miércoles, 5 de diciembre de 2018

Efecto M2 vs efecto G20 (1)

Pos cierre del G20, el oficialismo y su sistema de medios afines han insistido en instalar un supuesto "efecto G20" que mejoraría la imagen de Cambiemos al cierre del 2018, trazando paralelos con el "efecto Bicentenario" del 2010 que acompañó una subida general del acompañamiento al kirchnerismo en ese año. Lo primero a plantear: es necesario, como enseña Bachelard, prevenirse del pensamiento analógico (que con frecuencia encubre una pereza intelectual) para valorar la peculiaridad de cada fenómeno y su contexto. Hecha esta introducción, resulta oportuno repasar aportes de analistas respecto al tema. Pertinentemente, el politólogo Daniel Montoya apuntó que el telón de fondo actual es bien diferente al del 2010 cuando se comparan algunos indicadores clave: en ventas minoristas, 2010 mostraba una suba de 5%, mientras que ahora se observa una caída del 16%; en patentamientos, una suba del 26%, contra una caída del 46% ahora; en recaudación, mientras que en 2010 se veía una suba del 35%, ahora se registra una caída del 10% (ver datos arriba; click para agrandar). 

Básicamente, todos los registros de la economía real son malos ahora, mientras que eran buenos en 2010. Para más datos, en octubre la industria cayó 6,8% y la construcción 6,4%, lo que anticipa que la actividad siguió deprimida y que el cuarto trimestre será peor que el tercero. Así, queda claro que la economía real que rodeó al "efecto Bicentenario" es bien diferente a la que contextualiza un supuesto "efecto G20": en 2010 había expansión de la actividad y efectos socioeconómicos virtuosos, mientras que en 2018 hay caída del PBI y efectos socioeconómicos de gestión viciosos que impactan en el metro cuadrado (M2) de los electores. El "efecto Bicentenario" fue una combinación de bienestar socioeconómico (por la salida de la crisis de 2008-09) y euforia popular por un acontecimiento cívico (200 años de la Revolución de Mayo), en el cual las masas coparon las calles; la mejora de CFK que mostraron las encuestas y los estudios cualitativos a lo largo de ese año recibieron un envión adicional con la muerte del ex presidente Néstor Kirchner en octubre de 2010, que le dio un plus simbólico a la valoración del proceso político K. 

Nada de eso es visible ahora, más bien lo contrario.  Y no sólo se advierte en los datos "duros" de la actividad, también se ve en los "blandos", los perceptivos que miden las encuestas. Veamos: según un sondeo online de la consultora de D’Alessio IROL- Berensztein, respecto a si Argentina podría verse beneficiada o perjudicada por la Cumbre, casi 2 de cada 10 argentinos (19%) se mostró satisfecho con la forma en la que se comunicaron los beneficios que podría generar para nuestro país, una proporción magra (menor al núcleo duro de Cambiemos, en torno al 30% en el promedio de las encuestas). Aun con una escala sesgada (2 positivas contra 1 negativa), el 41% respondió en sentido desfavorable (ver datos arriba; click para agrandar). Es palpable la brecha perceptiva entre los votantes de Cambiemos y los del FPV. 



En cuanto a las principales sensaciones, las opiniones están divididas: un 33% en promedio abriga expectativas por la llegada de las inversiones, guarismo que trepa al 56% entre votantes de Cambiemos y se desploma al 8% entre personas afines al kirchnerismo, lo que confirma que "la grieta" (polarización) permea las percepciones al respecto. En similar sintonía, un 30% se dice "orgulloso" por recibir a los principales presidentes del mundo, sensación supera el 50% entre los electores cercanos al oficialismo, mientras que apenas llega al 9% entre los opositores; en ese sentido, los votantes del FPV hacen más foco en los trastornos ocasionados por cortes en varias calles de la Ciudad de Buenos Aires (35%) y las complicaciones por la falta de transporte (37%). Nuevamente, la brecha perceptiva confirma las actitudes preexistentes a favor o en contra del oficialismo (ver datos abajo; click para agrandar). 



Otra vez aparecen opiniones divididas en la evaluación del rol del presidente Mauricio Macri en la cumbre: el 55% cree que la participación es importante (un 84% entre los votantes de Cambiemos), pero un 45% opina que su participación es intrascendente (76% entre electores del FPV). Así, la brecha entre los electores de Cambiemos y los del kirchnerismo se agudiza en esta variable (ver datos abajo; click para agrandar). 



En cuanto al beneficio que aportaría al país la cumbre, el 46% de los argentinos cree que Argentina no se verá perjudicada ni beneficiada, mientras que un 35% considera que será beneficiada en el mediano y largo plazo (son más optimistas los votantes de Cambiemos), contra un 18% que cree que saldrá perjudicada en el corto plazo (tendencia que es más fuerte entre votantes del FPV; ver datos abajo, click para agrandar; las mínimas diferencias en las sumatorias son atribuibles a decimales). En síntesis, la encuesta específica realizada por D`Alessio Irol/Berensztein sobre el tema no detecta un "efecto G20" estadísticamente mensurable. En el mejor de los casos, el issue confirma las posiciones preexistentes de los electores de Cambiemos y del FPV, sin generar desplazamientos que cambien la tendencia de opinión. 



El efecto esperado por el oficialismo tampoco aparece si nos salimos de esta encuesta específica sobre el tema y tomamos otro estudio realizado durante el período que incluye al G20. Según el último informe de Ricardo Rouvier y Asociados, "en esta oportunidad extendimos nuestra medición hasta el 3 de diciembre, día del cierre del G20 para ver cómo impactaba este acontecimiento en la popularidad presidencial. Pudimos observar realizando un corte al 3 de diciembre, que la opinión positiva de Macri trepaba al 42,2%, pero considerando el promedio mensual, se ubica en 39,2% mientras que la opinión negativa es de 57,3%"



Vale decir, en un estudio con un error muestral de +- 2,7% apenas se ve una suba de 4,3 puntos porcentuales en la imagen positiva a corto plazo (de 37,9% a 42,2%, estadísticamente no significativa; ver datos arriba, click para agrandar), mientras que el consolidado de la serie muestra incluso un descenso de 2,1 pp en la valoración favorable (de 41,3% a 39,2%, de nuevo estadísticamente no significativo; ver datos abajo, click para agrandar). Por lo tanto, de ambos estudios se desprende que no surge un "efecto G20" pos cumbre que el oficialismo pudiera capitalizar, al menos en la percepción. 



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