miércoles, 10 de agosto de 2011

Lecturas de Córdoba (2)


1) Córdoba fue otro mojón en la confirmación de la hipótesis de la primacía de los oficialismos, verificada en todas las elecciones de gobernador realizadas en lo que va del año, con la única excepción de Catamarca (donde un frente entre el kirchnerismo y distintas vertientes del PJ, incluida el saadismo, concurrieron unidos a la elección y derrotaron al gobernante Frente Cívico y Social).

2) La preponderancia de la continuidad de signos políticos en el poder, antes que el cambio, ratifica que, cuando no se da un contexto de crisis, los electorados tienden a votar lo conocido antes que lo que nuevo. A esa misma lectura -ya expuesta antes en este blog y en varios medios- se abrazó el gobierno nacional, que, al igual que en 2007, no tuvo candidato propio en estos comicios: “La gente está mejor y opta por no cambiar, independientemente a quién le atribuye ese bienestar”, evaluó el subsecretario General de la Presidencia de la Nación, Gustavo López, interpretando el triunfo electoral del candidato a gobernador justicialista, José Manuel de la Sota.

3) El triunfo del oficialismo en Córdoba obedece tanto a méritos propios de la gestión en curso como a errores de la oposición, que no le pudo encontrar la vuelta a la campaña ni a la estrategia política. José Manuel de la Sota triunfó con una medida exposición y mantuvo con el gobierno nacional una relación guiada por la conveniencia y la desconfianza mutua, sin haber sido nunca kirchnerista pero tampoco abiertamente anti-K. De esa forma, se transformó en un candidato "atrapalotodo": articuló el voto PJ tradicional, también los filo-K (recogió el apoyo de figuras visibles del kirchnerismo, como los muy exitosos, electoralmente hablando, intendentes de Villa María, Villa Dolores y Leones, Eduardo Accastello, Juan Pereyra y Fabián Francioni) e incluso votos anti-K. Luis Juez, en cambio, sostuvo su perfil antikirchnerista (aunque algo más moderado que en 2009) y comprobó que la verborragia mediática como herramienta de construcción política tiene un límite, sobre todo en situaciones que no son de crisis y malestar, achicando así su electorado respecto de elecciones anteriores. Oscar Aguad, por su parte, no obtuvo el rédito electoral que esperaba por haber llevado a Néstor Roulet, un ruralista ferozmente anti-K, como candidato a vicegobernador: el voto del sector rural se volcó a favor de De la Sota, propiciándole al oficialismo un dominio departamental inédito (salvo Capital, se impuso en toda la provincia).

4) Como sucedió con Capital, la elección provincial en Córdoba no puede ser capitalizada por ninguno de los precandidatos presidenciales que compite en las primarias de este domingo, aunque -también al igual que hizo Capital- reinstala una figura con ambiciones nacionales para el 2015. Ricardo Alfonsín, de UDESO, hizo campaña apostando a un triunfo de Oscar Aguad, que mejoró el resultado obtenido por Mario Negri en el 2007 pero quedó tercero; Hermes Binner apostó a un batacazo de Luis Juez que tampoco se produjo (el actual senador nacional y ex intendente sacó incluso menos porcentaje de votos que en 2007 y 2009). Los candidatos a gobernador apadrinados por Elisa Carrió (Griselda Baldata), Alberto Rodríguez Saá (Francisco Delich) y Jorge Altamira (Eduardo Salas) hicieron un papel para el olvido (de hecho, la izquierda apenas pudo retener la banca de Liliana Olivero gracias al alto voto en blanco en legisladores inducido por la boleta única).

5) Desde el punto de vista de la transparencia, los comicios fueron irreprochables, más allá de los serios deslices del Correo Argentino en la carga de datos. Con todo, la boleta única, si bien acabó (saludablemente) con el arrastre de la tradicional boleta sábana, ocasionó demoras en el escrutinio e indujo, por desconocimiento del electorado, altos porcentajes de votos en blanco en las categorías de legisladores y tribunos de cuentas (ya que alrededor del 20% de los votantes marcaron sólo la casilla de gobernador, y muchos de ellos seguramente han creído que estaban votando por lista completa).

