Decíamos en nuestra lectura pos 25-O que la elección trabada había devenido en un empate técnico o “too close to call”. ¿Por qué trabada? Porque después de las primarias no se había producido polarización: Sergio Massa había sostenido los votos obtenidos por el frente UNA en agosto (e incluso sumado otros), Daniel Scioli también había fidelizado a los del Frente para la Victoria y sumado nuevos, en tanto que Macri no sólo había fidelizado los del frente Cambiemos sino que había sido el de mayor crecimiento desde agosto, principalmente sumando votantes que no habían asistido en las PASO.
Superada la instancia de la primera vuelta, un electorado que había resistido la polarización dos veces (en agosto y en octubre) se vio forzado a polarizarse por la legislación electoral: quedaban sólo dos candidatos, Scioli y Macri, por los que optar (sino elegir). En ese marco, la elección trabada del 25-O volvió a trabarse: de acuerdo al escrutinio provisorio (ya veremos si el definitivo implica alguna corrección), la diferencia entre Macri y Scioli fue de apenas 704.860 votos y 2,8 puntos porcentuales (ver arriba mapa elaborado por Andy Tow y las cifras respectivas), aún más estrecha que la que había obtenido en sentido inverso Scioli sobre Macri en la primera vuelta (737.386 votos y 2,93 puntos porcentuales).
En una serie de entradas previas al ballotage, sobre la base de antecedentes de segunda vuelta en Latinoamérica y análisis electorales de tendencias más allá de la intención de voto reportada por las encuestas, anticipábamos que la elección sería reñida, y así fue. La explicación de base de esta dinámica era que Scioli y Macri tenían consolidados sus votos del 25-O, y puesto que la elección la definirían votantes que les habían dicho que “NO” a ambos dos veces (el 9-A y el 25-O), la segunda vuelta se resolvería más por rechazos relativos que por simpatías relativas (le dirían más que “NO” a uno de los dos, más que decirle “SÍ” a alguno). No hubo vuelco anti-gobierno o, en todo caso, si lo hubo, fue contrapesado con un vuelco anti-Macri de igual intensidad. Otra forma de verlo: ambas campañas negativas (la contraria al FPV entre el 9-A y el 25-O, y la contraria a Macri pos 25-O) fueron igualmente eficaces, y por ello ninguno de los dos pudo sacarle gran diferencia al contricante. Este punto no es menor, dado que muchos análisis de coyuntura tienden a hablar de una campaña negativa, soslayando que en rigor hubo dos de ellas en estas elecciones presidenciales.
El resultado exiguo en los números también implica para el flamante presidente electo limitaciones en términos del programa de gobierno a llevar adelante: a partir del 10 de diciembre la nueva configuración del Congreso mostrará a Macri sin mayoría en ninguna de las dos cámaras, por lo que estará obligado a negociar en cada sesión para lograr quórum, habilitar los debates y aprobar leyes. En el Senado la situación es aún más desfavorable que en Diputados: el Frente para la Victoria (FPV) tendrá a partir del 10 de diciembre 41 legisladores -cuatro más que el quórum reglamentario-, de los 72 que componen ese ámbito legislativo, contra sólo 15 de Cambiemos. Otro desafío para Macri es gobernar un país en el que más de la mitad de las provincias estarán bajo mandatos kirchneristas y sólo tendrá cinco gobernadores alineados a su espacio desde su asunción: de 24 gobernadores, 16 llegaron al poder con un signo político distinto a Cambiemos. Sin relativizar lo que implica la pérdida del poder, para el FPV hay ciertos ecos del “nunca hubo una derrota tan dulce” del PSOE en 1996, cuando el Partido Popular de José María Aznar aventajó al socialista de Felipe González por menos de 300.000 votos y apenas 1,16 puntos porcentuales. En esa ocasión, sin embargo, el PP superó al PSOE en escaños: 156 a 141. Por contrapartida, Macri tiene a favor que su fuerza manejará los tres presupuestos y distritos principales: Nación, Capital Federal y provincia de Buenos Aires.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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muy bueno, queda claro!!! saludos, Carlos!! ya lo reenvío a mis contactos!!
ResponderEliminarHola Carlos, gracias por tu comentario, saludos!
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