Según la encuesta nacional realizada por consultora Delfos en julio, el presidente Javier Milei arrancó “el segundo semestre” de su mandato con el pie izquierdo. Las opiniones positivas sobre su gestión de gobierno ratifican una tendencia a la baja que comenzó a registrarse en junio: el mandatario comienza la segunda mitad del año con una paridad entre quienes opinan bien (47%) y mal (46%) de su gestión, lo que retrotrae las posturas a una situación similar a la que se había registrado en marzo pasado (gráfico arriba).
La aprobación arroja un panorama más desfavorable para el oficialismo: 47% vs 52% (gráfico arriba), con un saldo negativo de 5 puntos porcentuales, al igual que en marzo pasado. En lo que va de 2024, sólo abril presentó un panorama peor, con una brecha en contra de 13 puntos porcentuales. Esto ratifica que la opinión pública está operando sobre tres factores ordenadores: 1) el político, que se explica al enfrentar a Milei con “la casta”. Las controversias con el kirchnerismo, con el sindicalismo y las organizaciones sociales, a las que su discurso y construcción política se contrapone 2) el económico, atado fuertemente a la promesa marcaria de bajar la inflación, hasta ahora cumplido en una mayoría perceptiva (aunque en junio se frenó la tendencia a la desinflación visible desde enero pasado) 3) el social, entendido como el proceso de deterioro que sufren las economías domésticas y las condiciones sociales en el marco del ajuste en marcha. Milei había consolidado su base de sustento en el factor económico, que a lo largo del primer semestre le permitió mantener niveles de apoyo mayores al 40%. Sólo cuando enfrentó situaciones de disputa de poder con impacto masivo (como el paro de la CGT) logró politizar las opiniones y sumar a su caudal un apoyo extra en “la pelea contra la casta”. Desde que ese episodio se fue disipando, también fue cayendo el acompañamiento.
En junio, Proyección ya había detectado paridad en la evaluación de gestión: 46,2% positiva vs 47% de negativa (gráfico arriba). En tanto, la medición más reciente de la Universidad de San Andrés (Udesa) arrojó una situación polarizada en aprobación, con un saldo desfavorable de 1 punto porcentual, y Delfos ubica a la negatividad en esa variable por encima del 50%.
El malestar social se expresa con más contundencia en los sentimientos que genera en los electores la actual situación del país: Delfos detectó 56% de negatividad vs 42% de positividad, un saldo desfavorable de 14 puntos porcentuales (gráfico abajo). El 30% de esperanza se corresponde con el núcleo duro del voto a Milei (ese caudal lo votó en las primarias de agosto y en la primera vuelta de octubre de 2023), pero las emocionalidades negativas presentan mayores volúmenes.
Así, avanzado julio, queda detrás la situación de polarización que se veía en esa variable en mediciones como las de Trespuntozero: 50% de negatividad vs 49,6% de positividad (gráfico abajo).
En la misma línea, desde junio pasado la serie evolutiva de Opinaia venía mostrando un alza de las emociones negativas a costa del optimismo (gráfico abajo).
En síntesis: 1) las últimas encuestas nacionales perfilan un deterioro de la imagen del gobierno nacional, con paridad y polarización entre opiniones positivas y negativas 2) en la variable aprobación de gestión, el panorama es cercano al de empate técnico, pero el saldo comienza a ser desfavorable, con brechas que van desde menos 1 hasta menos 5 puntos porcentuales 3) el sentimiento social ya es predominantemente negativo.
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