Cerrábamos el posteo anterior explorando cisnes negros asociados a una eventual profundización de la actual crisis: por caso, un escenario de adelanto de las elecciones presidenciales para abril o mayo del año próximo si el gobierno no le encuentra la vuelta a la crisis financiera, lo que supone asimismo una crisis de gobernabilidad. Planteábamos que en esas condiciones tanto podía darse la hipótesis expuesta por Poliarquía y otros analistas (una crisis en “L” que favoreciera el retorno de CFK al poder) como otros eventuales cisnes negros electorales y políticos: un outsider que capitalizara el vacío que sobrevendría después de “la grieta” (Marcelo Tinelli, o un auténtico "tapado"), una salida anticipada del poder de Cambiemos negociada con el PJ “racional” para obturar las posibilidades de que CFK pueda regresar a la presidencia (tener en cuenta, en esta línea, que el senador Miguel Pichetto se anotó ayer como aspirante para el 2019) o una crisis sistémica más amplia, en la cual una eventual deriva autoritaria del oficialismo precipitara en un país que pasaría de la grieta al abismo.
¿Suenan estas probabilidades como muy “improbables”? Bueno, recordemos que precisamente de eso se tratan los cisnes negros: de analizar lo altamente improbable. Después de todo, el gobierno nacional decidió recurrir al prestamista de última instancia, el FMI, lo cual a priori no parecía tan probable. O bien el oficialismo sobreestimó la crisis y se apresuró al buscar un acuerdo con el FMI, o bien subestimó los efectos de su política económica; en cualquier caso, se precipitó un escenario que no parece deseado por Cambiemos, toda vez que el significante FMI implica acelerar el envejecimiento marcario. En cuanto a las chances de una eventual deriva autoritaria del oficialismo, las alarmas en este sentido volvieron a encenderse a partir de la decisión del presidente Mauricio Macri de modificar el decreto que reglamentaba las funciones de las Fuerzas Armadas, medida que impulsó debate político y generó en la oposición duras críticas contra Cambiemos: se sucedieron pronunciamientos en contra de diversos sectores del kirchnerismo, la izquierda y también organizaciones de derechos humanos, que se manifestaron el pasado jueves 26 de julio. En cuanto a mediciones de opinión pública sobre el nuevo rol de las FF.AA. planteado por el propio Macri y defendido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y por el de Defensa, Oscar Aguad, según una encuesta de la consultora Berensztein/D'Alessio Irol, hoy la inseguridad es una cuestión de "importancia" para el 95% de los ciudadanos (68% dice que es "muy importante" y el 27%, "algo importante"). La preocupación se agudiza en el segmento más afín al gobierno nacional (85% de votantes de Cambiemos la calificó de “muy importante” y 50% entre seguidores del FPV), según explica el informe, que se basa en una medición realizada en forma on line durante julio de 2018 que incluye las respuestas de 890 encuestados mayores de 18 años de todo el país.
En general, un 50% de los electores argentinos consideró que "el decreto de reconversión de las Fuerzas Armadas va a tender a mejorar el problema de la inseguridad", mientras que un 45% estuvo en contra. Las cifras están en el orden de magnitud de los resultados obtenidos por Cambiemos (51,34%) y el FPV (48,66%) en el ballotage de noviembre de 2015, por lo que se puede decir que este “issue” claramente polariza las opiniones en dos mitades simétricas (dado que la diferencia entre posiciones no puede considerarse estadísticamente significativa, teniendo en cuenta el error muestral). Así, 8 de cada 10 de los votantes de Cambiemos (82%) creen que la reconversión de las FF.AA., será útil, posición que sólo comparten 2 de cada 10 (18%) votantes del kirchnerismo (ver datos arriba; click para agrandar). En tanto, entre quienes creen que la medida no servirá para nada, el porcentaje es casi simétrico: 1,5 de cada 10 votantes de Cambiemos (14%) contra casi ocho de cada dos (77%). En otro orden, hay acuerdo con el empleo de las Fuerzas Armadas en tareas de control de narcotráfico y terrorismo: "Este tipo de funciones es aceptado por seis de cada 10 consultados, algo que logra cierto grado de consenso incluso entre los votantes del FPV (cuatro de cada 10 lo aceptarían)", apunta el informe.
Otra medición de este tema, realizada por las consultoras Taquión y Trespuntozero en zona metropolitana (AMBA), también mostró polarización: un 47,2% de los electores en ese conglomerado se mostró de acuerdo (muy 30,6% + bastante 16,6%) con la reforma, mientras que un 48,9% se mostró en desacuerdo (nada 33,1% y bastante 15,8%), con casi 4% de ns/nc (ver datos arriba; click para agrandar). Nuevamente, hay empate técnico, pues la diferencia entre posiciones no es estadísticamente significativa a nivel general, y está clara la segmentación entre electores que aprueban al gobierno nacional (86,4% de acuerdo) y quienes lo desaprueban (casi 67% en desacuerdo). Esa distribución polarizada genera incluso la hipótesis de que el gobierno instaló este tema para tratar de correr la agenda hacia un issue donde puede capitalizar una posición favorable cercana al 50%, bien diferente de lo que sucede con las cuestiones socioeconómicas, en las cuales el apoyo al oficialismo viene perforando el orden de magnitud del 40% para replegarse hacia su núcleo duro (esto es, en torno del 30%, e incluso entre el 20% y el 30% en las cuestiones más sensibles).
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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