viernes, 17 de noviembre de 2017

Hacia el 2019: ¿un polo de centroderecha versus un polo de centroizquierda?

Los resultados electorales del 2017 también pueden ser leídos en clave de polarización asimétrica, con Cambiemos como primera minoría electoral nacional (43% de votos) con un sesgo de centroderecha y Unidad Ciudadana como segunda minoría electoral (25% del total nacional), con un sesgo de centroizquierda. Ambos polos, antitéticos entre sí, son dos sellos nuevos y con una pregnancia electoralmente más potente, a tenor de los resultados de este año, que sellos más tradicionales, como la UCR y el PJ, respectivamente. De cara al turno electoral del 2019, sin embargo, ambos dependen de mantener y de conquistar a parte de la “franja del medio” para tener chances de ganar. En esa franja participan el peronismo filo K (5% de los votos), el no K (alrededor del 8%) y el massismo (alrededor del 6%), más 3% de partidos provinciales. Por otro lado, a la izquierda de Unidad Ciudadana, existe un 5% de fuerzas de izquierda tradicional. Con esa foto, nuevamente, de cara al 2019 la competitividad electoral del espacio pan-justicialista como alternativa opositora depende de las chances de expansión hacia gran parte de la “avenida del medio” para formar una coalición del 44% capaz de disputar en una eventual segunda vuelta la presidencia con Cambiemos, en el caso de que la coalición oficialista pueda mantenerse con aproximadamente el mismo caudal que obtuvo en las legislativas de este año. 

¿Por qué pasamos de analizar las dinámicas de polarización del post anterior a una lectura en clave más ideológica en esta entrada? Retomamos la cita de la politóloga María Casullo, a quien abordamos ya en la entrada previa. Ella apunta que “estamos asistiendo a un cambio de época política en la Argentina, en tanto y en cuanto el país tiene hoy algo que no existió durante todo el siglo XX: un partido orgánico de derecha, con capacidad electoral. Cuando digo ‘derecha’ no lo digo desde el punto de vista de las políticas públicas implementadas, sino desde el punto de vista de la sociología política, de la conformación social de la coalición electoral del partido. Digo derecha como lo usaba Torcuato Di Tella: un partido que representa políticamente los intereses y la visión de mundo de las elites (económica, social y cultural) del país y cuyos dirigentes principales, empezando claro por el presidente, vienen de esas mismas elites”. Respecto al carácter de coalición electoral y partidaria de Cambiemos, Casullo apunta que si bien es cierto que la UCR tuvo un rol fundamental al expandir el alcance territorial del oficialismo y fiscalizar las elecciones en provincia de Buenos Aires y el interior, que esa fuerza tiene ministros en el gabinete y que luego de diciembre tendrá más diputados y senadores de los que tenía antes, “llaman la atención tres cosas. Primero, que la UCR no tiene al parecer un lugar en la mesa de decisión de Cambiemos, que es muy pequeña, muy centralizada, y muy PRO-pura. Segundo, en las Paso de este año el PRO recusó judicialmente a las listas internas que presentaron sectores de la UCR ‘orgánica’ en varias provincias y bloqueó la competencia interna o sólo la admitió (como en Neuquén) porque lo dijo la Justicia. Sin ir más lejos, no admitió internas en la ciudad de Buenos Aires, su distrito estrella, y expulsó al sector de Lousteau. Tercero, la UCR no ha planteado hasta ahora una agenda legislativa o de gobierno diferenciada, basada en su temas históricos, como puede ser la universidad pública o la salud pública. O la expansión de los derechos sociales universales”

