En la entrada anterior analizábamos una convergencia en la caída de los índices de Confianza del Consumidor (ICC) y de Confianza en el gobierno (ICG). El ICG se confecciona con base en una encuesta de 1.200 casos que se presenta en una escala que varía entre un mínimo de 0 y un máximo de 5. En la última medición, el ICGH tocó su valor piso en lo que va de la gestión de Mauricio Macri (ver datos arriba; click para agrandar), pero más que ese dato aislado lo que resulta clave es cómo ambos índices fueron aproximándose.
Ese desgaste en la confianza en el gobierno acompasado con el empeoramiento de las expectativas económicas también había sido advertido oportunamente por el periodista Marcelo Zlotogwiazda al comparar el Índice de Optimismo que elabora Management & Fit con el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella. En ese marco, “la comunidad que consume y que vota” (como reza nuestra premisa de análisis) viene mostrándose bastante más pesimista que el año pasado y ese deterioro del humor social se plasmó tanto en las cuestiones políticas que mide el Índice de M&F como en el que elabora la UTDT, confirmando que el malestar socioeconómico fue impregnando las evaluaciones políticas y que la convergencia de esas dimensiones complica al oficialismo. Esto confirma la línea interpretativa de que gran parte del “aguante” a la gestión Cambiemos pasaba por las expectativas a futuro (“segundo semestre”) y el contraste con el pasado, más que por los beneficios (poco tangibles) del cambio en la situación presente (con especial vulnerabilidad en el flanco económico).
Ya en el segundo semestre “que no fue” del 2016 se había visto una fuerte caída en las expectativas, que las acercó a la magra percepción del presente (apenas 30,1 en la medición que Zlotogwiazda tomó como referencia). En tanto, la variable Nivel de Vida Alcanzado bajó de 50,7 en abril de 2016 a 41,6 al cierre del período analizado. En esa caída del Índice de Optimismo Político incidieron la disminución de las expectativas tanto como la evaluación sobre la situación actual. En el período analizado, el componente del índice que más cayó fue la apreciación sobre la eficiencia del gasto público, que bajó 25 puntos porcentuales hasta 35,8. También descendió 17,8 puntos la opinión sobre la gestión general de Gobierno (hasta 28,1), y la percepción respecto a la fortaleza del liderazgo presidencial (cedió 16 puntos hasta 33,1). La imagen de la honestidad del Gobierno acompañó la misma tendencia declinante (de 49,9 en abril del año pasado a 36,5). Teniendo en cuenta las encuestas preelectorales que venimos viendo en provincia de Buenos Aires, no sorprende que en el Gran Buenos Aires se detecte un pesimismo mayor que en el resto del país: los dos índices de optimismo se ubicaron unos 4 puntos debajo del promedio nacional y los habitantes de GBA puntuaron su nivel de vida en 35,2, es decir 6,4 puntos menos que el total nacional. En sentido contrario, los porteños se mostraron algo más optimistas que en el resto del país (lo cual también puede ayudar a explicar por qué allí las encuestas favorecen a Cambiemos por diferencias en torno a los 20 puntos porcentuales sobre el kirchnerismo).
“El deterioro del humor social también queda en evidencia en el Índice de Confianza del Consumidor que elabora el Centro de Investigaciones en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, que en junio fue de 42 en una escala 0-100 con una fuerte caída del 8,1 por ciento respecto del mes anterior. La comparación con un año atrás da como resultado un descenso del 1,2 por ciento, aunque la comparación con junio de 2015 muestra una baja del 16,8 por ciento. No hay duda de que alguna correlación existe entre los niveles de optimismo y confianza y la intención de voto, aunque la medida de esa causalidad sólo va a poder conocerse la noche en que se abran las urnas”, evaluó Zlotogwiazda. De todas las variables medidas en el período de referencia, sólo una se ubicó por encima de 50 en la escala 0-100: expectativas sobre el ingreso. En cambio, la variable con peor resultado fue la expectativa sobre precios. Con todo, según el periodista, aunque valores del orden de 30 o 40 en una escala 0-100 no son números altos, “hay que tener en cuenta que porcentajes de ese orden bien pueden alcanzar para ganar una elección legislativa”. Sin embargo, dos datos recientes encienden luces amarillas: el primero, que la expectativa sobre el ingreso no se corresponde con la realidad de la coyuntura: la semana pasada, el Ieral de Fundación Mediterránea reveló una caída real de la masa salarial de 3,3% en el primer semestre de 2017. El segundo, que la expectativa pesimista sobre precios sí se vio confirmada por una floja performance del gobierno nacional en materia de control de la inflación, ya que el alza de precios acumulada en el primer semestre ascendió al 11,8%. Para julio, las estimaciones giran en torno al 2%, lo cual implicaría unos 14 puntos de inflación en los primeros siete meses del año (tornando así inviable el cumplimiento del objetivo oficial de 17% para todo el 2017).
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
lunes, 31 de julio de 2017
Confianza en el Gobierno y Confianza del Consumidor en clave electoral (1)
La última vez que hubo una elección de medio término así de reñida en provincia de Buenos Aires fue en 2009, cuando Francisco de Narváez (opositor) se impuso a Néstor Kirchner y Daniel Scioli del FPV (este último, como candidato “testimonial” por su buena imagen como gobernador de la provincia) por 34,7% a 32,2%. ¿Es posible que CFK sea este año la opositora que se imponga al oficialismo en las PASO (el resultado en octubre es un albur) por una diferencia similar a la del 2009 (es decir, en torno a los 2 puntos)? Algunos elementos de contexto alimentan esta especulación. Recientemente, el periodista Ernesto Tenembaum apuntó que en el primer semestre del 2017 la confianza del consumidor cayó un 8,5%, ubicándose así al mismo nivel que el peor momento de los 12 años kirchneristas, precisamente cuando Francisco de Narváez derrotó a Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires por 2,5 puntos porcentuales. La ventaja que muestra el promedio de las encuestas a favor de CFK sobre Cambiemos resulta consistente con ese antecedente. “El Índice de Confianza del Consumidor está en los niveles más bajos desde principios del 2003, compitiendo de igual a igual con lo que sucedía en 2009”, remarcó Tenembaum (ver datos arriba; click para agrandar).
Al mismo tiempo, la Confianza en el Gobierno cayó 9,5%, lo que alimenta la hipótesis de complicación en las perspectivas electorales del gobierno de Cambiemos, puesto que ambos indicadores convergen en lugar de mantenerse separados, como sucedió durante mucho tiempo de la gestión de Mauricio Macri. “Lo lógico es que las expectativas dependan de la situación actual de la persona encuestada. Si a alguien le va bien, es razonable que crea que todo va a mejorar, o viceversa. Sin embargo, en la era macrista las curvas se separaron de manera muy tajante. La mayoría de los argentinos estaban mal pero creían en el futuro: las expectativas buenas convivían con una realidad angustiante. Y de eso se derivaba la buena imagen del Gobierno: era quien podría solucionar los problemas del presente. Eso parece haber cambiado en los últimos meses. Se habría terminado ‘el aguante’, para usar un término del sociólogo Eduardo Fidanza. Las expectativas bajaron abruptamente y, con ella, la imagen del oficialismo", evaluó Tenembaum.
Como dato consuelo para el oficialismo, Tenembaum evaluaba que el nivel de Confianza en el gobierno se situaba en un lugar promedio entre el que tenía Cristina cuando ganó con el 54% y cuando Daniel Scioli fue derrotado fue derrotado en segunda vuelta por Mauricio Macri. “Dado que Cambiemos no aspira a obtener grandes mayorías, ese dato puede ser definitorio en los próximos meses”, apuntaba. Sin embargo, en la última medición el ICG volvió a caer, marcando el mínimo histórico en lo que va de la gestión Macri. Así, alcanzó un valor de 2,24 en julio, con un descenso de 1,9% en el último mes y una caída interanual de 17%, si bien se ubica un 24% por encima del nivel observado en el último mes del gobierno de CFK. ¿Podrá Cambiemos capitalizar ese contraste? "Al votar, las personas evalúan la gestión de un Gobierno. Es raro que voten al oficialismo porque se opone al Gobierno anterior. En ese razonamiento están los límites de la estrategia anticristinista. Tal vez, a último momento, Cristina vuelva a juntarle votos a Macri. Pero el Gobierno debería dar razones positivas para votarlo y la percepción de que eso ocurra cae abruptamente en las últimas mediciones”, apuntaba Tenembaum.
viernes, 28 de julio de 2017
PASO en PBA: mediciones con polarización y empate técnico
Mientras la medición de CEOP que citamos en el post anterior arroja que CFK aventaja a Bullrich por casi 4 puntos porcentuales (33,5% a 29,8%, una diferencia estadísticamente no significativa) y la de Analogías por lista muestra una diferencia de 3,5 puntos porcentuales (34,8% a 31,3%), otras encuestas muestran escenarios aún más apretados y en la zona del empate técnico (considerando el error muestral). Así, según la consultora Synopsis, CFK alcanza 32,5% de intención de voto, contra 30,1% de Esteban Bullrich, 18% de Sergio Massa, 5,6% de Florencio Randazzo y 4,2% de Néstor Pitrola. En tanto, un sondeo de Opina Argentina muestra una contienda más cerrada aún. Este estudio se basó en una muestra de 2.017 casos en Primera Sección, Tercera Sección, Bahía Blanca, La Plata,Mar del Plata, San Nicolás, Tandil, Olavarría, Chivilcoy, 9 de Julio, Chascomús, Bolivar, Coronel Pringles, General Pinto, Dorrego, Carlos Casares, Urdampilleta, General Guido, Pila y Las Violetas. La metodología utilizada para relevar datos fue mixta: encuestas telefónicas a hogares (con sistema IVR) y coincidentales en Gran Buenos Aires (GBA). Los resultados fueron 33% para CFK, 32% para Bullrich, 17% para Massa, 6% para Randazzo y 4% para Pitrola.
Otras tres mediciones también muestran un panorama polarizado y de empate técnico entre la candidata del Frente de Unidad Ciudadana y el de Cambiemos. Veamos: según PollData, CFK alcanza 28,4% y Bullrich 27,5%, con Massa en 21,5% y Randazzo en 7%. La consultora Taquion, que trabaja con la Universidad Abierta Interamericana y la firma Axonier, relevó entre el 28 de junio y el 2 de julio la tendencia electoral sobre una muestra de 1.605 casos, con un margen de error de +- 2,4%. Los resultados fueron 34,8% para CFK, 33,2% para Bullrich, 17,7% para Massa, 4,6% para Randazzo y 2,2% para Pitrola. En tanto, según OPSM, CFK alcanza 33,4%, Bullrich 31,9%, Massa 19,4% y Randazzo 7,4% (la medición más alta para el ex ministro de todas las que revisamos hasta ahora). Esta encuesta se basó en una muestra de 1.000 casos, todos mayores de 16 años, de ambos sexos, en condiciones de votar. Se relevaron en 35 localidades de la provincia de Buenos Aires, distribuidas en los tres cordones del Conurbano y el Interior, con un margen de error de +/- 3,1% (ver datos arriba; click para agrandar).
Aunque sus guarismos son similares a los de los cuatro estudios que citamos aquí, el consultor Enrique Zuleta Puceiro, director de OPSM, plantea una mirada alternativa más allá de las cifras: según él, no existe un escenario de polarización porque "hay terceras opciones que vienen creciendo (…) La elección no se ha polarizado, hay un 25% del electorado que está votando a las terceras opciones que vienen creciendo. Massa pasó en los últimos 15 días de un 16 a un 19% y Randazzo de un 4% a un 7,4%”, indicó el consultor, quien agregó que “con los mismos votos CFK mejora el porcentaje frente a Bullrich que desciende porque Cambiemos llevaba 36 a 30, para cuando confirmaron los candidatos con la posibilidad de la despolarización de la mano de Massa y Randazzo”. Zuleta Puceiro admitió que “tiende a haber dos grandes fuerzas dominantes pero que no van a polarizar”, y explicó que CFK dice "no me voten a mí, vótense ustedes" y el oficialismo decidió no polarizar porque hizo una mala evaluación al creer que presentándose como "somos eficientes, hacemos las cosas, decimos la verdad, la gente los iba a votar y no es así, la gente no le cree a los políticos sino que vota con otras consideraciones". Respecto al apoyo al gobierno, el analista remarcó que “hay un 60% de la población que quiere un cambio que tiene que ver con la apertura económica, con la competitividad, con innovación, con reformas estructurales en salud, tributarias (…) “no me parece que Cambiemos haya podido expresar esa agenda en los hechos, por lo que la gente sigue queriendo esa salida, pero no tiene en claro que el gobierno sea la garantía de que eso fuera a ocurrir”.
La encuesta de OPSM también brinda algunos datos clave sobre la percepción de la coyuntura: en ese marco, 43,2% de cada 10 bonaerenses tienen una mirada negativa sobre la situación actual (24,3% cree que las cosas van “mal” y 18,9% que van “muy mal”), contra apenas 18,2% que tienen una mirada positiva (17,6% las ve “bien” y sólo 0,6% “muy bien”). No obstante, al oficialismo aún lo ayuda la expectativa a futuro, pues el 53,1% cree que las cosas mejorarán. En cuanto al apoyo a la gestión del oficialismo, hay las opiniones están divididas y polarizadas: 50,6% está a favor y 47,4% en contra (la brecha de 3,2 puntos porcentuales es estadísticamente no significativa), pero la evaluación del desempeño de Macri tiene un sesgo más bien negativo: 33% lo califica como positivo o muy positivo, y 38,8% como negativo o muy negativo. Si bien la diferencia de casi 6 puntos porcentuales (5,8%) no puede considerarse contundente, inclina el campo hacia una evaluación desfavorable, lo que podría complicar las chances del oficialismo, ya que tradicionalmente en provincia de Buenos Aires las elecciones se nacionalizan (limitando así las posibilidades de que la imagen de la gobernadora María Eugenia Vidal, mejor que la de Macri aunque también en descenso, pueda traccionar a favor de Bullrich).
Otras tres mediciones también muestran un panorama polarizado y de empate técnico entre la candidata del Frente de Unidad Ciudadana y el de Cambiemos. Veamos: según PollData, CFK alcanza 28,4% y Bullrich 27,5%, con Massa en 21,5% y Randazzo en 7%. La consultora Taquion, que trabaja con la Universidad Abierta Interamericana y la firma Axonier, relevó entre el 28 de junio y el 2 de julio la tendencia electoral sobre una muestra de 1.605 casos, con un margen de error de +- 2,4%. Los resultados fueron 34,8% para CFK, 33,2% para Bullrich, 17,7% para Massa, 4,6% para Randazzo y 2,2% para Pitrola. En tanto, según OPSM, CFK alcanza 33,4%, Bullrich 31,9%, Massa 19,4% y Randazzo 7,4% (la medición más alta para el ex ministro de todas las que revisamos hasta ahora). Esta encuesta se basó en una muestra de 1.000 casos, todos mayores de 16 años, de ambos sexos, en condiciones de votar. Se relevaron en 35 localidades de la provincia de Buenos Aires, distribuidas en los tres cordones del Conurbano y el Interior, con un margen de error de +/- 3,1% (ver datos arriba; click para agrandar).
Aunque sus guarismos son similares a los de los cuatro estudios que citamos aquí, el consultor Enrique Zuleta Puceiro, director de OPSM, plantea una mirada alternativa más allá de las cifras: según él, no existe un escenario de polarización porque "hay terceras opciones que vienen creciendo (…) La elección no se ha polarizado, hay un 25% del electorado que está votando a las terceras opciones que vienen creciendo. Massa pasó en los últimos 15 días de un 16 a un 19% y Randazzo de un 4% a un 7,4%”, indicó el consultor, quien agregó que “con los mismos votos CFK mejora el porcentaje frente a Bullrich que desciende porque Cambiemos llevaba 36 a 30, para cuando confirmaron los candidatos con la posibilidad de la despolarización de la mano de Massa y Randazzo”. Zuleta Puceiro admitió que “tiende a haber dos grandes fuerzas dominantes pero que no van a polarizar”, y explicó que CFK dice "no me voten a mí, vótense ustedes" y el oficialismo decidió no polarizar porque hizo una mala evaluación al creer que presentándose como "somos eficientes, hacemos las cosas, decimos la verdad, la gente los iba a votar y no es así, la gente no le cree a los políticos sino que vota con otras consideraciones". Respecto al apoyo al gobierno, el analista remarcó que “hay un 60% de la población que quiere un cambio que tiene que ver con la apertura económica, con la competitividad, con innovación, con reformas estructurales en salud, tributarias (…) “no me parece que Cambiemos haya podido expresar esa agenda en los hechos, por lo que la gente sigue queriendo esa salida, pero no tiene en claro que el gobierno sea la garantía de que eso fuera a ocurrir”.
La encuesta de OPSM también brinda algunos datos clave sobre la percepción de la coyuntura: en ese marco, 43,2% de cada 10 bonaerenses tienen una mirada negativa sobre la situación actual (24,3% cree que las cosas van “mal” y 18,9% que van “muy mal”), contra apenas 18,2% que tienen una mirada positiva (17,6% las ve “bien” y sólo 0,6% “muy bien”). No obstante, al oficialismo aún lo ayuda la expectativa a futuro, pues el 53,1% cree que las cosas mejorarán. En cuanto al apoyo a la gestión del oficialismo, hay las opiniones están divididas y polarizadas: 50,6% está a favor y 47,4% en contra (la brecha de 3,2 puntos porcentuales es estadísticamente no significativa), pero la evaluación del desempeño de Macri tiene un sesgo más bien negativo: 33% lo califica como positivo o muy positivo, y 38,8% como negativo o muy negativo. Si bien la diferencia de casi 6 puntos porcentuales (5,8%) no puede considerarse contundente, inclina el campo hacia una evaluación desfavorable, lo que podría complicar las chances del oficialismo, ya que tradicionalmente en provincia de Buenos Aires las elecciones se nacionalizan (limitando así las posibilidades de que la imagen de la gobernadora María Eugenia Vidal, mejor que la de Macri aunque también en descenso, pueda traccionar a favor de Bullrich).
jueves, 27 de julio de 2017
Nota publicada en suple Tendencias de La Voz
Cómo la impresión 3D se aplica a la construcción
Por
Novedades recientes en un campo que crece exponencialmente.
Impulsada por el avance tecnológico, la impresión 3D avanza hacia nuevas áreas de aplicación para optimizar procesos. Conforme gana eficiencia y accesibilidad, las empresas comienzan a emplearla para la fabricación en diversos rubros.
