En la nota de la semana pasada vimos que el desgaste de Javier Milei en los últimos 60 días beneficia en primer término a Juntos por el Cambio (JXC) y en menor medida (por diferencias estadísticamente no significativas) al Frente de Todos (FDT), el peronismo no K y otras opciones. Sin embargo, el panorama que resulta del promedio de las encuestas confirma a JXC y al FDT en torno al 30% de intención de voto, con La Libertad Avanza (LLA) en la mitad de ese caudal (alrededor de 15%), y ninguna opción de “cuarta vía electoral” logra acercarse a los dos dígitos (es decir, 10% de voto potencial). ¿Qué debería suceder para que el escenario electoral hacia 2023 se abra más? Varias mediciones recientes permiten apuntar algunas hipótesis al respecto. Según Taquión, las elecciones del próximo año les generan sentimientos negativos al 46,6% de los electores (desconfianza 23,5%, miedo 14,2% y ansiedad casi 9%), a 41% les generan sentimientos positivos (19,4% de expectativa, 16,4% esperanza, 3% confianza, 1,4% tranquilidad y 0,8% alegría), en tanto que a 12,5% le provocan indiferencia (gráfico arriba). Así, se configura una primera minoría de casi 47% de malestar asociado a la elección, lo cual podría profundizar el descrédito de la oferta política y abrir más el escenario de cara a los comicios.
Una primera hipótesis de escenario más abierto aparece en una reciente encuesta de CB Consultora: allí, casi 24% de los electores dice que cambiaría su voto si pudiera volver a octubre de 2019 (recordemos que, en esa oportunidad, el FDT + JXC sumaron casi 89% del caudal total, altísima polarización). Hacia 2023, casi 42% se inclina porque gobierne un partido nuevo, 25,2% prefiere que siga gobernando el peronismo y 3 puntos porcentuales menos se inclinan por un retorno de JXC; casi 11% ns/nc (gráfico arriba).
Profundizando el análisis, el mismo estudio indaga la intención de voto por sellos políticos. Entonces, tanto JXC como el FDT perforan el umbral del 30%, ubicándose en 26,4% y 22,4%, respectivamente, mientras que los libertarios alcanzan 14,1%, el Frente de Izquierda roza el 3% y 14% se muestran dispuestos a acompañar otras expresiones políticas; de esa cantera podría surgir una cuarta vía relativamente competitiva. Por otro lado, 20,2% ns/nc (gráfico arriba).
Existen otras dos mediciones recientes que plantean un escenario electoral más abierto. Una es de CIGP: allí, JXC se ubica apenas por debajo del 30%, el FDT roza el 20% y los libertarios el 14,3%. Sin embargo, la izquierda se confirma en alrededor del 3%, y lo mismo sucede con el peronismo federal. Aunque ninguna de esas dos formaciones logra capitalizar el relativo debilitamiento de las dos coaliciones principales, queda un 20,3% entre indecisos y electores dispuestos a votar a otras fuerzas que podrían abrir una ventana de oportunidad a una cuarta vía electoral (gráfico arriba).
Finalmente, el escenario más abierto de todas las mediciones recientes aparece en una encuesta de Udesa: allí, JXC y el FDT perforan el umbral del 20% de intención de voto, al punto de quedar en empate técnico con LLA; 7% aparece dispuesto a votar otra lista, 4% a una fuerza peronista distinta al FDT y 4% a la izquierda. Los indecisos trepan al 23% (gráfico arriba). En síntesis, del repaso de las últimas mediciones se concluye que las posibilidades de surgimiento y consolidación de una cuarta vía electoral requieren condiciones de mayor apertura del escenario que las que se ven hasta el momento, pues aún en aquellas encuestas que perfilan un desgaste libertario y un descrédito que arrastra a las dos coaliciones principales por debajo del 30%, el peronismo no K, la izquierda y el potencial de otra fuerza aparecen por debajo del 10%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario