De las PASO de septiembre a la general de noviembre: claves de la elección en Córdoba, según las encuestas (nota publicada en CBA24N)

En las últimas notas analizamos claves nacionales del proceso electoral cuyo primer turno se dio con las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre pasado y que culminará el próximo 14 de noviembre, cuando serán electos senadores y diputados para el Congreso. Resulta oportuno un zoom sobre provincia de Córdoba, distrito que concentra casi el 9% de los electores del padrón total. Según consultora Delfos, casi 3 de cada 4 cordobeses no están afiliados ni sienten simpatía por ningún partido político contra casi 28% que sí, lo que plantea un electorado que se auto percibe mayoritariamente como independiente o no alineado (gráfico arriba). 

Dentro del casi 28% alineado, Hacemos por Córdoba (HXC) alcanza 10,1%, UCR+PRO (que integran Juntos por el Cambio, JXC) rondan el 9% y el kircherismo roza el 6% (gráfico arriba). Así, ningún sello saca una ventaja holgada sobre el resto. Si tomamos a los principales tres frentes, HXC se ubica 14,4 puntos porcentuales por debajo del resultado obtenido en las PASO, la sumatoria de UCR+PRO casi 39 pp debajo de su performance el 12-S y el kirchnerismo 5,2 pp debajo del caudal obtenido por el Frente de Todos (FDT). Claramente, JXC logra mayor inserción en el casi 73% de cordobeses que se definen como “apartidarios”.  

Según la encuesta de boca de urna realizada también por Delfos el domingo de las primarias, HXC hace su mejor elección entre votantes con bajos niveles de instrucción, mientras que las dos listas principales de JXC funcionaron mejor entre los votantes de instrucción alta; en el caso del FDT, su performance es pareja en ambos estratos educativos (gráfico arriba). 

Por segmentos etarios, HXC tuvo un desempeño levemente mejor entre electores menores de 50 años, al revés de lo que se observa en las dos listas principales de JXC. Por su parte, en el FDT el voto aparece sin mayores matices por edad (gráfico arriba). Así, la competencia de cara al 14 de noviembre se plantea en los siguientes términos: dados los resultados de las PASO, el FDT puede dar por perdida la banca de senador nacional por la minoría que hoy ocupa Carlos Caserio. En ese marco, se concentrará en confirmar una banca de diputado nacional para Martín Gill, para la cual necesita de mínima sostener el caudal en torno al 11% que logró el pasado 12 de septiembre; debería subir al menos al 15% para pelear por una segunda banca, nada sencillo en este contexto. La pelea principal se dará entre HXC y JXC: el oficialismo provincial apostará a confirmar la banca al Senado nacional por la minoría para Alejandra Vigo y alcanzar tres bancas a la Cámara de Diputados, para lo cual necesita sostener un caudal en torno al 25%. Por su lado, Luis Juez y Rodrigo de Loredo jugarán todas sus fichas a arrastrar detrás de su boleta a los electores que en las primarias eligieron a las listas perdedoras encabezadas por Mario Negri, Javier Bee Sellares y Dante Rossi para acercarse al 50% y llevarse seis bancas de diputados nacionales. 


El segundo frente de batalla pasa por la penetración entre electores que no fueron a votar en las PASO. Con una participación del 62,7%, hay 10 puntos porcentuales de participación potencial que podrían sumarse en noviembre, lo que arroja una masa crítica entre 200.000 y 300.000 electores. La fuerza que mejor inserción logre ahí estará más cerca de sus objetivos de máxima (una segunda banca de diputados nacionales para el FDT, una tercera para HXC o una sexta para JXC). En ese marco, una encuesta pos primarias de Delfos permite caracterizar el perfil de los electores que no votaron en las PASO. En primer término, son más del interior provincial que de Córdoba Capital (en una proporción 68%-32%), menores de 50 años más que mayores (en una proporción 65%-35%) y de nivel socioeconómico medio (62%), más que alto (13%) o bajo (25%; gráfico arriba).  

Finalmente, entre quienes no votaron en las primarias de septiembre, hay que considerar que un 8% dijo no tener DNI y un 4% porque no figuraba en el padrón, lo que nos da un 12% de potenciales ausentes en noviembre. Del 78% restante que podría ser susceptible a una campaña movilizadora eficaz, casi 1 de cada 4 (23%) no votó por propia voluntad y un 3% por no considerarlo obligatorio; un 16% aludió a motivos de salud, que si obedecen a un estado transitorio o al contexto de pandemia ahora podrían revisar su comportamiento; un 25% mencionó razones de fuerza mayor (por trabajo o imposibilidad), 7% por un viaje y apenas 5% dijo no haber asistido por no saber a quién votar. 

sábado, 2 de octubre de 2021

Norman Berra, analista de opinión pública, repasa claves comunicacionales de campaña hacia el 14-N (entrevista radial en CBA24N)


https://ar.radiocut.fm/audiocut/norman-berra-analista-opinion-publica-repasa-claves-comunicacionales-campana-hacia-14-n/

Cómo ganar la elección de noviembre: claves de una campaña de activación, según las encuestas (nota publicada en CBA24N)

