martes, 18 de septiembre de 2012

Caceroleando por un sueño (1)



Repasemos los comentarios de algunos analistas en referencia a los cacerolazos del jueves pasado, para hacer una composición de lugar sobre este tema y ensayar algunas interpretaciones propias: para Sergio Berensztein, director de la consultora Poliarquía, "esto es un punto de inflexión. Se evidencia un cansancio de una parte de la población y un cambio significativo en la forma de expresarse (…) Fue muy contundente, más allá de lo que diga el Gobierno. Y su fuerza también se apoya en que se dio de manera espontánea, a diferencia de los actos kirchneristas, como el realizado en abril en el estadio de Vélez, que contó con todo el apoyo del aparato partidario", resaltó.

Poliarquía es reconocida como una de las consultoras más serias desde que pronosticó acertadamente la victoria de Francisco de Narváez sobre Néstor Kirchner en las legislativas del 2009 en provincia de Buenos Aires; ese acierto le valió obtener una serie de mediciones sistemáticas para el diario La Nación (de hecho, se dice que el año pasado la consultora anticipó el triunfo contundente de Cristina Fernández en las primarias de agosto, dato que presuntamente ese diario prefirió no publicar una semana antes de esos comicios).

En sentido contrario al de Berensztein, Artemio López, consultor que admite su simpatía K, planteó que la protesta  "no es una sorpresa. Es la expresión de pequeños sectores de clase media-alta, que están fuertemente influidos por los medios de comunicación (…) no se trata de algo con espesura política, no es comparable al fenómeno que en su momento lideró Blumberg contra la inseguridad" (y que, sin embargo, tampoco logró una traducción electoral exitosa después). En apoyo a su argumento, López ilustró con la referencia a un cartel que rezaba "Chau relato", en manos de un manifestante en Plaza de Mayo: "¿Qué entiende un habitante de La Matanza cuando lee ese cartel? Esto evidencia que se trata de un fenómeno de clases medias urbanas, que se movilizan por temas que a la gran mayoría le resultan indiferentes (…) esto sería algo importante sólo si se diera en el contexto de una caída del empleo o del consumo, pero no es el caso".

Por su parte, Julio Burdman, director de la consultora Analytica, profundizó en su análisis la línea interpretativa que ya hemos presentado antes en este blog, en el sentido de que estas manifestaciones no deben interpretarse, por ahora, como algo que cause un grave daño al caudal político oficialista. "Lo que sí está emergiendo es un aumento en el malestar de los que ya estaban disconformes. Es decir, los que siempre estuvieron en contra del Gobierno y que ahora tienen una mayor disposición a salir a manifestar", afirmó Burdman. 

Este argumento puede articularse muy bien con la teoría de la espiral del silencio, a la que con frecuencia acudimos en este blog: las protestas que venían dándose desde el pasado mes de junio, pese a ser de poca masividad, fueron creando el clima de opinión necesario para que los detractores del gobierno se animaran a expresarse en las calles, generando así un efecto de espiral ascendente: en la medida en que una posición deja de autopercibirse como aislada, crece la posibilidad de que se exteriorice, se manifieste y defienda frente a otras posturas. De hecho, en el proceso histórico de los últimos años, este fenómeno proceso se ha dado varias veces: en 2008, con el conflicto del campo, se dio una espiral ascendente desfavorable al gobierno, lo que provocó una espiral descendente de los defensores del mismo: este proceso culminó con la espiral desfavorable al gobierno tocando techo en 2009, con las elecciones legislativas, cuando el kirchnerismo hizo su peor elección a nivel nacional desde el 2003 (aunque conservó su posición de primera minoría).

Después de esos comicios, esa espiral no podía seguir ascendiendo y se estancó, comenzando en 2010 a descender, a la vez que ascendía la espiral contraria, favorable al gobierno, que se desplegó durante todo 2010 (con una serie de hitos característicos, como el Bicentenario y la muerte de Néstor Kirchner) y culminó con la categórica victoria del oficialismo en las primarias de agosto de 2011 y las elecciones generales de octubre de ese año. Ahora bien, del mismo modo que la espiral desfavorable al oficialismo tocó techo en 2009 y comenzó a caer desde allí, bien puede suceder lo mismo con la espiral favorable al oficialismo. En la siguiente entrada discutiremos esta posibilidad. 