Sintetizando, Cambiemos es una marca consolidada electoralmente, pero no una coalición de gobierno: el gobierno es del PRO. Además, la identidad partidaria radical fue diluida dentro de la coalición, y las chances de que se mantenga se hallan ante una paradoja: mientras más exitoso sea el gobierno de Macri en términos de perdurabilidad en el tiempo, más riesgo corre el radicalismo de perder fuerza como signo político; en sentido contrario, si Cambiemos fracasa, ese fracaso también arrastrará al radicalismo en gran parte, si no surge una corriente "disidente" sustantiva. En la misma línea, Danilo Degiustti apuntó: “Cambiemos no es la Alianza. De alguna forma esto ya lo sospechábamos desde un principio, sobre todo por el mayor nivel de autonomía del presidente Macri, que a diferencia de De la Rúa es también el presidente de su partido y si bien lidera una coalición, los demás partidos son socios con una participación menor a la que tenía el Frepaso en su momento (lo que le permitió a Macri colocar a una vicepresidenta de su propio partido y diseñar un gabinete a su medida). En su proceso de consolidación, Cambiemos nació como una coalición urbana de nivel socioeconómico medio y alto, muy anclada en la zona central del país, pero las elecciones de este año dejaron un mapa con mucho amarillo desde Santa Cruz hasta Salta y Jujuy. Se nacionalizó. Entonces, por un lado, tenemos una expansión geográfica desde las provincias centrales o metropolitanas hacia las periféricas (…) desde las generales de 2015 hasta las elecciones del domingo, Cambiemos creció en las provincias más grandes (16,5%; ver datos arriba, click para agrandar), las que lo llevaron al gobierno, pero creció más del doble en las provincias periféricas (37,4%), tradicionalmente peronistas (…). En síntesis, el Pro nació desde el centro del país, adoptando al electorado huérfano del radicalismo y llegó a la presidencia unificando al voto no peronista con la alianza Cambiemos”. En ese marco, haber captado al electorado huérfano del radicalismo y liderar desde el gobierno una coalición electoral exitosa le da al PRO una ventaja competitiva sobre la UCR, que pone en cuestión la supervivencia del sello más tradicional y hace crecer las chances de conformación de un polo de centroderecha más tradicional, como existe en otros países de la región. 

Ya dijimos en el post anterior que Cambiemos y Unidad Ciudadana son dos polos antitéticos: el primero hace oposición al gobierno anterior desde el oficialismo (el antikirchnerismo es definitorio de su impronta), mientras que la segunda es,  sin dudas, la principal oposición al oficialismo y actual gobierno. Eso deja a todos los dirigentes de la franja del medio en un “no lugar” electoralmente no rentable, como se vio este año. Todos los “opo-oficialistas”, es decir, los gobernadores y las figuras que no tienen resuelto cuál es su posicionamiento frente a Cambiemos (¿son opositores "racionales"? ¿son más opositores al gobierno anterior que al actual?), como Juan Urtubey, Juan Schiaretti y Sergio Massa, corrieron mala suerte en las urnas este año. Al contrario, aquellas figuras del espacio pan-justicialista que tienen una definición más nítida como opositores a Cambiemos (Gildo Insfrán, Alberto Rodríguez Saá, Lucía Corpacci, Sergio Uñac, Jorge Manzur, el recientemente fallecido Mario Das Neves, Carlos Verna), salieron airosas. Esto abre una ventana de oportunidad para que el tránsito hacia el 2019 consolide un polo opositor con mayor competitividad electoral que el actual, con base en Unidad Ciudadana pero expandiéndose hacia las referencias opositoras del espacio pan-justicialista (o hacia los segmentos electorales que ellas interpelan). Como planteó Juan Rodil, “Cristina Fernández parece haber lanzado su campaña de cara a 2019 en su discurso del 22 por la noche, en el que aseguró ser la principal oposición al gobierno y sugirió que esa oposición será ejercida desde su nueva fuerza, Unidad Ciudadana y no desde el Partido Justicialista”. Así, es muy probable que la apuesta de CFK sea la simétrica (espejada) respecto a la de Cambiemos: fidelizar a los electores que acompañaron a Unidad Ciudadana, sumar a aquellos del espacio filo-K y desde allí interpelar a los electores justicialistas “del medio”, potencialmente huérfanos de referencias o de candidatos en 2019 (ver la hipótesis Casullo del post anterior). De hecho, ya este año la ex presidenta le regaló el sello del justicialismo a Florencio Randazzo en PBA y aun así capitalizó claramente al mayor caudal de electores, pues percibió que buscaban una oposición nítida a Cambiemos (y no una moderada ni “opo-oficialista”). Es decir, la apuesta de CFK sería crecer hacia el PJ y los sectores medios (así como el PRO creció hacia los huérfanos del radicalismo y los sectores medios) y, con un sesgo de centroizquierda, enfrentar al polo con sesgo de centroderecha. 

