viernes, 28 de diciembre de 2018

De cara al 2019: actualización de tendencias electorales nacionales

La tendencia electoral según las mediciones de Gustavo Córdoba y Asociados (ver datos al costado; click para agrandar) y Federico González (ver datos abajo; click para agrandar) nos permite actualizar el estado de la opinión pública en primer término, y en segundo recalcular nuestro promedio de encuestas nacionales. El primer estudio muestra una situación riesgosa para el presidente Mauricio Macri: si Cambiemos tuviera dos competencias que le corrieran "por derecha" (el economista Espert y el diputado Olmedo) y otra que le corriera "por centroizquierda" (Ricardo Alfonsín), el oficialismo podría retroceder a niveles del resultado obtenido en la PASO del 2015, cuando la sumatoria de Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz alcanzó el  30,12%. Por contrapartida, CFK le saca a Macri una ventaja estadísticamente significativa de 7,7 puntos porcentuales, ubicándose en casi el mismo guarismo que logró Daniel Scioli por el FPV en esas mismas elecciones primarias (38,67%), lo que implicaría una vitalidad electoral innegable. 



El segundo estudio, del consultor Federico González, muestra un panorama menos amenazante para el oficialismo: aunque le compite "por derecha" Olmedo, Macri alcanza 29,2%, mientras que el espacio pan-justicialista, con 5 figuras participando, deja a CFK con 27,7%, a Sergio Massa con 14,1%, a Juan Urtubey con 6,1%, a Daniel Scioli con 4,2% y a Felipe Solá con 2,7% (ver datos arriba; click para agrandar). Pese a la proliferación de precandidaturas, Macri apenas obtiene 1,5 pp de ventaja sobre la ex presidenta, una brecha que resulta estadísticamente no significativa e implica un empate técnico. El mismo informe de González reagrupa candidaturas por afinidades de sello y dirigentes: en ese caso, Unidad Ciudadana + aliados potenciales como Scioli y Solá trepan al 34,6%, logrando sobre Macri una brecha de 5,4 pp, estadísticamente no significativa pero más perceptible que la exigua de 1,5 pp que el presidente obtenía sobre CFK. 


Incorporando estas dos mediciones para actualizar el promedio con 16 encuestas nacionales (Analía del Franco, M&F, Reyes Filadoro, Opina Argentina, Hugo Haime, Elypsis, Isonomía, D`Alessio/IROL, Synopsis, Aresco, Opinaia, M&R/Query, Rouvier & Asociados, Gustavo Córdoba & Asociados, CIGP y Federico González). El resultado es 30,8% para CFK/Unidad Ciudadana, 29,8% para Macri/Cambiemos y 13,4% para Massa/Alternativa Federal: empate técnico por la primera minoría electoral entre el oficialismo y la principal fuerza opositora, con pase de ambos al ballotage y sin chances (hoy) para la tercera vía que propone el peronismo antiK. Es decir, se insinúa una nueva polarización, en este caso simétrica, con paridad de intención de voto (a diferencia de la polarización asimétrica del 2017, con Cambiemos en 42% y UC en 23,5%). 


Por su parte, el Instituto Proyección Ciudadana también elaboró un informe sobre la base de 10 encuestas preelectorales realizadas a nivel nacional entre el 27 de octubre y el 3 de diciembre (con mediciones de CIGP, Córdoba & Asoc, Rouvier & Asoc, Opina Argentina, Query, Synopsis, Opinaia y Aresco, entre otras). En este caso, el promedio de la intención de voto posiciona a la senadora nacional por Unidad Ciudadana Cristina Fernández de Kirchner con 32,1%, seguida por Mauricio Macri con 29,89%. En tercer lugar aparece el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, con un 10,01% (ver datos arriba y abajo; click para agrandar). 


Aun con matices, se confirma el escenario que vimos en nuestro promedio: CFK arriba de Macri, si bien por una brecha estadísticamente no significativa (2,2 pp) y Massa relegado de la disputa mayor. Un 10,38 % optó por la opción "otros", en la que se incluye a precandidatos como Juan Urtubey (5,8 %), Felipe Solá, Alfredo Olmedo, Agustín Rossi y Roberto Lavagna (ver datos abajo; click para agrandar). 




Finalmente, la misma entidad elaboró un promedio de las tendencias al ballotage de cara al 2019: el promedio de seis sondeos que midieron esa variable (ver datos abajo; click para agrandar) arroja que la ex presidenta obtiene un 40,18 % mientras el actual presidente llega a un 37,85 %. El 21,96 % restante son votos indecisos y/o en blanco (ver datos al final; click para agrandar).



La diferencia de 2,33 pp entre CFK y Macri no es estadísticamente significativa e implica un nuevo empate técnico, aunque implica que ya quedó atrás la premisa de que la ex presidenta tenía un techo más bajo que el líder de Cambiemos. De todos modos, como plantemos en un posteo reciente, las proyecciones para el ballotage son más hipotéticas que las tendencias de cara a la primera vuelta, porque es el resultado de esa instancia el que estructura los realineamientos de cara a una segunda vuelta. 

miércoles, 26 de diciembre de 2018

De cara al 2019: contexto nacional y mirada interior

Poniendo paños fríos al entusiasmo oficialista en torno a algunas encuestas que reportan un aumento en el índice de imagen positiva en Mauricio Macri (las que venimos revisando en este blog hasta ahora indican lo contrario, o bien variaciones estadísticamente no significativas), el analista Sergio Berensztein apuntó pertinentemente que la mejoría en los números de los sondeos es “absolutamente mínima. Es muy acotado, muy marginal. Primero lo que hubo fue una amesetamiento en la caída de imagen del Presidente hacia octubre de este año. Luego en noviembre hubo un pequeño crecimiento, pero fue la primera vez que se recupera la imagen del mandatario después de un año de caída ininterrumpida. Así que, si uno lo pone en contexto, lo que marca allí no sabemos si esto va a implicar, efectivamente, una confirmación de la reversión o simplemente el resultado de tres elementos. Por un lado, la estabilización parcial del tipo de cambio, que llevó un poquitito de tranquilidad después del episodio de crisis cambiaria; la inflación, que sigue muy alta, pero que está un poco más baja que antes y que es irrepetible, luego el G20 que mostró a Macri muy presidencial con figuras internacionales, lo sacó un poco de las malas noticias domésticas y mostró que el Gobierno efectivamente organizó con mucho éxito la cumbre (...) habría que esperar los próximos meses para ver cómo evolucionan las encuestas, porque estos factores son irrepetibles". Asimismo, el consultor apuntó: "si se acumulan algunas derrotas para el oficialismo en las provincias, el momento puede ser contrario en Cambiemos. Esa es la importancia de las elecciones tempranas. Hay que ver qué pasa en Santa Fe, San Juan, Córdoba, Catamarca. La incertidumbre es el concepto que resume todo el escenario electoral”, cerró. 



El resultado de las elecciones provinciales de gobernador no predice el de presidente, pero sí puede influir en un clima de opinión favorable o desfavorable a la continuidad de Cambiemos en el poder a nivel nacional. Nuestro último repaso de tendencias preelectorales distritales del interior de cara a las elecciones de gobernador arrojaba el siguiente panorama: pronóstico reservado en 3 distritos (dos gobernados por Cambiemos, PBA y Jujuy, y un tercero por el PJ no K, Entre Ríos) y pronóstico desfavorable en otros 3 distritos (Córdoba, gobernada por el PJ no K; San Juan, gobernada por el neutro Sergio Uñac, pero con peso de un aliado de CFK, el ex gobernador José Gioja; y Tucumán, gobernada por el peronista no K Juan Manzur, pero con el aliado de la ex presidenta, José Alperovich, punteando en las encuestas. En síntesis, un panorama complicado en 6 provincias. Con datos frescos, podemos actualizar el repaso. En el caso de la provincia de Córdoba, según una encuesta de la consultora Explanans, sobre una muestra de 1.165 cordobeses mayores de 16 años relevada de manera domiciliaria entre el 8 y el 18 de diciembre, con un margen de error de – 3%, si las elecciones de gobernador fueran ahora, en todos los escenarios medidos el actual mandatario cordobés obtendría su reelección: en el escenario A, Juan Schiaretti alcanza 52,4% de intención de voto, contra 23,6% de Ramón Mestre, 5,6% de Pablo Carro, 4,4% de Aurelio García Elorrio y 14,0% de ns/nc (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). En el escenario B, Schiaretti alcanza 46% de intención de voto, contra 21% de Mario Negri, 12,5% de Tomás Méndez, 2,7% de García Elorrio y 17,8% de ns/nc (ver datos arriba; click para agrandar). 



Si sumamos esta medición a la serie de encuestas propias y de otras consultoras, nos da Schiaretti vs Negri 47,7% y 17,3%, respectivamente; Schiaretti vs Mestre, 49,5% y 15,2%, respectivamente. La diferencia de 2,1 puntos porcentuales entre Negri y Mestre no resulta estadísticamente significativa, y si bien la brecha a favor del gobernador se amplía en los escenarios en que compite con el intendente de la Capital respecto a aquellos en los que disputa con el diputado nacional de Cambiemos, tampoco se trata de variaciones que permitan definir quién es hoy el candidato cambiemita más competitivo. En cualquier caso, se confirma que hoy la provincia de Córdoba arroja una tendencia desfavorable a Cambiemos de cara a la elección de gobernador de 2019. Schiaretti también aventaja a sus potenciales rivales cambiemitas en preferencia (44,8% vs 11,8% tanto de Negri como de Mestre; ver datos arriba, click para agrandar) como en imagen positiva (71,0%, contra 47,2% de Mestre y 37,6% de Negri; ver datos abajo, click para agrandar).



En el caso de Catamarca, gobernada por Lucía Corpacci (PJ, equidistante entre el PJ no K y el K), según un sondeo del Instituto de Opinión Pública y Proyectos Sociales (IOPPS), Corpacci encabeza las proyecciones para 2019 con una intención de voto del 39%, seguida por Raúl Jalil (21%). La encuesta, además de arrojar un amplio margen de Corpacci sobre su inmediato “perseguidor” (con 18 puntos porcentuales de ventaja), muestra la preferencia de los catamarqueños por candidatos del oficialismo local. Según el IOPPS, el ex gobernador Eduardo Brizuela del Moral (precandidato opositor de Cambiemos) tiene una intención de voto del 4%, Rubén Manzi 2%, Dalmacio Mera (también del PJ) 2% y Luis Barrionuevo (PJ antiK) 1%. Asimismo, el 52% dice que “nunca votaría” a un candidato elegido por Macri y otro 15% que “preferiría no votar” al dirigente que tenga el visto bueno del Presidente; en tanto, un 29% “nunca votaría” al candidato elegido por CFK y un 11% “preferiría no votarlo”. Aunque resta confirmar si Corpacci irá por una nueva reelección o si será Raúl Jalil el candidato oficialista a sucederla, este distrito también muestra una tendencia desfavorable a Cambiemos de cara a la elección de gobernador del 2019.

En cambio, la tendencia en Jujuy según la consultora W.Tracking sí favorece a Cambiemos, lo cual nos permite corregir nuestra evaluación anterior. Si bien el estudio no abarcó toda la provincia (sólo la Capital, la de mayor peso electoral, y San Pedro, el cuarto distrito por peso), de acuerdo a esta consultora el radical cambiemita Gerardo Morales tiene la imagen positiva más alta de los dirigentes  provinciales: un 56,7%, contra 43,3% de negativa. Se evaluaron dos posibles escenarios electorales. En el primero, Morales encabeza la intención de voto con un 52,9%; le sigue Alejandro Vilca (17,2%), Guillermo Snopek (16,8%) y Carolina Moisés (6,60%). En el segundo escenario, sin la tercera competidora, Morales conservaría un 52,8% y crecerían sus rivales: Vilca con 19,8% y Snopek con 17,9%. En cualquier caso, Jujuy arroja tendencia favorable a Cambiemos en la elección de gobernador, a tenor de esta medición. 

Otro distrito gobernado por un radical cambiemita, Mendoza, arroja paridad de cara a la elección de gobernador del 2019: Cambia Mendoza alcanza 28% de la intención de voto y el Frente Justicialista Kirchnerista 25%, según una reciente informe sobre diagnóstico político electoral hecho por Demos Consulting. Les siguen el Frente de Izquierda (6%), el Partido Demócrata (5%) y el Partido Intransigente Protectora (3%; ver datos arriba, click para agrandar). En permeabilidad electoral lideran el oficialista Omar De Marchi (46%) y el peronista Adolfo Bermejo (41%; ver datos abajo, click para agrandar). 

La encuesta realizada entre el 24 de noviembre y el 3 de diciembre sobre una muestra de 1.000 casos en la provincia de Mendoza reporta que el peronista Adolfo Bermejo se ubica 11 puntos porcentuales detrás del oficialista Omar De Marchi (41% a 30%), pero aventaja por 13 pp a Rodolfo Suárez (38% a 25%) y por 16 pp a Martín Kerchner, lo que deja un escenario abierto mientras no se definan las candidaturas (ver datos abajo; click para agrandar). 

