A fines de 2022, la vicepresidenta Cristina Fernández planteó que el contexto proscriptivo en su contra desde el Poder Judicial la hacía desistir de participar en el turno electoral de este año. En ese momento, la consultora D´Alessio/IROL midió las primeras repercusiones de ese anuncio: 17% de los electores a nivel país consideró que eso le deba más competitividad al peronismo, para poco más de la mitad quedaba igual de competitivo y 28% consideraba que podía mermarla (gráfico arriba). La mayor preocupación se daba al interior del Frente de Todos (FDT): 41% de sus votantes en 2021 creían que eso podía mermar el caudal del oficialismo, mientras que 45% que no esperaba cambios. Dentro de Juntos por el Cambio (JXC), casi 60% consideraba que el peronismo seguía igual de competitivo sin ella y 23% que podía mermarla, mientras que tres de cada cuatro libertarios consideraban que la competitividad no sería afectada (gráfico abajo).
Según el mismo estudio, 42% veía probable que ante esa situación surgieran en el peronismo figuras más competitivas, vs 55% que lo creía poco o no definitivamente (gráfico abajo).
En este caso, el mayor optimismo acumulado se veía al interior del FDT: 53% de las opiniones. Dentro de JXC, apenas 36% creía lo mismo, y sólo el 21% de los libertarios (gráfico abajo).
Sin embargo, por ese entonces apenas 26% de los electores pensaba que CFK se mantendría firme en su postura, vs 61% que creía susceptible un cambio ante un “operativo clamor” (gráfico abajo).
Dentro del FDT, 52% creía que la vicepresidenta mantendría su postura, pero 4 de cada 10 veían posible un cambio; en tanto, dentro de los votantes opositores de JXC casi 8 de cada 10 pensaban que ella podía revisar su posición, misma proporción que entre libertarios (gráfico abajo).
Más recientemente, en febrero pasado, la consultora Escenarios también sondó el tema a nivel nacional: casi 33% de los electores se identificó con la frase de que el anuncio de CFK le impactó mucho pues hubiera querido votarla, mientras que casi 56% dijo que no tuvo impacto pues no pensaba hacerlo (gráfico abajo). El primer guarismo se ubica en el orden de magnitud del caudal aproximado que alcanza el FDT con ella como figura competitiva en el promedio de las últimas 10 encuestas, lo que da cuenta de la relativa vitalidad del oficialismo pese a la crisis de coyuntura.
Según el mismo estudio, 26,1% de los electores creía que la vicepresidente mantendría su postura, contra casi 52% que no (gráfico abajo).
En abril pasado, cuando el presidente Alberto Fernández anunció que no sería candidato, D´Alessio/IROL volvió sobre el mismo tema: aunque 6 de cada 10 electores creían que CFK no se presentaría, casi un tercio aún pensaba que sí. Dentro del FDT 42% sostenía esa creencia, contra 50% que se pronunciaba en contrario. En tanto, entre los votantes opositores, incluidos los de JXC y libertarios, predominaba la negativa (gráfico abajo). La persistencia de la esperanza de que podía reconsiderar su decisión permite entender cómo el “operativo clamor” ha podido sostenerse tantos meses después de su primer anuncio.
En ese marco, casi 6 de cada 10 electores consideraban que dentro del FDT competirían varios candidatos distintos en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), mientras que casi 4 de cada 10 creían en una candidatura de unidad; independientemente del color político, en todos los casos la idea de candidato único era minoritaria (gráfico abajo).
Finalmente, la encuesta nacional de Federico González & Asociados cerrada la semana pasada indagó los sentimientos asociados a la decisión de la vicepresidenta: casi 38% se inclinó por alegría, 29,3% por alivio y 19,4% por indiferencia; fuera del top 3, le siguen tristeza con 10%, desilusión roza el 8%, desamparo ronda el 6% y sorpresa roza el 5%, con casi 14% de ns/nc (gráfico abajo). Así, los sentimientos con una resonancia emotiva cercana al pesimismo alcanzan casi 24%, guarismo que se ubica en el orden de magnitud del núcleo duro kirchnerista, que sostiene la aspiración de que ella sea candidata a contrapelo del contexto. En este marco se recrea la expectativa política respecto al discurso de CFK en el acto previsto para este 25 de mayo, dado que el rol de la vicepresidenta como “gran electora” dentro del oficialismo puede hacer una diferencia de cara al armado para las PASO de agosto.
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