viernes, 18 de noviembre de 2016

Malestar socioeconómico (2) : desempleo


Más todavía que la erosión del poder adquisitivo por la inflación, el principal cambio en la agenda social a partir de la gestión Cambiemos es el regreso del desempleo al podio de problemas no sólo percibidos en las encuestas (con la gestión de Cristina Fernández, el mismo había quedado desplazado del foco) sino también validado por los datos duros: de enero a septiembre de 2016 se perdieron más de 127.595 empleos, según los registros del sistema de Seguridad Social. Así, el empleo registrado cayó 1,5%. El sistema releva declaraciones juradas de compañías sobre el número de empleados, y los datos que arroja reflejan el impacto de una  recesión que no cede sobre la actividad laboral y la magnitud del ajuste en distintas esferas de la actividad económica tanto pública como privada.

Según las cifras de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) había 8.096.281 puestos de trabajo declarados en diciembre de 2015; en septiembre pasado, esa cifra bajó a 7.968.686, lo que marca una caída del empleo registrado. En tanto, en diciembre del 2015 año pasado había 568.737 empresas registradas en la Afip, mientras que en septiembre último llegaban a 566.592, lo que marca una caída del 0,3% y 2.145 empresas cerradas. Sobre 20 sectores productivos desagregados por Afip, 14 registran bajas y 6 incrementos del número de trabajadores. La mayor caída del empleo se verificó en empresas medianas y grandes, que emplean a más de 100 trabajadores. De las 127.595 bajas en los puestos de trabajo 7.719 pertenecen al sector público y 119.876 al sector privado. Por rama de actividad, entre enero y septiembre los sectores que perdieron más puestos de trabajo fueron la construcción (46.163), actividades administrativas (36.578), la industria manufacturera (36.257), servicios de transporte y almacenamiento (11.634), profesionales (7.154) y servicios de alojamiento y comidas (6.389). Los sectores que aumentaron su dotación de personal fueron comercio (4.176), intermediación financiera (9.420), enseñanza (9.114) y Salud (3.747).

La perspectiva que aportan estos datos oficiales a nivel del total nacional puede ser complementada con datos privados que analizan impactos regionales. Según un informe de la consultora E&M Patagonia, las provincias de la Patagonia, en primer lugar, y las de Cuyo, en el siguiente, fueron las más afectadas por la pérdida del empleo registrado en el último año. Pese a la baja densidad poblacional y a que las provincias sureñas aportan apenas un 6,6% del empleo activo, uno de cada cinco despedidos en el país entre agosto de 2015 y el último agosto se hizo efectivo en esa región. Sobre una contracción superior a 97 mil trabajadores formales en todo el país (hasta agosto), la pérdida acumulada de puestos de trabajo en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén es de 19.165 empleos.  Así, la Patagonia encabeza el listado en cuanto al impacto porcentual en la caída del empleo, con un descenso del 4,7% sobre sus 407 mil trabajadores. Esta cifra representa el triple de la media nacional, que registra un 1,6% de caída total en el mismo período. La situación en Cuyo es apenas menos desfavorable: la retracción del trabajo en blanco fue del 3,7%, más del doble del guarismo nacional. Además, incluye a la provincia que tuvo el descenso más abrupto: San Luis, con el 9,6% de caída (ver datos arriba; click para agrandar).

Las regiones del Nordeste y el Noroeste también presentan, proporcionalmente, retrocesos más agudos que los nacionales. Sólo la región Centro muestra mejores indicadores, con una baja del 0,9%, si bien carga con el mayor volumen nominal de pérdidas de puestos laborales. Las únicas provincias que escapan al contexto y sumaron empleos formales respecto de agosto del año pasado son Córdoba (+738), La Pampa (+772) y Tucumán (+3.394). En conjunto, los datos son sumamente desfavorables para un balance parcial de la gestión Cambiemos en el gobierno, y auguran un creciente malestar socioeconómico. Según el economista y consultor Gastón Utrera (Economic Trends), la línea que muestra el índice de malestar económico (sumatorio de desempleo e inflación, con un peso del desempleo 4 veces mayor que el peso de la inflación) ha evolucionado de manera prácticamente idéntica al modo en que evolucionó la pobreza en las últimas décadas (ver datos abajo; click para agrandar). “El gráfico refuerza la percepción de que la evolución del desempleo y la inflación explica la evolución de la pobreza durante las últimas décadas”, apunta Utrera. Así, el primer año de gobierno de Mauricio Macri cerrará con una generación neta de malestar, de la mano del crecimiento del desempleo (si en el registrado la pérdida rondará el 1,5%, en el no registrado se estima mayor) y con una inflación en torno al 40% en el índice general y alrededor del 60% en alimentos, el rubro que más impacta en los sectores menos favorecidos. 



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