La crisis de confianza que vienen mostrando los mercados en los últimos días tuvo algunas anticipaciones en los datos de encuestas recientes. Desde abril pasado, la medición longitudinal de consultora Opinaia sobre la variable “confianza en que Javier Milei pueda estabilizar la economía” (gráfico arriba) venía mostrando que la suma de poca + ninguna confianza superaba a la de mucha + bastante confianza por diferencias que, si bien resultaban estadísticamente no significativas (entre 1 y 2 puntos porcentuales), ya perfilaban un pesimismo en alza.
Ese mismo mes, la serie evolutiva de Circuitos Consultora mostró que la mayor confianza en Milei (“mucha”) para liderar esta nueva etapa política se estabilizó en torno al 40% luego de haber alcanzado un pico de casi 46% en marzo pasado, mientras que la ausencia de confianza insinuó una curva ascendente desde el piso de 34,2% para situarse en torno al 38% (gráfico arriba). En tanto, “poca confianza” aparecía relativamente estable, alrededor del 15%.
Haciendo zoom en Córdoba, distrito donde Milei obtuvo el 74% de los votos en el ballotage de noviembre de 2023, la encuesta provincial de Pulso Social (gráfico arriba) mostró en la serie evolutiva actualizada a junio que la confianza (mucha + algo) en que el presidente pueda estabilizar la economía tocó un piso de 54%, mientras que la desconfianza (poco + nada) llegó a un pico de 44%. La brecha favorable fue de 10 puntos porcentuales, la más baja desde enero pasado (cuando registró 21 pp).
A nivel nacional, una reciente medición de Opina mostró que en apenas un mes (entre mayo y junio) se recortó la percepción de que el esfuerzo que está haciendo la sociedad argentina a partir del ajuste planteado por Milei tiene sentido (gráfico arriba): la respuesta positiva pasó de 53% a 49%, mientras que la negativa creció de 46% a 50%. Más allá de que se trata de variaciones estadísticamente menores, el resultado fluctuó de un diferencial favorable de 7 puntos porcentuales a uno desfavorable de 1 punto porcentual.
El mismo informe registró un súbito aumento de las expectativas devaluatorias, lo que coincide con la volatilidad de las últimas semanas: mientras que en mayo 36% esperaba una suba de la divisa, en junio esa creencia trepó al 55% (alza de 19 puntos porcentuales en apenas un mes). En ese marco, se desplomó la expectativa de que la moneda extranjera se mantenga estable (de 45% a 31%, 14 puntos porcentuales menos), mientras que la de descenso del dólar se ubicó por debajo del 10% (gráfico arriba).
Finalmente, en Córdoba la expectativa de mejora económica medida por Pulso Social volvió al piso de enero pasado: 35%, con una baja intermensual de 10 puntos porcentuales respecto a mayo (gráfico arriba), mientras que el pesimismo se ubicó en 38%, por debajo del pico de 43% en enero de 2024 pero 3 puntos porcentuales arriba del optimismo; ese empate técnico es un mal resultado para el gobierno nacional en un distrito que fue un bastión en 2023. En síntesis: 1) tanto en encuestas nacionales como provinciales, ya se insinuaba una crisis de confianza en las variables de estabilización y mejora de la economía 2) el deterioro en las expectativas se articuló con una crisis en la percepción de que el sacrificio social en marcha tiene sentido; esto plantea un riesgo para el liderazgo presidencial, puesto que la desilusión podría derivar en que se instale la sensación de inutilidad del esfuerzo 3) la corrida cambiaria también tuvo una anticipación en el horizonte de la opinión pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario