La gestión del presidente Mauricio Macri terminó diciembre de 2016 con sólo el 36% de opiniones favorables en Córdoba Capital, el distrito en el que más votos recogió como candidato a presidente (74,9% en el ballotage ). Los datos (click en la imagen para agrandar) muestran que hoy su calificación positiva está en un orden de magnitud de la mitad del acompañamiento que tuvo en la segunda vuelta, mientras que el primer nivel de malestar (imagen regular) trepa al 36% (tanto como la positiva) y la negativa alcanza el 26%. Se trata del registro más bajo de imagen positiva en Córdoba de todo el año y 25 puntos porcentuales por debajo del inicio de 2016, cuando Macri tenía 61% de imagen positiva; la negativa, en tanto, es la más alta en el mismo lapso (a principios de 2016 era de sólo 11%).
“El primer año de gestión el que parece marcar a los períodos presidenciales, al menos a los que se sucedieron en los últimos 20 años de democracia. Particularmente, en la suerte con la que corren para las elecciones legislativas de medio término o la posibilidad de dar continuidad al mismo signo político en el poder. Esta conclusión surge de un análisis de datos históricos de encuestas realizadas bajo la misma metodología en la ciudad de Córdoba por la Consultora Delfos, durante los mandatos de Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Mauricio Macri. En todos los casos, se utilizaron muestras probabilísticas, polietápicas por conglomerados poblacionales, entre vecinos mayores de 18 años y contacto domiciliario. El primer dato a destacar es que, cuando la evaluación de gestión de su primer año de gobierno no superó los 40 puntos de opinión positiva, los oficialismos perdieron o lograron una escasa primera mayoría en los comicios de medio término o de recambio presidencial siguientes. Cristina Fernández, quien marcó ese guarismo (40%) en diciembre de 2011, vio cómo su fuerza fue derrotada en Provincia de Buenos Aires y obtuvo un magro 33,6% en 2013. Peor suerte corrieron Carlos Menem y Fernando de la Rúa, quienes en diciembre de 1996 y diciembre de 2000 obtuvieron 13 por ciento de opiniones favorables, respectivamente, y perdieron las elecciones”, apunta Luis Dall´Aglio, director de Delfos.
Si esta teoría se confirma, el magro dato de imagen positiva de Macri (36%) sugiere que Cambiemos tendrá problemas para imponerse en los comicios de octubre de este año. Por el contrario, cuando el presidente en ejercicio terminó el primer año por encima del 40%, el oficialismo pudo sortear las elecciones legislativas de medio término sin sobresaltos, como sucedió en el 2005, cuando el Frente para la Victoria obtuvo el 40% de los votos, con el antecedente de que Néstor Kirchner había marcado el valor más alto del período analizado: cerró en mayo de 2004 (había asumido el 25 de mayo de 2003) con un 47% de imagen positiva.
Está claro que no hay un efecto lineal entre imagen positiva y voto ni tampoco entre el orden distrital y los resultados a nivel del agregado nacional, pero los datos tienen, aún así, interés ilustrativo. Por otro lado, confirman el desgaste del oficialismo que ya veíamos en un post del mes de diciembre de 2016, a un día de que se cumpliera el primer año de gobierno Cambiemos y con datos de una encuesta provincial de diciembre. Decíamos por entonces “el segundo semestre de mejoría que el gobierno de Cambiemos prometió y no se produjo impactó en la evaluación de gestión de la presidencia de Mauricio Macri: en Córdoba, la imagen positiva de la gestión presidencial alcanza el 38%. Casi la misma proporción de cordobeses (36%) tiene una opinión regular de ella, mientras que un 25% tiene una opinión francamente negativa de la gestión Macri”. Con los datos de cierre de diciembre, el desgaste se profundizó, ya que la positiva cayó al 31%, la regular se mantuvo en 36% y la negativa trepó a 29%. Así, hay un empate técnico entre la imagen favorable y la desfavorable, dado que la brecha de 2 puntos porcentuales entre ambas no es estadísticamente significativa.
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