Finalmente, una encuesta de la consultora Analogías realizada en octubre posicionó al actual intendente de Río Grande, Gustavo Melella (FORJA-Kirchnerismo) a la cabeza de la intención de voto a gobernador en 2019, con casi 35%, contra 21% de Rosana Bertone, la actual gobernadora. En noviembre, otro estudio, en este caso de la consultora Neodelfos, reportó a Melella como ganador en primera vuelta, mientras que ubicó a Bertone por debajo del 17%. Resumiendo, entonces: pronóstico reservado en 3 distritos (dos gobernados por Cambiemos y aliados, PBA, y Mendoza, y otro por el PJ no K, Entre Ríos) y pronóstico desfavorable en otros 4 distritos (Córdoba, gobernada por el PJ no K; San Juan, gobernada por el neutro Sergio Uñac, pero con peso de un aliado de CFK, el ex gobernador José Gioja; Tucumán, gobernada por el peronista no K Juan Manzur, pero con el aliado de la ex presidenta, José Alperovich, punteando en las encuestas; Tierra del Fuego, con un aliado K al frente de las encuestas). En cambio, tendencia favorable en Jujuy (con las reservas de representatividad muestral del caso). En síntesis, un panorama complicado en 7 provincias y una a favor. 

martes, 25 de diciembre de 2018

Claves de un ballotage de cara al 2019

Decíamos en el posteo anterior que la idea de que la tercera fuerza es la de mayor potencial de crecimiento (o techo más alto) de cara a un ballotage en 2019 deviene abstracta, dado que en rigor su techo real está dado por la suma del piso de las otras dos (30+30), registro que la deja afuera de la segunda vuelta: mientras Cambiemos y Unidad Ciudadana sigan por arriba del 20% de intención de voto, tienen garantizado el pase al ballotage. Por consiguiente, mientras Alternativa Federal no llegue al 20%, se queda afuera. Así, el techo para que ese frente potencial crezca está dado por la solidez de los pisos de Cambiemos y de la principal fuerza opositora, y no tiene ninguna importancia el dato de que el rechazo de ese frente potencial pueda ser menor que el de Cambiemos y el de Unidad Ciudadana, pues lo que define el pase a segunda vuelta es la solidez de los pisos, no un techo potencial más alto que el de las otras fuerzas (ver datos abajo; click para agrandar). Vale decir, lo que estructura la elección es el resultado en la PASO de agosto y en la primera vuelta de octubre: si ambos son polarizados entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, Alternativa Federal estará fuera de las boletas el día del ballotage. 


El resultado en la primera vuelta es clave por otra razón estratégica: independientemente de todas las simulaciones de ballotage que hoy las consultoras puedan hacer (Macri vs CFK, Macri vs Massa, Macri vs Urtubey, y así hasta agotar figuras, como hemos visto en diversas mediciones), lo realmente importante es la brecha que la primera minoría electoral obtenga sobre la segunda fuerza. Es en función de la ventaja obtenida que bajan o crecen las chances de reversibilidad del resultado (o sea, que la lista que ganó la primera vuelta gane el ballotage, o que la segunda revierta el resultado en esa instancia). Según el politólogo Ignacio Labaqui, sobre 152 elecciones ejecutivas de Europa y América Latina, sólo en el 32,9% de los casos el ganador en primera vuelta perdió en el ballotage. Es aún menos frecuente la reversión del resultado en comicios presidenciales (26,7%). El estudio marca dos variables que garantizan, casi con certeza, una victoria en segunda vuelta al ganador de la primera contienda. En primer lugar, si su ventaja sobre el segundo es superior al 10%; en segundo, si el apoyo en primera vuelta supera el 40%. Las reversiones más frecuentes se dieron cuando la ventaja de la primera fuerza sobre la segunda fue menor a 10 puntos porcentuales. En esos casos, un 42,4% de los que finalizaron segundos en primera vuelta ganaron el ballotage. En cambio, cuando la diferencia del candidato más votado en primer término fue superior a 10 pp, la reversión fue de apenas un 15,1%. 

El estudio en cuestión se basa en el análisis de elecciones ejecutivas de Europa (22 casos) y América Latina (38 casos) y de subnacionales (gobernador) de Argentina (14 casos, 1983-presente) y Brasil (78 casos, 1994-presente). En elecciones presidenciales en América Latina, no hay casos en los que un candidato haya revertido una diferencia superior a 10 pp en segunda vuelta (recordemos el reciente caso del ballotage en Brasil que consagró a Jair Bolsonaro: 46,66% sobre 28,46% de Fernando Haddad en primera vuelta, 55,13% a 44,87% en segunda). En América Latina el candidato más votado en primera vuelta resultó electo en ballotage en un 76,3%; en Europa, la tendencia cede a un 68,2%. Recordemos lo que sucedió en Argentina en 2015: Daniel Scioli del FPV obtuvo en primera vuelta 37,08% de los votos, contra 34,15% de Macri; una brecha de 2,93 puntos porcentuales, lo que habilitaba la posibilidad de que se revirtiera el resultado (al ser menor a los 10 pp). En ballotage, Macri logró 51,34%, contra 48,66% de Scioli: una diferencia de 2,86 pp. Vale decir, casi igual a la de primera vuelta, pero en sentido contrario. Estadísticamente, con una diferencia menor a los 5 puntos en primera vuelta, casi puede decirse que las chances se reparten de manera simétrica para cada candidato en una proporción cercana al 50/50. 
Si observamos el resultado de la encuesta de Gustavo Córdoba y Asociados, vemos que esta se diferencia de otras anteriores por tres datos clave: 1) en primer lugar, en este caso Juan Urtubey mide mejor que Sergio Massa como precandidato de Alternativa Federal (ver datos arriba; click para agrandar); 2) en segundo término, el economista José Luis Espert alcanza 5% de intención de voto, junto con otros tres precandidatos que presumiblemente captan parte del caudal electoral permeable a Cambiemos, Ricardo Alfonsín (3,9%) y Alfredo Olmedo (3%). 3) en tercer término, CFK obtiene sobre Macri una ventaja de 7,7 puntos porcentuales (38,6% a 30,9%), estadísticamente significativa, dado que el error muestral es de +-2,83% (ver datos al inicio del posteo, click para agrandar). El resultado es casi un calco de la PASO del 2015, cuando el FPV alcanzó el 38,67% de los votos y la sumatoria de los tres precandidatos de Cambiemos (Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió) llegó al 30,12%. Se trata de un dato no menor, porque implica que la intención de voto de CFK ya estaría en el orden de magnitud de ese caudal histórico, según esta encuesta. 



