El estudio de Rouvier y Asociados que muestra a la imagen
presidencial perforando el 50% de positiva en la provincia de Buenos Aires (46,7%, contra 48,9%)
también muestra otro dato preocupante para el presidente Mauricio Macri de cara al próximo
año electoral. La medición de intención de voto de julio para senador nacional
en esa provincia arroja que Sergio Massa, del Frente Renovador, alcanzaría un
25,2%; Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, llegaría al 20,6%; en tercer
término se ubicaría el ex ministro del anterior gobierno, Florencio Randazzo,
también del FPV, con 18,3%. Recién en cuarto lugar aparece una figura
de Cambiemos, si bien un tanto díscola dentro del frente: Elisa Carrió, de
Coalición Cívica, con 12,8%. En quinta posición se ubica Margarita Stolbizer, del
GEN, con 8,6%, seguida por otra figura del FPV, el ex precandidato a gobernador Julián Domínguez, con 8,2% (ver
datos arriba; click para agrandar).
Se trata de una encuesta
telefónica realizada del 4 al 8 de julio sobre 800 casos,
con un error muestral de +-3,4% y un nivel de confianza de 95,5%. Claramente,
es la foto de un momento particularmente crítico y no una proyección de lo que
sucederá (falta más de un año para esos comicios). Aun con esos matices, compone un
cuadro preelectoral amenazante para el presidente Mauricio Macri, por las
siguientes razones: primero, existe la posibilidad de que en las elecciones en
ese estratégico distrito compitan varios ex candidatos presidenciales, varios
de ellos medidos en este escenario electoral. Massa viene de hacer buenas
elecciones en las presidenciales de 2015 y ganó la provincia en las
legislativas de 2013; Scioli ganó la presidencial de 2015 en ese distrito,
tanto en las primarias como en primera vuelta e incluso en el ballotage que consagró a Macri presidente.
En segundo lugar, ambos dirigentes, uno del espacio del peronismo disidente y el otro del frente FPV/PJ, lideran
la pelea mayor (la ventaja de Massa sobre Scioli es apenas estadísticamente
significativa: 4,6 puntos porcentuales, con un error muestral de +- 3,4%). Ambos
le sacan una ventaja apreciable a la única figura cercana al actual gobierno medida
en esta grilla, la también ex candidata presidencial (hasta las PASO, donde fue
derrotada por Macri) Elisa Carrió. Otra ex candidata presidencial, Stolbizer,
también retiene un caudal de votos por fuera del espacio panperonista que limita el despliegue electoral
de Cambiemos, el cual queda acotado a un magro 13%. Eso implicaría una catástrofe electoral de proporciones para el oficialismo, dado que provincia de Buenos Aires es el distrito de mayor gravitación política a nivel
nacional (cerca del 38% del total).
Ese 13% se queda aún más corto al observar que la grilla medida por Rouvier presupone un escenario de fragmentación electoral que a
priori se pensaría como el más conveniente para Cambiemos, dado que los candidatos del espacio panperonista (PJ,
peronismo disidente y FPV) aparecen compitiendo entre sí. El panorama empeora si se considera
el caudal agregado de las figuras ligadas o cercanas al FPV (Scioli, Randazzo y
Domínguez), con lo cual ese acumulado trepa al 47,1%. Esto sugiere que un escenario de peronismo
unido podría representar una coalición opositora formidable para el oficialismo. Aun más grave, la hipótesis (si bien menos probable) de un frente más amplio junto al massismo
podría elevar ese caudal hasta un 72,3%. Con todo, es necesario remarcar que se
trata de un escenario medido a la distancia (a más de un año de los comicios
efectivos, y a aproximadamente un año de las primarias), que seguramente está
traduciendo en un ensayo electoral una coyuntura atravesada por la
contracción económica y el tarifazo en
los servicios públicos, efectos que sin duda hoy están operando como bisagra en
las tendencias, pero que pueden modificar su impacto en el tiempo de aquí a las
elecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario