viernes, 19 de noviembre de 2010

Europa desmonta el Estado de Bienestar


Así como en EE.UU el Tea Party es la respuesta política conservadora a la crisis, del otro lado del Atlántico se percibe un auge de partidos populistas, xenófobos y nacionalistas, beneficiados por la ola reaccionaria que generó la debacle económica. Con una línea discursiva hostil a los inmigrantes y el multiculturalismo en general (y muy agresiva contra el Islam en particular), cada vez más gobiernos se inclinan hacia la derecha para captar votos en un contexto de creciente descontento del electorado, muy receptivo a esos mensajes por influjo de la crisis y la incertidumbre

Recientemente, la premier alemana Angela Merkel planteó "el fracaso de la sociedad multicultural en Alemania": “a principios de los años 60 nuestro país convocaba a los trabajadores extranjeros para venir a trabajar a Alemania y ahora viven en nuestro país (...) Nos hemos engañado a nosotros mismos. Dijimos: 'No se van a quedar, en algún momento se irán'. Pero esto no es así (...) esta perspectiva de una sociedad multicultural, de vivir juntos y disfrutar del otro ha fracasado, fracasado totalmente”. Merkel aludió al escaso interés de los inmigrantes por integrarse sentenciando que “quien no aprenda inmediatamente alemán, no es bienvenido”... . Sus palabras generaron críticas de intelectuales, quienes replicaron que mientras Europa permanezca impasible ante su "suicidio demográfico" (en referencia a su casi nula tasa de natalidad y acelerado envejecimiento) esos son discursos inútiles, pues es una certeza matemática la necesidad de inmigrantes.

En Suecia, las últimas elecciones legislativas arrojaron por primera vez el ingreso al Parlamento de los ultraderechistas Demócratas de Suecia (DS), con 5,7% de los sufragios, éxito electoral que se sumó al de los xenófobos en Holanda en junio de 2010 y Hungría en abril. La ultraderecha también integra el gobierno italiano de Silvio Berlusconi (sumido en crisis) y los parlamentos de Austria, Bulgaria, Letonia y Eslovaquia. El discurso anti-inmigración de los partidos de ultraderecha y algunos gobiernos conservadores es más intenso en países con menor incidencia de extranjeros: es el caso de Finlandia, donde la extrema derecha obtuvo más del 10% de los votos en las elecciones de junio pasado, pese a que en ese país nórdico sólo el 2,7% de la población es inmigrante. En Francia, el gobierno de Nicolás Sarkzoy ha apostado fuerte a la expulsión de gitanos, pero en ese país apenas viven unos pocos millares de personas de esa comunidad, una incidencia mínima en una nación de 63 millones de habitantes.

Para peor, las recetas económicas aplicadas en muchos países europeos parecen anunciar mayores penurias económicas, lo que puede exacerbar aún más la ola reaccionaria. El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha advertido que España "puede entrar en una espiral de la muerte" comparable a la que condujo a Argentina a la crisis de 2001: "la preocupación proviene de que se está propagando una ola de austeridad por Europa, que alcanza incluso las costas de Estados Unidos. Con tantos países reduciendo su gasto público de manera prematura, la demanda internacional se va a reducir y el crecimiento se desacelerará, hasta quizás provocar una nueva recesión", afirma Stigliz en su nuevo libro Freefall (Caída libre). El ex economista jefe del Banco Mundial alerta que la reducción del gasto público por parte de España causará probablemente una nueva alza de su tasa de desempleo, lo que desacelerará su economía y aliviará poco su situación presupuestaria.

Recientemente, el gobierno español presentó el presupuesto más austero de los últimos años, apuntando a lograr equilibrio fiscal y proteger al país de las turbulencias que lo vienen afectando en los últimos meses. Simultáneamente, la agencia de calificación financiera Moody's anunció la rebaja de la nota de la deuda a largo plazo de España, de "AAA" (su nivel máximo) a "AA1", debido al "deterioro considerable de su solidez financiera". Entre 2007 y 2009, el gasto público español pasó de representar el 39,2% del PBI al 46%, la cifra más alta en los últimos 14 años.

El primer ministro español Rodríguez Zapatero ha llevado adelante varias remodelaciones de su gabinete, pero a menos de año y medio de las próximas elecciones generales las encuestas sitúan muy por delante al opositor Partido Popular de centroderecha en la intención de voto. A Rodríguez Zapatero lo critica desde la derecha, por no adoptar "recetas lo suficientemente duras como para dinamizar la economía" y también desde la izquierda, por seguir los lineamientos del Fondo Monetario Internacional y encarar reformas del Estado de Bienestar como el sistema de pensiones y los convenios laborales, que implican pérdidas de prestaciones y ayuda social para gran parte de la sociedad.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 1 de cada 5 españoles está en la pobreza (20,8% del total de la población, un incremento de 1,3 puntos respecto a 2009.) Además, hay más de 4,6 millones de desempleados y 3 de cada 10 hogares tienen dificultades para llegar a fin de mes. Asimismo, aumentó del 4,7 al 7,5% el número de hogares que tienen retrasos a la hora de pagar gastos relacionados con la casa como la hipoteca, el gas o la luz. Encuestas publicadas en los últimos días muestran que la mayoría de los trabajadores españoles considera que conservar su puesto de trabajo es su principal preocupación, una tendencia que cambió en los dos últimos años, cuando la prioridad era el salario: según se desprende del Barómetro Edenred-IESE 2010 de Clima Laboral, la mayor inquietud del 45% de los asalariados es mantener su empleo, aunque para el 39% la remuneración siga siendo su primera preocupación. Fuera del trabajo, la preocupación se centra también en la falta de dinero, que es la principal inquietud del 26% de los encuestados.

