Entre el 22 de abril y el 2 de mayo pasados, las consultoras Taquion y Axonier y las empresas de tecnología BI Applications y RMR Technology Solutions relevaron la opinión de los directores ejecutivos (CEOs) de unas 250 empresas argentinas. En ese estudio, el 63% de los empresarios consideró que la recuperación podía demandar hasta un año y medio, mientras que más del 25% esperaba que tarde más; existe una primera minoría del 39,4% cuya expectativa de recuperación va de 6 meses a un año (gráfico arriba, click para agrandar). A mediados de junio, tras la reapertura de las actividades en gran parte del territorio argentino, un informe oficial reflejó que 21 provincias ya tenían más del 75% del empleo privado habilitado para trabajar y que la industria y el comercio habían crecido en nivel de operaciones en la mayoría de ellas. Según los datos recolectados por el Centro de Estudios para la Producción(CEP XXI), dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, 15 provincias tenían más del 80% del empleo habilitado y que otras 6 tenían entre el 75% y el 80% de las operaciones en funcionamiento. Paralelamente, el relevamiento mostraba que la industria manufacturera estaba plenamente habilitada en casi todo el país, salvo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y que la actividad comercial está habilitada en un 95% en 20 provincias.
El centro de estudios destacó que la gradual puesta en marcha de la economía se reflejó en indicadores como el consumo de energía en las plantas industriales que, según Cammesa, se recuperó en la mayoría de los sectores aunque todavía permanece por debajo de los niveles pre-cuarentena. A modo de ejemplo, el consumo energético en la industria automotriz en relación a la etapa previa al aislamiento aumentó desde el 33% registrado en la primera quincena de mayo hasta el 68% contemplado a principios del mes en curso. En el mismo sentido, en la siderurgia pasó del 20% al 72% (gráfico arriba, click para agrandar).
Ese efecto de rebote también comenzó a verse en los volúmenes de venta de combustibles líquidos en el canal minorista. Los números de abril vs febrero habían mostrado una caída del 47,7% en volumen y 48,6% en facturación, pero el informe de consultora Trends para CECHA (Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina, es decir, la cámara que agrupa a los expendedores de combustibles) arrojó en mayo señales claras de recuperación (+ 23,3%), si bien con registros aún por debajo de los niveles previos a la pandemia (gráfico arriba, click para agrandar).
El incremento fue mayor en combustibles premium (22,3% de aumento en gasoil grado 3 frente a 9,4% en grado 2; 61,6% en nafta premium frente a 46,3% en super) y mayor en naftas (49,5%; gráfico arriba, click para agrandar) que en gasoil (11,9%). La facturación se incrementó un 24%, recuperándose $ 10.759 millones de facturación total, un 25,4% de la facturación total perdida por el Covid-19. En ese marco, a nivel sectorial las expectativas de recuperación total se desplazan al período octubre-fin de año.
En la misma línea de reactivación, la economía creció en mayo 9,2% respecto a abril, según las estimaciones de la consultora Orlando Ferreres. Aunque se mantiene la merma en términos interanuales (con una caída de la actividad del 14,9% y una contracción de 10,6% en los primeros cinco meses del año), el rebote ya se percibe a nivel de algunos sectores. Por ejemplo, la industria registró en mayo una caída de 26,4% en relación con igual mes del año pasado, pero se recuperó 9% en comparación con abril (gráfico arriba, click para agrandar), según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Esa recuperación respecto a abril se debió a la puesta en marcha en mayo de sectores que no habían podían operar en el cuarto mes del año debido a la aplicación plena de las medidas de aislamiento para combatir la pandemia de coronavirus. El informe del Indec en torno a la actividad industrial abarcó a un total de 1.700 establecimientos manufactureros relevados en medio de las restricciones impuestas por la Covid 19 y reflejó que sólo el 38,6% pudo operar con normalidad en mayo, mientras que el 50,3% tuvo una actividad parcial y el 11,1% permaneció cerrado. En este marco, y con estos guarismos, en los primeros cinco meses del año, el sector fabril acumuló un retroceso del 16,3%.
Un rebote similar se registró en el sector construcción, donde la actividad de mayo resultó 48,6% inferior a la de igual mes del año pasado y aumentó 99,9% respecto a la parálisis total de abril (gráfico arriba, click para agrandar). Según el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC), todos los insumos mostraron importantes incrementos respecto a abril, “aunque en la mayoría de ellos el nivel es inferior al que tenían en febrero” (el último mes de plena actividad), según el Indec. Otro sector que insinuó una reactivación en junio fue la venta de vehículos: se vendieron 36.991 unidades vehículos, con un alza interanual de 2,3% (gráfico abajo, click para agrandar). Fue la primera suba en 25 meses, muchos de los cuales no transcurrieron en pandemia sino en la recesión en la que entró la economía argentina desde abril de 2018, al cierre de la gestión Macri.
A nivel general, las ventas minoristas cayeron 34,8% anual en junio medidas en cantidades (gráfico abajo; click para agrandar), según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). El relevamiento incluyó tanto la modalidad online como en locales físicos. En este marco, con mayor cantidad de comercios abiertos, el declive fue menor que en mayo: la baja en la región del Área Metropolitana de Buenos Aires ( AMBA) llegó al 49,3%, mientras que en el resto del país fue de 20,3%. Los rubros que más cayeron son: joyería (-59,7%), calzados (-50,7%), Indumentaria (-47,7%). Lo que menos cayeron: Farmacia (-12,7%), Alimentos y Bebidas (-19,4%), Ferretería (-22,9%). Así, las cifras de CAME demostraron que, tras tres meses y medio de cuarentena, algunas ciudades del interior del país con casos controlados de Covid-19 comenzaron a reactivar sus actividades comerciales, si bien lentamente. En síntesis, diversos datos convergen en el sentido de que abril puede haber marcado el piso de la caída, si bien la evolución de los indicadores es vulnerable a la posibilidad de rebrotes del Covid-19, lo cual podría eventualmente endurecer la cuarentena a nivel territorial, con el consecuente impacto en la actividad.
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