lunes, 21 de diciembre de 2015

Convencidos de ambos lados vs “ni-ni”: dónde se juega la suerte del nuevo gobierno y la nueva oposición (2)

A partir de las premisas analíticas elaboradas en función de la hipótesis de los tres tercios como plexo explicativo del resultado electoral, se sigue que la suerte del nuevo gobierno nacional y del pan-kirchnerismo (ahora en un rol opositor) se juega sólo parcialmente en la batalla de percepciones y actitudes políticas de los dos tercios convencidos (anti-k uno, K el otro). Lo que realmente inclinará la balanza será la opinión de ese tercer tercio no espontáneamente polarizado, ni anti-K ni filo-K. El modo en que este segmento procese el impacto y las repercusiones de las medidas del nuevo gobierno será la clave para la dinámica de la opinión pública en estas primeras semanas (y quizá meses) de gestión. 

Está claro que este segmento, aun siendo “ni-ni”, no es políticamente neutro: en el ballotage, optó por Mauricio Macri o por Daniel Scioli, quizá más “en rechazo a que a favor de”: que se inclinó por uno o por otro en partes casi simétricas queda puesto en evidencia por el resultado de 51% a 49%. Sin embargo, como venimos marcando, la configuración electoral de dos polos que dejó el 22-N es un tanto engañosa: la pintura más fiel del electorado argentino la dejó el 25-O, casi un calco perfecto de la hipótesis de los tres tercios. De esto se desprende que el modo en que las creencias y actitudes de esos tres tercios  se articulen con el comportamiento del nuevo gobierno y con la nueva oposición (rechazo o aceptación) será la clave para construir gobernabilidad o desgaste para Macri tanto como declive o resiliencia para el pan-kirchnerismo.

La configuración político-electoral existente amerita entonces un manejo de cartera por parte del nuevo gobierno nacional. Citamos a Felipe Noguera: “es indispensable saber realizar un manejo de cartera. Donde los deseos de la gente y la ideología del gobernante coinciden, ése debe ser el centro del gobierno. Luego será necesario hacer algunas cosas que quizá sean impopulares, y para ello se deberá trabajar más el tema de la comunicación. Por otro lado, el gobernante deberá realizar algunas cosas que no son de su agrado, pero que resultarán indispensables para mantener el apoyo (...) Realizando un cuadro de doble entrada, las cosas que ni los gobernantes ni la gente quieren hacer, no se hacen. Las cosas que ambos quieren hacer, obviamente son las prioridades. Luego, es preciso encontrar un equilibrio entre los otros dos cuadrantes, ir en una dirección ideológica propia, ir construyendo algo que sea coherente, sin dejar por eso descontenta a la gente”.  

En este marco, una encuesta de OPSM en plena transición política marca algunos datos a tener en cuenta para un adecuado manejo de cartera. Según el estudio de la consultora dirigida por Enrique Zuleta Puceiro, las propuestas del nuevo gobierno habrán de tener en cuenta un reclamo casi unánime (89,3%) de presencia activa del Estado. Un 38,6% reclama una presencia e intervención muy activa y un 50,7% una presencia activa. Sólo un 7,5% reclama una acción menos activa y un mínimo 0,2% nada activa. Las demandas mayores de cambios giran en torno a la política hacia el narcotráfico, la política en materia de inflación y la reforma política (ver gráfico arriba). Por otro lado, los temas que inspiran mayor cautela a la hora del cambio o, visto de otro modo, donde existe una posición más bien favorable hacia cierta continuidad, son las políticas sociales (en particular la Asignación Universal por Hijo, AUH), política cambiaria, la gestión estatal de YPF y Aerolíneas, las políticas tarifarias, la protección de la industria nacional y la presencia estatal en las empresas privadas con participaciones públicas. En general, la posición es de un equilibrio moderado y demanda de cambios que profundicen y mejoren la gestión pública, descartándose posiciones extremas, entendiendo por estas tanto el cambio drástico como la continuidad pura sin matices. En fin, insistimos: ni antikirchnerismo ni kirchnerismo "puros", ese es el tono en esta coyuntura. 

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