El viernes 12 de
julio, el INDEC publicó el dato de inflación correspondiente a junio pasado:
4,6%, (gráfico arriba), con una suba de 0,4 puntos porcentuales respecto al
registro de mayo. El registro implica una pausa en la tendencia a la
desinflación que fue visible en los primeros cinco meses del año, si bien
siempre dentro de niveles altos tanto en términos absolutos como contextuales
(no es lo mismo un 4,6% en una economía que cae, como sucede en Argentina, que
ese dato en una economía que crece). No se trata de un detalle menor, porque
una de las “promesas marcarias” del presidente Javier Milei pasa por la reducción
de la inflación.
Las últimas
encuestas nacionales ya venían anticipando en las percepciones del electorado una
tendencia al amesetamiento en esa materia: según Fixer, en junio el optimismo
al respecto se desplomó de 74% a 59% (gráfico arriba), una caída de 15 puntos
porcentuales que se transfirió netamente al pesimismo en las creencias respecto
a la evolución mensual de la inflación.
A su turno, la medición más reciente de Analogías arrojó un empate técnico en torno al 31% entre quienes creen que la inflación va a subir vs quienes esperan una baja; poco más de un cuarto (26,3%) espera que la suba de precios se mantenga en los actuales niveles (gráfico arriba).
En tanto, la expectativa de inflación a futuro para los próximos 12 meses según los datos blandos de la encuesta del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (CIF-UTDT) se ubicó en junio en 87% (promedio de las respuestas, gráfico arriba), arrojando una suba de 1,9 puntos porcentuales respecto al mes anterior (85,1%). Así, luego de un trimestre de bajas consecutivas, las expectativas inflacionarias volvieron a subir el mes pasado.
En la misma línea, la encuesta de Opina realizada en junio detectó una suba de 24% a 33% (gráfico arriba) de quienes esperaban un aumento de la inflación en los próximos meses (+ 9 puntos porcentuales) que surgieron de manera casi total de la cantera de los optimistas que esperaban una disminución: de 52% a 44%, una caída de 8 puntos porcentuales. En síntesis: 1) el dato negativo de inflación de junio tuvo una anticipación en las expectativas que detectaron varias encuestas nacionales previas 2) sin embargo, no por eso el dato pierde relevancia, dado que hay dos riesgos latentes para Milei si la inflación se vuelve a acelerar o se ameseta en niveles altos (es decir, entre 4% y 4,5% mensual, lo que duplica la tasa de devaluación administrada del peso frente al dólar 3) como apuntó un reciente informe cualitativo de Proyección Consultores, “decepción y traición son los elementos centrales de desconexión del votante de Milei. Los dos mayores imperdonables para su electorado son la inutilidad del sacrificio y la percepción de que Milei es ´más de lo mismo´. Estos sentimientos pueden erosionar el apoyo de los votantes moderados, especialmente aquellos que buscan un cambio real y tangible en sus vidas”.
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