sábado, 27 de julio de 2013

Parámetros de comparación (2)

La opinión pública tiene una naturaleza cambiante; una primera minoría (el FPV en 2007, por caso) puede decaer hasta su núcleo duro de adhesión (FPV en 2009) y después recobrarse hasta adquirir un carácter hegemónico (FPV en 2011), y aun así volver a perder adhesión; un dirigente que asoma como presidenciable cantado puede, dos años después, ni siquiera presentarse como candidato a las elecciones (Cobos y Reutemann en 2009). La opinión pública está llena de estos vaivenes, que con frecuencia dejan a reputados editorialistas en offside cuando uno revisa el archivo (recordamos, por ejemplo, sesudas columnas de James Neilson escritas allá por 2009, augurando muy convencido que las elecciones presidenciales del 2011 se dirimirían entre Mauricio Macri y Julio Cleto Cobos; ambos ni siquiera fueron candidatos a presidente ese año).

Mientras muchos analistas políticos son afectados por un afán de pronosticar combinado con el efecto contagio de los microclimas en que están envueltos (doblemente riesgoso si se trata de microclimas editoriales), en cambio, los consultores y analistas de opinión pública saben que el oficio (y el negocio) de la consultoría se alimenta justamente de la volatilidad de la opinión pública, que requiere de mediciones constantes. Evitar la tentación del profetismo, como bien marcaba Bachelard, es el primer imperativo del científico social. Esa prudencia, sin embargo, no exime de la necesidad de esforzarse (aun reconociendo la volatilidad de los electores) por identificar regularidades, algo inherente a la ciencia y en lo que la estadística como disciplina viene en nuestro auxilio.

La entrada anterior de este tema es un ejercicio (no desprovisto de cierto costado lúdico: la ciencia, contra muchos prejuicios, no tiene nada de aburrido) por identificar esas regularidades para tratar de entender cómo votó el electorado argentino en estos años, y para ver qué parámetro de referencia nos proporciona esa conducta electoral para interpretar el próximo resultado electoral de este año. A efectos de identificar regularidades jugando con los promedios, tomaremos como primera referencia el año 2005, dado que en 2003 Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde eran aliados: de esta manera, en todas las elecciones posteriores tendremos una referencia electoral del PJ anti-K. Así, tenemos de la serie de 2005 a 2011 estas sumatorias de voto del FPV y aliados: 40% (2005) + 45% (2007) + 33% (2009) + 54% (2011) = 172/4 elecciones = 43%.

Veamos qué sucede con el PJ anti-K: 21% (11% + 10%; sumo a Rodríguez Saá y Sobisch en 2007) + 15% (PJ anti-K+ PRO + otras fuerzas de centroderecha en 2009) + 14% (sumo a Rodríguez Saá y Duhalde en 2011) = 50. Dividido 4 elecciones, da 13% de promedio.

Con la UCR, el socialismo y la Coalición Cívica la cuestión se complica, porque en la elección de medio término del 2009 concurrieron aliados, mientras que en las demás lo han hecho por separado. Tomemos la referencia individual, ya que hay más mediciones por separado: UCR 14% (2005) + 17% (2007) + 11% (2011)= 42. Dividido 3 elecciones, da 14% de promedio para el radicalismo. Socialismo: 5% (2005) + 17% (2011)= 22%, dividido dos elecciones, 11% de promedio. ARI/Coalición Cívica: 7% en 2005, 23% en 2007, 2% en 2011 = 32%, dividido 3 elecciones, 11% en promedio para la fuerza liderada por Elisa Carrió.


Ahora bien, si consideramos que la elección de este año 2013 es de medio término como las de 2005 y 2009 (se votan diputados y senadores nacionales), no de presidente y legisladores nacionales (como las elecciones de 2007 y 2011), el panorama cambia. En ese caso, deberíamos comparar los resultados que las respectivas fuerzas obtengan este año con elecciones anteriores de medio término, 2005 y 2009. En ese caso, tenemos: FPV 40% (2005) + 33% (2009)= 76, dividido dos elecciones = 37% (36,5%), es decir, el promedio obtenido por el oficialismo en las dos elecciones anteriores de medio término. En el caso del PJ anti-K + PRO + centroderecha, 19% en 2005 +  15% en 2009 = 34%, dividido dos elecciones, 17% de promedio. UCR + socialismo + ARI, 26% en 2005 + 25% en 2009 = 51%, dividido dos elecciones, 26% de promedio (25,5%). Esta referencia es la que consideramos más pertinente para decodificar el futuro resultado de las elecciones legislativas de este año: digamos, para el FPV una buena elección sería superar el 37% de los votos (su promedio histórico en elecciones de medio término) este año. Para el PJ anti-K, una buena elección sería superar el 17%; para la Alianza UCR-Socialismo-Coalición Cívica y aliados, una buena elección sería superar el 26%. Esto también resulta pertinente para analizar las tendencias que se conocen, tema sobre el que volveremos en próximas entradas. 

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