jueves, 4 de agosto de 2016

Bisagra en la opinión pública (2)

El estudio de Rouvier y Asociados que muestra a la imagen presidencial perforando el 50% de positiva en la provincia de Buenos Aires (46,7%, contra 48,9%) también muestra otro dato preocupante para el presidente Mauricio Macri de cara al próximo año electoral. La medición de intención de voto de julio para senador nacional en esa provincia arroja que Sergio Massa, del Frente Renovador, alcanzaría un 25,2%; Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, llegaría al 20,6%; en tercer término se ubicaría el ex ministro del anterior gobierno, Florencio Randazzo, también del FPV, con 18,3%. Recién en cuarto lugar aparece una figura de Cambiemos, si bien un tanto díscola dentro del frente: Elisa Carrió, de Coalición Cívica, con 12,8%. En quinta posición se ubica Margarita Stolbizer, del GEN, con 8,6%, seguida por otra figura del FPV, el ex precandidato a gobernador Julián Domínguez, con 8,2% (ver datos arriba; click para agrandar).
Se trata de una encuesta telefónica realizada del 4 al 8 de julio sobre 800 casos, con un error muestral de +-3,4% y un nivel de confianza de 95,5%. Claramente, es la foto de un momento particularmente crítico y no una proyección de lo que sucederá (falta más de un año para esos comicios). Aun con esos matices, compone un cuadro preelectoral amenazante para el presidente Mauricio Macri, por las siguientes razones: primero, existe la posibilidad de que en las elecciones en ese estratégico distrito compitan varios ex candidatos presidenciales, varios de ellos medidos en este escenario electoral. Massa viene de hacer buenas elecciones en las presidenciales de 2015 y ganó la provincia en las legislativas de 2013; Scioli ganó la presidencial de 2015 en ese distrito, tanto en las primarias como en primera vuelta e incluso en el ballotage que consagró a Macri presidente.
En segundo lugar, ambos dirigentes, uno del espacio del peronismo disidente y el otro del frente FPV/PJ, lideran la pelea mayor (la ventaja de Massa sobre Scioli es apenas estadísticamente significativa: 4,6 puntos porcentuales, con un error muestral de +- 3,4%). Ambos le sacan una ventaja apreciable a la única figura cercana al actual gobierno medida en esta grilla, la también ex candidata presidencial (hasta las PASO, donde fue derrotada por Macri) Elisa Carrió. Otra ex candidata presidencial, Stolbizer, también retiene un caudal de votos por fuera del espacio panperonista que limita el despliegue electoral de Cambiemos, el cual queda acotado a un magro 13%. Eso implicaría una catástrofe electoral de proporciones para el oficialismo, dado que provincia de Buenos Aires es el distrito de mayor gravitación política a nivel nacional (cerca del 38% del total).
Ese 13% se queda aún más corto al observar que la grilla medida por Rouvier presupone un escenario de fragmentación electoral que a priori se pensaría como el más conveniente para Cambiemos, dado que los candidatos del espacio panperonista (PJ, peronismo disidente y FPV) aparecen compitiendo entre sí. El panorama empeora si se considera el caudal agregado de las figuras ligadas o cercanas al FPV (Scioli, Randazzo y Domínguez), con lo cual ese acumulado trepa al 47,1%. Esto sugiere que un escenario de peronismo unido podría representar una coalición opositora formidable para el oficialismo. Aun más grave, la hipótesis (si bien menos probable) de un frente más amplio junto al massismo podría elevar ese caudal hasta un 72,3%. Con todo, es necesario remarcar que se trata de un escenario medido a la distancia (a más de un año de los comicios efectivos, y a aproximadamente un año de las primarias), que seguramente está traduciendo en un ensayo electoral una coyuntura atravesada por la contracción económica y el tarifazo en los servicios públicos, efectos que sin duda hoy están operando como bisagra en las tendencias, pero que pueden modificar su impacto en el tiempo de aquí a las elecciones. 

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