Uno de los campos en los que ha presentado más avances es la construcción. Veamos algunas novedades recientes.
http://www.lavoz.com.ar/tecno/como-la-impresion-3d-se-aplica-la-construccion
miércoles, 26 de julio de 2017
PASO en PBA: matices entre la medición por candidatos y la medición por lista
Además de la del CEOP que citamos en el post anterior, otra encuesta que ilustra la diferencia entre medir candidatos y medir fuerzas es la de Analogías. Se trata de un relevamiento en la provincia de Buenos Aires, con 2.700 casos telefónicos. Cuando se miden candidatos, la fórmula liderada por CFK alcanza 34,7% de intención de voto, contra 24,8% de Esteban Bullrich, 16,2% de Sergio Massa y 5% de Florencio Randazzo. En este caso, la diferencia entre la ex presidenta y el candidato oficialista es de casi 10 puntos porcentuales (9,9), estadísticamente significativa; Bullrich se ubica como claro segundo, con una ventaja de 8,6 puntos sobre Massa. Así, hay un nítido panorama de 1-2-3, sin empate técnico y sin polarización, puesto que la primera minoría corresponde claramente a CFK (ver datos arriba; click para agrandar).
La situación cambia cuando se mide por espacios: allí, el Frente de Unidad Ciudadana (FUC) llega al 34,8% (estadísticamente, lo mismo que mide Cristina como candidata), pero Cambiemos mejora la performance que tenía su candidato y llega a 31,3%, con lo cual la diferencia entre ambos frentes se reduce a 3,5 puntos porcentuales. La lista de Massa y Stolbizer, 1País, queda en 11,9%, menos de lo que mide Massa como figura, y Cumplir (Randazzo) alcanza 4,7% de intención de voto. Así, pasamos de un escenario 1-2-3 despolarizado en la medición por candidatos a uno de empate técnico y polarizado entre el FUC y Cambiemos, que se disputan la primera minoría, mientras que la tercera fuerza queda relegada (ver datos abajo; click para agrandar), y todo dentro de la encuesta de la misma consultora Analogías.
Esa encuesta también relevó la imagen del presidente Mauricio Macri. El resultado fue un diferencial negativo de 7,7 puntos porcentuales, dado que la positiva es de 45,2% y la negativa de 52,9%, con una alta concentración de respuestas en el malestar de mayor nivel de intensidad: 28,9% de los electores bonaerenses dice que tiene muy mala imagen del presidente. En el caso de la gobernadora María Eugenia Vidal, la imagen positiva es de 55,7% y la negativa de 41,7%, lo que arroja un diferencial favorable de 14 puntos porcentuales. A diferencia de Macri, aquí las respuestas tienden a concentrarse en el segmento más intenso favorable: la suma de las respuestas “muy buena” y “buena” alcanza 43%, contra 31,6% del acumulado de las respuestas “mala” y “muy mala”. En el caso de CFK, la imagen está dividida: 37,5% de positiva (sumando las respuestas “muy buena” y “buena”), contra 42% de negativa (acumulado de respuestas “mala” y “muy mala”), lo que da un diferencial negativo de 4,5 puntos (algo mejor que el de Macri, pero peor que el de Vidal). El problema para el oficialismo es que tradicionalmente las elecciones en PBA se “nacionalizan”, con lo cual a la hora de votar termina ponderando más (ya sea de manera positiva o negativa) la imagen presidencial que la del gobernador del distrito (recordar que el FPV perdió en PBA la elección de medio término del 2009 por dos puntos ante el fugaz Francisco de Narváez, aun llevando al ex presidente Néstor Kirchner al tope de la lista y al por entonces gobernador Daniel Scioli como candidato testimonial, por su buena imagen en los sondeos). Y, a tenor de estos datos de Analogías, la imagen negativa del presidente es mayor que la de la ex presidenta.
En cuanto a la percepción de la coyuntura, casi dos tercios (64,8%) de los bonaerenses perciben que la situación económica del país se ha deteriorado respecto a la de hace dos años, acumulando las respuestas “igual de mala” (17,6%), “peor” (21,9%) y “mucho peor” (25,3%), mientras que un 33,2% la ve favorablemente, sumando las respuestas “igual de buena” (8,5%), “mejor” (14,3%), y “mucho mejor” (10,4%). Aquí, la “grieta” es evidente entre los polos opositor y oficialista: mientras que los votantes del Frente de Unidad Ciudadana (FUC/CFK) creen en casi un 93% que la situación económica es peor, en sentido inverso el 78% de quienes tienen intención de votar a Cambiemos perciben una mejoría. A su turno, las expectativas a mediano plazo también muestran un sesgo negativo: un 41% de los bonaerenses esperan que la situación económica del país mejore en el próximo año (o que sea “igual de buena”), contra un 53,2% que estima que empeorará o será “igual de mala”, lo cual arroja un diferencial negativo de 12,2 puntos porcentuales. En este sentido, a diferencia de lo que sucede en otros distritos, en PBA la expectativa no traccionaría lo suficiente para favorecer al oficialismo.
La situación cambia cuando se mide por espacios: allí, el Frente de Unidad Ciudadana (FUC) llega al 34,8% (estadísticamente, lo mismo que mide Cristina como candidata), pero Cambiemos mejora la performance que tenía su candidato y llega a 31,3%, con lo cual la diferencia entre ambos frentes se reduce a 3,5 puntos porcentuales. La lista de Massa y Stolbizer, 1País, queda en 11,9%, menos de lo que mide Massa como figura, y Cumplir (Randazzo) alcanza 4,7% de intención de voto. Así, pasamos de un escenario 1-2-3 despolarizado en la medición por candidatos a uno de empate técnico y polarizado entre el FUC y Cambiemos, que se disputan la primera minoría, mientras que la tercera fuerza queda relegada (ver datos abajo; click para agrandar), y todo dentro de la encuesta de la misma consultora Analogías.
Esa encuesta también relevó la imagen del presidente Mauricio Macri. El resultado fue un diferencial negativo de 7,7 puntos porcentuales, dado que la positiva es de 45,2% y la negativa de 52,9%, con una alta concentración de respuestas en el malestar de mayor nivel de intensidad: 28,9% de los electores bonaerenses dice que tiene muy mala imagen del presidente. En el caso de la gobernadora María Eugenia Vidal, la imagen positiva es de 55,7% y la negativa de 41,7%, lo que arroja un diferencial favorable de 14 puntos porcentuales. A diferencia de Macri, aquí las respuestas tienden a concentrarse en el segmento más intenso favorable: la suma de las respuestas “muy buena” y “buena” alcanza 43%, contra 31,6% del acumulado de las respuestas “mala” y “muy mala”. En el caso de CFK, la imagen está dividida: 37,5% de positiva (sumando las respuestas “muy buena” y “buena”), contra 42% de negativa (acumulado de respuestas “mala” y “muy mala”), lo que da un diferencial negativo de 4,5 puntos (algo mejor que el de Macri, pero peor que el de Vidal). El problema para el oficialismo es que tradicionalmente las elecciones en PBA se “nacionalizan”, con lo cual a la hora de votar termina ponderando más (ya sea de manera positiva o negativa) la imagen presidencial que la del gobernador del distrito (recordar que el FPV perdió en PBA la elección de medio término del 2009 por dos puntos ante el fugaz Francisco de Narváez, aun llevando al ex presidente Néstor Kirchner al tope de la lista y al por entonces gobernador Daniel Scioli como candidato testimonial, por su buena imagen en los sondeos). Y, a tenor de estos datos de Analogías, la imagen negativa del presidente es mayor que la de la ex presidenta.
En cuanto a la percepción de la coyuntura, casi dos tercios (64,8%) de los bonaerenses perciben que la situación económica del país se ha deteriorado respecto a la de hace dos años, acumulando las respuestas “igual de mala” (17,6%), “peor” (21,9%) y “mucho peor” (25,3%), mientras que un 33,2% la ve favorablemente, sumando las respuestas “igual de buena” (8,5%), “mejor” (14,3%), y “mucho mejor” (10,4%). Aquí, la “grieta” es evidente entre los polos opositor y oficialista: mientras que los votantes del Frente de Unidad Ciudadana (FUC/CFK) creen en casi un 93% que la situación económica es peor, en sentido inverso el 78% de quienes tienen intención de votar a Cambiemos perciben una mejoría. A su turno, las expectativas a mediano plazo también muestran un sesgo negativo: un 41% de los bonaerenses esperan que la situación económica del país mejore en el próximo año (o que sea “igual de buena”), contra un 53,2% que estima que empeorará o será “igual de mala”, lo cual arroja un diferencial negativo de 12,2 puntos porcentuales. En este sentido, a diferencia de lo que sucede en otros distritos, en PBA la expectativa no traccionaría lo suficiente para favorecer al oficialismo.
lunes, 24 de julio de 2017
PASO en PBA: convergencia de mediciones y matices
De todos modos, hay que decir que la mayoría de las mediciones de intención de voto de cara a las PASO en la provincia de Buenos Aires (PBA) no convergen hacia el escenario 4 (en el cual CFK lidera y el segundo puesto es disputado entre Sergio Massa y Esteban Bullrich) ni en el quinto (que ubica al candidato de Cambiemos tercero, por detrás de CFK y Massa). En general, lo que se observa en las diversas encuestas es una primacía de CFK, a veces con una diferencia estadísticamente significativa sobre Cambiemos y otras en situación de empate técnico. Gran parte de las dudas sobre cuál es hoy la situación más representativa de la intención de voto de los bonaerenses es que las cifras suelen variar cuando se miden los candidatos “mano a mano” (dado que las figuras de Cristina Fernández y Sergio Massa son más fuertes que la de Bullrich) respecto a la situación en la cual se miden espacios políticos, ya que la asociación entre CFK y el Frente de Unidad Ciudadana y la alianza Cambiemos con Macri y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal son más claras que el vínculo entre el sello 1País y las figuras de Massa y Margarita Stolbizer.
