El célebre consultor Dick Morris le aconsejaba al ex presidente norteamericano Bill Clinton que se expresara públicamente en todos aquellos temas en los cuales hubiera un alto porcentaje de opinión pública a favor: los denominaba “the sixties”, es decir, los issues que obtuvieran alrededor de 60% de apoyo social. Desde fines de enero pasado, el presidente Javier Milei está haciendo justo lo contrario. El lunes 7 de abril, Manuel García-Mansilla renunció a la Corte Suprema en la que fue designado por decreto luego del rotundo revés que recibió su pliego en el Senado el pasado jueves 3. Además de ser una medida legalmente cuestionable, todas las encuestas recientes arrojaron que era impopular: 54% en desacuerdo según la Universidad de San Andrés (Udesa) y similar desacuerdo según Management & Fit (gráfico abajo).
Incluso Giacobbe, que suele ser de las consultoras más benignas con el oficialismo, reportó un resultado desfavorable en este tema: casi 54% calificó negativamente a la designación de jueces por decreto (gráfico abajo).
Así, la renuncia de García-Mansilla fue el colofón de una decisión a contramano de la opinión pública, con lo cual Milei se autoinfligió un revés institucional que le genera un costo político. Sin embargo, no se trata de un episodio aislado sino de una seguidilla de “tiros en el pie” que comenzó con el discurso de Davos a fines de enero pasado: en esa ocasión, el presidente usó el atril de un foro económico global para su “batalla cultural” contra el avance de los derechos de género y las diversidades, arena en la cual su postura recoge más rechazos que apoyos. Según Pulso Social, más de la mitad quienes escucharon el discurso lo rechazaron (gráfico abajo).
El desacuerdo con la postura presidencial fue aún mayor en lo relativo a la adopción por parte de parejas homosexuales: casi 62%, más del doble de quienes se mostraron en sintonía con el discurso de Milei (gráfico abajo).
En cuanto al matrimonio igualitario, nuevamente una mayoría del 70,5% se pronunció en la vereda opuesta a la del presidente (gráfico abajo).
En la misma línea, según Opina el 50% tiene una opinión negativa sobre la postura de Milei respecto a la comunidad homosexual (gráfico abajo).
El mismo informe reportó un 53% en contra de la propuesta oficialista de eliminar la figura del femicidio del Código Penal (gráfico abajo).
Consistente con esas tendencias, Consultora Delfos también detectó un desacuerdo mayoritario respecto a la propuesta de eliminar la figura del femicidio y similar rechazo a la idea de aumentar la edad jubilatoria de las mujeres para igualarla a la de los varones (gráfico abajo).
Profundizando en el tema, el mismo informe también reportó desacuerdos en torno al 50% con respecto a una eventual derogación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y la eliminación de la Educación Sexual Integral en las escuelas (ESI; gráfico abajo).
Después, a fines de marzo, el gobierno nacional difundió un video oficial del 24-M con Agustín Laje como vocero. El contenido de la pieza involucionó décadas: omitió que en 1976 comenzó una dictadura que aplicó el Terrorismo de Estado y también se ubicó a contramano del consenso mayoritario sobre ese tema que reportó oportunamente Opina (gráfico abajo).
En esa senda de extravío, el presidente bajó otro peldaño con su discurso del 2 de abril en el que reconoció implícitamente el derecho a la autodeterminación de los kelpers, que no son población nativa de las islas Malvinas sino implantada por Gran Bretaña en su expansión del siglo XIX. El derecho a la autodeterminación nace del movimiento anticolonialista, con lo cual al pretender aplicarlo a una población transplantada por un imperio colonial Milei lo distorsionó, contradijo resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se ubicó a contramano de la Constitución nacional y de la tradición de la política exterior argentina. Para peor, remató ese día festejando que su par norteamericano Donald Trump aplicó 10% de aranceles a Argentina como si esa decisión fuera prueba de amistad. En rigor, se trata de la misma tasa que definió para Brasil, Chile y Colombia, entre otros 45 países no alineados con la línea de sumisión definida por el presidente en busca de un acuerdo con el Fondo que puede terminar siendo un salvavidas de plomo para su gestión, como vimos en la nota anterior de este espacio (*).
También en ese punto, el presidente se abraza a una figura con más negatividad que positividad: según Zuban Córdoba, Trump tiene 52,4% de imagen desfavorable vs casi 44% de favorable en nuestro país (gráfico arriba). En la misma línea, según Pulso Research, Trump tiene 48,2% de imagen negativa vs casi 38% de positiva (gráfico abajo). En síntesis: 1) con la designación de jueces por decreto en la Corte, Milei se colocó a contramano de la tendencia mayoritaria de la opinión pública 2) cometió el mismo error con su discurso en Davos contra la comunidad homosexual y con la idea de eliminar conquistas de la agenda de género 3) el 24 de marzo volvió a ubicarse a contrapelo de la mayoría, insistiendo en una “batalla cultural” que no genera réditos 4) al abrazarse a Trump como salvavidas, también se asoció a una figura cuestionada en Argentina. Con esta larga saga en la que eligió posiciones minoritarias y en el marco de una crisis económica que puede agravarse por el contexto global, Milei sigue erosionando su capital político, profundiza el malestar y retrocede hacia su núcleo duro de apoyo en torno al 30%, renunciando a la condición de mayoría que supo detentar.
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