Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
martes, 31 de mayo de 2022
lunes, 30 de mayo de 2022
De mal en peor: el pesimismo en la economía predomina en las encuestas (nota publicada en CBA24N)
Junto con el impacto de la inflación, el pesimismo es otro de los desafíos que enfrenta el actual gobierno nacional en esa materia. Con tres años de caída desde el bienio 2018-2019 (crisis con Cambiemos) más la depresión generada por la pandemia del Covid-19 en 2020 (primer año de gestión del Frente de Todos), la mejora de la actividad en 2021 (el PIB creció 10,3%) aún no compensa lo perdido en términos macro ni micro. En ese marco, el escepticismo domina tanto la evaluación de la coyuntura actual como la expectativa. Según una reciente encuesta nacional de consultora Analogías, 28% de los electores tiene una mirada positiva de la situación actual (contra 69% de negativa), pero a futuro el optimismo económico apenas roza el 20% contra un pesimismo del 71,1% (gráfico arriba). Consistente con eso, apenas 12% percibe que la economía y los ingresos se están recuperando a nivel país, vs casi 82% que cree que se recuperan poco o nada (gráfico abajo).
El mismo estudio arroja que casi 65% cree que la capacidad de compra de sus ingresos en los próximos meses será menor, en tanto que 15,4% piensa que se mantendrá y apenas 7,6% espera una suba (gráfico abajo).
En tanto, según una encuesta reciente de Management & Fit, cuando se compara la situación económica del país contra un año atrás casi 16% percibe mejoría, contra casi 72% que percibe un empeoramiento (gráfico abajo). Llamativamente, la mejoría se percibe relativamente más entre los electores de nivel educativo bajo (lo que correlaciona con los niveles socioeconómicos más vulnerables), mientras que el deterioro pesa más en los sectores de instrucción media y alta.
Con algún matiz, una encuesta reciente realizada por Consultora Delfos en Córdoba confirma que el pesimismo también se impone a nivel local: 3 de cada 4 electores de la provincia creen que la situación económica del país es peor que la del año pasado, un 13% la ve igual y apenas 6% percibe una mejoría (gráfico abajo).
La serie longitudinal de encuestas de consultora Opinaia permite apreciar la cuestión en términos evolutivos: la clave es un pesimismo inercial que nace en la mirada de la coyuntura presente pero termina permeando, si bien no de manera lineal, en la expectativa futura. Mientras la situación económica actual del país es calificada de manera negativa por 71%, el futuro de la economía alcanza un pesimismo del 48% (gráfico abajo).
Profundizando el análisis comparativo, cuando se miden ambas variables en tres niveles (positivo, regular y negativo vs mejora, continuidad y empeoramiento, respectivamente) se advierte que la percepción de la coyuntura actual es más estable que la expectativa. Por otro lado, mientras la evaluación positiva del presente ronda entre el 6% y el 8% en el primer trimestre del año, el optimismo a futuro llega a triplicarlo, ubicándose en un promedio del 20% en el mismo lapso.
Sin embargo, cuando la variable expectativa se mide de manera dicotómica (positiva vs negativa, sin la alternativa de respuesta “se mantiene igual”), como viene haciendo la consultora Rouvier & Asociados, surge nítidamente que el optimismo muestra, aunque sea leve, una tendencia declinante desde febrero pasado, cuando alcanzó el umbral del 20% (ubicándose prácticamente en el nivel de optimismo que detectó en el mismo mes Opinaia, que lo mide de manera diferente). Desde entonces, perforó ese umbral, con lo cual el pesimismo hizo dos picos seguidos (casi 70% en abril y 75% en mayo; gráfico arriba). En síntesis, el repaso de diversos estudios nacionales y locales permite concluir que la mejora de la actividad en 2021 y la de los primeros meses de este año, donde el crecimiento se sostiene en términos macroeconómicos, aún no llega a permear a nivel perceptivo de manera significativa, con lo cual el pesimismo sigue siendo predominante, si bien es más intenso en la mirada de la situación actual que en las expectativas futuras.
