viernes, 5 de enero de 2024

Triple desgaste: ajuste, mega DNU y ley ómnibus erosionan el apoyo al gobierno nacional (nota publicada en CBA24N)

Desde los primeros anuncios del Gobierno nacional, los monitores de sentimiento social captaron que la negatividad cruzó el umbral del 50% y dejaron atrás emociones de tono positivo como fe, esperanza y optimismo. Según Taquión, el mega decreto de necesidad y urgencia (DNU) generó que el 56% de los usuarios de redes se manifiesten en contra, 14% de manera neutra y apenas 30% de manera positiva (gráfico arriba). Así, los respaldos retroceden desde el 55,6% que sumó Javier Milei  en segunda vuelta hasta un nivel que se corresponde con el voto que obtuvo en las primarias de agosto y en la primera vuelta de octubre, mientras que las críticas (asociadas al avasallamiento del Congreso, la legalidad del DNU y el impacto en alquileres) superan el caudal de Unión por la Patria (UP) (44,3%) por casi 12 puntos porcentuales.

La reaparición de Federico Sturzenegger (funcionario del fallido gobierno de Fernando de la Rúa y también del gabinete del ex presidente Mauricio Macri) traccionó de manera desfavorable, con 57% de menciones negativas y apenas 25% de positividad (gráfico arriba). Según el estudio de redes sociales Watch, otros dos ministros actuales tienen resultados peores (gráfico abajo): Luis “Toto” Caputo (Economía) alcanza 87% de negatividad y Patricia Bullrich (Seguridad) 84%.

En ese marco, la última encuesta nacional de la consultora Zuban Córdoba & Asociados arrojó que 56,1% de los electores cree que el mega DNU de Milei es inconstitucional y debe ser derogado, vs casi 40% que lo considera constitucional y apoya su vigencia (gráfico abajo). El resultado es consistente con el predominio de negatividad que generó el decreto en redes.   

En la misma línea, casi 55% votaría contra el decreto en un eventual plebiscito y 41,4% a favor (gráfico abajo). Las regularidades estadísticas (negatividad y desacuerdos por encima del 50% y positividad y acuerdos entre 30%-40%) muestran que la mayoría circunstancial de casi 56% que acompañó a Milei en el ballotage no se sostiene como apoyo al DNU. Esto pone de manifiesto que las protestas y cacerolazos son síntomas de un problema de fondo: el nuevo gobierno cuenta con legitimidad de origen, pero la legitimidad de ejercicio es otra cuestión.


Con apenas matices, el proyecto de ley ómnibus presenta similares problemas: 37,3%  acuerda con darle a Milei poderes especiales para modificar leyes y códigos vs 60,3% que está en desacuerdo, en tanto que casi 36% apoya que el Congreso Nacional apruebe ese proyecto sin modificar nada, pero 61,1% se opone (gráfico abajo).

El discurso presidencial de fin de año, que podría haber funcionado como una apelación a construir consensos, quedó envuelto en el mismo clima de opinión adverso en redes: 54,5% de menciones negativas vs 45,5% de positivas, según el monitor de Scidata (gráfico abajo). 


Esa negatividad impregna el sentimiento social en torno a la figura de Milei. Si bien no es tan desfavorable como el que generan Sturzenegger, Caputo o Bullrich, según Watch muestra un balance en rojo de 14 pp: 57% de negatividad vs 43% de positividad (gráfico abajo).  


Finalmente, esa negatividad en redes permea en la imagen: según Zuban Córdoba, Milei tiene una valoración negativa de 55,5% vs una positiva de 44,1% (gráfico abajo). Esto arroja un diferencial desfavorable de 11,4 pp, que implica un desgaste prematuro en poco tiempo. 


  

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