6 comentarios:

  1. Interesante análisis, Norman. En cuanto a uno de los primeros puntos que desarrollás en tu análisis, quisiera aportar que después de una crisis como la de 2001 -que afectó a la mayoría de los sectores productivos y económicos de nuestro país-, y ante una cierta cantidad de avances innegables durante las gestiones de Kirchner y Fernández, los ciudadanos ponen en la balanza ese tiempo pasado, con el presente y creo que por ello prefiere que las cosas sigan este curso y le da su votos a los oficialismos. Diferente, por ejemplo, es el caso de los gobiernos caóticos como el de Daniel Giacomino, totalmente a la intemperie y sin un plan claro desde hace mucho tiempo. En este caso, es evidente que el ciudadano cordobés no va a apostar a la continuidad, porque los resultados de la gestión Giacomino están a la vista y porque no existe un espacio político que proponga una nueva gestión. Salvo esta cuestión, creo, como decís vos, que los ciudadanos van a apostar por la continuidad.

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  2. Gracias por tu aporte, Leandro. Coincido, para tener chances de continuidad una gestión oficialista no tiene que ser tan mala (ni estar tan desgastada) caso contrario el elector no siente que arriesgue nada por cambiar. Saludos!

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  3. Norman, la última columna de Silvestre en El Cronista coincide con tu análisis: "·l triunfo de De la Sota en Córdoba, a diferencia de Santa Fe, contuvo a todo el peronismo de esa provincia. Su voto estuvo conformado por sus seguidores, por kirchneristas, duhaldistas y la gente de Rodríguez Saá, que en Córdoba tiene una buena intención de voto.
    De la Sota llevó adelante una estrategia de campaña más que inteligente. Se olvidó del escenario nacional, tan atractivo para los otros opositores, se concentró en Córdoba y se recostó en la buena gestión del gobernador Schiaretti.
    La estrategia le dio un resultado más que positivo. Mientras que Oscar Aguad y Luis Juez se peleaban con el kirchnerismo y trataban de sacar patente de ver quien era más opositor, De la Sota realizó una campaña silenciosa, que lo llevó al contundente triunfo.
    A una semana de las primarias, el adverso resultado de Córdoba para radicales y para el Frente Amplio Progresista, encendió luces de alerta en los campamentos electorales. Sobre todo para los radicales, cuyo candidato presidencial tuvo que aguantarse estoicamente, pero con un más que digno y meritorio comportamiento militante, estar al lado de su candidato a gobernador que se ubicó tercero en una Provincia donde detentaron el poder por más de doce años.
    No le sirvió a Aguad ni siquiera recostarse en un hombre del campo como Oscar Roulet, que fue Presidente de la CRA, ni el recuerdo de que fueron opositores a la 125. El peronismo, encolumnado detrás de De la Sota los “barrió” de la elección del domingo.
    El primero que lo vio fue Luis Juez, que entre deprimido y autocrítico, fue el primero en salir a reconocer la derrota cuando las tendencias que se conocían eran de las boca de urna".

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  4. pregunta, si De la Sota no es reconocido como un gobernador Kirchenerista, es mas luego de las victorias de macri en Bs As, y el frente progresista(aliado al Ari) en santa Fe, se despega totalmente de cristina, y gano por bastante margen, al punto de decir, que surge el "cordobecismo". Si Cristina, gano por abultado margen en toda cordoba ,y el Pj local que presento su boleta despegada de la figura presidencial hizo una pesima eleccion. Entonces, quien tiene la inciativa en cba? quien? por lo demas, profe de donde saco que Carrio apadrino a Altamira? escuche que Altamira recibio los favores del grupo vila manzano, pero de qe lo apadrina el Ari, es inedito. Osvaldo

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  5. Hola Osvaldo, gracias por tu aporte! Respecto a la primer pregunta, mi respuesta es que la iniciativa la tienen los electores, que votan "cruzado": por eso De la Sota ganó a gobernador y CFK para presidente/diputados nacionales. no hay un alineamiento duro como era hace décadas. Respecto a lo segundo, entendiste o leíste mal. Yo escribí que los candidatos a gobernador apadrinados por Elisa Carrió (Griselda Baldata), Alberto Rodríguez Saá (Francisco Delich) y Jorge Altamira (Eduardo Salas) hicieron un papel para el olvido. Por lo tanto, el candidato (a) apadrinado por Carrió es Baldata. Saludos!

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