sábado, 28 de mayo de 2022
lunes, 23 de mayo de 2022
La cuestión de las tarifas en las encuestas (nota publicada en CBA24N)
Durante el segundo mandato presidencial de Cristina Fernández (2011-2015) se planteó la necesidad de reducir la extensión de los subsidios a las tarifas de servicios públicos para beneficiar sólo a los sectores vulnerables; ese fue uno de los planteos de la llamada “sintonía fina”, que finalmente quedó acotada a una renuncia de carácter voluntario por parte de quienes decidían no seguir recibiéndolos. En el gobierno de Cambiemos (2015-2019) comenzaron a aplicarse fuertes aumentos de tarifas en esos servicios, cuyo impacto en la economía doméstica se agravó a partir de la crisis desatada en 2018, que el ex presidente Mauricio Macri pretendió conjurar (sin éxito) recurriendo al crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas condiciones de repago fueron renegociadas por la gestión de Alberto Fernández. De ese modo, en los últimos cuatro años una inflación galopante y la persistencia de la crisis económica pre y pos Covid-19 volvieron la necesidad de segmentar los subsidios para que aquellos sectores socialmente más favorecidos paguen por las tarifas de servicios un precio más alineado con los costos de producción a efectos de reducir el déficit fiscal. Hoy, el tema forma parte del debate interno del Frente de Todos, con dos posiciones principales: una partidaria de reducir los subsidios en procura de un esquema de mayor sustentabilidad macro económica a mediano y largo plazo, y otra que cree que el daño producido en el tejido social a partir de 2018 no permite introducir esas correcciones hoy. Planteado el escenario, ¿qué dicen las últimas encuestas? De acuerdo a un reciente informe nacional de consultora Analogías, 39% de los electores argentinos dice que la proporción de ingresos de su hogar que se destina a pagar la luz, el gas y el agua es alta; 41,4% responde que es media, y apenas 13,6% que es baja (gráfico arriba).
La misma encuesta arroja que 59% opina que las tarifas de los servicios públicos no deberían aumentar este año, mientras que casi 24% admite aumentos de hasta 20%, 7,2% de entre 20% y 50% y apenas 4,6% mayores al 50% (gráfico arriba). Otro estudio reciente, en este caso de Giacobbe, coincide en parte: nuevamente, casi 59% dice que no está dispuesto a pagar nada más por servicios como el agua y la luz, casi 22% aceptaría aumentos de hasta 25%, 10% de 50% y 9,2% del 100% o más (gráfico abajo).
A su turno, la última encuesta nacional de Zuban Córdoba & Asociados indagó qué debería hacer un próximo gobierno con los subsidios para el consumo energético. Las opiniones se dividen con bastante simetría: casi 46% piensa que debería mantenerlos, vs casi 42% que opina que debería eliminarlos (gráfico abajo).
Cuando se abren los datos en función del voto en 2019 y la intención electoral de cara a 2023, se observa con nitidez que en el Frente de Todos se impone la opción de mantener los subsidios (entre casi 68% y 78%, respectivamente), mientras que entre los de Juntos por el Cambio predomina la postura de eliminarlos (en torno al 63%; gráfico abajo).
Profundizando en el análisis, una encuesta reciente de consultora Circuitos aporta una aproximación a las tendencias en provincia de Buenos Aires (PBA). Para 44,3% de los electores de ese distrito, una quita de subsidios de luz y gas incidiría mucho en su economía doméstica, casi 39% cree que tendría alguna incidencia y apenas 7,4% opina que no incidiría (gráfico abajo).
Finalmente, en términos de los que debería hacer el gobierno con las tarifas, el evolutivo muestra que la postura favorable a un aumento segmentado en PBA cedió 9,3 puntos porcentuales entre febrero y mayo de 2022, la de un aumento indiscriminado se mantiene en torno al 21% y la de mantener los subsidios presenta una leve tendencia ascendente (+3,6 pp). La posición a favor de que las empresas asuman el aumento de costos presenta la mayor volatilidad (gráfico abajo).
En síntesis, los últimos datos de opinión pública disponibles sobre el tema arrojan que se trata de una cuestión compleja. Contra el extendido discurso de que “la sociedad se derechizó y pide un ajuste”, el análisis de encuestas arroja que casi 6 de cada 10 electores no están dispuestos a ningún aumento de tarifas. Entre quienes se muestran a favor de afrontar subas, la primer minoría las acota a entre 20%-25%. En cuanto al debate entre mantener o eliminar lisa y llanamente los subsidios de cara a un futuro gobierno, una primera minoría de casi 46% se decanta por sostenerlos.