Si un sello nuevo (PRO/Cambiemos tiene chances de absorber a la UCR, ¿podría también un sello nuevo (Unidad Ciudadana) hacerlo con el PJ? Tratando de buscar pistas al respecto, volvemos a Casullo, que se asombra por la falta de presencia de una alternativa de centroizquierda, y apunta en eso una oportunidad para el peronismo. “El peronismo tiene muchos problemas pero una cuestión que lo favorece: no parece haber nadie por fuera de él que quiera encarnar una postura netamente opositora. Para mí la pregunta más interesante no es qué va a pasar con el peronismo, sino qué pasó o qué está pasando con los partidos ‘progresistas’. No se ve hoy que esté apareciendo una oposición a Cambiemos nucleada en alguno de los viejos partidos progresistas de clase media no peronistas, o de alguno nuevo. En el 2011 los políticos más votados luego de CFK fueron Binner y Ricardo Alfonsín, ambas figuras son irrelevantes hoy a nivel nacional. ¿Eso continuará así por siempre? ¿Será Unidad Ciudadana el germen de un nuevo Frepaso con una parte del peronismo y una parte de sectores de clase media y una dirigencia desperonizada? Como dijo Mao: es demasiado pronto para saberlo”.

13 comentarios:


  1. La entrada “Hacia el 2019: ¿un polo de centroderecha versus un polo de centroizquierda?”, arroja una clara diferencia en los resultados electorales del 2017 a Cambiemos como primera minoría electoral nacional con el 43% del total nacional de los votos y a Unidad Ciudadana como una segunda minoría con 25% del total nacional.
    Cabe aclarar que en dicha publicación se observa que se han utilizado datos obtenidos del resultado electoral de las elecciones del 2017, para realizar un análisis más bien político- ideológico. Este comentario se basará en relacionar dicho análisis utilizando los datos con los conceptos vistos en la materia.
    Se trata de una investigación de tipo secundaria, en donde el investigador obtuvo datos sobre La Dirección Nacional Electoral y en base a esos datos pudo elaborar un gráfico y un análisis de los resultados electorales. Además, obtuvo declaraciones de diversas personas que son especialistas en relación al cambio que está surgiendo en las coaliciones de gobierno y el electorado.
    En relación a la función en el tiempo es de tipo Longitudinal ya que se centra en investigar cómo evolucionan o cambian las variables y las relaciones entre ellas, es decir hace una comparación con resultados de elecciones anteriores ya sea en el 2015 y el 2017.
    Por último, respecto a los niveles de indagación se trata del descriptivo en donde especifica las propiedades importantes del fenómeno analizado en este caso los partidos políticos, describiendo de manera posible un conocimiento considerable del área que se investiga y formular preguntas específicas que se intenta responder. Es decir, a través de la opinión de diversos especialistas demostrar cómo eran favorecidos los partidos políticos antes y en base a que ganaron, y como los partidos políticos que tienen mayoría o minoría están buscando tener un lugar en la población a vistas de las elecciones del 2019.

