miércoles, 17 de agosto de 2011

Primarias en una segunda lectura


De la victoria del FPV bajo el liderazgo de Cristina -y la figura de Néstor Kirchner ya en la categoría de mito- cabe retener algunas claves:

1) superó su registro victorioso del 2007 (si bien habrá que esperar a octubre para poder hacer una comparación realmente lineal, ya que esta vez fue una primaria y hace 4 años una elección general).

2) con la excepción de San Luis (que le permitió al candidato presidencial Alberto Rodríguez Saá ufanarse de ser el único que la venció, al menos en su bastión), Cristina se impuso incluso en las provincias que llevaban candidatos a la presidencia: en Chubut duplicó a la fórmula Eduardo Duhalde-Mario Das Neves (con el plus de que el gobernador saliente de esa provincia fungía de candidato a vice) y hasta se dio el lujo de batir al candidato presidencial del socialismo, Hermes Binner, en su propia provincia.

3) en la provincia de Buenos Aires cosechó más del 53% y su aliado Daniel Scioli (46,91%) barrió a Francisco de Narváez (16,77%), el vencedor de Néstor Kirchner en las aciagas legislativas del 2009 (resultado que en su momento lo consagró en la escena política nacional y alimentó incluso una ambición presidencial).

4) pero la candidata oficialista también se impuso en Capital y en Córdoba, rompiendo con el prejuicio de que su victoria dependería principalmente de su suerte en el territorio bonaerense (en las provincias chicas, tal como sucedió en 2007, literalmente arrasó). Lo categórico del triunfo alimenta la invención del "cristinismo" como etapa superior del kirchnerismo (alimentando así una discusión permanente sobre hasta dónde ambos son modalidades específicas del peronismo en el nuevo siglo y hasta dónde han cobrado una relativa autonomía de esa tradición y herencia política).

5) Cristina también logró profundizar la brecha con el segundo: en 2007, había aventajado a Elisa Carrió por unos 23 puntos, duplicándola en votos. Esta vez, el segundo (el escrutinio definitivo deberá decir si fue Ricardo Alfonsín o Eduardo Duhalde) quedó a 37 puntos porcentuales de distancia, con lo que la presidenta casi que cuadruplicó a su inmediato perseguidor.

6) el esperado "corte de boleta" que los popes del PJ le harían a Cristina -en la interpretación de los analistas, en represalia por el protagonismo otorgado a La Cámpora en las listas- no llegó en estas primarias (y, con este resultado puesto, difícilmente alumbre en octubre).

7) en cambio, la tijera sí resultó impiadosa con los opositores: en provincia de Buenos Aires, Francisco de Narváez como candidato a gobernador de UDESO capturó un 6% de votos más que el candidato presidencial Ricardo Alfonsín (a quien le llueven facturas por parte de los radicales que siempre vieron en el acuerdo con el empresario una alianza contra-natura) y Eduardo Duhalde se despegó por 5 puntos de su postulante bonaerense, Eduardo Amadeo (8,82%).

8) quedan flotando algunas preguntas: ¿hubiera cambiado algo la suerte de la elección si Alfonsín sostenía una alianza con Binner en lugar de forzar el entendimiento con de Narváez? Lo cierto es que en su momento esa ruptura le costó a la UCR no sólo un pobrísimo resultado ya en la elección de gobierno en Capital Federal; la floja performance se reiteró en la primaria del domingo, con la UCR en el quinto lugar, por detrás de Alberto Rodríguez Saá. Para peor, en provincia de Buenos Aires, el centro de su estrategia, Alfonsín sufrió el corte de boleta en muchísimos distritos donde había acordado con intendentes de peso local. Hermes Binner, el candidato presidencial del Frente Amplio y Progresista, consideró que el radicalismo "se ha equivocado" en su alianza con Francisco De Narváez: "hay sumas que restan, no todo vale, no todo es lo mismo, no todo se compra ni se vende. Hay sumas que restan y hay restas que suman. Los ideales y las propuestas son las que tienen que guiarnos, y hay que tenerlas en cuenta a la hora de construir una propuesta creíble para la gente".