En general, en este segundo caso, se observan dos tipos de matices en los datos: 1) aquellos en los cuales el panorama queda en un empate técnico y el candidato de Cambiemos y 2) aquellos en los que la brecha a favor de CFK se mantiene por encima del error muestral, pero no es tan abultada. Por ejemplo, la última medición del CEOP ilustra esta doble situación. Realizada sobre una muestra de 2.000 casos tanto en el Gran Buenos Aires (GBA) como en el interior provincial y segmentada proporcionalmente por edad, sexo y nivel socioeconómico, la encuesta arroja que CFK aventaja a Bullrich por casi 4 puntos porcentuales (33,5% a 29,8%, una brecha estadísticamente no significativa) cuando al ministro de Educación se lo presenta como candidato del oficialismo nacional (ver datos arriba; click para agrandar). Es decir, lo que se ve es un escenario del tipo 1, con una brecha a favor de CFK pero reducida, al punto que perfila un empate técnico. En cambio, si no se hace hincapié en su asociación con el oficialismo, Bullrich no llega al 27% y queda más lejos de Cristina, quien obtiene una ventaja en torno a los 7 puntos porcentuales, estadísticamente significativa aunque menor a los dos dígitos que veíamos en algunos estudios anteriores.
En tercer lugar, rezagado, se ubica Sergio Massa (18,8%), aunque manteniendo un segmento importante del electorado. Más lejos le sigue Florencio Randazzo (4,7%), quien a tenor de estos datos quedaría en situación desfavorable de cara a la pelea por el liderazgo en el espacio pan-peronista (y en situación de empate técnico con la izquierda liderada por Néstor Pitrola). Algunos datos clave que arroja el informe de CEOP apuntan que casi todos los candidatos empiezan a tener techos bajos (no sólo CFK), porque hay trazos gruesos en buena parte de la población. En ese marco, haciendo foco en las dos principales fuerzas, 7 de cada 10 bonaerenses dicen que la economía está mal o muy mal (ver datos abajo: click para agrandar), lo que plantea un techo para cualquier candidato de Cambiemos, mientras que la mitad de los ciudadanos cree que el kirchnerismo es “una vieja forma de hacer política”, lo cual establece un techo para la fuerza de CFK, Unidad Ciudadana. En ese marco, se puede conjeturar que mientras el eje económico (enfocar el contraste entre el presente y el pasado haciendo hincapié en el malestar socioeconómico actual) es el principal fuerte de CFK, mientras que el eje político (enfocar el contraste entre el presente y el pasado haciendo hincapié en la superación del “populismo”) estructura el discurso del oficialismo.
Según Roberto Bacman, titular del CEOP, la ex presidenta “se ha convertido en la principal referente del segmento opositor: en esta encuesta se detectó que la imagen positiva de CFK asciende al 88,6% entre los que se consideran opositores y el 69,1% de tales opositores ya tiene decidido votarla”. Así, el consultor considera que CFK todavía tiene espacio para crecer, ya que opinan bien de ella algo más del 42% de los electores bonaerenses: si se toma la frase “a Cristina se la ama o se la odia”, la ex presidenta todavía tiene un tramo para avanzar entre los que la quieren. Respecto al candidato de Cambiemos, Bullrich aún tiene un desconocimiento del 17% e incluso entre quienes lo conocen no tiene un perfil claro, pero cuenta con espacio para crecer, dado que hasta ahora dicen que lo votarían ocho de cada 10 electores afines al oficialismo. Según el consultor, “está claro que si quieren potenciar a Bullrich van a necesitar de María Eugenia Vidal y de Mauricio Macri como sostén de la campaña. Desde el punto de vista ideológico, el 95,7% lo vota en tanto representa la mejor manera de erradicar la corrupción y las prácticas de la vieja política, y como refuerzo, curiosamente, un 54,8% no reconoce la crisis económica, y por el contrario, la perciben como positiva”.
En general, en este segundo caso, se observan dos tipos de matices en los datos: 1) aquellos en los cuales el panorama queda en un empate técnico y el candidato de Cambiemos y 2) aquellos en los que la brecha a favor de CFK se mantiene por encima del error muestral, pero no es tan abultada. Por ejemplo, la última medición del CEOP ilustra esta doble situación. Realizada sobre una muestra de 2.000 casos tanto en el Gran Buenos Aires (GBA) como en el interior provincial y segmentada proporcionalmente por edad, sexo y nivel socioeconómico, la encuesta arroja que CFK aventaja a Bullrich por casi 4 puntos porcentuales (33,5% a 29,8%, una brecha estadísticamente no significativa) cuando al ministro de Educación se lo presenta como candidato del oficialismo nacional (ver datos arriba; click para agrandar). Es decir, lo que se ve es un escenario del tipo 1, con una brecha a favor de CFK pero reducida, al punto que perfila un empate técnico. En cambio, si no se hace hincapié en su asociación con el oficialismo, Bullrich no llega al 27% y queda más lejos de Cristina, quien obtiene una ventaja en torno a los 7 puntos porcentuales, estadísticamente significativa aunque menor a los dos dígitos que veíamos en algunos estudios anteriores.
En tercer lugar, rezagado, se ubica Sergio Massa (18,8%), aunque manteniendo un segmento importante del electorado. Más lejos le sigue Florencio Randazzo (4,7%), quien a tenor de estos datos quedaría en situación desfavorable de cara a la pelea por el liderazgo en el espacio pan-peronista (y en situación de empate técnico con la izquierda liderada por Néstor Pitrola). Algunos datos clave que arroja el informe de CEOP apuntan que casi todos los candidatos empiezan a tener techos bajos (no sólo CFK), porque hay trazos gruesos en buena parte de la población. En ese marco, haciendo foco en las dos principales fuerzas, 7 de cada 10 bonaerenses dicen que la economía está mal o muy mal (ver datos abajo: click para agrandar), lo que plantea un techo para cualquier candidato de Cambiemos, mientras que la mitad de los ciudadanos cree que el kirchnerismo es “una vieja forma de hacer política”, lo cual establece un techo para la fuerza de CFK, Unidad Ciudadana. En ese marco, se puede conjeturar que mientras el eje económico (enfocar el contraste entre el presente y el pasado haciendo hincapié en el malestar socioeconómico actual) es el principal fuerte de CFK, mientras que el eje político (enfocar el contraste entre el presente y el pasado haciendo hincapié en la superación del “populismo”) estructura el discurso del oficialismo.
Según Roberto Bacman, titular del CEOP, la ex presidenta “se ha convertido en la principal referente del segmento opositor: en esta encuesta se detectó que la imagen positiva de CFK asciende al 88,6% entre los que se consideran opositores y el 69,1% de tales opositores ya tiene decidido votarla”. Así, el consultor considera que CFK todavía tiene espacio para crecer, ya que opinan bien de ella algo más del 42% de los electores bonaerenses: si se toma la frase “a Cristina se la ama o se la odia”, la ex presidenta todavía tiene un tramo para avanzar entre los que la quieren. Respecto al candidato de Cambiemos, Bullrich aún tiene un desconocimiento del 17% e incluso entre quienes lo conocen no tiene un perfil claro, pero cuenta con espacio para crecer, dado que hasta ahora dicen que lo votarían ocho de cada 10 electores afines al oficialismo. Según el consultor, “está claro que si quieren potenciar a Bullrich van a necesitar de María Eugenia Vidal y de Mauricio Macri como sostén de la campaña. Desde el punto de vista ideológico, el 95,7% lo vota en tanto representa la mejor manera de erradicar la corrupción y las prácticas de la vieja política, y como refuerzo, curiosamente, un 54,8% no reconoce la crisis económica, y por el contrario, la perciben como positiva”.
miércoles, 19 de julio de 2017
PASO en PBA: nuevos escenarios posibles y riesgos para el oficialismo
En tanto, el quinto escenario pone a Bullrich tercero, por detrás de Massa y CFK. Se trata de una medición del consultor Raúl Aragón, sobre mayores de 16 años residentes en la provincia de Buenos Aires en condiciones de votar, con una muestra aleatoria simple de 1.801 casos efectivos, con reposición y ponderada por cuotas de género, nivel socioeconómico y rango de edad, con proporcionalidad según peso poblacional. El error muestral es de +-2,1% y la recolección de datos se hizo por sistema CATI con un cuestionario cerrado, entre el 12 y el 18 de julio de 2017. Esta encuesta ubica al candidato de Cambiemos tercero (221,%), por detrás de CFK (32,1%) y Massa (26,3%). En cuarto lugar se ubica Florencio Randazzo (Cumplir), con un 4,6%. Le siguen Néstor Pitrola por el FIT, con el 4,1%, y Fernando 'Pino' Solanas, con el 2%. Los 'indecisos' trepan hasta el 8,2% (ver datos arriba; click para agrandar).
Estos dos escenarios alternativos son los dos peores para el oficialismo, pues implican la posibilidad de que Cambiemos quede tercero en el distrito que concentra el 37% de los electores en todo el país. Esto implicaría 1) un fracaso de la estrategia de “polarización” (que, a tenor de algunas acciones y análisis, ahora Cambiemos estaría tratando de replantear) y 2) que esta vez Massa sería más “tapón” para Cambiemos que para las chances de la ex presidenta (es decir, que Cambiemos y 1País comparten gran parte de sus potenciales electores, y que eso favorece a la ex presidenta). Que CFK y Massa queden en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 13 de agosto en un orden 1-2 complicaría la estrategia oficialista de apostar a una polarización con la ex presidenta de cara a octubre, puesto que Massa saldría en busca del votante de Cambiemos para tratar de polarizar él con Cristina. Asimismo, ese 1-2 podría acelerar la disputa en el espacio opositor al presidente Mauricio Macri, casi como una antesala de la carrera presidencial del 2019, con un polo kirchnerista en el cual CFK saldría fortalecida, y un polo peronista no K en el que podrían articularse los gobernadores del PJ no kirchneristas con Massa. Esa pelea, sumada a la presencia de CFK en el Senado, complicaría la gobernabilidad para los dos últimos años de mandato de Macri.