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  3. De acuerdo a los elementos y a los apuntes vistos en clase y al analizar la entrada “Hacia el 2019: ¿un polo de centroderecha versus un polo de centroizquierda?” podemos observar que la misma, está estrechamente relacionada con el enfoque cuantitativo, que está basado en una investigación empírico-analista. A su vez, estos tipos de estudios están basados en números estadísticos para dar respuesta a unas causas-efectos concretas.
    Por otro lado, al obtenerse los datos por medio de la Dirección Nacional Electoral, estamos en frente de un abordaje básico de investigación de tipo secundaria, se los denomina así porque fueron recolectados a través del Ente anteriormente mencionado y a través de esos datos arrojados se realizó esta entrada.
    Por último, y ya haciendo un análisis de tipo político a modo de opinión personal, luego de los resultados arrojados de las elecciones pasadas del 22 de Octubre, vemos una clara tendencia a la polarización entre los partidos de centroizquierda y centroderecha. Por un lado, Cambiemos y por el otro la Unidad Ciudadana: el primero, que está en la conducción Nacional desde Diciembre del 2015 en donde su ideología política partidaria aglutina diversos espacios políticos, y que por definición es oposición al gobierno anterior, mientras que la segunda es, sin dudas, la principal oposición al oficialismo. Algo que me llamó mucho la atención luego de leer esta entrada fue lo siguiente “Todos los “opo-oficialistas”, es decir, los gobernadores y las figuras que no tienen resuelto cuál es su posicionamiento frente a Cambiemos (¿son opositores "racionales"? ¿son más opositores al gobierno anterior que al actual?), como Juan Urtubey, Juan Schiaretti y Sergio Massa, corrieron mala suerte en las urnas este año. Al contrario, aquellas figuras del espacio pan-justicialista que tienen una definición más nítida como opositores a Cambiemos (Gildo Insfrán, Alberto Rodríguez Saá, Lucía Corpacci, Sergio Uñac, Jorge Manzur, el recientemente fallecido Mario Das Neves, Carlos Verna), salieron airosas. Esto abre una ventana de oportunidad para que el tránsito hacia el 2019 consolide un polo opositor con mayor competitividad electoral que el actual, con base en Unidad Ciudadana pero expandiéndose hacia las referencias opositoras del espacio pan-justicialista” es decir, hay muchas probabilidades que veamos en el 2019 un panorama totalmente distinto en cuanto a los candidatos que se irán a presentar. Según el análisis que puedo realizar, veremos a candidatos con marcada posición política respecto al centroderechismo y centroizquierdismo.

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  4. ¡Gracias por su lectura y comentarios, Rocío y Franco! Saludos.

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  5. La entrada del blog “Hacia el 2019: ¿un polo de centroderecha versus un polo de centroizquierda?” se trata de un tipo de investigación política de diseño longitudinal ya que a través de datos extraídos en las elecciones de del 2015, PASO 2017 y Generales 2017, por lo que se ha realizado varios “cortes” en donde se extraen datos para la investigación, el estudio y análisis, y posterior comparación de las mismas variables en el paso del tiempo.
    Los datos extraídos de la Dirección Nacional Electoral (investigación secundaria) dieron lugar a una investigación de tipo descriptiva, ya que en la misma se busca describir los datos de la forma más precisa posible, en este caso el comportamiento de los partidos políticos y los ciudadanos. El recurrir a especialistas en la materia lleva a disminuir los errores de análisis al mínimo posible.
    Si se analiza el método de medición sería un método cuantitativo, ya que el universo medido es de un tamaño suficiente para representar un valor desde un punto de vista estadístico, y que el mismo sea útil para el estudio del tema, en este caso la explicación de la evolución de los porcentajes electorales en el paso del tiempo.


    Gonzalo Arce

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  6. ¡Gracias por tu lectura y comentarios, Gonzalo! Saludos.

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  7. Esta publicación muestra una marcada diferencia en los resultados electorales del 2017, donde Cambiemos se ubica como la primera minoría electoral nacional (43% del total de los votos) y Unidad Ciudadana figura como la segunda minoría (25 % del total nacional). Los datos brindados por el investigador se basan en información de la Dirección Nacional Electoral, con lo cual determina que es una investigación de tipo secundaria (los datos se obtienen antes de la elaboración de la investigación). Por otra parte, cuenta con testimonios de fuentes especializadas en el tema, quienes analizan la actual situación de las diversas coaliciones de gobierno.
    Sobre la función del tiempo, esta investigación es de tipo longitudinal, ya que hace varios cortes en el tiempo y los analiza, es decir, no se basa en una sola muestra sino que por el contrario a lo largo de la publicación se puede ver cómo el investigador hace un análisis de otras elecciones (2011, 2015 y 2017).
    Con respecto al nivel de indagación, se trata de un diseño descriptivo donde el investigador, con la ayuda de las diversas fuentes testimoniales, va analizando el fenómeno de cada partido político. Éste tipo de diseño se basa es describir y especificar las propiedades más importantes.
    En cuanto comencé a leer el posteo quedó claro que se trataba más bien de in análisis ideológico y lo que me pareció más interesante e incluso me dejó pensando en algo que no me había planteado antes es, si Cambiemos sigue imponiéndose con más fuerza, irá desapareciendo de a poco la UCR?

