miércoles, 1 de febrero de 2012

Un cambio de paradigma mundial (3)


Hay otras tendencias recientes que muestran que América Latina dentro de los emergentes muestra un dinamismo económico destacado e inédito en las últimas décadas, mientras que por el contrario los países desarrollados son focos de incertidumbre, como se ha puesto de manifiesto incluso en el Foro de Davos (Suiza) donde esta vez la región fue prácticamente puesta como ejemplo de estabilidad macroeconómica.

Por ejemplo, según el Barómetro Global de Optimismo (realizado Ibope en conjunto con WIN-Gallup Internacional) las perspectivas económicas y de bienestar general a nivel global para 2012 son de las más pesimistas de los últimos 35 años: el 34% de la población mundial consideró que este año será peor que 2011 en cuanto a las perspectivas económicas y de bienestar general, en tanto que el 30% se mostró esperanzado. "Esto indica que la esperanza neta mundial ha caído a 4 por ciento, 6 puntos por debajo, respecto del 2 por ciento del año precedente", puntualizó el informe.

Según la medición, el pesimismo sobre las perspectivas económicas es liderado por Europa (en plena crisis actual) y seguido por América del Norte (las últimas cifras de EE.UU muestran una tímida recuperación, pero aún no está claro si es sólida). Francia (donde Sarkozy acaba de anunciar una suba del IVA y marcha detrás de su contendiente socialista en las encuestas para la elección presidencial) tiene una expectativa neta de -80 por ciento. Le sigue Irlanda (-68 por ciento); Bélgica y Austria (-54 por ciento); Serbia (-50 por ciento); España (-47 por ciento); Alemania (-39 por ciento); y Italia (-30 por ciento); y Estados Unidos (-21 por ciento).

Sin embargo, Latinoamérica como región mostró un optimismo relativo a contrapelo de la tendencia general: de acuerdo al sondeo, el país más optimista de Latinoamérica es Colombia, donde el 42% de los encuestados proyecta un escenario positivo, mientras que un 14% espera un panorama negativo, por lo cual el índice de optimismo promedio se ubicó en +28%. La misma encuesta arrojó que Argentina figura entre los países con expectativas levemente optimistas: el 34% de los argentinos consultados estimó que 2012 será un año de prosperidad económica, frente a un 33% que opinó lo contrario, y un 30% que cree que se mantendrá estable, con lo cual la expectativa neta es de +1.
Sin embargo, hay que considerar que el núcleo de naciones con expectativas positivas está mayormente compuesto por países de ingresos per cápita más bajos (entre ellos Nigeria, Vietnam, Ghana y Uzbekistán).

Dicho estudio también midió un índice de bienestar, que indaga acerca de las perspectivas personales, estados de ánimo, la satisfacción de necesidades básicas, la participación ciudadana y la percepción acerca de la conflictividad social. Con respecto al bienestar, 35% de la población mundial muestra signos de confianza frente a un 28% que es pesimista. En este sentido, en la Argentina el 56% de los encuestados cree que 2012 será un mejor año.

A tono con el pesimismo reinante a nivel general, otro estudio (la 15° Encuesta Anual Global que elabora Price Waterhouse Coopers International) arrojó que sólo el 15% de los CEOs (líderes ejecutivos corporativos) cree que la economía mundial mejorará en 2012, mientras que casi la mitad (48%) de los 1.258 participantes de la encuesta prevé que la economía global decaerá aún más en 2012 y un 34% sostiene que permanecerá igual que el año pasado.

Sin embargo, el informe destaca que la confianza en una mejora de los ingresos de las compañías es mayor que en 2009 (año de pleno impacto de la crisis detonada en 2008 con la caída de Lehman Brothers) y que más de la mitad de los consultados tiene previsto aumentar la dotación del personal de su organización en 2012. En el análisis por región, el mayor descenso de la confianza a corto plazo se registró en Europa Occidental (en la misma línea que el estudio anterior, lo que habla de la fuerza de la crisis): sólo un cuarto de los CEOs europeos expresó que está ‘muy confiado‘ en que aumentarán los ingresos de su compañía, bastante por debajo del casi 40% que manifestó lo mismo el año pasado. Se destaca también el quiebre de la confianza de los CEOs de Alemania, que cayó 32 puntos porcentuales en el último año.

Entre las principales preocupaciones de los CEOs se destacan la incertidumbre del crecimiento económico (80%), las respuestas de los gobiernos referidas al déficit fiscal y al endeudamiento (66%), la inestabilidad de los mercados de capitales (64%), la volatilidad del tipo de cambio (58%) y la sobrerregulación (56%).

Culminamos la entrada anterior reflejando algunos riesgos presentes en las últimas medidas de política económica argentina frente al contexto global. Significativamente, en los últimos días economistas canadienses hicieron observaciones en ese sentido, no enfocadas directamente en Argentina, sino respecto a la región y en particular a Brasil: dijeron que Latinoamérica está bastante aislada de las repercusiones de la crisis financiera europea, pero advirtieron que "posibles errores en política" económica en países como Brasil pueden dañar su crecimiento.