Según Raúl Aragón, en estas legislativas "se vota desde la necesidad, desde el deseo o desde la demanda. Desde la necesidad, vota el que no tiene para comer. El que vota desde la demanda es el que tiene la tranquilidad de llegar a fin de mes pero que demanda más transparencia. El voto del deseo es el que vota por un futuro mejor". Para el consultor, "hay una debilidad en el discurso oficialista, porque el hambre es una percepción concreta, inmediata, objetiva", mientras que "es muy difícil que yo perciba la corrupción en el sentido que afecta a mi vida directamente. La posición discursiva de Cambiemos es muy débil frente la posición discursiva de Unidad Ciudadana”. En síntesis, el especialista apuntó que "en materia discursiva, Unidad Ciudadana saca ventaja, en segundo lugar aparece 1País y abajo aparece Cambiemos buscando un discurso que lo fortalezca. No lo tienen y eso explica que en todas las encuestas tengamos primero a Unidad Ciudadana (...) la única forma que las inversiones vengan y Cristina salga del tablero es que sea tercera. Cristina tercera no es posible. Hoy se ve a una Cristina primera y si eso se da finalmente, este gobierno tiene serios problemas”, profundizando así la idea de que un resultado adverso complicaría el futuro de la gestión de Macri.
viernes, 14 de julio de 2017
Nota publicada en suple Tendencias de La Voz
Enterate qué se viene en materia de realidad aumentada
Por Norman Berra (Especial)
Cómo la RA agrega valor a las experiencias. Casos destacados.
La realidad aumentada (RA), es decir, la superposición de elementos virtuales al entorno real (de modo que lo que la persona ve es una combinación de contenido de esos dos tipos) gana terreno en diversos ámbitos. Según Ignacio Perrone, gerente de Investigación Digital Transformation de Frost & Sullivan, la RA revolucionará la vida cotidiana y los negocios y los usuarios llegarán a interactuar con ella de modo tan natural como hoy lo hacen con un celular.
http://www.lavoz.com.ar/tecno/enterate-que-se-viene-en-materia-de-realidad-aumentada
jueves, 13 de julio de 2017
PASO en PBA: hipótesis electorales y tres escenarios posibles
Si seguimos combinando promedios y hacemos jugar los dos surgidos de escenarios bien diferentes (construidos, relativamente, con un par de encuestas, las de Analogías y Dicen, que muestran escenarios nítidos de 1-2-3 y otro par que muestra situaciones de triple empate, las de GyV y M&F), tenemos como resultado 33,3% para CFK, 25,6% para Esteban Bullrich (Cambiemos), 20,2% para Sergio Massa (1País) y 4,5% para Florencio Randazzo. Nuevamente, la diferencia a favor de CFK de casi 8 puntos porcentuales (7,7) resulta estadísticamente significativa, mientras que la brecha de 5,4 puntos porcentuales entre Cambiemos y 1País es significativa, pero menos.
Esa solidez de CFK en las encuestas parece contrariar una de las hipótesis preelectorales en danza: que el hecho de que el peronismo vaya dividido en provincia de Buenos Aires favorece a Cambiemos. Un argumento en favor de las chances de una victoria de CFK en provincia de Buenos Aires de cara a las primarias abierta, simultáneas y obligatorias (PASO) es uno en el que coinciden dos consultores ubicados en dos perspectivas ideológicas bien diferentes, Rosendo Fraga y Artemio López. Según Fraga, “el voto anti kirchnerista también va dividido en tres: a Cambiemos, a Massa y Stolbizer, y a Randazzo. El eje de la campaña oficialista está dirigido a la corrupción del kirchnerismo, pero para el voto del conurbano ese no es un argumento. Deberían apuntalar a una política social, que es su mayor debilidad (…) el 70% del conurbano está viviendo bajo administraciones municipales que responden a Cristina y La Matanza, en votos efectivos, equivale a las seis provincias más chicas de Argentina". Respecto a la estrategia del gobierno para polarizar con la ex mandataria, Fraga apuntó. "El escenario en el que estamos, es en el que el Gobierno quiso estar: confrontando con Cristina y con el peronismo dividido. El Gobierno está jugando a todo o nada. Polarizar con Cristina tiene sus riesgos, pero en esa estrategia ya no hay tiempo de retroceder".
Esa línea interpretativa articula con el enfoque según el cual CFK ya habría drenado todo el voto filo-FPV de su ex ministro, con lo cual ya no habría “división” sino que ella liderando el Frente de Unidad Ciudadana estaría aglutinando el total de la intención de voto del espacio pan-peronista/FPV. Así lo explica el sociólogo Hilario Moreno, director de la consultora Dicen (recordemos que su medición pone a CFK al tope con 42%, por arriba de todas las encuestas conocidas): "el kirchnerismo se mueve con un piso del 37%, que fue lo que Scioli sacó como candidato a presidente en 2015 (…) Las opciones anti-K no están concentradas y ese es un universo que ronda el 45%. En estos meses hemos medido que cuando cae Cambiemos, suben Massa-Stolbizer; hay unos siete puntos que van y vienen dentro del antikirchnerismo. En febrero, Randazzo medía cerca de 10 puntos; seis de ellos eran, digamos, 'kirchneristas'. Al confrontar ahora desde afuera, esos votos se fueron a Cristina. Se separaron y Cristina se quedó con la casa, los pibes y el auto. Randazzo se quedó con 3 o 4 puntos. Nuestros grupos focales indican que el exministro es bien visto por parte del electoral antikirchnerista”, graficó.
Así, que la oferta anti-K esté dispersa en tres listas le estaría dando a la ex presidenta una chance cierta de imponerse en las primarias. Cuál sería el realineamiento posterior de cara a octubre, ya es otro cantar, pues dependería no sólo de la ubicación sino de los guarismos que logre cada lista en las PASO. Es cierto que el gobierno apuesta a que el eje corrupción lo favorezca y perjudique a CFK, pero no es menos cierto lo que señalan Fraga y otros analistas: que la agenda de la corrupción compite con la de la crisis económica en los sectores de clase media y baja del conurbano bonaerense, el núcleo del padrón electoral donde la ex presidenta aparece como más fuerte. Según los especialistas Miguel De Luca y Andrés Malamud, las primarias tendrán una función de “primera vuelta” y de cara a octubre “el efecto será la concentración (en vez de fragmentación) del voto y la reducción del número de partidos”. Esto contradice nuestra tesis general de que las elecciones legislativas tienden a la fragmentación, al menos para el caso de PBA (puede seguir siendo válida en otros distritos, y también para el total nacional): de ser así, entonces octubre tendería a una polarización entre quienes obtengan el 1 y 2 en las PASO.
Podemos seguir sumando encuestas, para ajustar el escenario y tratar de detectar hacia dónde hay convergencia y ver cuál de los tres panoramas alternativos es el que más se da. Los ordenemos: 1) un escenario posible es el de 1-2-3 nítido que hemos visto en algunos estudios, donde el orden usual es CFK-Bullrich-Massa (liderazgo de la ex presidenta). 2) otro escenario posible es el de empate técnico entre CFK y Bullrich, que implica polarización y deja relegado a Massa 3) otro es el de triple empate entre CFK, Bullrich y Massa. Si a las 4 encuestas revisadas hasta ahora agregamos una quinta, la de M&R Asociados (dirigida por Gustavo Marangoni), sobre una muestra de 1.204 casos relevados entre el 25 y el 28 de junio, vemos un escenario del tipo 2, es decir, empate técnico entre la ex presidenta y el oficialismo: un 34,8% de intención de voto para CFK (Unidad Ciudadana), un 34,3% para Esteban Bullrich (Cambiemos), un 15,6% para Sergio Massa (1País), un 4,6% para Florencio Randazzo y 3,3% para Néstor Pitrola (Frente de Izquierda). Según este trabajo, en el Gran Buenos Aires, donde la recesión económica impacta más, la adhesión a Cristina Fernández trepa a un 38% y Bullrich baja a un 31%. En el interior, donde la economía es básicamente sostenida por el campo, Cambiemos sube a 41 puntos y el apoyo a CFK baja a un 27%. Como matiz, en este estudio se midieron los binomios de senadores y diputados nacionales, con sus respectivas cabezas de lista (ver datos arriba; click para agrandar).
Esa solidez de CFK en las encuestas parece contrariar una de las hipótesis preelectorales en danza: que el hecho de que el peronismo vaya dividido en provincia de Buenos Aires favorece a Cambiemos. Un argumento en favor de las chances de una victoria de CFK en provincia de Buenos Aires de cara a las primarias abierta, simultáneas y obligatorias (PASO) es uno en el que coinciden dos consultores ubicados en dos perspectivas ideológicas bien diferentes, Rosendo Fraga y Artemio López. Según Fraga, “el voto anti kirchnerista también va dividido en tres: a Cambiemos, a Massa y Stolbizer, y a Randazzo. El eje de la campaña oficialista está dirigido a la corrupción del kirchnerismo, pero para el voto del conurbano ese no es un argumento. Deberían apuntalar a una política social, que es su mayor debilidad (…) el 70% del conurbano está viviendo bajo administraciones municipales que responden a Cristina y La Matanza, en votos efectivos, equivale a las seis provincias más chicas de Argentina". Respecto a la estrategia del gobierno para polarizar con la ex mandataria, Fraga apuntó. "El escenario en el que estamos, es en el que el Gobierno quiso estar: confrontando con Cristina y con el peronismo dividido. El Gobierno está jugando a todo o nada. Polarizar con Cristina tiene sus riesgos, pero en esa estrategia ya no hay tiempo de retroceder".
