En las últimas semanas, Mauricio Macri levantó su perfil con un raid de entrevistas y el lanzamiento del libro Primer Tiempo. ¿Cómo impacta ese reposicionamiento en el tablero del PRO, una de las patas principales de la coalición opositora Juntos por el Cambio? Según el promedio de las últimas 10 encuestas nacionales, la imagen positiva del ex presidente es de 28,1%, versus una negativa de 68,4%. Haciéndose eco de las recientes novedades, la consultora Rouvier & Asociados fue más allá de su imagen y midió entre el 19 y el 24 de marzo pasados su caudal electoral potencial: un 24,6% dijo que lo votaría, un poco menos que el promedio de su imagen positiva (3,5 puntos porcentuales, una diferencia estadísticamente no significativa), mientras que 68,5% no lo votaría, lo que coincide con el promedio de su imagen negativa; casi 7% no sabe (gráfico arriba). Así, Macri logra fidelizar el caudal que obtuvo en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de agosto de 2015 (24,5%), pero se ubica sensiblemente por debajo (casi 16 puntos porcentuales) del que alcanzó en la elección general de octubre de 2019: 40,28%. El informe de esa consultora detectó que el voto potencial a favor de Macri decae conforme desciende el nivel socioeconómico de los electores: así, logra su mejor performance en la clase alta y media alta (40,4%), pero desciende a casi el 33% en la clase media, mientras que toca piso en la baja, donde apenas roza el 16% (gráfico abajo).
Dado que Macri fue el primer presidente argentino derrotado al buscar su reelección, no existen antecedentes en nuestra historia para ponderar qué chances de retorno al poder podría tener. Observando el techo electoral que muestra la encuesta de Rouvier, el único remotamente comparable es el del recientemente fallecido Carlos Menem, que si bien logró exitosamente su reelección en 1995, cuando en 2003 volvió a candidatearse alcanzó 24,5% de los votos en primera vuelta (casi idéntico al resultado de Macri en el estudio citado). Así, Menem desistió de competir en el ballotage, lo cual consagró a Néstor Kirchner, el segundo más votado por entonces, con 22,3%. Así, el techo electoral potencial del ex presidente hace que cobre el interés por dos figuras del PRO que también tienen un alto perfil en los últimos meses, como Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Según la encuesta más reciente de Clivajes Consultores a nivel país, el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) aventaja en imagen positiva a la ex ministra de Seguridad: 46,1% a 24,5%, respectivamente. La brecha a favor del primero es nítida, de 21,6 puntos porcentuales; asimismo, Larreta tiene menos imagen negativa (36,5% vs 56%, respectivamente), lo cual lo pone en una posición competitiva mejor que la titular del PRO en la variable imagen (gráficos arriba y abajo).
Rodríguez Larreta también aventaja a Bullrich en la variable de liderazgo opositor deseado, donde alcanza 37,2% vs 19,8%; en el mismo estudio también supera a otros referentes del PRO, como Macri (13,2%) y María Eugenia Vidal (9,7%), además de alejarse de cambiemitas de otros espacios como Martín Lousteau (8,4%), Elisa Carrió (5,3%) y Alfredo Cornejo (3,8%; gráfico abajo).
¿Qué sucede en CABA, bastión del PRO? Según la encuesta más reciente de Proyección Consultores en ese distrito, el jefe de gobierno roza el 53% de imagen positiva vs casi 33% de negativa en la ciudad que administra (gráfico abajo).
En cambio, el mismo informe arroja que la imagen positiva del ex presidente alcanza el 37%, vs una negativa de 54,5% (gráfico abajo).
En el mismo estudio, la imagen positiva de Bullrich es de 42,3%, contra una negativa de 46,4% (gráfico abajo).
En el caso de Vidal, se invierten los guarismos: su imagen positiva es de 46,2%, contra una negativa de 42,1% (gráfico abajo).
En síntesis, el repaso de encuestas muestra que Horacio Rodríguez Larreta tiene ventaja en términos de imagen en CABA y liderazgo opositor preferido a nivel nacional respecto a los demás referentes del PRO con los que compite en los estudios citados. Sin embargo, Macri, Bullrich y Vidal cuentan con una posibilidad que Larreta no tiene: pueden ser candidatos en el turno electoral de 2021, en tanto que el jefe de gobierno puede ser armador y referencia pero no integrar las listas, habida cuenta de que tiene mandato por cumplir en su distrito hasta 2023. Así, si alguno de sus contendientes se decide a jugar en los comicios de medio término de este año podría obtener un resultado que lo posicione competitivamente para el premio mayor, es decir, una precandidatura presidencial hacia el 2023.
https://www.cba24n.com.ar/opinion/la-disputa-en-el-pro-en-las-encuestas_a606335324cb69f7ae259e1c8
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