7 comentarios:

  1. jejejej, parece un reporte del tiempo! Al parecer somos ovejas conducidas por unos cuantos perros, qué espectáculo más lamentable que es el rey de la creación!

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  2. Qué opinás de esto "...que si él podía inducir a otros a creer lo que decía, entonces eso se transformaba hasta cierto punto en una verdad, que era un reflejo de la creencia de los demás de que era verdad. Y el tiempo y la repetición podrían reforzar esta verdad hasta convertirla en una convicción, en algo indistinguible o apenas distinguible de la auténtica verdad."

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  3. Hola Marta! De hecho, la autora de la teoría de la espiral del silencio, Elisabeth Noelle-Neumann, sostiene que el orden social vigente es mantenido por el miedo individual y la necesidad de aceptación, de un lado, y por otro por la exigencia pública de que nos amoldemos a las opiniones y comportamientos establecidos. Para la autora, aunque es difícil aceptar eso pues contraría la visión del ser humano que tenía la concepción liberal-iluminista (un librepensador racional) se trata de entender la naturaleza social de los seres humanos, pues una sociedad carente de naturaleza social o miedo al aislamiento es inviable. Desde este punto de vista, la dimensión de la opinión pública como “control social” hace a la naturaleza social del hombre. Saludos y gracias por tus aportes!

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  4. Hola Norman, acuerdo hasta un punto con esta teoría. Algo que ya leí cuando leí La Rebelión de las Masas y El Príncipe hace 40 años. Ese control social es verdadero, pero detrás del control social hay una mente como la de la persona que habla en lo que transcribí. Es un diplomático y marino inglés del siglo XIX, un agente político de la expansión del imperio inglés, un personaje de la ficción de Patrick O'brian.
    Cuando dejamos de ser ovejas, cuando somos "formadores de opinión" y librepensadores racionales, hay dos opciones. Convertirnos en uno de los cuantos perros del pastor, como son muchos periodistas, o en observadores comprometidos que opinan que cualquier "hombre" puede abandonar la condición ovejuna y convertirse en hombre. Es una condición potencial, un logro individual y también un logro cultural. Y siendo así también es un logro social.
    Lo que escribes en este blog desnuda la manipulación de la opinión pública, las formas y maneras de operar de los perros. Cuando te leo viajo en el tiempo a todas mis vivencias de mis 65 años de observar los flujos y reflujos de la marea "humana".
    Y te digo la verdad si te digo que estoy cansada de verlo, porque el tirano sigue allí instalado en el trono y los perros del tirano también siguen repitiendo junto con las ovejas la misma obra. Sólo cambian los actores, la puesta en escena y el director. Y cuando viste una obra las viste a todas.
    Gracias Norman, un saludo

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  5. Hola Marta, gracias por tu aporte! Con todo, la teoría insiste en que en general el ser humano busca arroparse en el clima de opinión, que puede ser el clima dominante general (macroclima) o el de la minoría de la que se siente parte (microclima)... en este sentido, los librepensadores racionales son raros, todo pensamiento responde a un entorno donde se configura (y que favorece en mayor o menor medida la exteriorización de ese pensamiento: por muy convencido que esté, el ser humano defiende más una idea cuando sabe que no está solo o aislado en su pensamiento). Saludos!

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  6. Viene a mi mente un periodista, de esos que son vapuleados por la izquierda y por la derecha y que nunca se sabe por dónde saldrán. De esos que desconciertan a las ovejas y a los perros y a los tiranos. Ha de haber muchos más, pero siempre recuerdo a Arturo Jauretche. ¿Conoces alguno así de entre todos los periodistas políticos (argentinos) de hoy? ¿Y a algún medio que lo albergue?

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  7. Creo, Marta, que Jauretche fue bastante más que un periodista, tenía estatura de intelectual... haré el esfuerzo de pensar si alguien hoy puede estar a esa altura. Saludos!

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