Veíamos en las entradas recientes que todas las encuestas realizadas en la estratégica provincia de Buenos Aires arrojaban como resultado un horizonte amenazante para el oficialismo, rezagado ante el Frente Renovador y/o el Frente para la Victoria en diversos escenarios medidos de cara a las elecciones primarias del 2017. En ese marco, el último estudio de la consultora González y Valladares confirma que la lista de favoritos para la antesala de esas legislativas de medio término es encabezada en ese distrito por el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, con el 23,4% de intención de voto, seguido por Margarita Stolbizer del GEN (14%), Elisa Carrió (Coalición Cívica/Cambiemos), con 13,9%), Florencio Randazzo del FPV (12,5%) y Jorge Macri (PRO/Cambiemos), con 7,9%, quien, al parecer, perdería además si enfrentara en internas a la líder de la Coalición Cívica. En este sentido, el estudio de GyV aparece alineado con las tendencias generales que venimos revisando.
Asimismo, esta encuesta también converge con los estudios más recientes en confirmar que campea un fuerte malestar sobre la situación económica del país: el 52% de los bonaerenses la califica como “mala”, mientras que un 28,7% opina que no es “ni buena ni mala” y apenas un 17% lo hace positivamente. Con respecto a las expectativas para dentro de un año, el 47% cree que la situación será “mejor”, el 37% “peor” y el 11% “igual”, con lo cual existe un margen de crédito abierto o esperanza futura, que sin embargo, como se advierte, hoy no tiene tracción electoral, puesto que el oficialismo perdería provincia de Buenos Aires con los números que arroja GyV (y la mayoría de los demás estudios oportunamente citados) si se votara ahora en el enclave territorial que concentra 38% de los electores a nivel nacional, incluso en un escenario de peronismo dividido. En la nota que citamos en el post anterior, Ámbito expuso este punto clave con claridad meridiana. “El macrismo apuesta a dividir al PJ lo que luce, a priori, como un parche: Alfonsín le ganó en el 85 a dos peronismos divididos que, juntos, habían sumado más votos. Dos años después, el PJ lo derrotó en la provincia. Sumados (matemática que no es rigurosa en política pero sirve como registro) el FR y el PJ/FPV vencen en todos los escenarios a Cambiemos y sumadas las ofertas individuales de Massa, Daniel Scioli y Florencio Randazzo, ocurre lo mismo”.
Con todo, lo más preocupante para el gobierno no es la foto actual de una elección para la que falta casi un año, tiempo en el que las tendencias electorales pueden modificarse: lo crítico resulta que esa foto es la traducción preelectoral de una coyuntura en la que se acelera la convergencia de las variables políticas con las socioeconómicas en un cóctel desfavorable al oficialismo. La encuesta de GyV muestra una correspondencia entre una intención de voto desfavorable a Cambiemos y una sensación de malestar mayoritaria (52%). Hasta el momento, la legitimación política del oficialismo se ha basado fuertemente en dos elementos principales: por un lado, las expectativas futuras, que todavía arrojan un crédito abierto, pero que se agota progresivamente conforme corre el tiempo y no aparecen señales de mejora. Por otro, la diferenciación respecto al gobierno anterior, dimensión en la cual el malhumor con la última gestión de Cristina Fernández le ha permitido a la presidencia de Mauricio Macri compensar o amortiguar el malestar que su propio programa de gobierno viene generando. El problema es que esta dinámica de legitimación tiene un horizonte temporal acotado y, centralmente, que la elección de medio término que se avecina no se puede ganar con malhumor proyectado hacia la oposición si la gestión del oficialismo no es capaz de crear bienestar. Traducido: a mediano plazo, sólo el bienestar puede contrarrestar el malestar.
En esta línea, la funcionalidad del argumento de la “pesada herencia” recibida comienza a mostrar señales de agotamiento. La percepción de la sociedad en relación al rumbo de la gestión de Macri comienza a cambiar y ya son más los que consideran que el país está padeciendo medidas de ajuste evitables. Según el más reciente sondeo nacional realizado por la consultora Ibarómetro, el mes de agosto marcó un quiebre en este aspecto: el 49% expresó que el país vive "un ajuste que podría haberse evitado" (un guarismo que está en el orden de magnitud del voto que cosechó el FPV en el ballotage del 22-N, que fue del 48,66%), en tanto que un 42% sigue sosteniendo que es fruto de la "herencia del Gobierno anterior" (esto es, bien por debajo del 51,34% logrado por Macri en aquella elección). En comparación con la anterior medición de esa consultora, realizada en junio pasado, la percepción de "ajuste" subió 4 puntos, en tanto que la de "herencia" decayó 8 puntos (una variación estadísticamente significativa). En tanto, quienes dijeron no saber si fue una u otra alternativa ascendieron de 5 a 9 puntos (ver datos arriba; click para agrandar).
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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todas las encuesta paso tienen un error terrible que no preguntan con las candidatos finales cual seria el resultado , si queda carrio como candidata de cambiemos suma todos los que tenia en el frente y hay que ver que pasa con stolbizer , yo veo esa encuesta y veo que el no pj tiene 35 puntos de una , seria interesanta analizar que los votos de stolbizer no fueron nunca a massa el ejemplo es la elecciones del 2013 cuando entre las paso y generales saco lo mismo mientras que a los demas candidatos opositores les bajo el caudal ya que se desplazaron a massa
ResponderEliminar¡Hola Rodrigo, muchas gracias por tu aporte! Por metodología, todas las encuestas son una foto del momento (no se puede saber qué pasará dentro de un año). En ese marco, es técnicamente válido indagar escenarios alternativos para las primarias, tanto como testear qué podría pasar en la elección general. Respecto a la sumatoria de precandidatos acumulada en un ganador, siempre hay que ser prudente, más allá del frente que se trate. De todos modos, seguramente volveremos sobre estos temas. ¡Saludos, si te interesa podés sumarte como miembro a la comunidad del blog o buscarme en twitter y nos seguimos por allí!
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