Una diferencia de casi 8 puntos en primera vuelta es reversible, dado que está por debajo de los 10 pp y porque el apoyo a la primera minoría electoral es menor al 40% (aunque apenas menor). Aun así, el escenario de ballotage en esta encuesta resulta favorable a CFK: 41,1% a 36,6%, esto es, 4,5 pp, con 7,5% de voto en blanco y casi 15% de indecisos (ver datos arriba; click para agrandar). Vale decir, pasamos de una ventaja de 7,7 pp en primera vuelta a una de 4,5 pp en segunda, siempre a favor de la ex presidenta, sin reversión del resultado de acuerdo a estas proyecciones. 


Si comparamos estos datos con el ballotage según Ricardo Rouvier y Asociados (CFK 38,9%, Macri 37,9%, casi 5% no sabe y 18,4% ninguno; ver datos arriba, click para agrandar), tenemos apenas 1 pp de brecha contra 4,5 pp. Eso resulta consistente con la elección más competitiva que Rouvier mostraba en primera vuelta: 31,9% para la ex presidenta contra 28,1% para Macri, una ventaja de 3,8 pp (estadísticamente no significativa). 

Finalmente, la última encuesta de M&R/Query también arrojaba paridad en primera vuelta (29,1% y 28,4%, ver datos arriba, click para agrandar) y ballotage: 35,9% CFK y 35,3% Macri, con casi 29% de indecisos (ver datos abajo; click para agrandar), lo que refuerza la hipótesis de que diferencias estrechas en primera vuelta implican similar tendencia de cara a la segunda. 

lunes, 24 de diciembre de 2018

Solidez de los pisos versus potencialidad los techos al cierre de 2018

La solidez de los pisos de Cambiemos y de Unidad Ciudadana (ambas fuerzas, con una intención de voto actual en torno al 30%) limita las posibilidades de que una tercera vía (como la de Alternativa Federal) pueda colarse en la disputa por la primera minoría electoral y el consecuente paso al ballotage. Mientras Cambiemos y Unidad Ciudadana sigan por arriba del 20% de intención de voto, tienen garantizado el pase al ballotage; mientras AF no llegue al 20%, se queda afuera. El techo para que este frente potencial crezca está dado por la solidez de los pisos de Cambiemos y de la principal fuerza opositora; esto implica que la idea de que la tercera fuerza es la de mayor potencial de crecimiento (o techo más alto) de cara a un ballotage deviene abstracta. En rigor, su techo real está dado por la suma del piso de las otras dos (30+30), que deja a la tercera vía afuera de la segunda vuelta. 

Visto de otro modo, a Cambiemos y a Unidad Ciudadana les basta con fidelizar sus núcleos duros para pasar al ballotage; una vez garantizado el pase a esa instancia, pueden trazar una estrategia de campaña para tratar de captar a los electores no alineados (es decir, a quienes no votaron a Cambiemos ni a UC en las PASO ni en la primera vuelta presidencial). En sentido contrario, Alternativa Federal necesitaría erosionar parte de los núcleos duros de CFK y de Macri para pasar a primera vuelta (algo extremadamente difícil de hacer), porque los electores no alineados (esto es, ni cambiemitas duros ni kirchneristas duros) se fragmentan entre su preferencia por el peronismo no K (11,2% de intención de voto, según la última encuesta de Synopsis), una alternativa progresista (4,9% de intención de voto, según la misma encuesta), la izquierda (3,9%), otra lista (4,7%) e indecisos (10,3%). 

En este marco, la clave electoral de la elección presidencial de 2019 se resuelve así: en la PASO y en la primera vuelta, lo que importa es la solidez de los pisos, porque ella es la que garantiza lograr la condición de primera minoría electoral, la brecha sobre la segunda fuerza y el consiguiente pase a la segunda vuelta. De esa manera, la potencialidad de los techos importa, pero recién en el tránsito al ballotage, y gran parte de esa instancia se resuelve más en función de los rechazos relativos que de las adhesiones. Básicamente, muchos de los electores que en las dos instancias previas no votaron a ninguna de las dos fuerzas principales, en la tercera terminarán votando más en contra de la que más rechacen y no tanto a favor de la otra (si tuvieran empatía con esa fuerza, la hubieran votado en la PASO o en la primera vuelta). Respecto a los pisos y techos relativos, existen algunos matices en las mediciones. Según la última medición de Udesa, Mauricio Macri y Cristina Fernández son los candidatos con mayor proporción de voto seguro, pero el actual presidente aventaja a la ex presidenta 41% a 28% en esa sumatoria; los candidatos potenciales de Alternativa Federal (Roberto Lavagna, Sergio Massa, Juan Urtubey y Felipe Solá) quedan muy por detrás en voto seguro, pero mejoran si se les suma el "podría votarlo" (ver datos abajo; click para agrandar). Es decir, este estudio muestra mejores chances para el líder de Cambiemos.



En cambio, la última medición sobre análisis de redes sociales de Reputación Digital muestra mayores comentarios positivos para CFK (59%) que para Macri (53%), y menos comentarios negativos (41% a 47%; ver datos arriba, click para agrandar). Como hemos visto ya en este blog, también hay encuestas que vienen marcando una suba del rechazo relativo a Macri, ubicándolo ya en el mismo orden de magnitud que el de CFK (es el caso de la más reciente medición de Aresco). 


Por su parte, la última encuesta de Gustavo Córdoba y Asociados arroja para Macri un rechazo del 52%, muy superior al de CFK (40,8%; ver datos abajo, click para agrandar). Es decir, la tendencia en estos casos pasa a favorecer a la ex presidenta en su disputa contra el actual presidente. 
El rechazo a la figura de Macri es idéntico al que genera Cambiemos: el 52,5% se declara "anti-Cambiemos", contra un 30,7% que se dice cambiemita (ver datos abajo; click para agrandar). 
Cuando se mide la adhesión y rechazo relativo al peronismo, el primero es similar al de Cambiemos (33,5%), pero el rechazo es sensiblemente menor: 41,4% (es decir, 11,1 pp menos). De todos modos, este dato no es tan orientativo como el anterior en materia de adhesiones, debido el carácter irresuelto del vínculo entre peronismo y kirchnerismo. 
Más allá de la discusión sobre los techos relativos, cuando pasamos a medir la intención de voto, este estudio coincide con los demás en poner de relieve la importancia de contar con pisos sólidos: casi 39% para CFK, casi 31% para Macri y apenas 5,2% para Sergio Massa, guarismo con el que hoy no podría acercarse ni remotamente a las chances de entrar en segunda vuelta (ver datos al inicio del post; click para agrandar). Como dato interesante, una candidatura del economista José Luis Espert alcanza en esta medición 5%, Ricardo Alfonsín roza el 4% y Alfredo Olmedo el 3%; sería interesante ver cuánto suma Cambiemos si esos tres dirigentes no compiten, para ver cuánto caudal del oficialismo se va por esas colectoras y cuánto puede volver de cara a una segunda vuelta. Con el gobernador salteño Juan Urtubey, la performance de Alternativa Federal mejora (10,4%), pero de todos modos queda fuera de la disputa por la primera minoría electoral, que sigue polarizada entre CFK (35,7%) y Macri (30,8%; ver datos abajo, click para agrandar). En resumen, se confirma la polarización entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, aunque en el primer escenario planteado no es tan simétrica como venimos viendo en otros estudios; volveremos sobre este punto en el próximo posteo.

