Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
sábado, 16 de mayo de 2020
Efecto cuarentena en Córdoba: el impacto en la economía doméstica (2)
La actualización de tendencias sobre el tema cuarentena en Córdoba confirma el reconocimiento de los electores de la provincia respecto a la efectividad de la medida para frenar la pandemia: según la consultora Delfos, casi 90% considera que es efectiva (36% mucho y 53% bastante), vs apenas 9% que no la considera efectiva (7% poco y 2% nada; ver gráfica arriba; click para agrandar). La encuesta se basa en una muestra de 496 casos relevados en mayo de manera telefónica (vía sms -mensaje de texto- y CATI, es decir, asistida con encuestador), con un margen de error de +/-4,4%. Ese reconocimiento de efectividad del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) en torno al 90% se corresponde con una proporción similar que se inclinaba por la extensión de la medida después del mayo: 88% de acumulado, con un tercio que prefería la extensión de la cuarentena en las mismas condiciones en que se perfilaba antes del 10 de mayo, y un 54% que prefería extenderla para algunos grupos y actividades de riesgo y liberar al resto. Apenas 7% se pronunciaba en favor de levantarla totalmente y volver al ritmo normal de actividad, con 5% de ns/nc (ver gráfico abajo; click para agrandar).
Así, es visible cómo las dos variables replican el orden de distribución de respuestas favorables a la medida, con 34-36% de máxima intensidad y 53-54% de intensidad media (vs menos de 10% desfavorables). La serie longitudinal evolutiva muestra claramente cómo en el tiempo crece la respuesta a favor de una progresiva flexibilización de la medida, llegando a un pico del 54% en la medición más reciente (una suba de 8 puntos porcentuales), en tanto que la modalidad más estricta de cuarentena, luego de llegar a un pico del 46% en la última medición de abril, cede hasta el 34% en la primera de mayo (una baja de 12 pp); la respuesta de liberar la cuarentena se mantiene por debajo del 10% a lo largo de toda la serie (ver gráfico abajo; click para agrandar).
Para tomar un parámetro nacional de comparación, según la encuesta nacional de Rouvier & Asociados realizada entre el 25 de abril y el 3 de mayo, el 43,1% se muestra a favor de mantener la cuarentena (34% en Córdoba) y 50,5% de flexibilizarla (54% a nivel local), vs apenas 5,2% que se decanta por levantarla definitivamente (7% en Córdoba). Pese a los matices en los porcentajes, la distribución replica el 1-2-3 de ordenamiento de las preferencias. Este estudio nacional se realizó sobre una muestra de 1.200 casos relevados de manera telefónica, con un margen de error de +/- 2,8% (ver gráfico abajo; click para agrandar).
Las variaciones ilustran cómo las dificultades económicas asociadas a la medida, reconocida como exitosa en lo sanitario, comienzan a generar de manera creciente una actitud favorable a una flexibilización del ASPO. Algunas de esas dificultades se ponen de evidencia en la economía doméstica de los argentinos: la deuda total de las familias alcanzó 1,7 billones de pesos, afectando a 11,1 millones de hogares del país, que equivalen al 80,8% del total; el 15,5% no tiene deudas, y casi un 4% ns/nc (ver gráfico abajo; click para agrandar). El guarismo surge de cruzar los datos del Banco Central (BCRA) con una encuesta entre 5.890 hogares realizada por la consultora CERX entre el 17 y 24 de abril pasados. Según el relevamiento, en promedio cada familia adeudaba a esa fecha $ 149.406; ese monto no incluye los costos asociados a moras y retrasos, que fueron en incremento con los días en cuarentena y podrían hacer trepar en más de 50% el stock de deuda.
En el stock de deuda de las familias se reconocen dos grandes componentes: por un lado, la deuda "no bancaria", que desde CERX estiman en $ 503.574 millones (ver gráfico abajo; click para agrandar). Unos 10,8 millones de hogares tenían algún tipo de esas deudas al 24 de abril pasado (78,4% de los hogares del país). Dentro de esa deuda, lo más frecuente en abril fueron los atrasos en servicios como luz, gas, agua, teléfono, cable, internet o expensas, que afectaron al 70% de los hogares. Con una deuda promedio de $ 10.585 por familia, eso explicó el 20,3% de la deuda no bancaria ($ 102.207 millones). Claramente, este segmento de cuentas estuvo entre lo primero que se dejó de pagar con la crisis. El incumplimiento de impuestos es el segundo componente: 100.433 millones de pesos. Lo que más se dejó de pagar en abril fueron los impuestos inmobiliario y las patentes, que explican el 19,9% de la deuda no bancaria. Se estima que unos 6,3 millones de hogares adeudaban algún tributo (nacional, provincial o municipal) al 24 de abril, un promedio de $ 15.845 por hogar (muchas familias ya acumulaban deudas de ese tipo antes de la cuarentena; de ahí lo alto del stock). El tercer endeudamiento de magnitud fue el mantenido con prestamistas y financieras, estimado en $ 93.805 millones (18,6% de la deuda no bancaria). Afecta a casi 1,5 millones de hogares, con un monto promedio de $ 62.539 cada uno.
Otros ítems que conforman la deuda no bancaria familiar son gastos vinculados con el auto (seguro y cuota), con atrasos muy frecuentes en abril ($ 70.904 millones) deudas con familiares y amigos ($ 64.720 millones); alquileres impagos ($ 42.889 millones), educación (cuota de jardines, colegios y universidades principalmente, por $ 23.364 millones) y deudas directas con los comercios por ventas en la modalidad "fiado" ($ 5.251 millones); las más mencionadas fueron deudas con farmacias, almacenes, zapaterías y servicios profesionales. Finalmente, la deuda "bancaria" alcanzó, según datos del BCRA al 22 de abril pasado, $ 1.159.933 millones (casi $ 1,2 billones; ver gráfico arriba, click para agrandar)). Los principales componentes son: tarjetas de crédito y personales (un stock de $ 535.881 millones), préstamos personales ($ 404.919 millones) y créditos hipotecarios y prendarios. Según el BCRA, el 81% de los hipotecarios y el 63% de los prendarios van a familias y suman $ 218 mil millones.
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