Ese 54% de espacio “pankirchnerista” que veíamos en el post anterior no significa intención de voto ni tampoco imagen positiva, sino percepción de principal referencia política opositora al actual oficialismo. Hoy, al presidente Mauricio Macri ese contraste todavía le resulta favorable, pues si bien la comparación con el gobierno anterior viene en tendencia declinante (desde diciembre de 2015 hasta el pasado abril, la opinión de que el gobierno de actual es mejor que el de Cristina cayó 29,8 puntos porcentuales, mientras que la opinión contraria creció 19,8 puntos porcentuales), según la consultora Ibarómetro casi la mitad de quienes respaldan a Macri lo hacen por verlo como una alternativa al kirchnerismo: entre los motivos de aprobación, en febrero un 42% se identificaba con la idea de que el actual gobierno representa un cambio respecto al anterior; en abril pasado, la identificación con ese planteo creció hasta 45%.
Por el contrario, el liderazgo de Mauricio Macri como motivo de aprobación de su gestión descendió entre las mediciones de febrero y abril del 8,9% al 6,2%. Vale decir, a la vez que se desdibuja la fuerza propia de la figura de Macri, crece su posicionamiento como contrafigura de la gestión de Cristina Fernández. En esa línea, algunos analistas postulan que el macrismo adhiere a la tesis de que la vigencia de CFK le resulta funcional al oficialismo, porque recrea (aunque sea más por efecto contraste que por dotación) las expectativas sobre el actual gobierno y porque presume que el protagonismo de la ex presidenta obtura las chances de reunificación del peronismo. En este marco, se reedita un efecto polarizador, en el cual los espacios alternativos al macrismo y al kirchnerismo resultan debilitados: según el último informe de Ibarómetro, un 31,4% se siente cercano al PRO como espacio político, mientras que un 28% se siente cerca del FPV.
Así, el partido de Macri se consolida en detrimento del Frente Renovador de Sergio Massa (luego de haber tocado 16,3% en noviembre de 2015 y 13,1% en febrero, cae en abril 8,8%, esto es, 5 puntos porcentuales en la última medición y casi la mitad de su caudal desde el ballotage), mientras que el kirchnerismo se mantiene estable. Así, las dos principales referencias políticas reúnen a casi 60% de los electores, dejando un espacio muy acotado a los demás actores y signos: casi 9 puntos para el partido de Massa, casi 5 puntos para la UCR, 3 para la Coalición Cívica de Elisa Carrió, 4 para el Frente Progresistas de Margarita Stolbizer, casi 4 para el peronismo no K de Diego Bossio y el gobernador salteño Juan Urtubey y casi 2 para la izquierda. Quienes no se sienten cercanos a ningún espacio político alcanzan 11,5% y 3,4% no saben o no contestan.
Ibarómetro también reporta que la imagen del gobierno nacional se mantiene por encima del 50% (ver datos arriba; click para agrandar), aunque retrocede más de 3 puntos porcentuales en relación a la medición de febrero (55,9% a 52,7%), consolidando así una tendencia negativa (la imagen desfavorable trepa de 37,6% a 40%). El contraste más marcado se vincula con la región: proporcionalmente, AMBA muestra un perfil más crítico que el resto del país, donde crecen las opiniones favorables. Asimismo, por primera vez desde el inicio del actual ciclo político, los sentimientos negativos dominan el clima anímico de la opinión pública: alcanzan 51,2%, superando por 10 puntos a los sentimientos positivos (41,1%; ver datos abajo, click para agrandar). Los mayores de 50 años constituyen el único segmento sociodemográfico donde aún gana el optimismo. En este marco, la mirada sobre el futuro está fuertemente vinculada con la evaluación del gobierno nacional: quienes lo desaprueban son marcadamente pesimistas, mientras que entre los aprobadores predomina el optimismo.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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