9) si la problemática política de alianzas llevada adelante por Alfonsín le salió por la culata, no es menos cierto, sin embargo, que la estrategia aislacionista de otros opositores sepultó de manera contundente sus chances: es el caso del Proyecto Sur de Pino Solanas (su candidata Alcira Argumedo no podrá competir en octubre por no haber alcanzado el piso necesario de votos) y de la diputada de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien del 14% de los votos en la presidencial del 2003 trepó al 23% en 2007, para ahora derrumbarse apenas por encima del 3%. Se trata, y eso también es emblemático, de dos dirigentes opositores al kirchnerismo que, con el resultado puesto, evidentemente tienen mucha más presencia mediática que incidencia electoral real.

10) ¿ayudó al FPV la crisis que vive el mundo? Para los kirchneristas, la sociedad apoyó un modelo político y económico que ofrece más certezas que las alternativas (difusas o poco consistentes) enarboladas por la oposición. Pero el "relato" del gobierno acerca de las bondades de su "modelo" también resulta más creíble en el actual contexto de crisis "neoliberal", ya que la prédica opositora acerca de la necesidad de "integrar a Argentina al mundo" se choca con las noticias que muestren que "ese mundo", ofrecido como receta, hoy vive las vicisitudes que Argentina ya sufrió hace una década. "¿A ese mundo nos quieren integrar?" es la réplica del kirchnerismo al discurso opositor. Como sea, parece que la nueva ola de la crisis global llegó en el peor momento para la oposición, pues los votos de las primarias ratifican la continuidad de la conducción en un contexto de incertidumbre externa.

4 comentarios:

  1. Creo que los resultados de estas elecciones son producto de varios factores, muchos de los cuales Ud ha mencionado en esta publicación. A mi entender, el factor más importante, pero no el único, fue la falta de un modelo alternativo al del gobierno. Quizas Hermes Binner es quien puede haber propuesto un modelo distinto, pero aún no tiene una estructura de poder conformada a nivel nacional. Considero que estos resultados más que un triunfo del oficialismo fue un rotundo fracaso de la oposición.....

    Saludos profe, nos vemos el sabado

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  2. Respecto de la pregunta pienso que una "alianza" en un contexto de efervescencia electoral podría ser interpretada como simple suma de las partes o síntoma de desesperación. Un electorado con manos de tijera que ha sido protagonista de la última elección no come vidrio y sabe que la consigna es desplazar al oficialismo, y aunque la distancia política entre Binner y De Narváez sea considerable, no creo que Alfonsín hubiera alcanzado un hipotético 30% de subirse encima del santafesino (porque estas alianzas en desesperación no son más que improvisadas pirámides humanas para buscar algo en la parte de arriba de la alacena). "No todo vale" como dice Binner, experiencias pasadas nos han enseñado a diferenciar 'apilamiento' de 'construcción'.

    Santiago

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  3. Gracias por sus aportes! Raúl, creo que es cierto que la oposición no pudo plantear un esquema alternativo superador (y consistente) al oficialismo. Santiago, coincido en que las alianzas de cúpula no determinan necesariamente el comportamiento del elector y que la suma aritmética de oferta electoral no es lineal. Saludos!

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  4. el electorado esta cansado de ver a todos los políticos desfilar por los medios de comunicación criticando sin propuestas superadoras, pero también es necesario reconocer que las Alianzas no hubieran sido, a mi humilde entender, la salvación de los opositores y así lograr la derrota del oficialismo.
    En la historia Argentina las alianzas políticas no muestran resultados positivos, no olvidemos lo que sucedió con Ortiz y Castillo allá por el 38 o mas cercano el caso de Dela Rúa y Chacho Alvarez, entre otros. Pero también me resulta interesante marcar los fracasos de las alianzas que al momento de su conformación se definen como "anti", por tal motivo y situada en el escenario político de la actualidad me pregunto: ¿llamar (por parte de toda la oposición) a formar una alianza "antikirchnerista" serviría para gobernar o solo quedaría en una estrategia electoral?...

    María de los Angeles G.

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