sábado, 22 de diciembre de 2018

Tendencias hacia 2019: una vuelta entera al sol y una segunda vuelta en el horizonte (3)

Hoy, los argentinos no están en "modo electoral", sino en "modo preelectoral", focalizados en hacer frente a una situación doméstica ajustada, como vimos en los datos reportados por Reyes Filadoro y el Centro de Estudios Metropolitanos  en las entradas previas. Otros datos que aporta el Monitor de Clima Social relevado por el CEM completan el cuadro de situación de crisis: mientras que en 2017 el 37% de la población adulta de ese conglomerado decía estar peor que un año atrás, a fines de 2018 esa proporción alcanzó el 60% (una suba de 23 puntos porcentuales; ver datos al lado, click para agrandar). Se insinúa que el principal driver de ese deterioro es el empeoramiento de la situación laboral: pasó del 34% al 51% ( + 17 pp), en tanto que la percepción de mejoría se desplomó de 35% a 15% (- 20 pp; ver datos abajo, click para agrandar).




La situación laboral también pinta mal cuando se repasan las datos del último relevamiento de la consultora especializada Manpower: las perspectivas de contratación tuvieron una baja de 6 puntos porcentuales en comparación con el trimestre anterior y 12 puntos porcentuales en comparación con la cifra de hace un año. Así, la expectativa de empleo es la peor en 12 años (ver datos abajo; click para agrandar). El arranque de 2019 no traerá buenas noticias en materia de empleo: el primer trimestre del próximo año muestra señales preocupantes al menos en lo que respecta a la creación de nuevos puestos de trabajo, según lo reveló el tradicional informe sobre Expectativa Neta de Empleo (ENE) en Argentina que elabora la consultora Manpower. El trabajo arrojó una perspectiva para el primer trimestre de -4 pp en la comparación interanual con igual período del 2017, ajustada por estacionalidad. Se trata del peor registro en 12 años, desde que se lleva a cabo el relevamiento. La cifra es aún peor que lo ocurrido durante la crisis financiera de 2009 y el índice más bajo, y por primera vez negativo, desde que Mauricio Macri es presidente. Financiero, Fernando Podestá, director nacional de Operaciones de Manpower, sostuvo que “es el número más bajo que hemos tenido en toda la serie y consolida la baja que tuvimos durante todo 2018. “Los empleadores argentinos informan planes de contratación laboral pesimistas para el primer trimestre de 2019. Un 8% de los empleadores prevé aumentar su dotación, un 11% anticipa una merma y un 77% no anticipa cambios en su plantilla, lo que arroja una ENE de -3%. Al ajustar los datos para tener en cuenta la variación estacional, la Expectativa de Empleo se ubica en -4%. Las perspectivas de contratación son las más débiles que se hayan informado desde que se inició la Encuesta hace 12 años, con una baja de 6 puntos porcentuales en comparación con el trimestre anterior y 12 puntos porcentuales en comparación con la cifra de hace un año”, apunta el sondeo.


Las peores perspectivas se detectan en las microempresas (menos de 10 empleados) y pequeñas (entre 10 y 49) empresas, con ENE de -7 y -4, respectivamente. Las medianas (entre 50 y 249) reflejan un ENE de 0 y las grandes (250 o más) de -1. En todos los casos, se trata de las peores expectativas en más de una década. Respecto a posibilidades de recuperación, Podestá evaluó: “Las empresas, por la baja del consumo, están sobrestockeadas y demandan menos personal. Más allá de que se dice que la economía empezaría a repuntar a partir del segundo trimestre, las empresas no se están comprometiendo. Podría llegar a ser un piso en la medida en que nunca hubo un registro tan bajo, y porque el año que viene hay elecciones y el Gobierno debería traccionar para que la economía se mueva un poco más”. Asimismo, agregó que no se están registrando despidos masivos, pero sí suspensiones y reducción de jornadas. En la medición por sectores se refleja la retracción en la construcción, que venía motorizando la actividad y el empleo. El ajuste en la obra pública y en la privada, producto de la suba de costos por la fuerte devaluación (que se agravará por la caída de los PPP), dejó un ENE de -12 y de -11 por estacionalidad. “Así como la construcción traccionó hacia arriba, hoy lo hace hacia abajo. Si mejora, empuja también finanzas, pero ahora lo arrastra”, explicó el ejecutivo de Manpower. La contratación también es débil en Transporte y Servicios Públicos, Manufacturas, en Comercio Mayorista y Minorista, Administración Pública y Educación, Servicios, y en Minería. Finanzas, Seguros y Bienes Raíces se mantiene estable, mientras que sólo se ven números positivos, aunque bajos, en Agricultura y Pesca. En varios casos las expectativas son las peores en años. Por regiones, "los empleadores de 4 de las 6 regiones prevén reducir sus dotaciones durante el trimestre que se avecina. La ENE más débil se registra en el NOA (Noroeste argentino) con un -9%. Otras regiones en las que los empleadores anticipan un nivel de contratación laboral deprimido son el NEA (Noreste argentino) con una expectativa de -7%, la región pampeana con -5% y el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) con -4%”, indica el informe. En cambio, los empleadores de la Patagonia anticipan un leve crecimiento de sus nóminas con una expectativa de +5% y los de Cuyo esperan una mejora de +1%. El AMBA y el NOA presentan los peores registros desde Manpower mide. En contraposición, los guarismos son más alentadores en la Patagonia y Cuyo. Esto se explica por dos razones: en primer lugar, por el aumento de la producción de hidrocarburos, uno de los pocos sectores que sigue traccionando empleo. El otro es del sector vitivinícola, que mejoró sus ingresos por exportaciones gracias al salto del dólar. Contra el discurso oficialista de que "el mundo se nos cayó encima", en la comparación con la región y el resto del mundo, de las más de 40 naciones medidas la Argentina es la única que muestra datos negativos con -4. En la otra punta están Japón (+27%), Taiwán (+21%) y EE.UU. (+20%). En el continente también está atrás: México (+14%), Colombia y Guatemala (+10%), Brasil (+8%), y Perú (+7%).