Esa línea interpretativa articula con el enfoque según el cual CFK ya habría drenado todo el voto filo-FPV de su ex ministro, con lo cual ya no habría “división” sino que ella liderando el Frente de Unidad Ciudadana estaría aglutinando el total de la intención de voto del espacio pan-peronista/FPV. Así lo explica el sociólogo Hilario Moreno, director de la consultora Dicen (recordemos que su medición pone a CFK al tope con 42%, por arriba de todas las encuestas conocidas): "el kirchnerismo se mueve con un piso del 37%, que fue lo que Scioli sacó como candidato a presidente en 2015 (…) Las opciones anti-K no están concentradas y ese es un universo que ronda el 45%. En estos meses hemos medido que cuando cae Cambiemos, suben Massa-Stolbizer; hay unos siete puntos que van y vienen dentro del antikirchnerismo. En febrero, Randazzo medía cerca de 10 puntos; seis de ellos eran, digamos, 'kirchneristas'. Al confrontar ahora desde afuera, esos votos se fueron a Cristina. Se separaron y Cristina se quedó con la casa, los pibes y el auto. Randazzo se quedó con 3 o 4 puntos. Nuestros grupos focales indican que el exministro es bien visto por parte del electoral antikirchnerista”, graficó.
Así, que la oferta anti-K esté dispersa en tres listas le estaría dando a la ex presidenta una chance cierta de imponerse en las primarias. Cuál sería el realineamiento posterior de cara a octubre, ya es otro cantar, pues dependería no sólo de la ubicación sino de los guarismos que logre cada lista en las PASO. Es cierto que el gobierno apuesta a que el eje corrupción lo favorezca y perjudique a CFK, pero no es menos cierto lo que señalan Fraga y otros analistas: que la agenda de la corrupción compite con la de la crisis económica en los sectores de clase media y baja del conurbano bonaerense, el núcleo del padrón electoral donde la ex presidenta aparece como más fuerte. Según los especialistas Miguel De Luca y Andrés Malamud, las primarias tendrán una función de “primera vuelta” y de cara a octubre “el efecto será la concentración (en vez de fragmentación) del voto y la reducción del número de partidos”. Esto contradice nuestra tesis general de que las elecciones legislativas tienden a la fragmentación, al menos para el caso de PBA (puede seguir siendo válida en otros distritos, y también para el total nacional): de ser así, entonces octubre tendería a una polarización entre quienes obtengan el 1 y 2 en las PASO.
Podemos seguir sumando encuestas, para ajustar el escenario y tratar de detectar hacia dónde hay convergencia y ver cuál de los tres panoramas alternativos es el que más se da. Los ordenemos: 1) un escenario posible es el de 1-2-3 nítido que hemos visto en algunos estudios, donde el orden usual es CFK-Bullrich-Massa (liderazgo de la ex presidenta). 2) otro escenario posible es el de empate técnico entre CFK y Bullrich, que implica polarización y deja relegado a Massa 3) otro es el de triple empate entre CFK, Bullrich y Massa. Si a las 4 encuestas revisadas hasta ahora agregamos una quinta, la de M&R Asociados (dirigida por Gustavo Marangoni), sobre una muestra de 1.204 casos relevados entre el 25 y el 28 de junio, vemos un escenario del tipo 2, es decir, empate técnico entre la ex presidenta y el oficialismo: un 34,8% de intención de voto para CFK (Unidad Ciudadana), un 34,3% para Esteban Bullrich (Cambiemos), un 15,6% para Sergio Massa (1País), un 4,6% para Florencio Randazzo y 3,3% para Néstor Pitrola (Frente de Izquierda). Según este trabajo, en el Gran Buenos Aires, donde la recesión económica impacta más, la adhesión a Cristina Fernández trepa a un 38% y Bullrich baja a un 31%. En el interior, donde la economía es básicamente sostenida por el campo, Cambiemos sube a 41 puntos y el apoyo a CFK baja a un 27%. Como matiz, en este estudio se midieron los binomios de senadores y diputados nacionales, con sus respectivas cabezas de lista (ver datos arriba; click para agrandar).
lunes, 10 de julio de 2017
PASO en PBA: consideraciones entre mediciones
En el post anterior citábamos una encuesta de Dicen donde CFK alcanzaba un 42% de intención de voto contra 26% de Esteban Bullrich, 14% de Sergio Massa y apenas 3% para Florencio Randazzo. Si esta medición se acercara al resultado de las PASO, implicaría que 1) CFK casi que repetiría su performance de las legislativas de medio término del 2005, cuando sacó 44%, contra 19% de Hilda “Chiche” Duhalde 2) con esa victoria, el kirchnerismo zanjó la disputa por el predominio dentro del PJ con el duhaldismo; ahora, zanjaría la discusión al interior del espacio pan-peronista, al aventajar al candidato del PJ, Florencio Randazzo, por una cifra aún más abultada que la obtenida en 2005 3) al mismo tiempo, estaría propinando una derrota contundente a Cambiemos en el distrito más gravitante del país (con 37% del total del padrón nacional) 4) si en 2005 la victoria de CFK fue posible por una gestión presidencial que volaba en las encuestas (la de Néstor Kirchner) y por una economía que crecía a tasas chinas, esta vez su performance se alimentaría de un nivel de malestar cuya intensidad se advierte en diversas encuestas de consumo y de variables socioeconómicas, pero que hasta ahora no se traduce en ninguna encuesta de intención de voto fuera de la de Dicen, ya que todos los demás estudios conocidos hasta ahora ponen a CFK por debajo del 40% de intención de voto y con una diferencia sobre Cambiemos menor a los 16 puntos porcentuales.
Aunque canta como un mirlo blanco, ¿estará bien orientada esta medición de Dicen, captando una sintonía entre la comunidad que consume y la que vota que ninguna otra consultora captó hasta ahora, o las tendencias estarán más cerca de los otros sondeos conocidos? Algunas consideraciones adicionales podrían complementar la tesis de “sintonía entre la comunidad que consume y que vota”, para darle un marco a las cifras de Dicen que la dieran visos de ser plausible. Según el consultor Ricardo Rouvier, “en las elecciones legislativas del 2009 y 2013, en la provincia de Buenos Aires, se impusieron candidatos opositores (con presencia también de voto peronista) que operaron como castigo al oficialismo en coyunturas desfavorables. En el segundo y tercer cordón se gestó territorialmente la derrota del kichnerismo, hoy es allí donde Cristina reúne mayor adhesión”. Es decir, hoy CFK tendría su mayor fortaleza en los distritos en los que del FPV fue derrotado en los dos comicios de medio término anteriores, un dato clave. Asimismo, según Rouvier, “lo que las encuestas señalan es que si el binomio Massa/Stolbizer perdiera votos lo haría mayoritariamente favoreciendo a Cambiemos. Es decir, que a Cristina no le conviene que se caiga Massa; y si le conviene, en cambio, a Cambiemos”. Aquí, la diferencia con los antecedentes se da en relación al 2015, ya que en las PASO y la primera vuelta de ese año Massa fue más un “tapón” para el FPV y para Daniel Scioli que para Cambiemos, mientras que esta vez, a tenor de lo que sostiene Rouvier, estaría sucediendo lo contrario.
Repasemos otras mediciones recientes posteriores a la definición de los candidatos de cada fuerza. La consultora González y Valladares realizó durante el primer fin de semana de julio un relevamiento en provincia de Buenos Aires con encuestas presenciales y telefónicas, sobre una muestra de 800 casos con un margen de error de +/- 3,54%. De acuerdo a ese estudio, la fórmula CFK-Taiana alcanza 29,7% de intención de voto; Massa-Stolbizer 26,1% y Bullrich-González 24,1%, en tanto que Randazzo-Casamiquela llegan a 5,2% (ver datos arriba; click para agrandar). La diferencia entre la lista más votada y la segunda es de 3,6 puntos porcentuales, por lo tanto estadísticamente no significativa, mientras que la brecha entre Massa y Bullrich es de 2 puntos porcentuales, con lo cual estamos en un escenario cercano al triple empate, bien diferente al que vimos en los estudios de Analogías y Cambiemos, donde CFK obtenía ventajas de casi 10 puntos porcentuales entre candidatos (y empate técnico entre emblemas cuando se medía FCC y Cambiemos) y 16 puntos porcentuales, respectivamente. Además, mientras en aquellos estudios el segundo lugar correspondía al oficialismo (con diferencias de entre 8 y 12 puntos porcentuales sobre la fórmula de 1País), aquí hay un empate técnico entre esos binomios por el segundo lugar, incluso con una luz de ventaja mínima para la fórmula que encabeza el tigrense. En lo que sí coincide esta medición con las demás es en poner cuarto y lejos de la pelea principal a Randazzo, separado de CFK por casi 25 puntos porcentuales, una distancia que minimiza sus chances de liderar una suerte de "renovación" en el espacio pan-peronista.
Otra medición que muestra una situación de “triple empate” es la de Management & Fit. Sobre una muestra de 2.000 casos, según la encuesta la fórmula Bullrich-González alcanza 28,5% de intención de votos, CFK-Taiana 27,8%, Massa-Stolbizer 24,1% y Florencio Randazzo 5,4% (ver datos abajo; click para agrandar). La diferencia entre 1 y 2 es de 0,7 puntos porcentuales, por lo tanto estadísticamente no significativa, y la diferencia entre 2 y 3 es de 3,7 puntos porcentuales, tampoco considerable. Con todo, en términos cualitativos, esta es la primera de 4 encuestas revisadas hasta ahora que pone a Bullrich en situación de paridad con CFK (en la medición de Analogías sólo había paridad en la medición por sellos). Si hacemos un promedio de las primeras dos mediciones (Analogías + Dicen), obtenemos 37,9% para CFK, 25% para Bulrich y 15,4% para Massa, es decir, un nítido liderazgo de la ex presidenta, con Cambiemos como claro segundo. En cambio, si el promedio lo hacemos con las mediciones de GyV y M&F, el resultado es 28,8% para CFK, 26,3% para Bullrich y 25,1% para Massa: aquí, la ventaja a favor de CFK deja de ser significativa, y además Cambiemos ve amenazado su segundo lugar a manos de 1País.