sábado, 21 de mayo de 2022
lunes, 16 de mayo de 2022
Cómo está el Frente de Todos en las encuestas a tres años del anuncio de CFK (nota publicada en CBA24N)
El sábado 18 de mayo de 2019, Cristina Fernández anunció que acompañaría como candidata a vicepresidenta a Alberto Fernández, una jugada que desarmó el escenario político y electoral que el entonces presidente Mauricio Macri daba por descontado. La movida desconcertó a Juntos por el Cambio y el flamante Frente de Todos (FDT) alcanzó en las primarias de agosto de ese año una ventaja que JXC pudo recortar en la elección general de octubre, pero no revertir. A tres años de su conformación, ¿cómo está hoy el FDT en las encuestas? Según un estudio reciente de IPD Consultora, apenas 12% de los electores califica como buena la relación entre el presidente y su vice, 35% la ve regular y más de la mitad (51%) cree que es negativa. En cuanto al impacto de esa relación sobre la gestión, 2 de cada 3 (67%) lo ven negativo, apenas 5% consideran que es positivo y 16% no ven influencia (gráfico arriba). Una encuesta reciente de D´Alessio IROL que también aborda la cuestión es menos pesimista al respecto pero de todos modos arroja un saldo desfavorable, con 48% que cree que la interna del oficialismo afecta la gobernabilidad en gran medida (gráfico abajo).
Profundizando en la relación entre AF y CFK, un estudio reciente de la consultora Taquión arrojó que casi 39% se identifica con la frase “CFK es quien tiene el poder y AF acata órdenes”; en empate técnico con esa opción, 35,4% escogió “Hay una lucha de poder entre AF y CFK”. Muy detrás quedó “AF y CFK comparten el poder en una convivencia pacífica”, con 12,2%, y apenas 3,6% se decantó por la idea de que el poder lo tiene Alberto (gráfico abajo).
Así las cosas, es evidente que la opinión pública percibe un vínculo enrarecido entre las dos principales figuras del oficialismo, al punto que la última encuesta nacional de Ricardo Rouvier & Asociados mostró a CFK con casi 18% de respuestas en la variable “principales opositores al presidente Alberto Fernández” (gráfico abajo).
¿Abre esto una posibilidad de ruptura en el oficialismo de cara al turno electoral 2023? Esta cuestión no es fácil de responder, ya que la mayoría de los datos que repasamos sugieren que CFK aventaja en liderazgo a Alberto Fernández: esa percepción que alcanza la primera minoría en el estudio de Taquión que vimos arriba se profundiza en una encuesta reciente de la Universidad de San Andrés (Udesa), según la cual 7 de cada 10 electores creen que ella es la líder del oficialismo, vs apenas 13% que pone en esa condición a Alberto (gráfico abajo).
Para más datos, el mismo estudio reporta que entre los electores del FDT ella triplica la percepción de liderazgo del presidente (gráfico abajo).
Además de sacar ventaja en términos de liderazgo, CFK también se impone en intención de voto, con lo cual el presidente tiene pocos incentivos para precipitar un desenlace de fractura, hablando estrictamente en términos de opinión pública. Según la última encuesta nacional de CIGP, en una interna del oficialismo la vicepresidenta duplica al primer mandatario, con 44% a 22% (gráfico abajo).
CFK también saca ventaja en las encuestas realizadas en distritos clave, como Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y provincia de Buenos Aires (PBA), de acuerdo al último estudio realizado por el Observatorio de Psicología Aplicada de la Universidad de Buenos Aires (OPSA-UBA). En CABA alcanza el 44% y en PBA el 50%, con brechas estadísticamente significativas sobre potenciales competidores del oficialismo (gráfico abajo).
En la misma línea, la última encuesta de la consultora Trespuntozero en PBA muestra que el FDT se impondría sobre JXC por unos 10 puntos porcentuales de ventaja en ese distrito a condición de que la vicepresidenta se mantuviera dentro del oficialismo, dado que ella alcanza 23,4% de intención de voto vs 15% del presidente y 1,2% de Sergio Massa. Así, al mismo tiempo que queda claro que CFK es la “accionista mayoritaria” del frente, se pone en evidencia la situación de empate técnico en la oposición entre Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y Patricia Bullrich (gráfico abajo).
Un escenario alternativo del mismo informe muestra matices cuando Macri sale de la ecuación opositora, pero ratifica la hegemonía de CFK en el FDT (gráfico abajo). Finalmente, según la última encuesta de Circuitos en PBA, casi 44% de los electores de ese distrito que votaron al FDT en 2019 cree que CFK está mejor para encabezar la fórmula del oficialismo, vs 15,5% que elige a Alberto Fernández para ubicarse al tope de la boleta presidencial (gráfico abajo).
