viernes, 18 de agosto de 2017

Pos-PASO: una lectura en perspectiva (2)

Respecto a las 10 provincias que el gobierno daba por perdidas, en Río Negro (gobernada por Alberto Weretilneck, de una fuerza provincial) se impuso con holgura el Frente para la Victoria: con el 96,6% escrutado, alcanzó 40,77% de los votos, por encima de Cambiemos (19,27%) y el partido provincial del gobernador (Juntos Somos Río Negro, 18,13%), lo cual confirmó a ese distrito como desfavorable a Cambiemos y favorable al kirchnerismo. En el caso de Neuquén, que Cambiemos daba por perdida ante la lista del gobernador por Omar Gutiérrez, del Movimiento Popular Neuquino, se sumó a lista de victorias de Cambiemos, por 24,57% contra 22,30% del MPN y 17,63% del kirchnerismo. Lo mismo sucedió en La Pampa, donde Cambiemos se impuso al justicialismo liderado por el gobernador Carlos Verna por 49,21% a 38,51% cuando el mapeo la daba por perdida. 

Chubut, en tanto, se confirmó como desfavorable para Cambiemos y con batacazo del kirchnerismo, que con 39,25% batió tanto al oficialismo provincial del gobernador Mario Das Neves (26,93%) como al nacional (25,72%). Otro tanto en se dio en Tierra del Fuego, donde el kirchnerismo con 21,23% aventajó a Cambiemos (19,46%) y el Frente Tierra de Unión (17,99%). En otros 5 distritos (Santiago del Estero, Misiones, Formosa, Catamarca y San Juan) no hubo sorpresas, pues se confirmaron holgadas victorias de los oficialismos provinciales, casi todos con el justicialismo como columna vertebral de los frentes que ganaron y en varios de ellos con el kirchnerismo integrado. 

Dentro de las otras provincias que el mapeo de Cambiemos ubicaba en la zona “gris” de ganables estaban San Luis, donde se dio la victoria (54,8% a 27,5% sobre el Frente Justicialista) y Entre Ríos, que también fue favorable (47,72% a 42,09%). Otra era Tucumán que, al contrario de las previsiones oficialistas, se sumó a las derrotas de Cambiemos, ya que el Frente Justicialista se impuso por 52,36% a 30,87% sobre Cambiemos, al igual que Salta, donde el oficialismo provincial se impuso a Cambiemos por 37,96% a 24,22% y el kirchnerismo se ubicó tercero, con 17,38%. En tanto, en Chaco, sin contar con encuestas recientes anticipamos la derrota de Cambiemos en función del antecedente de las primarias: allí, el justicialismo se impuso por 43,74% a 37,20% a Cambiemos, en tanto que el kirchnerismo alcanzó 7,18%. 

En síntesis, Cambiemos ratificó la primacía en 4 de los 5 distritos en los que Mauricio Macri se impuso en la primera vuelta del 2015; CABA, Mendoza, Córdoba, y Entre Ríos. Cedió la primacía en Santa Fe, por una diferencia que deja abierto el resultado de cara a octubre, y sumó a sus victorias dos distritos donde en 2015 se habían impuesto dos candidatos presidenciales que ahora perdieron (Sergio Massa en Jujuy y Adolfo Rodríguez Saá en San Luis). Ganó en La Pampa, donde se había impuesto en el ballotage del 2015, pero no pudo sumar La Rioja, que también le había sido favorable en esa instancia. No pudo avanzar en Salta, donde el “presidenciable” Juan Urtubey ratificó su liderazgo, mientras que en PBA (el distrito más gravitante) quedó en situación de empate técnico con CFK, si bien el escrutinio definitivo podría confirmar una victoria de la ex presidenta por una diferencia estadísticamente similar a la que obtuvo Agustín Rossi en Santa Fe. Asimismo, Cambiemos también avanzó en Neuquén y Santa Cruz. De 25 distritos, ganó en 10 y, números más o menos (a confirmar con el escrutinio definitivo) y alcanzó el objetivo del 35% que se había trazado oportunamente (tomando como referencia las primarias a diputados nacionales, el único cargo que se votó en todo el país), pero el recuento final podría ubicarlo como perdedor en el tramo de senadores nacionales en la estratégica provincia de Buenos Aires ante CFK (con polémica por las denuncias de irregularidades). Aunque perdió en 14 distritos, Cambiemos se consolidó como primera minoría nacional, tal como anticipamos, y la fuerza que lidera la ex presidenta también se consolidó como la principal oposición a nivel país, muy por encima de las otras referencias del espacio pan-justicialista (ver mapa arriba, click para agrandar). No obstante, los guarismos que obtuvieron no permiten hablar de una elección "polarizada"a nivel nacional, pues lo que surge es un panorama fragmentado, típico de una elección legislativa (y de sus antesalas), donde el acumulado de las dos fuerzas más votadas no llega al 60%. 

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