Aunque canta como un mirlo blanco, ¿estará bien orientada esta medición de Dicen, captando una sintonía entre la comunidad que consume y la que vota que ninguna otra consultora captó hasta ahora, o las tendencias estarán más cerca de los otros sondeos conocidos? Algunas consideraciones adicionales podrían complementar la tesis de “sintonía entre la comunidad que consume y que vota”, para darle un marco a las cifras de Dicen que la dieran visos de ser plausible. Según el consultor Ricardo Rouvier, “en las elecciones legislativas del 2009 y 2013, en la provincia de Buenos Aires, se impusieron candidatos opositores (con presencia también de voto peronista) que operaron como castigo al oficialismo en coyunturas desfavorables. En el segundo y tercer cordón se gestó territorialmente la derrota del kichnerismo, hoy es allí donde Cristina reúne mayor adhesión”. Es decir, hoy CFK tendría su mayor fortaleza en los distritos en los que del FPV fue derrotado en los dos comicios de medio término anteriores, un dato clave. Asimismo, según Rouvier, “lo que las encuestas señalan es que si el binomio Massa/Stolbizer perdiera votos lo haría mayoritariamente favoreciendo a Cambiemos. Es decir, que a Cristina no le conviene que se caiga Massa; y si le conviene, en cambio, a Cambiemos”. Aquí, la diferencia con los antecedentes se da en relación al 2015, ya que en las PASO y la primera vuelta de ese año Massa fue más un “tapón” para el FPV y para Daniel Scioli que para Cambiemos, mientras que esta vez, a tenor de lo que sostiene Rouvier, estaría sucediendo lo contrario.
Repasemos otras mediciones recientes posteriores a la definición de los candidatos de cada fuerza. La consultora González y Valladares realizó durante el primer fin de semana de julio un relevamiento en provincia de Buenos Aires con encuestas presenciales y telefónicas, sobre una muestra de 800 casos con un margen de error de +/- 3,54%. De acuerdo a ese estudio, la fórmula CFK-Taiana alcanza 29,7% de intención de voto; Massa-Stolbizer 26,1% y Bullrich-González 24,1%, en tanto que Randazzo-Casamiquela llegan a 5,2% (ver datos arriba; click para agrandar). La diferencia entre la lista más votada y la segunda es de 3,6 puntos porcentuales, por lo tanto estadísticamente no significativa, mientras que la brecha entre Massa y Bullrich es de 2 puntos porcentuales, con lo cual estamos en un escenario cercano al triple empate, bien diferente al que vimos en los estudios de Analogías y Cambiemos, donde CFK obtenía ventajas de casi 10 puntos porcentuales entre candidatos (y empate técnico entre emblemas cuando se medía FCC y Cambiemos) y 16 puntos porcentuales, respectivamente. Además, mientras en aquellos estudios el segundo lugar correspondía al oficialismo (con diferencias de entre 8 y 12 puntos porcentuales sobre la fórmula de 1País), aquí hay un empate técnico entre esos binomios por el segundo lugar, incluso con una luz de ventaja mínima para la fórmula que encabeza el tigrense. En lo que sí coincide esta medición con las demás es en poner cuarto y lejos de la pelea principal a Randazzo, separado de CFK por casi 25 puntos porcentuales, una distancia que minimiza sus chances de liderar una suerte de "renovación" en el espacio pan-peronista.
Otra medición que muestra una situación de “triple empate” es la de Management & Fit. Sobre una muestra de 2.000 casos, según la encuesta la fórmula Bullrich-González alcanza 28,5% de intención de votos, CFK-Taiana 27,8%, Massa-Stolbizer 24,1% y Florencio Randazzo 5,4% (ver datos abajo; click para agrandar). La diferencia entre 1 y 2 es de 0,7 puntos porcentuales, por lo tanto estadísticamente no significativa, y la diferencia entre 2 y 3 es de 3,7 puntos porcentuales, tampoco considerable. Con todo, en términos cualitativos, esta es la primera de 4 encuestas revisadas hasta ahora que pone a Bullrich en situación de paridad con CFK (en la medición de Analogías sólo había paridad en la medición por sellos). Si hacemos un promedio de las primeras dos mediciones (Analogías + Dicen), obtenemos 37,9% para CFK, 25% para Bulrich y 15,4% para Massa, es decir, un nítido liderazgo de la ex presidenta, con Cambiemos como claro segundo. En cambio, si el promedio lo hacemos con las mediciones de GyV y M&F, el resultado es 28,8% para CFK, 26,3% para Bullrich y 25,1% para Massa: aquí, la ventaja a favor de CFK deja de ser significativa, y además Cambiemos ve amenazado su segundo lugar a manos de 1País.
miércoles, 5 de julio de 2017
PASO en PBA: una medición que muestra casi un dejá vu del 2005
Mientras que la medición de candidatos realizada por Analogías en provincia de Buenos Aires le otorga a CFK una ventaja de casi 10 puntos porcentuales sobre los de Cambiemos, (33,8% a 24,1%, 9,7 puntos), una medición de la consultora Dicen (dirigida por Hilario Moreno) estira la diferencia a 16 puntos porcentuales: 42% para la fórmula encabezada por la ex presidenta, 26% para la liderada por Esteban Bullrich, 14% para el binomio que tiene al tope de la boleta a Sergio Massa y apenas 3% para la fórmula del PJ encabezada por Florencio Randazzo (ver datos arriba; click para agrandar).
Comparada con la medición de Analogías, esta coincide en mostrar un panorama de 1-2-3 nítido, aunque con diferencias entre cada posición que no sólo son estadísticamente significativas, sino también más amplias: 16 puntos porcentuales entre CFK y Bullrich (contra casi 10 en el estudio de Analogías) y 12 puntos porcentuales entre este y Massa (contra 7,3 puntos porcentuales en aquella medición). En el caso de Randazzo, la intención de voto que alcanza es aún más marginal que en el sondeo de Analogías; queda a 39 puntos porcentuales de CFK, una performance que refuerza la idea (coincidente en prácticamente todos los estudios que venimos revisando) de que la dinámica política estaría dejando a la lista del ex ministro con un voto residual, al punto que podría terminar en paridad con la izquierda. Claramente, de confirmarse esos números, sus chances de liderar una renovación en el espacio pan-peronista serían casi nulas.
En tercer término, al igual que las mediciones de Hugo Haime, Polldata y Analogías que revisamos recientemente, esta encuesta de Dicen muestra en la serie evolutiva una consolidación de CFK contra estancamientos y retrocesos de los demás candidatos principales: la ex presidenta pasa de 40% a 42% entre las últimas dos mediciones, mientras que Bullrich pasa de 25% a 26% y Massa de 16% a 14%. Más que las variaciones (estadísticamente no significativas en este caso), lo que resulta sugestivo es observar el mismo patrón cualitativo en 4 mediciones diferentes.
Como ya planteamos oportunamente, un 42% para CFK implicaría que la ex presidenta podría en la práctica repetir la elección que logró Sergio Massa en las legislativas del 2013, pero con chances de mayor diferencia sobre el segundo (fue de 12 puntos porcentuales sobre Martín Insaurralde, el por entonces candidato del FPV, que llegó al 31%; en esta medición de Dicen, la brecha alcanza los 16 puntos porcentuales). Entre las encuestas conocidas, esta es la única en la cual la ex presidenta se despega con una ventaja tan abultada del resto. Como antecedente, recordemos que en las legislativas de medio término del 2005 en PBA, CFK derrotó a Hilda "Chiche" Duhalde por 44% a 19% (25 puntos porcentuales). Esa victoria categórica dirimió la puja por el liderazgo en el espacio pan-peronista a nivel nacional, pero se dio con Néstor Kirchner volando en las encuestas y la economía del país creciendo a tasas chinas, por lo cual a priori parece difícil que la líder del flamante Frente de Unidad Ciudadana pudiera repetir una performance así. Si bien en la medición de Dicen la diferencia es menos contundente que la que logró CFK en 2005, una victoria de esas proporciones en un distrito que gobierna Cambiemos implicaría un duro revés para el oficialismo, dada la importancia estratégica de PBA y su peso en cantidad de electores dentro del total nacional.
Comparada con la medición de Analogías, esta coincide en mostrar un panorama de 1-2-3 nítido, aunque con diferencias entre cada posición que no sólo son estadísticamente significativas, sino también más amplias: 16 puntos porcentuales entre CFK y Bullrich (contra casi 10 en el estudio de Analogías) y 12 puntos porcentuales entre este y Massa (contra 7,3 puntos porcentuales en aquella medición). En el caso de Randazzo, la intención de voto que alcanza es aún más marginal que en el sondeo de Analogías; queda a 39 puntos porcentuales de CFK, una performance que refuerza la idea (coincidente en prácticamente todos los estudios que venimos revisando) de que la dinámica política estaría dejando a la lista del ex ministro con un voto residual, al punto que podría terminar en paridad con la izquierda. Claramente, de confirmarse esos números, sus chances de liderar una renovación en el espacio pan-peronista serían casi nulas.