Finalmente, según la última encuesta de Circuitos en PBA, casi 44% de los electores de ese distrito que votaron al FDT en 2019 cree que CFK está mejor para encabezar la fórmula del oficialismo, vs 15,5% que elige a Alberto Fernández para ubicarse al tope de la boleta presidencial (gráfico abajo).
En síntesis, a tres años del anuncio de CFK que posibilitó la victoria electoral del FDT sin necesidad de ballotage, hoy la interna en el oficialismo está expuesta en la mirada de la opinión pública, que se muestra preocupada por el impacto del vínculo entre el presidente y su vice en la gobernabilidad y la gestión. Sin embargo, el “cristinismo” sigue siendo el núcleo sólido del oficialismo y aventaja a los demás socios del frente en las variables liderazgo percibido e intención de voto, mientras que el “albertismo”, en el mejor de los casos, sólo saca ventaja frente al “massismo” en los escenarios mano a mano de una eventual interna del FDT.sábado, 14 de mayo de 2022
martes, 10 de mayo de 2022
La ultraderecha y los beneficios de hacer campaña con las redes sociales (Redacción 107.5 FM Gen)
Por Valentina Vaira
El fenómeno de la ultraderecha está atravesando los distintos espacios -es decir- no sólo a los medios tradicionales sino también, y con gran énfasis, en las redes sociales: dentro de las cuales se dirigen a un público joven.
Como fue mencionado en la nota anterior, existe un segmento de la población más influenciable o que no tiene un voto tan decidido, al cual se dirige la derecha libertaria para convencerlos de que los elijan y sigan. No sólo aprovecha el colectivo al que se orienta sino también los beneficios de estas nuevas plataformas.
Por lo tanto, Norman Berra (líder de proyectos de consultora Delfos) resaltó: “Las redes sociales han dado la capacidad de amplificar el mensaje; que sea más espontáneo, tenga mayor propagación, además de ser más barato”.
Junto con lo cual también afirmó: “Antes, había que hacer una gran inversión, ya que los medios tradicionales eran más caros y había que pagar por el segundo en televisión o en radio, por ejemplo”.
Pero también, refiriéndose a Milei (uno de los máximos líderes), Norman expuso: “Una cosa es una elección legislativa como en 2021, donde uno va y hace ruido en un sector (el Congreso), y otra es una elección presidencial como será en 2023, donde tenés que postularte para gobernar por 4 años”.
A su vez, dijo: “Aunque falta mucho para la elección, es difícil que llegue a la presidencia o a un ballotage, hoy es más un tercero en discordia, porque las dos coaliciones principales, Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, mantienen núcleos duros muy sólidos, pese a la crisis y el descrédito de la política”.
Por último, mencionó: “Milei necesita de una estructura política muy grande, que hoy no tiene. Uno no puede crear una figura política de la nada, y al tener que armar estructura, candidatos en otros distritos, inevitablemente va a entrar en lo que se llama la rosca política. Esto va a limitar su posibilidad de seguir creciendo de la mano de su crítica a lo que él llama la casta”.
lunes, 9 de mayo de 2022
¿Qué piensa la gente del Poder Judicial? (nota publicada en CBA24N)
Desde hace unas semanas, la puja entre el Gobierno nacional y el Poder Judicial escaló sobre la base de dos temas principales: uno, la polémica intervención de la Corte Suprema de Justicia (CSJN) en el Consejo de la Magistratura (ya que la CSJN declaró de manera tardía la inconstitucionalidad de la última reforma y restauró una normativa anterior, con el agravante de que el presidente de la Corte se colocó al frente del organismo). El otro son las iniciativas para reformar y ampliar el tribunal superior. En general, son temas que, por su complejidad técnica, escapan al promedio de la opinión pública, por lo que no hay mediciones recientes que los aborden. Lo que sí aportan las encuestas es un dato contextual de base: la puja se produce en un momento en el que tanto la dirigencia política como el Poder Judicial están en pisos de valoración. Según el último estudio realizado por la Universidad de San Andrés (Udesa), los jueces están al fondo de la tabla de imagen de organizaciones, actores y sectores, con apenas 9% de calificación positiva vs 84% de negativa (gráfico arriba).
