Como vimos en nuestra anterior nota de este espacio, el tránsito de agosto a septiembre marcó una bisagra para el presidente Javier Milei: su gestión vio diluirse el diferencial positivo que supo tener a favor para quedar con saldos negativos o, en el mejor de los casos, neutros. En ese marco, es oportuno repasar cómo encaran el último trimestre del año las gestiones del gobernador Martín Llaryora y el intendente Daniel Passerini. A fines de junio de 2023, Llaryora ganó la elección de gobernador con 41,85% de los votos; a 15 meses de ese resultado y con 9 meses de mandato, tiene una imagen positiva de 55,8% vs una negativa de 40% en el promedio de las últimas 10 encuestas provinciales, lo que arroja un saldo favorable de casi 16 puntos porcentuales. La última medición de CB reportó 58,6% vs 37,8% (gráfico arriba), un resultado mejor que la media.
A su turno, a fines de julio de 2023 Daniel Passerini ganó la elección de intendente con 48,6% de los votos; a 14 meses de ese resultado y con 9 meses de gestión, tiene una imagen positiva de 56,2% vs una negativa de 40% en el promedio de las últimas 10 encuestas realizadas en ciudad de Córdoba, de lo que surge un saldo favorable de 16,2 puntos porcentuales. Según la última medición de CB, alcanzó 55% de positiva vs 40,6% negativa (gráfico arriba).
En tanto, la encuesta realizada por Comparactiva a fines de septiembre en la ciudad de Córdoba (gráfico arriba) reportó que el intendente y el gobernador superan el 55% de imagen positiva (56% vs 58%, empate técnico); sin embargo, Passerini tiene una negativa menor (33% vs 40%), de lo que surge un saldo favorable de 23 puntos porcentuales, vs 18 puntos de Llaryora. Según ese informe, Milei tiene 56% de positiva vs 41% de negativa, lo que arroja un saldo positivo de 15 puntos.
La encuesta realizada por consultora Corinto entre fines de agosto y principios de septiembre permite calibrar los matices entre la imagen personal y la de gestión en la ciudad capital: el gobierno de Llaryora alcanzó 57% de positiva vs 38% de negativa (gráfico arriba), lo que implica sintonía entre ambas variables, dado que las diferencias entre ellas no resultan estadísticamente significativas. El saldo a favor en este caso es de 19 puntos porcentuales.
Según el mismo informe, la gestión del intendente alcanzó 54% de positiva vs 33% de negativa en la ciudad (gráfico arriba); nuevamente, las diferencias respecto a su imagen como dirigente resultan estadísticamente no significativas, es decir que las variables están alineadas. El saldo a favor en este caso es de 21 puntos porcentuales.
Finalmente, al hacer foco en las actitudes respecto a cada nivel de gestión, el apoyo al presidente duplica a la oposición (61% vs 31%) pero en el último trimestre viene en baja, mientras que los avales al gobernador y al intendente se mantienen estables en torno al 60% en el mismo lapso (gráfico arriba). En síntesis, a diferencia de lo que sucede con Milei a nivel país, en Córdoba provincia y en la ciudad capital las gestiones de gobierno provincial y municipal sostienen saldos favorables en imagen, con sintonía en términos de la calificación de Llaryora y Passerini como dirigentes. Ambos recogen guarismos positivos por encima del caudal de votos que obtuvieron hace más de un año.
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