El cálculo del resultado nacional de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre pasado no es sencillo, dado que no hay homogeneidad de sellos en los 24 distritos electorales. Según consultora Acierto, Juntos por el Cambio (JXC) superó al Frente de Todos (JXC) por 9,95 puntos porcentuales (gráfico arriba); según estimaciones propias, contando aliados de ambos frentes, JXC alcanzó 40% vs 31,8% del FDT, en cuyo caso la diferencia se reduce a 8,2 pp, similar a la que Alberto Fernández obtuvo sobre Mauricio Macri en la presidencial de 2019. De cualquier modo, la brecha es nítida; de cara a la elección decisiva del próximo 14 de noviembre, que define la distribución de bancas de senadores y diputados nacionales, JXC apuesta a sostener la ventaja (y, si fuera posible, a incrementarla) para confirmar la victoria, mientras que el FDT apunta a recortarla (y, de máxima, a revertirla). Por fuera de esas dos grandes coaliciones, las “terceras vías” (izquierda, liberales y peronismo federal, entre otras listas) apuestan a sostener su caudal y, de máxima, acercarse a los dos dígitos (10%), resistiendo la polarización que seguramente buscarán forzar las dos fuerzas principales. 

En nuestra nota anterior, un repaso de datos de encuestas recientes permitía concluir que la campaña electoral de las PASO no fue movilizadora, que los esfuerzos propagandístico-publicitarios le hablaron más que nada a los “propios” y no fueron efectivos en persuadir a electores no alineados, y que de cara al decisivo turno electoral de noviembre existe un nicho de oportunidad para una comunicación que interpele mejor al votante que se auto percibe como independiente. 


Desde esas premisas, resulta oportuno analizar qué canales podrían resultar más asertivos para planificar una campaña de activación que permitiera incrementar la participación electoral, dado que a nivel país, el pasado 12 de septiembre votó el 66% del padrón, mientras que en las legislativas de medio término de 2013 y 2017 sufragó un promedio del 76,5%. Así, hay 10 puntos porcentuales extra potenciales que podrían activarse, y la fuerza que mejor interpele a ese segmento podría captar la mayor proporción relativa de una masa de más de 3,5 millones de electores. Un estudio reciente de consultora Taquión arroja que la preferencia de canales de comunicación la encabezan las redes sociales (casi 33%), escoltadas por la TV (casi 27%) y portales de internet (casi 24%); la radio llega al 12,3%, en tanto que medios impresos rondan el 2% (gráfico arriba).



Si comparamos la preferencia de canales que arroja esa encuesta con los de  mayor recordación de contenidos de campaña para las primarias según consultora Zuban Córdoba, vemos que ahí la TV supera a las redes sociales por 68,1% a 17,1%, mientras que los demás no llegan individualmente a dos dígitos (gráfico abajo). De ese modo, TV y redes se alternan el 1-2 en términos de recordación y preferencia de canales, y resultan claves para una campaña eficaz. Si planteamos la hipótesis de que activar a electores que no participaron en las PASO requiere apelar fundamentalmente a las preferencias, vemos que el mayor impacto de las redes sociales y TV se da en el género femenino, en tanto que portales digitales y radio son más pregnantes en el masculino; por segmentos etarios, redes sociales es más eficaz en el Gen Z, la TV en los baby boomers, los portales digitales y la radio en el Gen X, según Taquión (gráfico abajo). 

Como matiz, el Gen Y muestra mayor dispersión de preferencias. Si comparamos TV y radio con Facebook, vemos que la red social aventaja a los medios tradicionales en frecuencia de uso: casi 65% dice que la usa varias veces al día, mientras que la misma respuesta desciende al 47,4% en la TV y a 27,5% en la radio, según Zuban Córdoba (gráfico abajo). 

La apertura del dato hacia otras plataformas muestra frecuencias de uso más bajas: sólo Youtube se acerca a los niveles de la radio (gráfico abajo). 

Ampliando el análisis a otras plataformas, apenas Instagram arroja una frecuencia de uso considerable: 22,3%, debajo de radio y Youtube (gráfico abajo). Esto no implica que carezcan de utilidad, pero sí que su uso debe orientarse a alcanzar a nichos específicos de audiencia (microtargeting). 


Haciendo foco en la información a través de internet y las redes sociales, 77,2% de los electores de 16 a 30 años están muy de acuerdo o de acuerdo con que esos son sus principales canales de información (gráfico abajo). 

El mismo acumulado de respuestas asciende al 89,9% entre electores de 31 a 45 años, pero con menor intensidad relativa (menos del 50% dice estar muy de acuerdo), mientras que en electores de 46 a 60 años casi 82% acuerda con la misma frase y 81,2% entre mayores de 60 años, siempre con respuestas de máxima intensidad por debajo del 50%. En síntesis, internet como canal y las redes sociales como plataformas parecen ofrecer una oportunidad mejor para la activación que la TV de cara a la elección del 14 de noviembre, aunque ciertamente la televisión sigue siendo central para reforzar a los electores que ya participaron de las PASO; sin dudas, la comunicación interpersonal vía barrido territorial también ganará protagonismo, conforme se mantenga la mejora en la situación sanitaria. Por supuesto, también será clave el contenido de los mensajes de campaña: cada fuerza competidora deberá calibrar lo que Philippe Maarek llama  “comunicación de mantenimiento” (dirigida a votantes que probablemente votarían a esa lista pero están inseguros, y en segundo término a los partidarios, para reforzarlos), y por otro lado, la “comunicación de conquista”, dirigida principalmente a electores indecisos o flotantes y a quienes no participaron de las primarias, cuya activación puede hacer la diferencia en noviembre.