Así, con un metro cuadrado afectado por la crisis y el ajuste, el "modo preelectoral" de los electores de cara al 2019 perfila una elección que hoy está empatada en instancia de PASO, primera vuelta y ballotage (las diferencias entre CFK y Macri no son estadísticamente significativas). Hace un año, el oficialismo, con el resultado puesto del 2017 (42% vs 23,5% de UC/CFK) apostaba a ganar en primera vuelta. De todos modos, aún conserva su núcleo duro. Según el consultor Ricardo Rouvier, eso "tiene que ver no tanto con el 'amor' por Macri, sino con una mezcla de cosas: para una parte de la población expresa algo nuevo en la política, pero también existe una porción donde predomina la negatividad frente a Cristina Kirchner. El techo a Cristina no es la economía, la gente dice que estaba mejor antes que ahora. Es de otro tipo, tiene que ver con su estilo, con una modalidad, con el desorden en la calle identificado con su segundo mandato. Va a ser una lucha de techos. Si a Macri le hubiera ido bien en la economía estaría mucho mejor en intención de voto, los que no son macristas hubieran premiado esa buena gestión, como sucedió en 2011 con Cristina, pero la situación económica le pone un techo a Macri". Vale decir, CFK tiene un techo, pero Macri también. Es poco probable que el oficialismo siga perdiendo intención de voto: el piso lo pone el núcleo duro de votos de Macri en la PASO de 2015, que fue 24,5% y que está muy basado en el anti-peronismo. Como referencia, recordemos que la Alianza UCR-Frepaso, aún en medio de la debacle generalizada del 2001 y dos meses antes de la caída de Fernando de la Rúa, obtuvo 25% de los votos en diputados nacionales y 21,2% en senadores nacionales. Aun si Cambiemos retrocediera hacia esos guarismos, tendría hoy garantizado el pase a segunda vuelta. Otro tanto sucede con el kirchnerismo; ambos núcleos duros siguen muy consolidados, lo que hoy plantea una polarización simétrica de cara al 2019. 


Según Synopsis, "si se observa la evaluación del desempeño del Gobierno nacional según preocupaciones, las mejores evaluaciones se observan entre los que les preocupa la Inseguridad, la Corrupción y el Narcotráfico, y las peores entre los que les preocupa la economía" (ver datos arriba; click para agrandar). Esto preanuncia los ejes de campaña del oficialismo y la principal fuerza opositora para 2019: falto de resultados socioeconómicos virtuosos, el oficialismo apelará a un discurso duro en materia de seguridad y corrupción y a diferenciarse del kirchnerismo mostrando logros en esos issues; Unidad Ciudadana, en cambio, procurará poner en evidencia el deterioro de la calidad de vida por la mala gestión de la economía con Macri respecto a lo realizado por NK y CFK. Tanto Cambiemos como Unidad Ciudadana tendrán gestión para mostrar, de una u otra forma; Alternativa Federal, sin gestión nacional para mostrar, tendrá que acertar muy bien sus dardos y salir del "no lugar" opo-oficialista que ha transitado en estos años para mejorar sus chances actuales.  

viernes, 21 de diciembre de 2018

Tendencias hacia 2019: una vuelta entera al sol y una segunda vuelta en el horizonte (2)

El estudio de Reyes Filadoro que comenzamos a citar en el posteo anterior aporta otros datos que borran cualquier vestigio de broteverdismo al cierre del 2018. Por ejemplo, el 84% de los argentinos no tiene capacidad de ahorro, el 35% dice que no ahorra pero llega a fin de mes, mientras que al 50% no le alcanza para llegar. En el área metropolitana, los datos son aún peores: según el Monitor de Clima Social relevado por el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), al 64% no le alcanza el sueldo para llegar a fin de mes, cuando el año pasado el registro era del 47% (una suba de 17 pp; ver datos abajo, click para agrandar). 

De acuerdo con el informe nacional de Reyes Filadoro, el 74% de quienes aseguraron no poder llegar a fin de mes tuvo que endeudarse para poder solventar sus gastos, pidiendo dinero prestado a algún conocido o familiar o un crédito personal. Otro efecto socioeconómico negativo del metro cuadrado de los electores: el 71% está "preocupado" o "muy preocupado" ante la posibilidad de perder su empleo o fuente de ingresos, 14% que dijo estar "poco preocupado" y apenas el 15% aseguró no estar "nada preocupado". Por segmentos etarios, los más preocupados por el empleo y sus ingresos son los más jóvenes (81%), quienes tienen menos recursos (77%) y quienes no llegan a fin de mes (85%). En la zona metropolitana, en tanto, quienes creen probable perder el trabajo o su fuente de ingreso en el corto plazo subieron de 30% a 44% (+ 14 pp en un año; ver datos arriba, click para agrandar). También creció la proporción de quienes disminuyeron la porción de las comidas por falta de recursos (+ 15 pp), la de quienes tuvieron hambre por falta de dinero ( + 12 pp) y la de quienes ven un empeoramiento de su situación económica ( + 23 pp); todos los datos son consistentes en el sentido de marcar un deterioro de la situación socioeconómica. A su turno, en materia de expectativas, según Reyes Filadoro, el 48% cree que la situación económica será peor que ahora dentro de un año, el 20% cree que será igual de mala que ahora (lo que acumula casi 70% de pesimismo), 7% cree que será tan buena como ahora y 25% espera una mejora. Nuevamente, los jóvenes están entre los más pesimistas: el 60% cree que la economía empeorará durante el próximo año. En resumen, aunque estamos con las fiestas encima, en las encuestas no hay nada que el gobierno pueda festejar. 


Tampoco deja nada que festejar para el oficialismo el balance de datos compilado por Ricardo Rouvier & Asociados. El presidente perdió 18 puntos porcentuales de imagen positiva respecto a octubre de 2015, mientras que su intención de voto hoy es 6,2 pp menor a la de la primera vuelta de aquel año (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). Además, está 14 pp por debajo del resultado obtenido por Cambiemos en las elecciones de medio término del 2017, poco más de un año atrás, cuando el oficialismo llegó al 42%. En rigor, hoy su caudal está en el orden de magnitud del voto obtenido en las PASO del 2015 (30%), es decir que se ha replegado sobre su núcleo duro. Confirmando el desgaste, su diferencial de imagen hoy llega a un récord negativo de -18,1 puntos (ver datos arriba; click para agrandar). Luego de haber cerrado 2016 y 2017 con saldo a favor, hoy termina con números rojos.


