En abril de 2018, después del 42% obtenido en las legislativas de medio término y antes de la corrida cambiaria que hizo volar por los aires la inflación, Cambiemos (con la conducción estratégica del PRO) trazaba un plan para concretar la expectativa de duplicar este año la cantidad de gobernaciones en manos de Cambiemos: en concreto, pasar de las 5 que gobernaba a 10, incluso a 12. Ese cálculo se basaba en el resultado de las legislativas de 2017, cuando obtuvo victorias en 12 distritos, y perdió por décimas en otros cuatro.
La lista de distritos a revalidar era la siguiente:
1) repetir en Mendoza (donde Cambiamos o aliados ganaron en 2015 y en octubre de 2017)
2) repetir en provincia de Buenos Aires, PBA (ídem anterior)
3) repetir en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA; ídem anterior)
4) repetir en Jujuy (ídem anterior)
5) ganar las legislativas en las legistivas en Corrientes, como antesala de la elección ejecutiva del 2021 (ídem anterior)
La lista de distritos "ganables" era la siguiente:
6) Córdoba (donde Cambiemos o aliados perdieron en 2015, pero ganó en las legislativas de 2017)
7) Chaco (ídem anterior)
8) Entre Ríos (ídem anterior)
9) Neuquén (ídem anterior)
10) Salta (ídem anterior)
11) Santa Cruz (ídem anterior)
12) Santa Fe (ídem anterior)
"Duplicar las victorias provinciales es un cálculo moderado, no optimista, diría que es el piso de lo que esperamos", decía por entonces un hombre de la mesa chica de la estrategia electoral nacional del PRO. De hecho, los cálculos más optimistas agregaban a la lista de provincias "expectables" a las siguientes:
13) Chubut (donde Cambiemos o aliados perdieron en 2015 y nuevamente en 2017, pero por poco)
14) La Pampa (ídem anterior)
15) La Rioja (ídem anterior)
16) Tierra del Fuego (ídem anterior)
El optimismo se basaba en que el resultado de la legislativa de 2017 podía llevar a que muchos gobernadores peronistas desdoblaran las elecciones provinciales para evitar que la boleta nacional de Cambiemos traccionara a sus candidatos locales. Esa premisa se combinaba con la postal judicial de un PJ intervenido por dirigentes antikirchneristas como Luis Barrionuevo, de lo que se pensaba alumbraría un 2019 con el kirchnerismo aislado y el PJ dominado por los gobernadores antikirchneristas.
Poco más de un año después, a días de la presentación de listas para las primarias, abiertas y simultáneas de agosto (PASO), el panorama es el siguiente:
1) El oficialismo correntino, si bien es aliado local de Cambiemos, ganó la elección con contundencia, pero prescindió del sello nacional: 60% vs 19% del Frente para la Victoria (con un peronismo dividido).
2) Gerardo Morales, aliado local de Cambiemos, está ganando la reelección. Con 98,81% escrutado, llega al 43,65% vs 32,83% del Frente Justicialista, también aquí con un peronismo dividido). Con todo, el resultado de Morales es mejor al promedio que calculamos el viernes sobre la base de las encuestas conocidas (35,6%), mientras que la principal fuerza opositora también superó ese promedio (22,4%), lo que indica que la elección se polarizó en las últimas horas. Sin embargo, Morales obtuvo en 2015 58,31%, con lo cual perdió 14,66 pp en 4 años.
3) las PASO de Mendoza ubican primero al candidato radical de Cambia Mendoza, Rodolfo Suárez (29,50%), imponiéndose frente al candidato del PRO, Omar de Marchi, mientras que en el peronismo marcha adelante la camporista Anabel Fernández Sagasti (18,35%); habrá que aguardar a la elección general para tener el resultado final, pero Cambiemos tiene chances de mantener el poder. Respecto al promedio que armamos el viernes sobre la base de las encuestas conocidas, tanto Suárez (29,50% vs 28,4%) como Fernández Sagasti (18,35% vs 15,7%) están dentro del orden de magnitud de ese pronóstico, considerando el margen de error.
En CABA y PBA se mantiene la incógnita (iremos siguiendo las encuestas al respecto). Del primer distrito (vidriera nacional) llamativamente, no se han conocido informes sobre encuestas de intención de voto a jefe de gobierno, con una excepción: el de la consultora Diagrama Social, realizado hace unos meses. Allí, el oficialismo local tiene una ventaja de 9 pp sobre Unidad Ciudadana (ver datos arriba; click para agrandar). Es magra para un bastión del PRO como CABA, pero confirma al distrito como ganable.
En el caso de PBA, la disputa es más competitiva y está en empate técnico (ver datos abajo; click para agrandar). Sin embargo, el arrastre negativo de Macri deja abajo a Vidal cuando se miden las tracciones recíprocas de las boletas de gobernador y las presidenciales.
Vale decir que de los 5 distritos "propios", hasta ahora cumple su expectativa en 2 y tiene chances de retener la tercera, Mendoza, y una cuarta, CABA; PBA está en resultado abierto.
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