Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
miércoles, 13 de mayo de 2020
Efecto cuarentena en Córdoba: el impacto en la economía doméstica (1)
Desde consultora Delfos encaramos una serie de mediciones indagando el impacto del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) en la economía doméstica de los cordobeses. Antes del último anuncio de extensión de la cuarentena por parte del presidente Alberto Fernández (con matices de acuerdo a la fase que transita cada zona geográfica), un 13% de los adultos cordobeses pensaba que su actividad en particular podía retornar plenamente, mientras que un tercio se inclinaba por un retorno parcial. Casi 30%, en cambio, creía que aún no debía volver por el riesgo de contagio, mientras que para el 20% la actividad había seguido normalmente, y el 6% ns/nc (ver gráfico arriba; click para agrandar). Así, un 46% planteaba la idea de un retorno a la actividad (con sus matices de pleno o parcial). El estudio se realizó a fines de abril sobre una muestra de 840 casos relevados de manera telefónica (por sms y CATI), con un error muestral de +/-3,4% para la provincia de Córdoba.
La progresiva necesidad de retorno a la actividad se articula con el cambio en la agenda de demandas. Al inicio de la cuarentena, el coronavirus era marcado como el principal problema para el 70%, mientras que en la última medición de ese mes bajó al 53% (una merma de 17 puntos porcentuales). La baja en la actividad económica, que preocupaba al 16% inicialmente, trepó al 29% (una suba de 13 pp), lo cual muestra una transferencia, si bien no lineal, fuerte entre una y otra. El podio de problemas se cierra con corrupción, un issue que se mostró estable en el mismo período (ver gráfico arriba; click para agrandar). Así, aunque el coronavirus sigue siendo percibido como el principal problema por más de la mitad de los electores cordobeses, va perdiendo peso, y crece la preocupación por la baja actividad económica.
El impacto del Covid-19 también se puede mensurar en la variable ingresos. A una proporción de los cordobeses que va del 46% al 43%, el coronavirus le achicó o recortó ingresos, mientras que a una proporción entre el 27% y el 31% lo dejó sin ingresos; alrededor del 20% no vio afectación (ver gráfico arriba; click para agrandar). Si bien se trata de variaciones estadísticamente no significativas dentro del mismo mes, conforme la cuarentena se estira en el tiempo, la economía doméstica se ve más comprometida y tiende a demandar una mayor flexibilización en términos de retorno progresivo a la actividad (pleno o parcial), como lo vimos en la primera variable analizada.
Ese dato puede compararse parcialmente con una referencia nacional del mismo mes (ver gráfico arriba; click para agrandar): según Opina Argentina, el 49% de los argentinos sufrió una disminución muy grande de sus ingresos (similar al promedio del 45% que reporta un achicamiento o recorte en Córdoba) y el 21% no vio una afectación (similar al promedio de 19,6% que dice lo mismo a nivel local). La tercera alternativa de respuesta en el estudio realizado sobre una muestra nacional de 1.470 casos no tiene comparativo en Córdoba.
Finalmente, la afectación también se visualiza al indagar la posibilidad de que los hogares puedan tener dificultades para afrontar los gastos y compromisos económicos durante el mes de mayo. Un 43% vio eso como muy probable y casi 30% como probable, de lo que resulta una afectación acumulada del 72%. En cambio, un 19% lo vio como poco probable y 9% como nada probable (ver gráfico arriba; click para agrandar). En resumen, 7 de cada 10 cordobeses pueden tener dificultades económicas para hacer frente a sus gastos mensuales, lo que no es un dato menor, ya que va tensionando el difícil equilibrio entre el cuidado sanitario que demanda el Covid-19 (y el impacto económico que generaría una escalada de la pandemia) y los daños en el tejido productivo que genera a su vez la cuarentena. Es un hecho que aquellos países con cuarentenas menos estrictas o sin cuarentenas efectivas están sufriendo no sólo altas tasas de contagios y muertos por millón de habitantes, sino también desplomes de la actividad económica: en EE.UU, el PBI cayó 4,8% en el primer trimestre de 2020, mientras que en el Reino Unido cedió 2%, en lo que es la mayor caída desde 2008.
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