viernes, 13 de enero de 2017

El plexo de tendencias de cara al test electoral del 2017 (3)


Recordemos nuestra premisa analítica principal (explicitada oportunamente por el consultor Carlos Fara): a mediano y largo plazo, los efectos socioeconómicos son los que construyen las tendencias de opinión pública, más allá de los vaivenes de la coyuntura. En ese marco, resulta pertinente evaluar cómo esos efectos se traducen en las percepciones y actitudes para completar esta serie de entradas introductoria al año electoral en curso. Para ello, tomaremos los datos de la más reciente encuesta nacional realizada en diciembre pasado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), la consultora que dirige el sociólogo Roberto Bacman, basada en una muestra total de 1.200 personas que respeta  las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y lugares de residencia y realizada en la semana en la que Mauricio Macri cumplía su primer año como presidente. 

Según el estudio, 7 de cada 10 electores (69,6%, ver datos arriba; click para agrandar) califican como negativa la situación económica del país y apenas un 28,5% la califica como positiva (guarismo que está en el orden de magnitud de los votos que obtuvo Macri en las primarias de agosto de 2015, 24%). En la misma línea (¿coincidencia o potencial regularidad estadística?), 7 de cada 10 argentinos consideran que o Macri no cumple nada o cumple muy poco las promesas electorales (25,8% cree que cumple mucho o bastante, lo que, nuevamente, está en el orden de magnitud de los votantes de Macri en las PASO). Asimismo, un 60% considera que ya se agotó el discurso que achacaba los problemas actuales a la “pesada herencia”. En ese marco, al cumplirse un año de gobierno la aprobación de Mauricio Macri cayó 13 puntos comparada con la que tenía un año atrás, de acuerdo a esta encuesta. 

Lo que Macri tiene todavía a su favor son las expectativas, pues se mantiene relativamente elevada la proporción de ciudadanos que piensa que las cosas van a mejorar y que hay que tener paciencia. Sin embargo, esa expectativa también aparece en descenso y el cierre del año 2016 arrojó un panorama de malhumor social muy presente (ver datos abajo; click para agrandar), con una franja (que es la primera minoría) que se siente preocupada (38,8%), sectores en los que aparece nítido el malestar (no ya sólo malhumor social: el sentimiento de bronca suma 13,4% y el de miedo 6,4%). En síntesis, hay un pesimismo mayoritario (58,6%) que obliga a distinguir la expectativa (muy atravesada por pensamiento desiderativo y por el sentimiento de esperanza) de la confianza, algo que está en crisis (sólo 11,3% se identifica con ese sentimiento), no sólo a tenor de estos datos anímicos y sociopolíticos sino de la caída del consumo general que arrojan todos los datos duros (tanto oficiales como privados), lo que habla de un consumidor/elector golpeado y asustado. 

Según Roberto Bacman, director del CEOP, “la esperanza, que se había instalado con gran firmeza un año atrás, en la actualidad, de alguna u otra manera, está puesta en tela de juicio. Se percibe en los sentimientos de los encuestados. Cuando les preguntamos qué sensaciones o sentimientos les despierta la actual situación del país, el 60% se volcó a sentimientos negativos: casi el 40% habló de preocupación, 13% de bronca y hasta hay un 6% que tiene miedo. En una dimensión un poco menos negativa, pero no tanto, está el 14% que siente incertidumbre. Del otro lado, entre los que tienen sensaciones positivas, hay una franja mucho más chica, del 24%, que está optimista, confiada o tranquila”. Nuevamente, ese 24% está en el orden de magnitud de los votos que Macri obtuvo en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de agosto de 2015, por lo que se puede entender que ese es el núcleo duro de adherentes.




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