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  8. El artículo es un abordaje político- ideológico. De carácter secundario porque los datos provienen de antes, en este caso de La Dirección Nacional Electoral.
    Es una investigación no experimental porque las variables no se manipulan , si no que se observan los fenómenos para, como veremos después, analizarlos. En función del tiempo es de tipo longitudinal porque se hacen recortes pero viendo como evolucionan en el tiempo. Es decir que se analizan diferentes resultados y conclusiones sobre las elecciones a lo largo de los años, se los mira en “retrospectiva” y se observa la diferencia en los resultados electorales: “En 2017 , Cambiemos (43%) primera minoría, Unidad Ciudadana (25%) segunda minoría. En 2019 el partido K 5% , el no K 8%, massismo 6% y 3% los partidos provinciales” etc.. Luego se menciona el año 2015, refiriéndose al crecimiento de Cambiemos. Significa también que el diseño es de tendencia (porque se analizan cambios a través del tiempo dentro de una población). Es fundamental poder recolectar los datos anteriores porque el artículo intenta responder “¿Por qué pasamos de analizar las dinámicas de polarización del post anterior a una lectura en clave más ideológica en esta entrada?”. Por consiguiente, el nivel de indagación es totalmente descriptivo porque se intenta “juntar” o “rescatar” fenómenos para poder explicar las variantes. Como por ejemplo retomar citas de de la politóloga María Casullo y Danilo Degiustti, para poder explicar el cambio político a nivel histórico, actual y en donde estamos parados ahora: Cambiemos como una marca consolidada pero con problemas y como condiciona el éxito o no al radicalismo, la identidad partidiaría radical diluida, los detonantes entre Cambiemos y Unidad Ciudadana por ser dos polos antitéticos, etc. Luego de analizar la nota, coincido sobre que hoy no esta apareciendo una oposición a Cambiemos, definida o “nucleada”. Y también coincido de que el Pro adopto a esos ciudadanos “huérfanos del radicalismo”. Esto último también ayuda a la supervivencia del partido radical porque las diferencias entre los dos partidos, en identidad, no son totalmente claras.


    GABRIELA MOLINA

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  9. ¡Gracias por su lectura y comentarios, Fátima y Gabriela! Saludos.

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  10. Esta publicación es de carácter secundario ya que los datos provienen de otras fuentes y no de una investigación personal sino que provienen de la dirección nacional electoral. Es una investigación no experimental, es decir, las variables no se modifican en ningún momento sino que se observan las variables para luego analizarlos. También podemos decir que es una investigación de tipo longitudinal porque se hacen recortes en diferente momentos para luego analizarlas y ver como evolucionan con el pasar del tiempo. Lo que se hace en el articulo es analizar los diferentes resultados que arrojaron las encuestas para luego mirarlos en “retrospectiva”. En 2017, Cambiemos se ubicó como primera minoría (43%), lo siguió Unidad Ciudadana (25%). Posteriormente, se hace referencia al 2015 donde destaca el crecimiento que tuvo Cambiemos. Crecimiento que surgió de la unión del PRO con la UCR y partidos opositores al anterior gobierno. Estas comparaciones nos señalan que es un diseño de tendencia ya que analiza los cambios que se dieron a través del tiempo en una población determinada. El nivel de indagación del artículo es descriptivo. Es decir, se toman fenómenos y hechos para explicar las variantes que influyeron en los últimos resultados. Toma citas de carácter político y económico para explicar y contextualizar al lector. Una vez allí, explica lo que sucede actualmente y lo que pasó en las últimas elecciones. Hace hincapié en que Cambiemos es una marca consolidada, es una derecha que volvió después de mucho tiempo a gobernar el país a través de alianzas con los distintos partidos opositores al gobierno pasado pero principalmente con la UCR, que sorpresivamente no tiene un lugar privilegiado en el gobierno de turno, además depende del éxito o del fracaso que tenga Cambiemos ya que la coalición es una misma. También nombra que para las elecciones presidenciales de 2019, el peronismo o el partido justicialista tiene una nueva oportunidad o una única oportunidad para volver al gobierno y es de la misma forma que lo hizo Cambiemos. Debe apuntar a los partidos y a la franja del medio, para poder abarcar votos, hacer alianzas inteligentes y resignar a algunos ideales para sumar a otros partidos que tienen otros intereses. Como dice la nota es demasiado pronto para saber qué va a pasar pero las declaraciones de CFK, líder de Unidad Ciudadana, dejó entrever que Unidad Ciudadana va a ser una coalición que va a abrir las puertas a los diferentes partidos.

