lunes, 9 de julio de 2018

30-30-30: crisis cambiaria, inflación y desgaste político

Citábamos en el post anterior la encuesta de Dalessio Irol – Berenzstein, cuyos datos confirmaban que el malestar socioeconómico sigue construyendo tendencias estructurales en la opinión pública. Según el informe, “la crisis cambiaria activa el pesimismo y diluye el capital político de Macri. Los sucesos económicos recientes acentuaron la crítica del presente y el pesimismo hacia el futuro (…) inflación e inseguridad continúan siendo los temas preocupantes más recurrentes. Muestran interés por la corrupción, con foco en el pasado o el presente según posicionamiento político". En total, un 78% de los encuestados asume que está "peor o mucho peor" que hace un año y sólo un 20% señala estar "mejor o mucho mejor", lo que arroja un diferencial negativo de 58 puntos porcentuales. En cuanto a la expectativa, para el 57% son negativas y para un 39% son positivas, de lo que resulta un diferencial negativo de 18 puntos porcentuales (ver datos arriba; click para agrandar).

Otros estudios confirman la línea interpretativa por la cual la crisis explica un desgaste que atraviesa los vaivenes de la coyuntura (con "issues" como el Mundial y la despenalización del aborto, entre otros). Vale decir, si bien esos temas son fuertes, no llegan a desplazar la centralidad de la agenda económica que es la que está castigando al gobierno, habida cuenta de que problemas como la inflación impactan directamente en el metro cuadrado de los electores. En esa línea, un informe de la consultora CEIS apuntó que “la percepción sobre la situación económica y las políticas en la materia son el principal punto oscuro en la evaluación presidencial. Con relación a las respuestas de los entrevistados en cuanto a la comparación de la economía respecto del 2017, el 65% piensa que la economía ha 'empeorado'. Al observar las respuestas acerca de la situación económica del país en el presente, un 32% de los encuestados sostiene que es mala y el 31% piensa que es muy mala, mientras que el 35% tiene una evaluación positiva y considera que es buena o muy buena. En cuanto a las expectativas a futuro, un 16% de los encuestados sostiene que la economía 'seguirá igual', sin embargo las expectativas de 'mejora' económica alcanzan a un 25% de la población, mientras que casi 6 de cada 10 encuestados creen que la misma empeorará". Dentro de la agenda económica, el estudio también detecta que el tarifazo gravita fuertemente: con relación al aumento de tarifas de luz, gas y transporte, casi 2 de cada 3 encuestados respondieron estar "poco de acuerdo" o "nada de acuerdo" con el aumento de tarifas de los servicios, y el 60% los considera desmedidos. Respecto al aumento del dólar, el 71% de la población responde que lo afecta, mientras que un 20% cree que no lo afecta. En cuanto a la decisión del gobierno de volver al FMI, el 16% de la población está "muy de acuerdo" y el 22% está "algo de acuerdo", mientras que el 19% "está poco de acuerdo", llegando al 43% la proporción de quienes están "nada de acuerdo".

A su turno, el Monitoreo Nacional de Ricardo Rouvier & Asociados de junio detectó que casi el 62% (61,8%) desaprueba la gestión de gobierno, mientras que sólo 33,1% la aprueba. Estos datos confirman la tendencia según la cual el apoyo al oficialismo perfora el 40%, alejándose del orden de magnitud del resultado obtenido en las legislativas de 2017 (42%) y se repliegan a valores más cercanos al 30%, es decir, núcleo duro de Cambiemos (lo que obtuvieron Macri+Sanz+Carrió en las PASO del 2015: 30,12%). Al mismo tiempo, las expectativas económicas se encuentran en su peor momento: el 69,4% no cree que la inflación vaya a bajar. Asimismo, el estudio de Rouvier coincide con el de Dalessio Irol – Berenzstein en mostrar un “efecto de contraste” en virtud del cual la imagen de la principal dirigente opositora, Cristina Fernández de Kirchner, mejora relativamente, de la mano de una leve baja de la imagen negativa y un crecimiento también módico de la imagen positiva. Si se observa la serie evolutiva, de medición a medición las variaciones son estadísticamente no significativas: por ejemplo, entre mayo y junio la calificación positiva crece apenas 0,3 puntos porcentuales, mientras que la negativa cede 0,4 puntos porcentuales. Sin embargo, si la mirada se amplía hasta diciembre de 2017 y toma todo el primer semestre de 2018, la variación en la imagen positiva gana sustancia (4,7 puntos porcentuales), al igual que la baja en negativa (-4,1 puntos porcentuales) y la tendencia adquiere consistencia, ya que la favorable crece a lo largo de todos esos meses a costa de la desfavorable (ver datos abajo; click para agrandar). 




Como venimos planteando, estas tendencias (desgaste oficialista y reposicionamiento de la principal opositora) van recreando las condiciones de una polarización de cara al 2019. Se sabe que ese recurso le sirvió al gobierno en los recientes turnos electorales; sin embargo, hoy una nueva apuesta a la polarización encierra diversos riesgos. Por caso, cuando el presidente Mauricio Macri ensayó esa movida en el debate por el proyecto antitarifazo (que luego vetó), diversos analistas consideraron un error estratégico de Macri el haber intentado forzar un cambio del peronismo moderado por la vía de agitar el "fantasma" de Cristina Kirchner. "Puede tener sus ventajas tácticas a corto plazo, pero estratégicamente es muy peligroso, sobre todo en momentos de tensión económica. Al usar a Cristina como la otra opción frente al actual Gobierno, si alguien tiene dudas sobre la economía argentina, esas dudas van a aumentar. Al Macri polarizar y decir si a mí me va mal lo que viene es Cristina, el que tiene que decidir una inversión lo que va a hacer es frenar todo y esperar a que aclare. De modo que una estrategia de este tipo puede complicar aún más la crisis, en lugar de ir resolviéndola", evaluó Rosendo Fraga, director de la consultora Nueva Mayoría.

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