De acuerdo al mismo informe, el Poder Judicial también está al fondo de la tabla de satisfacción, con apenas 10% (muy satisfecho + algo satisfecho) y 85% de insatisfacción (algo insatisfecho + muy insatisfecho). Muy cerca se ubica el Poder Ejecutivo (11% vs 83%, respectivamente), mientras que las Cámaras de Diputados y Senadores alcanzan la misma satisfacción acumulada (12%) y apenas se diferencian en insatisfacción (83% vs 81%, respectivamente), en un empate técnico a cuatro bandas (gráfico arriba).
En la misma línea, un estudio reciente de consultora Taquión arroja que apenas 8,9% de los electores argentinos confía en los jueces y el sistema judicial, vs 84,4% que no confía. En cuanto a los políticos en general, el resultado es 8,3% vs 85%, respectivamente (gráfico arriba); es decir, un nuevo empate técnico. A su turno, una encuesta de las consultoras Grupo de Opinión Pública (GOP) y Trespuntozero ubica a políticos y jueces como los dos sectores percibidos como más privilegiados del país, con 64,4% y 14,6% en el total país y diferencias estadísticamente no significativas cuando los datos se acotan a la clase media (gráfico abajo).
Los matices aparecen al abrir el dato en función de la “grieta” electoral: 74% de los votantes de Juntos por el Cambio (JXC) se decanta por los políticos como sector con más privilegios y apenas 6,6% por los jueces; en cambio, 53% de los electores del Frente de Todos (FDT) percibe a los políticos como el sector más privilegiado (21 puntos porcentuales menos que en JXC), pero casi 28% identifica a los jueces en segundo término (21,2 pp por encima de lo que se advierte en JXC). Además, 8,1% del FDT ve a los empresarios como el tercer sector más privilegiado, posición que entre los electores cambiemitas ocupan los sindicalistas (gráfico abajo).
Un dato interesante es que en algunos puntos no hay grieta política: el 82% de los votantes de Mauricio Macri en 2019 está de acuerdo con quitar las jubilaciones de privilegio con las que cuentan los jueces (junto con los diplomáticos), y 80,5% de los votantes de Alberto Fernández en la misma elección coincide, según una encuesta reciente de las consultoras Grupo de Opinión Pública (GOP) y Trespuntozero (gráfico abajo).
Profundizando el análisis, el hecho de que tanto los actores políticos como los judiciales atraviesen un momento de descrédito generalizado no implica que no exista consenso social para ciertas reformas: como acabamos de identificar, existe un acuerdo transversal en la posibilidad de quitar las jubilaciones de privilegio a los jueces.
Otro tema donde se perfila un consenso mayoritario surgen de un sondeo de opinión realizado por Clivajes Consultores Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires el pasado mes de febrero: en un contexto en el que apenas 15,1% de los electores de ese conglomerado está muy o algo conforme con el funcionamiento del Poder Judicial mientras que casi 81% se muestra algo disconforme o muy disconforme (gráfico arriba), también casi 81% está muy de acuerdo o algo de acuerdo con la frase “el Poder Judicial debe ser sometido al voto popular, como ocurre con el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo”; sólo 16,1% se muestra en contra (gráfico abajo).
En resumen, aunque el contexto está atravesado por una mirada crítica de los tres poderes, surgen consensos respecto a recortar lo que se perciben como privilegios de los jueces y un aval a someterlos al voto popular, como sucede con el Ejecutivo y el Legislativo.
sábado, 7 de mayo de 2022
lunes, 2 de mayo de 2022
La interna en Juntos por el Cambio en las encuestas (nota publicada en CBA24N)
La última reunión de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio (JXC) dejó expuesta más que nunca la interna en la coalición. Pese al comunicado que cuestiona a Javier Milei y pretende cerrar la posibilidad de sumarlo a la alianza, hay posiciones enfrentadas al respecto. Los resultados de la elección de medio término del 14-N de 2021 ratificaron la victoria opositora, pero estuvieron por debajo de las expectativas pos primarias, dado que el oficialismo logró recortar la ventaja. Eso agudizó las internas dentro del espacio opositor. Dos dirigentes de peso dentro del PRO que resignaron sus aspiraciones de competir el año pasado (el expresidente Mauricio Macri y la exministra Patricia Bullrich) interpretan que el armado de centro derecha moderada que pergeñó el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) en esos comicios, con María Eugenia Vidal en CABA y Diego Santilli en provincia de Buenos Aires (PBA) al frente de las listas, cedieron terreno frente a la recuperación oficialista y la avanzada libertaria en ambos distritos, a manos de Javier Milei y José Luis Espert, respectivamente. Así, desde entonces la competencia por el liderazgo y la precandidatura presidencial de JXC de cara a 2023 recrudeció, con un resultado que se mantiene abierto. Según la última encuesta nacional de Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP), la competencia entre Macri, Rodríguez Larreta y Bullrich por la candidatura está en empate técnico: si se enfrentaran el “duro” Macri con el “moderado” Larreta, el resultado sería 40% a 38%, una diferencia de 2 puntos porcentuales estadísticamente no significativa; si la disputa fuera entre Larreta y la “dura” Bullrich, el escenario arroja 42% a 40%, nuevamente indefinido (gráfico arriba).