La comparación es aún más desfavorable cuando se hace respecto a la fecha de su asunción al poder, cuando llegó a un 71,3% de imagen positiva y sólo 26% de negativa, traccionado básicamente por las expectativas y el efecto "luna de miel". Este año netamente de crisis llevó a que la calificación negativa llegara al 57,3%, es decir, casi 6 de cada 10 de electores argentinos, y las expectativas también sufrieron deterioro. En diciembre de 2015, el neto daba un positivo del 38%; con el correr de la gestión, el saldo ya era negativo para el oficialismo: -7,4% en 2016 y -5,1% en 2017. En 2018, el pesimismo llegó a un pico, con un saldo desfavorable de -29,2% (ver datos arriba; click para agrandar). 



El saldo de la imagen de gestión resulta peor para el oficialismo: mientras que pudo cerrar 2016 y 2017 con magros diferenciales positivos, 2018 se cierra con un diferencial negativo de 21,6 pp (ver datos arriba; click para agrandar). En cuanto a la intención de voto, se detecta que el apoyo se repliega sobre el núcleo duro, perforando incluso el umbral del 30% (alcanza 28,1%), ubicándose así en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Macri en la PASO del 2015: 24,5%. Esto tiene que ver con efectos socioeconómicos de gestión negativos, que pueden medirse no sólo a través de los datos "blandos" (perceptivos) de las encuestas, sino también por vía de indicadores duros: suba del dólar, de la inflación, del riesgo país, de la deuda externa, de la pobreza, y caídas del empleo industrial, el PBI, la actividad económica, la jubilación mínima y el salario promedio (ver datos abajo; click para agrandar). 


miércoles, 19 de diciembre de 2018

Tendencias hacia 2019: una vuelta entera al sol y una segunda vuelta en el horizonte (1)

Con un entusiasmo digno de mejor causa, el sistema de medios que blinda al oficialismo se empeña en hacer surgir brotes verdes donde no los hay. Primero fue el presunto "efecto G20", estadísticamente no significativo en el mejor de los casos y sistemáticamente contrarrestado por un M2 de malas no nuevas, pero sí renovadas y confirmadas: suba del desempleo y de la pobreza (estas sí, estadísticamente mensurables), por citar sólo dos indicadores de un malestar socieconómico que no cede. El último intento de "broteverdismo" viene de la mano de las tendencias reportadas por la consultora paraestatal Poliarquía, que pasamos a analizar e interpretar. Según se editorializa, esa consultora realizó un estudio para el diario La Nación que demostró un aumento de la aprobación hacia Macri del 32 al 39%  (+ 7 puntos porcentuales) entre noviembre y diciembre, al mismo tiempo que el rechazo a su gestión se redujo del 65 al 59% (- 6 pp). Dado que el error muestral de ese estudio es de +- 3,2%, ambas variaciones son estadísticamente no significativas, con lo cual no se puede hablar de mejoría respecto a la medición anterior (ver datos al lado; click para agrandar). 

En cambio, respecto a cómo empezó el año (enero-abril), el deterioro sí es visible y estadísticamente significativo: - 9 pp de aprobación y + 9 pp de desaprobación, es decir un corrimiento negativo neto. En otras variables analizadas (dejamos afuera los cruces, dado que ahí crece el margen de error por encima del +- 3,2%) también se advierte desgaste: la evaluación positiva del estado del país cayó de 22% a 11% (-11 pp), mientras que la negativa pasó de 38% a 58% (+ 20 pp). En cuanto a la expectativa a un año, la mejora insinúa una baja (-4 pp) y el empeoramiento una suba (+ 4 pp); aunque estadísticamente no significativas, contrarían la idea de una suba. Lo mismo sucede con la percepción relativa a aumentos de precios: quienes creen que aumentaron mucho pasaron de 54% a 60% (+ 6 pp). 
Es cierto que los datos de septiembre-noviembre fueron linealmente peores, pero eso no habilita a hablar de mejoría en términos estadísticos. Para más datos, otras encuestas nacionales que miden variables socioeconómicas confirman el malestar en esa dimensión: según la consultora Reyes Filadoro, el 23% de los argentinos dice que su ingreso mensual le alcanza solamente para cubrir sus gastos los primeros días de cada mes y el 43% que le alcanzan hasta mitad de cada mes; es decir, 2 de cada 3 no llegan a fin de mes con lo que ganan. Apenas el 34% dice que con sus ingresos cubre los gastos hasta fin de mes (ver datos arriba; click para agrandar). En cuanto al issue "seguridad", al cual el oficialismo apuesta para contrarrestar los malos efectos socioeconómicos de  gestión, los resultados tampoco son auspiciosos: el 45% cree que la inseguridad aumentó con Macri, 39% dice que sigue igual de alta que antes, 4% que está igual de baja que antes y apenas 10% que disminuyó; vale decir, la percepción de mejoría en seguridad está acotada a apenas 1 de cada 10 electores argentinos (ver datos abajo; click para agrandar).


Por otro lado, los datos de Poliarquía publicados omiten una variable que difícilmente no se haya medido en el estudio: la intención de voto de cara a 2019. Felizmente, contamos con un muy buen dato en reemplazo. Nuestro análisis de encuestas permite periódicamente actualizar el promedio de estudios, ya que cada vez que aparece una nueva medición de determinada consultora, reemplaza a la inmediata anterior de la misma fuente. Así, el promedio de las últimas 15 encuestas nacionales (Analía del Franco, M&F, Reyes Filadoro, Opina Argentina, Hugo Haime, Elypsis, Isonomía, D`Alessio/IROL, Synopsis, Aresco, Gustavo Córdoba y Asociados, Opinaia, M&R-Query, Rouvier, CIGP) arroja 30,9% para Unidad Ciudadana/CFK (redondeando, un 31%), 30% para Cambiemos/Mauricio Macri y 13,5% para Alternativa Federal/Sergio Massa. Con esas tendencias, un año después de haber aventajado a UC por 42% a 23,5%, el oficialismo retrocedió 12 pp, mientras que la principal fuerza opositora avanzó 7,4 pp; como en 2017 el massismo y aliados obtuvieron 5,9% y el peronismo no K 10,1%, también acusan un leve retroceso de 2,5 pp en la sumatoria lineal, estadísticamente no significativo pero que hoy deja a ese potencial frente fuera del ballotage. En resumen, una vuelta al sol atrás, el oficialismo tenía chances de ganar sin segunda vuelta; hoy, no podría evitarla, dado que hay un empate técnico en la disputa por la primera minoría electoral, con lo cual la adhesión se ha replegado sobre el núcleo duro cambiemita, en torno al 30% que alcanzó esa alianza en las PASO de agosto de 2015. 

lunes, 17 de diciembre de 2018

Polarización nacional y tendencias distritales

En un posteo reciente apuntábamos que en 5 distritos donde revisamos tendencias preelectorales a gobernador, 3 de ellos (Córdoba, San Juan y Tucumán) muestran hoy un escenario adverso para Cambiemos en la elección de gobernador y 2 (Entre Ríos y PBA) perfilan elecciones disputadas. A eso se suma a una pelea pareja a nivel presidencial en las tendencias nacionales, como venimos revisando en los sondeos realizados a nivel país. Dos consultoras midieron recientemente un sexto distrito, la provincia de Jujuy, gobernada por el radical cambiemita Gerardo Morales. Veamos los datos. 