Durante una conferencia organizada por el Consejo Canadiense para las Américas (CCA) bajo el título de "Perspectivas para Latinoamérica en 2012", Jonathan Hausman, vicepresidente de Mercados Emergentes del Fondo de Pensiones de los Profesores de Ontario (uno de los mayores fondos de pensiones de Canadá) afirmó que el riesgo de "posibles errores de política económica" en Brasil es real. "Algunas de las políticas de Brasil son muy arriesgadas (...) algunas de las medidas proteccionistas que se plantea Brasil para proteger su industria manufacturera apuntan a una tendencia preocupante". Como vemos, la misma observación que se hace respecto de la política del gobierno argentino en ese sentido, lo que muestra que nuestro país no es el único en esa senda.

Por su parte, John Price, director gerente de Americas Market Intelligence, dijo que la dependencia de Latinoamérica con respecto a Europa se ha reducido en los últimos años gracias al aumento del comercio interregional y a que el mayor riesgo para los países latinoamericanos es que la crisis europea afecta a China. Esto es un elogio implícito, pero la región (y nuestro país) no deberían perder de vista el riesgo de "primarizar" su perfil económico para atender la demanda china, sino mantener la apuesta por diversificar la producción y agregar cada vez más valor agregado y exportaciones industriales.

1 comentario:

  1. Aporto nota publicada hoy en Ámbito, donde un industrial paulista no sólo "elogia" a Moreno (y con él a los controles de importación) sino donde también cuentan que Brasil implementó hace un año un instrumento similar a la Declaración Jurada de Importaciones que estableció recientemente el gobierno argentino.

    «Yo al que quiero importar es al secretario de Comercio, Moreno. Ojalá tuviéramos uno así en Brasil». Con este exabrupto de sinceridad, ayer el titular de la poderosa Federación de Industrias de San Pablo (FIESP), Paulo Skaf.

    (...) Desde temprano ayer Skaf escuchó las principales inquietudes y preocupaciones, que en realidad son más bien temores, de los empresarios brasileños que operan en el país sobre la nueva normativa para importar.

    (...)

    La plana mayor de Economía se ocupó de Skaf y de los miedos de los empresarios brasileños sobre la nueva Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI) y luego pusieron el acento en la necesidad de equilibrar el déficit bilateral y en actuar frente a enemigos comerciales comunes. Quedó claro que hay un problema común que son los excedentes de Europa y los dumping (comerciales, financieros y sociales) de China. Sobre este eje es que se comprometieron a actuar conjuntamente. Pero respecto de las medidas de restricciones a las importaciones el mensaje fue que no había marcha atrás pero, de todos modos, no había de qué preocuparse. A Skaf sólo le quedó señalar a la prensa que la «reunión había sido muy constructiva» y que «había que tener paciencia y ver cómo evolucionaban las medidas que recién entraron en vigencia». Es más, por la tarde a Skaf le explicaron funcionarios y empresarios argentinos con los que visitó la planta bonaerense del autopartista Taranto en Villa Elisa que Brasil había implementado un mecanismo similar a la DJAI hace más de un año, que son las licencias no automáticas para importar que actúan como permisos de preembarque y que en general tardan unos 15 días en tramitarse. «Nosotros padecemos hace más de un año y medio estas licencias preembarque, ya nos acostumbramos, fue toda una gimnasia, ahora les toca a ustedes», le dijeron sin tapujos sus colegas argentinos.

    Para Skaf el Gobierno de Cristina de Kirchner tiene al «Messi» del comercio administrado, como le gusta decirle Giorgi a sus pares brasileños cuando debaten sobre las medidas proteccionistas de la Argentina. Lo cierto es que el titular de la FIESP, tras digerir los encuentros oficiales, hizo terapia durante la visita a Taranto (que no fue casual, la Argentina tiene un déficit con Brasil de u$s 3.200 millones sólo en este rubro) y no tuvo empacho en decirle al reducido grupo que lo acompañaba que «sería bárbaro tener un Moreno en Brasil, eso es lo que necesitamos». Mientras debatía los cortocircuitos bilaterales inspiró y lanzó: «¡Al que quiero importar es al secretario Moreno!», lo cual arrancó varias sonrisas entre los presentes. Ocurre que además de las medidas argentinas, los brasileños se han despachado con el primer déficit comercial en enero pasado desde 1973. Las directrices que emite Moreno en pos del modelo kirchnerista y la industria nacional son música para los oídos de los industriales paulistas, sobre todo en estos momentos. Ya le reclaman al Gobierno de Dilma Rousseff que actúe. «El Gobierno no puede seguir quieto. Nuestra capacidad de generar empleos está en riesgo», alertó Skaf.

    (...) Cabe recordar que el Gobierno de Rousseff ya anticipó que en marzo lanzará un paquete proexportador. Lo que no se conoce es si tendrá sesgo proteccionista o incentivador vía exenciones y desgravaciones impositivas.

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