jueves, 15 de noviembre de 2018

Repasando escenarios de cara al 2019 (3)

En el posteo anterior coincidíamos con Maxi Montenegro en que de cumplirse el escenario el escenario de una recesión en forma de 'L moderada', el camino a la reelección de Macri se haría todavía más cuesta arriba que hoy, pero discrepábamos con su afirmación de que aumentarían las chances de la oposición peronista en cualquiera de sus versiones. Tal como en su momento apuntó Poliarquía, el escenario de crisis en L beneficia claramente las chances de CFK, pues alimenta el escenario de polarización simétrica entre Cambiemos y el kirchnerismo/Unidad Ciudadana que ya se observa y deja afuera al peronismo antiK de la disputa por la primera minoría y del pase a segunda vuelta. La consultora Poliarquía también hace el seguimiento de otros tres indicadores clave para tratar de anticipar si, de cara al 2019, las chances de reelección del presidente Mauricio Macri se recuperan luego del quiebre de junio-julio o siguen en baja, ya que se correlacionan con ciclos políticos a favor o en contra de los oficialismos. Uno de ellos es la confianza del consumidor, que hoy se ubica en el nivel más deprimido desde la crisis del 2002. Como vimos en una entrada reciente, el ICC (Universidad Di Tella/ Poliarquía) cayó en octubre 3,6%, llegando a su nivel mínimo en 15 años. 

Respecto de octubre de 2017, cuando Cambiemos alcanzó el 42% de los votos a nivel país, la baja del ICC es del 36%. La última vez que la confianza del consumidor estuvo peor que ahora fue en la crisis de 2002. Apunta Montenegro: “El ciclo político está muy vinculado con la evolución de este indicador, que cuando está en niveles elevados redunda en altos niveles de aprobación del oficialismo, mientras que sucede lo contrario cuando cae fuertemente, como ocurrió en 2009, en 2014 y en esta crisis. El nivel actual está incluso bastante por debajo de la recesión de 2016, tras la salida del cepo y la disparada de la inflación junto con los tarifazos. En este índice tiene un peso relevante la evolución del mercado de bienes durables (autos, electrónica, electrodomésticos) e inmuebles: la posibilidad de mejorar o no el acceso a estos bienes se vincula en el corto plazo con la percepción favorable o negativa del consumidor” (ver gráfico arriba). El otro indicador clave es el "Barómetro de Opinión Pública", que combina 15 indicadores de opinión pública de diferentes áreas del gobierno, la economía y la sociedad. Según la medición de octubre, el Barómetro sigue en tendencia negativa (está 41% abajo respecto de octubre del 2017), pero aún se muestra en el área de "competencia", en niveles similares a abril 2014 y 2009. O sea, todavía no cayó hasta el área denominada de "Crisis", como sucedió durante el colapso de la convertibilidad en 2002. Se advierte que su dibujo es similar a la del índice de confianza del consumidor. El tercer indicador es el llamado "índice de optimismo ciudadano": según Poliarquía, volvió a caer en octubre y se ubica en el nivel más bajo de la última década (emulando el bajón del ICC). Respecto octubre de 2017 cae 50%. Ese índice agrupa y pondera la opinión pública respecto a la situación actual, la comparación con el pasado y las expectativas. En 2008-2009, en 2010 y 2014 y en 2016 estuvo claramente en rojo, pero nunca tan mal como hoy: vale decir, la actual crisis en ese indicador perceptivo supera los peores momentos de los dos mandatos de CFK y los peores del arranque de la gestión Cambiemos. "Si Macri pretende ganar su relección deberá modificar la tendencia de estos indicadores apuntando a que la recuperación económica en el año electoral venga de la mano de un aumento notorio del consumo, de la percepción de que la crisis quedó atrás y que se restablezcan las expectativas de que la situación en el futuro será todavía mejor", apunta el periodista. Esto coincide con una de nuestras premisas analíticas centrales: no hay un electorado y un mercado disociados, sino una comunidad que consume y que vota, y ambas dimensiones están interconectadas. 



Existen otros indicadores que también están mostrando hoy la peor situación en mucho tiempo. Según la consultora económica Radar, la dinámica actual de destrucción de empleo registrado industrial, que ya lleva 3 años, se asemeja cada vez más a la de 1998-2002. "Con más de 100.000 empleos perdidos, es la peor crisis de los últimos 20 años (y todo indica que se profundizará)", apunta la entidad (ver datos arriba; click para agrandar). Según los últimos indicadores del Indec, la recesión en esta actividad aún no encuentra piso: el Estimador Mensual Industrial (EMI) marcó una baja del 11,5% interanual en octubre y un deterioro de las expectativas de los empresarios en lo que respecta al empleo y el volumen de ventas que esperan para los próximos meses. "Sector por sector, las perspectivas son negativas. Algunos sectores pueden ganar con mayores exportaciones como el automotriz, metálicas básicas o alguna actividad puntual de la siderurgia por Vaca Muerta, pero no compensan lo que se pierde con todo el resto que depende del mercado interno"advirtió el economista de Radar, Martín Alfie (ver datos abajo; click para agrandar). 




En cuanto a las perspectivas para el 2019, Alfie planteó: "no veo ninguna recuperación, en todo caso caerá menos"; la tracción podría provenir del agro o actividades vinculadas a las exportaciones a Brasil, pero no de las que están ligadas al mercado interno, duramente golpeado por el deterioro del poder adquisitivo. Según Radar, 9 de los 12 bloques relevados por el Indec muestran en 2018 niveles inferiores a 2015 (ver datos abajo: click para agrandar). El total de la industria manufacturera cayó 5,2% y las perspectivas para 2019 son negativas: así, todo indica que la industria caerá en 3 de los 4 años de la actual gestión. De todos modos, el problema es que la caída de la actividad es transversal, no sólo de la industria: si tomamos los 6 escenarios de crisis que vimos en los dos posteos anteriores y construimos un promedio a lo Nate Silver, la caída del PBI para 2019 es del 3,2%. Esa caída es peor que la del 2016 (-2,2% en su primera versión y -1,8% en la versión corregida por el Indec este año), peor que las estimaciones actuales del FMI para 2018 (-2,6%) y peor que las estimaciones del Fondo para 2019 en el documento del acuerdo recientemente firmado con el gobierno (-1,6%): vale decir, si se diera ese promedio (que está lejos del peor escenario de caída estimado, que oscila en torno al 6%) el año electoral 2019 sería el peor de los 4 de la gestión Macri; precisamente, el año donde se define la continuidad o no de Cambiemos en el poder. 


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