Cuando se mide la percepción de liderazgo opositor en lugar de intención de voto dentro de JXC, como hizo una encuesta nacional reciente de Synopsis, nuevamente el resultado arroja paridad entre Bullrich (24,2%), Larreta (22,1%) y Macri (casi 19%); en cuarto lugar se ubica Javier Milei, con 11,4%. Cuando la variable medida es liderazgo deseado, Milei avanza y pasa a disputar el tercer lugar con Macri (ambos en casi 14%), mientras que Bullrich y Larreta permanecen en empate técnico, a menos de 4 puntos porcentuales de distancia (gráfico arriba). Así, el nudo del conflicto de intereses es el siguiente: si Macri y Bullrich quieren sostener sus aspiraciones de competir en 2023 y no volver a resignar posiciones frente al ala de centro “moderado” de Larreta, una vía abierta con La Libertad Avanza (LLA) de Milei les permite reforzar su posicionamiento de cara a una interna o primarias abiertas; al contrario, Larreta y Vidal apuntan a un electorado más centrista, por lo que les conviene que el libertario se mantenga afuera, pues así podría quitarles votos de derecha a Macri y Bullrich.
En ese marco debe entenderse la salida de Vidal al cruce de Milei de la semana pasada, con el agravante de que el posicionamiento interno de la exgobernadora de PBA acusa el impacto del resultado electoral de PBA en 2019, de CABA en 2021 (donde el avance libertario lució más que la módica victoria de JXC) y la percepción de 46,3% de que tiene mucha o bastante responsabilidad en la mesa judicial montada durante su gestión como gobernadora, según una encuesta reciente de consultora Taquión (gráfico arriba). Con matices, la postura de Larreta y Vidal coincide con la que sostiene desde el radicalismo el gobernador Gerardo Morales y desde la Coalición Cívica Elisa Carrió. En rigor, el titular de la UCR ha advertido que si el PRO fuerza la incorporación de Milei a JXC él estaría dispuesto a fracturar la alianza para presentar un candidato radical en 2023, sin competir en internas ni primarias.
En resumen, más allá de algún matiz, Rodríguez Larreta apuesta a sostener de cara al turno electoral 2023 la estrategia que mostró en 2021, con una apuesta a la centro derecha moderada, sobre la premisa de que el desgaste sufrido por Macri durante su gestión y su derrota electoral de 2019 limitan sus chances de ser candidato el año que viene; en ese marco, frente a los demás potenciales adversarios, el jefe de gobierno porteño cree tener ventajas competitivas. Según una encuesta nacional reciente de CB Consultora, casi 1 de cada 3 electores cree que él está preparado para ser presidente (gráfico arriba). En el mismo estudio, Bullrich roza el 23% (gráfico abajo).
En cambio, las chances de Vidal se muestran limitadas por los factores que repasamos antes y aparece rezagada respecto a Larreta y Bullrich, con 20,1% de respuestas favorables (gráfico abajo).
Para más datos, la ventaja de la exgobernadora en esa variable respecto al libertario Milei es de apenas 5 puntos porcentuales, estadísticamente no significativa (gráfico abajo).
En síntesis, JXC atraviesa una interna que plantea un doble riesgo de fractura: si la coalición mantiene la postura de excluir a Milei del armado político-electoral, dirigentes que en 2021 resignaron sus aspiraciones pero que en 2023 quieren competir como Bullrich (la titular del PRO), tendrán cada vez más incentivos para abandonar esa alianza e ir por fuera o armar listas conjuntas con el espacio libertario. En sentido contrario, si el PRO termina por incluir a Milei en JXC, el ala radical que lidera Morales tendrá incentivos para romper y presentar un candidato UCR puro el año próximo.