martes, 25 de diciembre de 2018

Claves de un ballotage de cara al 2019

Decíamos en el posteo anterior que la idea de que la tercera fuerza es la de mayor potencial de crecimiento (o techo más alto) de cara a un ballotage en 2019 deviene abstracta, dado que en rigor su techo real está dado por la suma del piso de las otras dos (30+30), registro que la deja afuera de la segunda vuelta: mientras Cambiemos y Unidad Ciudadana sigan por arriba del 20% de intención de voto, tienen garantizado el pase al ballotage. Por consiguiente, mientras Alternativa Federal no llegue al 20%, se queda afuera. Así, el techo para que ese frente potencial crezca está dado por la solidez de los pisos de Cambiemos y de la principal fuerza opositora, y no tiene ninguna importancia el dato de que el rechazo de ese frente potencial pueda ser menor que el de Cambiemos y el de Unidad Ciudadana, pues lo que define el pase a segunda vuelta es la solidez de los pisos, no un techo potencial más alto que el de las otras fuerzas (ver datos abajo; click para agrandar). Vale decir, lo que estructura la elección es el resultado en la PASO de agosto y en la primera vuelta de octubre: si ambos son polarizados entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, Alternativa Federal estará fuera de las boletas el día del ballotage. 


El resultado en la primera vuelta es clave por otra razón estratégica: independientemente de todas las simulaciones de ballotage que hoy las consultoras puedan hacer (Macri vs CFK, Macri vs Massa, Macri vs Urtubey, y así hasta agotar figuras, como hemos visto en diversas mediciones), lo realmente importante es la brecha que la primera minoría electoral obtenga sobre la segunda fuerza. Es en función de la ventaja obtenida que bajan o crecen las chances de reversibilidad del resultado (o sea, que la lista que ganó la primera vuelta gane el ballotage, o que la segunda revierta el resultado en esa instancia). Según el politólogo Ignacio Labaqui, sobre 152 elecciones ejecutivas de Europa y América Latina, sólo en el 32,9% de los casos el ganador en primera vuelta perdió en el ballotage. Es aún menos frecuente la reversión del resultado en comicios presidenciales (26,7%). El estudio marca dos variables que garantizan, casi con certeza, una victoria en segunda vuelta al ganador de la primera contienda. En primer lugar, si su ventaja sobre el segundo es superior al 10%; en segundo, si el apoyo en primera vuelta supera el 40%. Las reversiones más frecuentes se dieron cuando la ventaja de la primera fuerza sobre la segunda fue menor a 10 puntos porcentuales. En esos casos, un 42,4% de los que finalizaron segundos en primera vuelta ganaron el ballotage. En cambio, cuando la diferencia del candidato más votado en primer término fue superior a 10 pp, la reversión fue de apenas un 15,1%. 

El estudio en cuestión se basa en el análisis de elecciones ejecutivas de Europa (22 casos) y América Latina (38 casos) y de subnacionales (gobernador) de Argentina (14 casos, 1983-presente) y Brasil (78 casos, 1994-presente). En elecciones presidenciales en América Latina, no hay casos en los que un candidato haya revertido una diferencia superior a 10 pp en segunda vuelta (recordemos el reciente caso del ballotage en Brasil que consagró a Jair Bolsonaro: 46,66% sobre 28,46% de Fernando Haddad en primera vuelta, 55,13% a 44,87% en segunda). En América Latina el candidato más votado en primera vuelta resultó electo en ballotage en un 76,3%; en Europa, la tendencia cede a un 68,2%. Recordemos lo que sucedió en Argentina en 2015: Daniel Scioli del FPV obtuvo en primera vuelta 37,08% de los votos, contra 34,15% de Macri; una brecha de 2,93 puntos porcentuales, lo que habilitaba la posibilidad de que se revirtiera el resultado (al ser menor a los 10 pp). En ballotage, Macri logró 51,34%, contra 48,66% de Scioli: una diferencia de 2,86 pp. Vale decir, casi igual a la de primera vuelta, pero en sentido contrario. Estadísticamente, con una diferencia menor a los 5 puntos en primera vuelta, casi puede decirse que las chances se reparten de manera simétrica para cada candidato en una proporción cercana al 50/50. 
Si observamos el resultado de la encuesta de Gustavo Córdoba y Asociados, vemos que esta se diferencia de otras anteriores por tres datos clave: 1) en primer lugar, en este caso Juan Urtubey mide mejor que Sergio Massa como precandidato de Alternativa Federal (ver datos arriba; click para agrandar); 2) en segundo término, el economista José Luis Espert alcanza 5% de intención de voto, junto con otros tres precandidatos que presumiblemente captan parte del caudal electoral permeable a Cambiemos, Ricardo Alfonsín (3,9%) y Alfredo Olmedo (3%). 3) en tercer término, CFK obtiene sobre Macri una ventaja de 7,7 puntos porcentuales (38,6% a 30,9%), estadísticamente significativa, dado que el error muestral es de +-2,83% (ver datos al inicio del posteo, click para agrandar). El resultado es casi un calco de la PASO del 2015, cuando el FPV alcanzó el 38,67% de los votos y la sumatoria de los tres precandidatos de Cambiemos (Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió) llegó al 30,12%. Se trata de un dato no menor, porque implica que la intención de voto de CFK ya estaría en el orden de magnitud de ese caudal histórico, según esta encuesta. 



Una diferencia de casi 8 puntos en primera vuelta es reversible, dado que está por debajo de los 10 pp y porque el apoyo a la primera minoría electoral es menor al 40% (aunque apenas menor). Aun así, el escenario de ballotage en esta encuesta resulta favorable a CFK: 41,1% a 36,6%, esto es, 4,5 pp, con 7,5% de voto en blanco y casi 15% de indecisos (ver datos arriba; click para agrandar). Vale decir, pasamos de una ventaja de 7,7 pp en primera vuelta a una de 4,5 pp en segunda, siempre a favor de la ex presidenta, sin reversión del resultado de acuerdo a estas proyecciones. 


Si comparamos estos datos con el ballotage según Ricardo Rouvier y Asociados (CFK 38,9%, Macri 37,9%, casi 5% no sabe y 18,4% ninguno; ver datos arriba, click para agrandar), tenemos apenas 1 pp de brecha contra 4,5 pp. Eso resulta consistente con la elección más competitiva que Rouvier mostraba en primera vuelta: 31,9% para la ex presidenta contra 28,1% para Macri, una ventaja de 3,8 pp (estadísticamente no significativa). 

Finalmente, la última encuesta de M&R/Query también arrojaba paridad en primera vuelta (29,1% y 28,4%, ver datos arriba, click para agrandar) y ballotage: 35,9% CFK y 35,3% Macri, con casi 29% de indecisos (ver datos abajo; click para agrandar), lo que refuerza la hipótesis de que diferencias estrechas en primera vuelta implican similar tendencia de cara a la segunda. 

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