    JULIAN QUINTERO

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  11. Me pareció interesante analizar esta entrada ya que se muestra una marcada diferencia en los tres puntos temporales y locacionales a analizar. “Hacia el 2019: ¿un polo de centroderecha vs. un polo de centroizquierda?” avala los resultados de las elecciones electorales 2017 a Cambiemos como primera minoría electoral nacional con el 43% del total de la población de los votos y a Unidad Ciudadana como la minoría que le sigue con un 25% del total nacional. A partir de estos datos, vamos a analizar la encuesta según los conceptos que hemos estudiado en la materia, partiendo del punto que se ha realizado un analisis politico - ideologico.
    Primero que nada es una encuesta que, en función del tiempo, se puede denominar longitudinal, ya que se hicieron recortes en el tiempo (2015, las pasos del 2017 y el 2017 en general) y a partir de estos recortes, se pudo analizar en conjunto los cambios en las variables y la relación que existe entre ellas. Planeando la hipótesis de los polos opuestos de centroizquierda y centroderecha, se hizo un abordaje secundario ya que los datos no fueron recolectados de manera directa por medio de procedimientos específicos. Sino que fueron recolectados sobre la Dirección Nacional Electoral y a partir de estos, se elaboró un gráfico y el análisis de las elecciones. Sumado a declaraciones de especialistas y politólogos que aportan al análisis en profundidad. Es por esto que no se puede dividir los grupos de diseños en cualitativas o cuantitativas (estas pertenecen al abordaje primario).Estas opiniones también sirven para explicar porque el tipo de encuesta es descriptiva. A través de las mismas, hace una especificación de las causas, o posibles causas, por la cual los partidos tienen la cantidad de votantes y hace una diferencia de cuales son los cambios que se produjeron para que esto suceda. Y también los cambios que posiblemente sucedan, no sólo en las “coaliciones” sino también con los protagonistas que van a liderar las elecciones del 2019. Además, la muestra es NO probabilística ya que la selección de la misma fue arbitrario. Ya que tomaron a las provincias y las dividieron en: nacionales, metropolitanas y periféricas.

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  12. Este artículo hace alusión a un abordaje político-ideológico. El hecho de que los datos provengan de la Dirección Nacional Electoral permite dar con que el abordaje es secundario. La investigación es no experimental ya que los datos volcados en el artículo no se modifican y permiten llevar a cabo un profundo análisis del mismo por sobre cómo se están polarizando los dos partidos que lograron mayor cantidad de votos en el país (PRO y Unidad Ciudadana) absorbiendo así a partidos históricos como la UCR o el PJ. Es longitudinal ya que de muestran distintos cortes en el tiempo permitiendo mostrar las transformaciones que han sufrido los partidos y los políticos en el transcurso de los años, por ejemplo, la comparación que se hace entre las elecciones legislativas 2017 y las generales del 2015. Estos cambios a través del tiempo marca que es un diseño de tendencia. También el nivel de indagación es descriptivo porque punta a describir el objeto de estudio o fenómeno en cuestión y especificar las propiedades y variables de los partidos políticos. En cuanto al análisis, permite establecer un posible panorama político de cara a las elecciones de 2019, ya que los dos partidos con principal caudal de votos (PRO y Unidad Ciudadana) serán los mayores anfitriones de esta. Esta polarización esta dejando fuera de escena a partidos históricos e importantes como el PJ y la UCR que comenzaron como aliados ,en el caso del PRO con los radicales y unidad ciudadana es un ahora desprendimiento del Partido Justicialista.

    MANUEL NAVARRO

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  13. ¡Muchas gracias por su lectura y comentarios, Julián, Catalina y Manuel, saludos!

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