Uno de los principales problemas estructurales de España es la falta de dinamismo, productividad y competitividad del sector privado (a excepción de ciertas áreas, como las telecomunicaciones). En ese marco, la reforma laboral (aprobada por el Congreso en septiembre, que será reglamentada recién en marzo de 2011) sigue suscitando polémica: mientras los sindicatos se niegan a acatarla y ya han anunciado un nuevo paro general para diciembre, algunos economistas insisten en que la medida
es insuficiente. Por caso, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) publicó recientemente un informe muy crítico sobre la reforma laboral y el plan económico del Gobierno, en el que pronostica cinco años de estancamiento económico para España (según el Boletín Económico de octubre del Banco Central de España, la economía española se estancó en el tercer trimestre de 2010, arrojando un crecimiento nulo).

En Francia, el presidente Nicolás Sarkozy (elegido por una fuerza de centroderecha) enfrentó varias semanas de masivas protestas y paros en contra de su controvertida reforma previsional que retrasa de 60 a 62 años la edad jubilatoria. Por su parte, el Gobierno de Irlanda está manteniendo conversaciones preliminares con las autoridades económicas de la Unión Europea para un eventual plan de rescate financiero del país. La cifra que se baraja está entre los €60.000 millones y los €80.000 millones (Grecia recibió un paquete de € 110.000 millones). De aplicarse, Irlanda seguirá la misma senda de ajuste y recortes que llevó adelante el país helénico.

El Reino Unido acaba de confirmar en estas semanas un drástico recorte de empleos públicos: su ministro de Finanzas, George Osborne, avanza en un plan para eliminar 490.000 puestos de trabajo en el sector público en cuatro años, como parte de un programa de recorte de gastos por 80.000 millones de libras (125.000 millones de dólares). Los economistas británicos dividen opiniones: algunos sostienen que esa drástica medida es necesaria para salir de la crisis, en tanto que otros señalan que podría llevar al Reino Unido de vuelta a la recesión.

Como sea, se trata del mayor ajuste en ese país desde la Segunda Guerra Mundial, y ha desatado protestas multitudinarias contra el gobierno del primer ministro David Cameron. Grupos de estudiantes llegaron a tomar la sede del Partido Conservador, furisos por el aumento de las tasas universitarias como consecuencia de los recortes del gasto público. Estudiantes y profesores protestaron porque las tasas universitarias, que hace un decenio no existían, se elevan ahora a 3.700 libras y pueden llegar a nueve mil libras anuales (10.500 euros), de acuerdo con los planes de la coalición de conservadores y liberales británicos. El gobierno británico también prevé recortar los subsidios de desempleo.

En este contexto, parece un chiste de mal gusto el último anuncio del gobierno británico: medir la felicidad nacional, algo que el primer ministro conservador Cameron había propuesto en su campaña electoral. Para dimensionar el bienestar de los habitantes se prevé una encuesta nacional con el objetivo de incorporar "nuevos indicadores" más allá de los tradicionales datos económicos, como el nivel de ingresos. “Ha llegado la hora de que admitamos que hay más cosas en la vida que el dinero y ha llegado la hora de que nos centremos no sólo en el PBI, sino en la felicidad general”, manifestó Cameron.

2 comentarios:

  1. Sobre la delicada situación española, te agrego una noticia de hoy: España pagó hasta un 90% más para financiarse, pues colocó este martes más de 3.000 millones de euros (4.000 millones de euros) en Letras a 3 y 6 meses. Las turbulencias financieras que golpean a los países de la periferia de la zona euro obligaron a una fuerte alza en los rendimientos. La tesorería estatal adjudicó 2.091,47 millones de euros en Letras a tres meses, pese a una demanda de 4.896,47 millones de euros, con una tasa marginal del 1,870 %, casi el doble del 0,974 % de la anterior subasta del 26 de octubre.
    A 6 meses de plazo, colocó 1.164,59 millones de euros, frente a una demanda de 3.080,59 millones, con una rentabilidad del 2,260% comparado con el 1,298 % de la emisión del pasado 26 de octubre. El objetivo del Tesoro era colocar entre 3.000 y 4.000 millones de euros en esta subasta. Cunden las dudas sobre la solvencia de los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España).

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  2. Gracias, Anónimo! A propósito de los PIGS (*), Portugal y España salieron a asegurar que no necesitan “ningún tipo de rescate”, asegurando que sus sistemas son sólidos y que están cumpliendo con los planes de ajuste.
    Ambos estados están en el foco de especulación tras lo que viene sucedido con Irlanda, que oficializó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) para activar un plan de rescate por u$s 120 mil millones para su quebrada economía.

    Tratando de diferenciarse, Portugal y España sostienen que sus sistemas financieros son sólidos y están cumpliendo con estrictos plan de ajuste para contener el déficit. Pero apenas las declaraciones tomaron estado público los mercados comenzaron a caer, lo que indica que el salvataje a Irlanda no ha aventado los temores a un efecto dominó.
    Las reacciones anticipadas de Portugal y España tienen sentido: después del rescate a Grecia, en mayo, y ahora a Irlanda, esos dos países europeos están bajo asedios y presiones de los especuladores.

    (*) “PIGS” (“cerdos”, en inglés), es un acrónimo formado por las iniciales de los países y usado peyorativamente por los medios ingleses para referirse a las economías europeas que eran “ejemplares” y ahora están al borde de la bancarrota. Al principio la “I” era de Italia, pero con el tiempo fue reemplazada por Irlanda.

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