La crisis del consumo interno se confirma tanto en el repaso de estadísticas privadas como de las oficiales. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), si se analizan los 40 meses que van de enero de 2016 a abril de 2019, en 37 meses el consumo minorista cayó, lo que pone en evidencia que el modelo Cambiemos impactó negativamente en el mercado interno. El contraste con la gestión CFK deviene evidente cuando se analiza la serie, incluso tomando el cierre del segundo mandato, cuya performance estuvo muy por debajo del primero (ver datos arriba; click para agrandar). A su turno, según el Indec, el consumo en supermercados cayó 14,5% en marzo y en shoppings/centros de compras un 16,6%. Con sendas caídas interanuales, ambas superficies llegaron a 9 meses consecutivos de continua contracción. En el rubro alimentos y bebidas, la caída rozó el 14% (ver datos arriba; click para agrandar).
A su turno, según la consultora Kantar Wordlpanel, el consumo cayó en abril pasado 7% interanual y 9% en el primer trimestre del año, lo cual decidió al gobierno a relanzar el programa Precios Cuidados, iniciativa que luego complementó con créditos vía Anses, el programa Ahora 12 y el plan Junio 0 Km, en un intento de levantar el consumo en el período preelectoral. La consultora prevé que el consumo caiga un 3% en 2019, lo cual tiene que ver con el impacto negativo de la crisis en los sectores menos favorecidos. "El 70% de la gente con bajos ingresos explica el 50% del consumo masivo", señala Osvaldo del Río, socio de la consultora Scentia, que detecta una correlación directa: la pérdida del poder adquisitivo de la población -de unos 12 puntos porcentuales en el último año de acuerdo a estimaciones del sector privado- golpea inevitablemente sobre las ventas comerciales (aunque se trate de productos de consumo masivo, entre ellos alimentos).
En la misma línea, otro estudio de la consultora internacional Kantar publicado en junio reveló que la caída del consumo golpea más fuerte en los hogares de clase media y los más pobres del país. Si bien el trabajo remarcó que todas las familias disminuyeron la compra de productos masivos, las familias de ingresos medios bajos acumulan una baja de 9% en lo que va de 2019, mientras que en los hogares de recursos más bajos cayó 13%. “La principal característica de este difícil momento para el consumo es que todos los hogares resignan, más allá de su poder adquisitivo y realidad. De todas formas, la contracción en la base de la pirámide duplica a la de la cima”, apuntó la Worldpanel Division de Kantar. De acuerdo al estudio, en mayo pasado el rubro alimentos fue el que menos cayó en el análisis sectorial. Este impacto mayor en la base se articula con la redistribución regresiva del ingreso que se ha producido con la gestión Cambiemos: la brecha entre el decil (10%) más rico y el decil más pobre, que era de 17,82 en el primer trimestre del 2015, creció a 21,19 en el primer trimestre de 2019 (ver datos abajo; click para agrandar). En sólo un año, se brecha se amplió de 20 al 21,2 veces.
Así, el 10% más rico de la población llegó a concentrar un tercio del ingreso total, lo que agrava la desigualdad y confirma que la crisis no golpeó a todos por igual. A partir de estas estimaciones, dos mediciones privadas calcularon que la pobreza se disparó al 35% en el semestre móvil que va desde octubre de 2018 a marzo de 2019, lo que implica que en un año hubo casi 4 millones de nuevos pobres y llegar al peor nivel desde 2008. La megadevaluación y su impacto inflacionario pulverizaron los ingresos de todos los sectores, pero mientras el 10% más rico perdió 14,9% en términos reales, el más pobre cedió 18,6%, lo que explica el salto en tándem de la pobreza y la desigualdad. De esta forma, el ingreso per cápita familiar del decil más pobre representó apenas el 1,5% del total, mientras que el 10% más rico aglutina 32,8% del ingreso total. A partir de la evolución de los ingresos y los datos de la canasta básica total y alimentaria del Indec, Daniel Schteingart, analista del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), calculó que la pobreza trepó al 35,2% en el período que comprende el cuarto trimestre de 2018 y el primero de 2019. Eso implica que el porcentaje de argentinos que no llega a cubrir sus necesidades básicas trepó 9 puntos porcentuales en un año: en cifras, 4 millones de personas pasaron a ser pobres en ese lapso, la mayor suba desde la crisis de 2002, lo que acumula más de 15 millones de habitantes en situación de pobreza. Además, según Schteingart, planteó que la indigencia llegó al 7,3% en ese período, el valor más alto desde 2014. En la misma línea, Martín González Rozada, econometrista de la Universidad Torcuato Di Tella, calculó una tasa de pobreza del 34,8% para idéntico lapso.
Este es el plexo socioeconómico estructural (o, en otros términos, el resultado de los efectos socioeconómicos de gestión) sobre el que se asientan las tendencias preelectorales de cara a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del próximo 11 de agosto. El impacto negativo en el consumo y en el mercado interno permite entender por qué el gobierno, luego de haberse impuesto por 42% a 24,5% sobre Unidad Ciudadana en las legislativas de medio término de 20175, hoy corre desde atrás en la carrera preelectoral: según la encuesta más reciente de la consultora Gustavo Córdoba & Asociados, Alberto y Cristina Fernández alcanzan 40,5% de intención de voto, vs 32,9% de Macri-Pichetto. Lavagna-Urtubey alcanzan 12,2%, Espert-Rosales 5,4%, Del Caño-Del Plá 2,7%, Romero Feris-Sueldo 1,1%, Gómez Centurión-Hotton 0,2%, Castañeira-Mulhall 0,2% y Biondini-Venturino 0,10%, con menos de 5% de indecisos (ver datos abajo; click para agrandar). Realizada entre el 26 y el 28 de junio sobre una muestra nacional de 1.200 casos, tiene un error muestral de +-2,83%, con lo cual la diferencia de 7,6 puntos porcentuales entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio resulta estadísticamente significativa. Si sumamos este estudio a la serie evolutiva posterior al cierre de listas del 12 de junio pasado, el promedio sobre 11 encuestas nacionales da 42,2% para AF-CFK, 31,8% para Macri-Pichetto, 8,5% para Lavagna-Urtubey, 3% para Espert-Rosales, 2,5% para Del Caño-Del Plá y 1% para otros, con 1,7% de votos en blanco y 4,4% de indecisos. En este caso, la ventaja a favor del Frente de Todos sobre el oficialismo trepa a 10,3 pp.