Según una encuesta realizada por la consultora Tendencias entre los días 29 y 30 de noviembre sobre una muestra de 1.063 casos relevados telefónicamente, la imagen del gobernador de Jujuy ha caído en la consideración del electorado en el último semestre: el 28,1% respondió en forma positiva, el 29,9% la consideró regular y el 36% tuvo una opinión negativa. La medición previa realizada por la misma consultora en el mes de mayo había arrojado un 38,1% de imagen positiva para Morales (lo que implica una merma de 10 puntos porcentuales en la opinión favorable) y un 30,6% valoraciones negativas (+ 5,4 pp en la calificación desfavorable; ver datos arriba, click para agrandar). Así, el último sondeo muestra, además, que por primera vez las opiniones desfavorables superan a las positivas. Por otro lado, entre las principales preocupaciones manifestadas por los electores jujeños aparecen la corrupción (34%), la inflación (24%), la desocupación (19%) y la pobreza (14%); es decir, de 4 temas, 3 aluden al malestar socioeconómico, y en conjunto suman 57%.



Por su parte, la consultora Synopsis realizó una medición en el mismo mes, sobre una muestra de 1.094 casos consultados telefónicamente entre los días 23 y 24 de noviembre. Arroja mejores resultados relativos que la anterior, pero con la misma tendencia de desgaste para Morales. Mientras que en agosto la imagen positiva del gobernador jujeño superaba el 50%, en noviembre se detecta una caída que ubica en 43,7% las opiniones favorables hacia el mandatario. El diferencial positivo para Morales no varía, aunque llama la atención el crecimiento de la imagen negativa, que trepó al 32,4% (ver datos arriba; click para agrandar). El estudio detectó además que el desempleo es la principal preocupación de los jujeños (27%), seguido por la corrupción (22%) y la inflación (21%). Aunque no se conocieron resultados del capítulo preelectoral, la tendencia declinante en la imagen del gobernador pone luces amarillas de cara a la elección distrital del año próximo en esa provincia, que se supone unificará sus comicios de gobernador con los nacionales, una excepción, dado que, como apuntó @conurbanensis, "los argentinos viviremos en 2019 el más fragmentado desde la vuelta de la democracia: por ahora, sólo 5 provincias elegirán gobernador y presidente el mismo día" (ver datos abajo; click para agrandar).

El pronóstico reservado en 3 distritos (dos gobernados por Cambiemos, PBA y Jujuy, y un tercero por el PJ no K, Entre Ríos) y el pronóstico desfavorable en otros 3 distritos (Córdoba, gobernada por el PJ no K; San Juan, gobernada por el neutro Sergio Uñac, pero con peso de un aliado de CFK, el ex gobernador José Gioja; y Tucumán, gobernada por el peronista no K Juan Manzur, pero con el aliado de la ex presidente, José Alperovich, punteando en las encuestas) redondea un panorama complicado para Cambiemos en 6 provincias. A ello se suman las tendencias nacionales, que también actualizó Synopsis en su último estudio representativo de todo el país. Con base en una muestra de 1.418 casos, el informe muestra que el 68,9% asegura que la situación económica del país está peor que el año pasado y casi el 45% cree que el año próximo será aún peor (ver datos abajo; click para agrandar). 



El 33,3% de los electores argentinos respondió que su mayor preocupación es la inflación, mientras que el 22,4% aludió al desempleo. El 16,1% mencionó la corrupción, el 10,6% la inseguridad y el 7,1% la educación. Así, el malestar socioeconómico suma casi el 56% de las respuestas (55,7%), lo que confirma así su centralidad en la agenda social de cara al 2019. En un marco de crisis económica, un 53% votaría a la oposición el año que viene y un 33,1% al oficialismo; el porcentaje restante aún está indeciso (ver datos abajo; click para agrandar). Por otro lado, el 51% tiene una evaluación negativa de la gestión presidencial de Mauricio Macri, un 20,3% la califica como "regular" y apenas 28,4% como positiva, guarismo que está en el orden de magnitud del voto duro de Cambiemos (en torno al 30%). 




De cara a la primera vuelta presidencial, se mantiene el empate técnico: 33,1% para Cambiemos, 31,8% para el kirchnerismo y aliados, 11,2% para el peronismo no K, 4,9% para el progresismo y 3,9% para la izquierda; 4,7% votaría a "otros" y 10,3% no sabe. Con esas tendencias, sólo Cambiemos y Unidad Ciudadana tienen hoy chances de pasar al ballotage. En esa instancia, en los escenarios hipotéticos, si se proyectan indecisos (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar), Mauricio Macri tiene una leve ventaja frente a Cristina Fernández de Kirchner (52,9% vs 47,1%, 5,8 puntos porcentuales), Daniel Scioli (52,2% vs 47,8%, 4,4 pp), Axel Kicillof (50,7% vs 49,3%, 1,4 pp) y Agustín Rossi (52,3% vs 57,7%, 4,6 pp). En todos los casos, se trata de diferencias estadísticamente no significativas, dado que el error muestral es de +- 2,6%. Si el candidato no fuera un kirchnerista, los votos de ese espacio tienden a volcarse masivamente al contrincante de Macri, con lo cual la ventaja favorece a Felipe Solá (51,3% a 48,7%, 2,6 pp) y Juan Urtubey, alternativamente (54,4% vs 45,6%, 8,8 pp), mientras que con Sergio Massa la elección queda 50,5% para Macri y 49,5% para el tigrense ( 1 pp arriba Macri). En síntesis, hay marcada paridad para la primera vuelta (la ventaja de 1,3 pp a favor de Cambiemos no es estadísticamente significativa) y la segunda vuelta también aparece como muy competitiva; eso implica un giro drástico respecto a la foto electoral del 2017, según la cual Cambiemos podía imponerse en primera vuelta (con 42%, contra 24,5% de Unidad Ciudadana).