En tercer término, al igual que las mediciones de Hugo Haime, Polldata y Analogías que revisamos recientemente, esta encuesta de Dicen muestra en la serie evolutiva una consolidación de CFK contra estancamientos y retrocesos de los demás candidatos principales: la ex presidenta pasa de 40% a 42% entre las últimas dos mediciones, mientras que Bullrich pasa de 25% a 26% y Massa de 16% a 14%. Más que las variaciones (estadísticamente no significativas en este caso), lo que resulta sugestivo es observar el mismo patrón cualitativo en 4 mediciones diferentes.
Como ya planteamos oportunamente, un 42% para CFK implicaría que la ex presidenta podría en la práctica repetir la elección que logró Sergio Massa en las legislativas del 2013, pero con chances de mayor diferencia sobre el segundo (fue de 12 puntos porcentuales sobre Martín Insaurralde, el por entonces candidato del FPV, que llegó al 31%; en esta medición de Dicen, la brecha alcanza los 16 puntos porcentuales). Entre las encuestas conocidas, esta es la única en la cual la ex presidenta se despega con una ventaja tan abultada del resto. Como antecedente, recordemos que en las legislativas de medio término del 2005 en PBA, CFK derrotó a Hilda "Chiche" Duhalde por 44% a 19% (25 puntos porcentuales). Esa victoria categórica dirimió la puja por el liderazgo en el espacio pan-peronista a nivel nacional, pero se dio con Néstor Kirchner volando en las encuestas y la economía del país creciendo a tasas chinas, por lo cual a priori parece difícil que la líder del flamante Frente de Unidad Ciudadana pudiera repetir una performance así. Si bien en la medición de Dicen la diferencia es menos contundente que la que logró CFK en 2005, una victoria de esas proporciones en un distrito que gobierna Cambiemos implicaría un duro revés para el oficialismo, dada la importancia estratégica de PBA y su peso en cantidad de electores dentro del total nacional.
martes, 4 de julio de 2017
Nota publicada en suple Tendencias de La Voz
La tecnología puede ayudarte en tus finanzas: enteráte cómo
Sin dudas, en estos años (y no sólo en nuestro país) a cada vez más gente se le hace cuesta arriba llegar a fin de mes. En ese marco, han surgido diversos desarrollos pensados para ayudarle al usuario a ahorrar y administrar sus finanzas personales o domésticas. Veamos:
lunes, 3 de julio de 2017
Paso en PBA: empate técnico por emblema en la primera medición luego del cierre de listas
Al igual que en las mediciones de Hugo Haime y Polldata que citamos antes, los estudios de Analogías mostraban una consolidación de CFK: de la encuesta anterior a la más reciente, la ex presidenta pasaba de 30,9% a 33,8% (+2,9 puntos porcentuales), en tanto que la lista liderada por Esteban Bullrich pasaba del 23,7% al 24,1% (+ 0,4 puntos porcentuales), la encabezada por Sergio Massa del 17,6% al 16,8% (-0,8 puntos porcentuales) y la de Florencio Randazzo de 7% a 4,5% (-2,5 puntos porcentuales). Nuevamente podemos decir que, más allá de las variaciones estadísticamente no significativas, los tres estudios longitudinales coinciden en un patrón: CFK primera, consolidada o con un leve crecimiento, contra un estancamiento (o leves retrocesos) tanto de su “competidor” dentro del espacio pan-peronista (Randazzo) como de sus adversarios de Cambiemos y Un País (ver datos arriba; click para agrandar).
Según el informe de la consultora, el apoyo a la fórmula de CFK aparece inversamente correlacionado con el nivel educativo y se fortalece especialmente en los electores jóvenes (16-29 y 30-44 años). Inversamente, la fórmula de Esteban Bullrich tiene mejores registros entre los entrevistados con estudios superiores y el segmento etario de mayores de 60 años. La fórmula de Massa, en tanto, decrece en intención de voto conforme baja la edad. Como dato clave, la encuesta también midió intención de voto por emblemas políticos; en ese caso, el resultado fue que “Unidad Ciudadana retiene el liderazgo que manifestaba en el escenario previo, alcanzando el 33,5%, aunque con una mucha mayor paridad respecto a Cambiemos, que supera el 31% de intención de voto. De esta forma, el Frente Un País, en este escenario, queda relegado por la polarización a un tercer puesto menos competitivo. El frente de Randazzo, nuevamente, se ubica por debajo del 5% de intención de voto” (ver datos abajo; click para agrandar).
Aquí, vemos un empate técnico entre el oficialismo (donde la medición destaca que la lista de Cambiemos tiene el aval del presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal) y la lista de CFK, puesto que la diferencia de 2,5 puntos porcentuales es estadísticamente no significativa. Comparando con la medición de candidatos, se aprecia que CFK y Randazzo miden prácticamente lo mismo que sus flamantes sellos (33,8% vs 33,5% y 4,5% vs 4,3%, respectivamente), mientras que la performance de Cambiemos es mejor que la del binomio que encabeza Bullrich (31,4% vs 24,1%, una suba de 7,3 puntos porcentuales). En tanto, Massa mide apenas mejor que el sello Un País (16,8% vs 13,2%, una diferencia de 3,6 puntos porcentuales). Según el informe, “nuevamente, el voto a Unidad Ciudadana crece en jóvenes y adultos de 16 a 44 años y en los segmentos de menor nivel de instrucción, a la inversa de Cambiemos, que se fortalece entre mayores de 60 años y en sectores con formación universitaria. La intención de voto de los espacios que encabezan Cristina y el Presidente se mantienen estables en los últimos meses, capturando entre ambos el 60-65%”.
Nuevamente, la diferencia de 29,2 puntos porcentuales entre los sellos de CFK y Randazzo que arrojan estos datos resulta contundente de cara a la disputa por el liderazgo del espacio pan-peronista, que acumula un 37,8% de intención de voto si se suman linealmente los guarismos de ambos candidatos. Igual que destacábamos en el post anterior, esa cifra coincide de manera casi exacta con el promedio de votos (38,5%) que obtuvo el Frente para la Victoria en PBA entre las PASO y la primera vuelta presidencial del 2015 (40% y 37,1%, respectivamente), lo cual insinúa una regularidad estadística. La lista de Cambiemos (31,4%) casi empata con los votos obtenidos por Macri en la primera vuelta presidencial de ese año (32,9%). En cambio, la de Un País está significativamente por debajo del caudal obtenido por Massa en las PASO y la primera vuelta (20,6% y 22,4%), lo cual implica una debilidad relativa de su sello respecto a los otros tres, dentro de los principales. La izquierda, a su turno, no varía entre esas dos formas de medir.
Según el informe de la consultora, el apoyo a la fórmula de CFK aparece inversamente correlacionado con el nivel educativo y se fortalece especialmente en los electores jóvenes (16-29 y 30-44 años). Inversamente, la fórmula de Esteban Bullrich tiene mejores registros entre los entrevistados con estudios superiores y el segmento etario de mayores de 60 años. La fórmula de Massa, en tanto, decrece en intención de voto conforme baja la edad. Como dato clave, la encuesta también midió intención de voto por emblemas políticos; en ese caso, el resultado fue que “Unidad Ciudadana retiene el liderazgo que manifestaba en el escenario previo, alcanzando el 33,5%, aunque con una mucha mayor paridad respecto a Cambiemos, que supera el 31% de intención de voto. De esta forma, el Frente Un País, en este escenario, queda relegado por la polarización a un tercer puesto menos competitivo. El frente de Randazzo, nuevamente, se ubica por debajo del 5% de intención de voto” (ver datos abajo; click para agrandar).
Aquí, vemos un empate técnico entre el oficialismo (donde la medición destaca que la lista de Cambiemos tiene el aval del presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal) y la lista de CFK, puesto que la diferencia de 2,5 puntos porcentuales es estadísticamente no significativa. Comparando con la medición de candidatos, se aprecia que CFK y Randazzo miden prácticamente lo mismo que sus flamantes sellos (33,8% vs 33,5% y 4,5% vs 4,3%, respectivamente), mientras que la performance de Cambiemos es mejor que la del binomio que encabeza Bullrich (31,4% vs 24,1%, una suba de 7,3 puntos porcentuales). En tanto, Massa mide apenas mejor que el sello Un País (16,8% vs 13,2%, una diferencia de 3,6 puntos porcentuales). Según el informe, “nuevamente, el voto a Unidad Ciudadana crece en jóvenes y adultos de 16 a 44 años y en los segmentos de menor nivel de instrucción, a la inversa de Cambiemos, que se fortalece entre mayores de 60 años y en sectores con formación universitaria. La intención de voto de los espacios que encabezan Cristina y el Presidente se mantienen estables en los últimos meses, capturando entre ambos el 60-65%”.
Nuevamente, la diferencia de 29,2 puntos porcentuales entre los sellos de CFK y Randazzo que arrojan estos datos resulta contundente de cara a la disputa por el liderazgo del espacio pan-peronista, que acumula un 37,8% de intención de voto si se suman linealmente los guarismos de ambos candidatos. Igual que destacábamos en el post anterior, esa cifra coincide de manera casi exacta con el promedio de votos (38,5%) que obtuvo el Frente para la Victoria en PBA entre las PASO y la primera vuelta presidencial del 2015 (40% y 37,1%, respectivamente), lo cual insinúa una regularidad estadística. La lista de Cambiemos (31,4%) casi empata con los votos obtenidos por Macri en la primera vuelta presidencial de ese año (32,9%). En cambio, la de Un País está significativamente por debajo del caudal obtenido por Massa en las PASO y la primera vuelta (20,6% y 22,4%), lo cual implica una debilidad relativa de su sello respecto a los otros tres, dentro de los principales. La izquierda, a su turno, no varía entre esas dos formas de medir.
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